Sakura Card Captors no me pertenece así como ninguno de sus personajes, ambos son propiedad de CLAMP, en cambio la historia es completamente de mi autoría.
Gracias por leer, espero les guste.
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Por siempre
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El atardecer cae, la playa se encuentra solitaria, vacía, las olas arrullan a la arena suavemente, en un lento vaivén, movimiento rítmico y eterno; no hay voces ni sonidos, solo una figura solitaria camina la par de las olas, mira al mar con alivio y a la vez permanece ausente, solo su propio mundo importa.
Camina despacio, los ecos de una risa resuenan en su mente, ecos que parecían tan lejanos y ahora los siente tan cerca, como si la acariciaran, esta triste, olvido como ser feliz, como vivir ¿Qué pasa? ¿Quién corto a este ángel sus alas?, ama el día y odia la noche, noche, cuando los sueños se apoderan del alma y la atormentan.
Se inclina toca el agua, esta tibia, la tibieza que su cuerpo necesita se sienta en la arena poco le importa si su ropa se moja, piensa y no puede evitar recordar como lo hace a diario ¿Cuándo, la luz se fue de sus ojos y la vida de su cuerpo? La arena cubre sus pies desnudos, ¿se preocupan por ella? Seguro que si, su familia se preocupa, los ama pero ya fue demasiado, espera que no le reprochen nada.
Es muy hermosa, sus cabellos largos y finos son de color castaño con reflejos dorados al sol caen hasta su cintura donde forman bucles, una bonita figura , un poco alta, parece frágil, lo es, piel blanca y aterciopelada, unas mejillas que solían sonrojarse hoy permanecen solo mojadas por el llanto, sus labios pequeños y rosados repiten el mismo nombre, unas largas pestañas adornan su rasgo más bello, unos preciosos ojos esmeralda, tan bellos como tristes, ahora están solitarios fríos, se han cansado de llorar han perdido su vida.
Se levanta y camina hacia el mar… despacio… se maravilla de la hermosura que se encuentra frente a ella que la invita a seguirla, mira el faro que está tras ella ahora iluminado por los rayos ocres del sol que lo hacen ver imponente, recuerda de nuevo y las lagrimas vuelven con fuerza a sus ojos, una cae al agua y se forma una pequeña onda, avanza mas , ahora el agua llega hasta su cintura su bonito vestido esta empapado, se detiene un momento mientras sus dedos juegan con el agua que escurre entre ellos, las olas antes tranquilas comienzan a tomar fuerza, consiguiendo derrumbarla, una carcajada triste y lastimera sale de sus labios, pronto se convirtió en sollozo.
Ahora está completamente mojada se levanta con un poco de dificultad, ya no se dirige al mar, no puede hacerlo de esta forma, no; quiere algo que ya no la haga sufrir más, ¿no es mucho 9 años? Pobre chica piensan muchos, otros simplemente dicen que enloqueció, puede que todo sea cierto, pero la única verdad está en su historia, no es una historia de muerte sino de promesas… "algún día"… una pregunta "¿me esperaras?"... una respuesta "por siempre"… de amor, de dolor y de olvido.
¿A quién contarla? al viento o al tranquilo atardecer que se extiende sobre la playa o solo la guardara para sí misma, una historia bella con un final que aun no llega pero la agonía es mucha, del corazón solo se escucha un suave latido, agonizante, doloroso… recuerdos… las olas se encargan de borrar sus huellas en la arena, solo ellas y el cielo son testigos.
Un risco, subir y subir, es alto y peligroso, cada vez que avanza pone en juego su vida.
Su piel esta lastimada y sus dedos sangran.
Casi llega a la cima, con facilidad trepa, se sostiene, queda de pie, mira hacia el sol y luego a la pequeña villa que se extiende no muy lejos, es linda y acogedora, su hogar.
No se arrepiente, es casi hora, en su cuello hay una delgada cadena y al final un bello dije en forma de una flor de cerezo, su nombre, sonríe melancólicamente, el dije brilla intensamente, sus manos tiemblan, lo oprime fuertemente junto a su pecho, cierra los ojos, la misma imagen.
"El" un rostro que jamás podrá olvidar, cabello chocolate sedoso, suave y rebelde, piel apiñonada, rasgos varoniles, mas alto que ella más fuerte la protegía siempre, tierno, dulce, encantador, un caballero, a la vez duro, frio, desconfiado; con ella era encantador y con los demás siempre tan diferente, su sonrisa la derretía y su risa ahhh su risa una risa limpia y sin maldad, una risa que extraña por que la hacía feliz, sus ojos ámbar, con destellos rojizos, alegres llenos de vida, reflejaban su alma, la miraban con amor, alegría, toda la paz que necesitaba la encontró en ellos, lo ama, más que a nada, más que a nadie, como nunca pensó amar, como siempre lo espero.
Miles de recuerdos se agolpan en su mente, esta, la última vez que recuerda su historia, junto a las primeras estrellas y a los últimos rayos del sol; nadie más debe enterarse, otra lagrima cae.
Cuando se conocieron…
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"Mucho gusto mi nombre es Sakura Kinomoto y ¿el tuyo?" Dijo una niña sonriente a un niño que la miraba enfadado. Ella intentaba ser amable con sus nuevos vecinos, sin embargo este chico no ponía mucho de su parte.
"Li Shaoran" contestó con desgano para darse media vuelta e intentar irse.
"Espera ¿No te gustaría conocer Tomoeda? Si quieres puedo llevarte" dijo mientras tomaba las manos del chico, este se soltó de su agarre, y señaló bastante molesto.
"Déjame tranquilo, no necesito de ti" para esta vez lograr entrar a su nueva casa, dando un portazo.
Mientras ella se quedo dubitativa a mitad del jardín intentado encontrar que le había molestado, si no tenía mala memoria no lo lastimo y mucho menos ofendió, así que no tenía razón para tratarla de esa forma. Quizás solo era un gruñón amargado.
Una silueta observaba con indiferencia desde la ventana de su habitación a dos orbes esmeraldinos pertenecientes a la niña que le sonrió.
Al sentirse observada volteo hacia arriba encontrándose con dos ojos ámbar mirándola con enojo, ella comenzó a agitar las manos a modo de saludo, agregándole una sonrisa, que fue correspondida con otro estridente ruido esta vez perteneciente a la ventana, que fue cerrada de golpe por Shaoran.
Este definitivamente no fue un buen comienzo.
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En ese instante nadie le dijo que se enamoraría tan locamente de él, nadie le dijo que sufriría tanto por él, recordaba cada momento, cada palabra quedo grabada a fuego, cada recuerdo se quedo por siempre en su corazón, cada día, cada minuto, cada segundo.
El recuerdo de una amistad…
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Él solía salir por las tardes con Kero, su perro, lo llevaba a dar una vuelta a la playa que quedaba a media hora a pie y así también se distraía, llegaba a la playa y se detenía largos minutos a contemplar el atardecer sin preocuparse del transcurrir del tiempo ni de los "molestos turistas" que se creían dueños del lugar ni de nada en general solo observaba callado, en paz con la mirada hacia la inmensidad que estaba delante de él, en esos momentos ella le miraba: ahí era cuando a través de sus ojos veía su alma desnuda, tal como era: un ser solitario que se veía muy triste y desolado pero con demasiado orgullo como para siquiera reconocer que necesitaba ayuda, ella lo seguía sin que él pareciera darse cuenta, o al menos eso pensaba, pues un día simplemente detuvo su tranquilo andar, se dio vuelta repentinamente, le hablo, a ella que estaba intentando esconderse inútilmente tras un árbol, dijo con voz dura:
"¿Qué? acaso no te basta molestarme en la escuela y el hecho de que somos vecinos si no que ahora también me sigues"
Ella por su parte se quedo muy sorprendida, no por lo que le dijo sino por el hecho de que él ya había notado que lo seguía pero ese estado no duro mucho pues pronto fue remplazado por una sonrisa, ahora era él quien estaba confundido que no se suponía que debía haberse puesto a llorar e irse, pero no; le sonrió y le tomo la mano sobresaltándolo, corrió con él hasta la playa, Kero iba adelante, puesto que dé la impresión Shaoran lo soltó, ella seguía corriendo con él, atropellando a algunas de las pocas perdonas que estaban por la playa, que gritaban molestos "hey" ,tropezando con sus propios pasos, corriendo torpemente, hasta que se detuvo cansada y muy agitada aun así comenzó a reír a lo que él se extraño.
¿Estaba loca o algo así? Pero debía admitir que la carrera fue un poco pero solo un poco divertida, ella le miro y sonrió de nuevo; ¿Qué acaso no se cansaba de sonreír?, él se recuperaba poco a poco de la carrera, en eso estaba cuando sintió que se abalanzaban en su contra consiguiendo tirarlo y mojarlo un poco, al abrir los ojos algo desubicado descubrió a Sakura junto a él dispuesta a mojarlo.
Tenía que hacerlo reír; para casos extremos medidas extremas se dijo así misma mientras comenzaba a tirarle agua encima a lo que fue correspondida de la misma forma, pronto ambos se encontraron corriendo e intentando escapar del otro porque de otra manera terminarían empapados si es que eso era posible pues ya se encontraban muy mojados, Kero corría feliz alrededor de ellos, al mismo tiempo cayeron rendidos sobre la arena; risas se escucharon por todo el lugar, resonando, causando ecos y recuerdos, esta vez no se escucho solo una risa, esta vez fueron dos la primera una alegre y melodiosa la otra algo más tímida, viva, limpia y hermosa: la risa de Shaoran; ella se incorporo suavemente, mientras contemplaba satisfecha los resultados y algo sonrojada pues ese sonido hacía que su corazón se detuviera y al mismo tiempo luchara por no salirse de su pecho por los emocionados y rápidos latidos, esta vez contrario a lo que ella pensaba no se retiro, siguió sonriendo, la ayudo a levantarse.
Un "Gracias" salió de los labios de su ahora nuevo amigo, algo sorprendida se pellizco provocando en él un gesto gracioso, no definitivamente no estaba soñando. Regresaron a sus hogares entre bromas y alegres momentos compartiendo divertidas experiencias; una linda amistad comenzó aquella tarde de verano.
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Ese eco, esa risa, esos momentos que se quedaron viviendo y repitiéndose una y otra vez en sus sueños, casi podía ver sus siluetas corriendo por la arena. Mientras, luchaba por no caer presa de la locura, callaba sus sollozos con las manos; dolía, en verdad dolía, el corazón pareció estrujársele, y rompérsele en pedazos, cuando recordó su primer beso.
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Era una tarde normal y decidieron ir de nuevo al lugar que los vio convertirse en los mejores amigos, el faro: tan grande, y tan viejo como la villa misma, rodeados por el suave silencio que brinda esa época del año, el día agonizando como única atmosfera, el suave arrullo de las olas como impulso fue lo que basto para que se decidieran, intentaron hablar pero las palabras parecían haberse ido, se miraron largamente segundos o minutos, ya no existía el tiempo, ni nada, ni problemas, ni sus familias tampoco la gente que pasaba silenciosa sin notarlos.
Ella y él, dos enamorados luchando por declararse, pero en esta ocasión las palabras sobraron; un impulso o una necesidad ¿Quién lo sabrá?, fue la que los incitaba hacia adelante, los acercaba lentamente, al principio solo se abrazaban, después sus rostros se acercaron sus alientos mezclándose con la brisa salina, y un dulce sonrojo invadiendo sus mejillas, poco, a poco sus labios se rozaron despacio y suave un beso inexperto, tímido, solo eran dos niños aprendiendo a amar, sus manos viajaron hasta sus hombros para sostenerla pues parecía que en cualquier momento caería, algo avergonzados como si hubiesen hecho mal se separaron solo para tomar aquello que necesitaban: un poco de aire, sus frentes permanecían juntas, mientras que una pequeña sonrisa adornaba sus infantiles rostros.
Él tímidamente se atrevió a hablar "Te amo",dijo, y sintió que aquel secreto que guardaba celosamente en su corazón era compartido por la persona que se encontraba frente a él.
Como si se lo confirmara ella repitió "Te amo" la sonrisa de ambos se amplio y de nuevo habló:
"Sa...Sakura, quiero saber… si… bueno… tu sabes…quisieras, ser mi…"sus palabras se quedaron en un intento, ahora un suave dedo cubría sus labios sellando cualquier sonido, una sonrisa de parte de ella:
"Si, Si quiero" dijo acto seguido se abrazó a él siendo recibida con agrado, al ver que le costaba declarase ella lo ayudo simplemente dando la respuesta a la pregunta que sabía que el chico quería hacerle, el agradecido le sonrió, sus sonrisas eran un mudo gracias, un agradecimiento que era mil veces más hermoso que la palabra misma.
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Sonrisas que hieren mientras más se recuerden. Una tarde más, un día que quedo en el pasado y que influye en su futuro, la brisa le recordaba sus labios, el recuerdo de su declaración se intensifico, hasta que casi lo pudo vivir de nuevo, pero nada lo traería de vuelta, ni sus plegarias, ni sus lagrimas, y tampoco sus recuerdos. El momento más doloroso, cuatro palabras, una promesa, una despedida y un corazón roto marcan la última parte de su historia.
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Cuando todo parecía ir de maravilla, el destino decidió que sería muy divertido jugar con ellos, así que cuando Shaoran regresó una tarde de la escuela Wein lo esperaba en la puerta con una expresión extraña que Shaoran supo interpretar como tristeza.
Al llegar junto a él y antes de que le pidiera una explicación simplemente dijo "Su madre lo espera en su despacho" palideció, o algo malo pasaba o era una noticia muy importante, su madre solo en esas ocasiones lo llamaba de esa manera, y lo que escucho de su madre rompió sus sueños y su corazón también, aunque sabía que no sería al único que le pasaría esto, fueron cuatros simples palabras que cambiaron radicalmente todo, que amenazaban con darle a su vida un giro de 360°
¿Qué cuales fueron esas palabras? "Nos vamos de Tomoeda".
"Nos vamos de Tomoeda, Nos vamos de Tomoeda, Nos vamos de Tomoeda,"
la misma frase se repetía como una condena una y otra vez dentro de su cabeza, ¿Qué haría ahora? Él no quería irse ¿Qué sería de él y de Sakura? Y lo más importante como se lo diría sin que ella lo odiara, esto último pronto lo sabría pues Sakura se acercaba a paso lento al parque pingüino donde la citó esa tarde.
Su madre solo le dio dos días ya que en dos días partirían a Hong Kong por que los Li, más específicamente Shaoran, debían ocuparse de sus negocios porque su administrador fue acusado de fraude por otra empresa, y Ieran no quería correr el riesgo por lo tanto, tomo esta nada fácil determinación, sin embargo las razones no importan, no ahora que Sakura ha llegado junto a él y lo saluda tan afectuosamente, como solo ella sabe hacerlo, lo mira preocupada pues desde ayer lo notó raro, diferente , preocupado, se espero cualquier cosa, todo menos lo que él le diría, la misma frase que su madre utilizará un día antes con él:
"Me voy de Tomoeda" Sakura espero que el comenzara reír o que le dijera que eso era una broma, pero lo que espero jamás llego, temía ver sus ojos, temía encontrarse con que no mentía, sin embargo al verlo de frente, lo confirmo se iba…se iba… no solo de Tomoeda se iba de su vida y quizás nunca lo vería de nuevo.
"Por favor… por favor… dime que mientes" dijo aferrándose a una falsa verdad, él la miro con dolor y con movimientos lentos negó.
"Lo siento" ¡NO! ella no quería que se fuera, lo abrazo y en su pecho derramo varias lágrimas, él no quería verla llorar, se sentía el ser más despreciable, se sentía inútil, tantas cosas pero la culpa no fue suya.
"Volveré" dijo en un quedo susurro junto a su oído.
"¿Cuándo?" pregunto ella con esperanza asomándose en sus cristalinos ojos.
"Algún día, no sé cuándo, pero te lo prometo volveré… ¿Me esperarás?..." ella limpió sus lagrimas, se separo de él, ahora sus cabellos cubrían sus ojos y también todo rastro de la respuesta que Shaoran deseaba buscar en ellos, él temió, apretó los puños materializando su miedo.
"Por siempre… por siempre… lo sabes" dijo ella en un susurro audible solo para Shaoran, al escucharla su corazón salto de emoción y la besó, sellando con ese beso una promesa.
Entre lagrimas ella sonrió "Te amo, y te esperare toda mi vida y más… pero…"
Shaoran volvió a temblar.
"Pero si algún día decides que no deseas volver, si algún día ya no… ya no… me… amas… solo quiero que me envíes esta cadena en un sobre azul" en su cuello descansaba una delgada cadena con un precioso dije al final, se la quitó y se la puso a Shaoran "Ese día sabré que no me amas más, pero también sabré que encontraste a alguien especial para ti, y seré feliz porque tú también lo eres"
Shaoran la miró y le sonrió "Ese día no llegará, cuando vuelva traeré esta cadena conmigo, cuando vuelva por ti" sonrió y la besó de nuevo. El momento en que sellaron la promesa sería uno de los más importantes de su vida pero aquella promesa duraría más tiempo del que esperaban y del que deseaban.
El día de su despedida llegó ambos estaban destrozados , pero no lo demostraban para que el otro no sufriera, se acercaron hasta darse un abrazo, se susurraron más promesas, palabras dulces y miles "Te amo" se miraron fijamente grabando a fuego en su corazón el rostro de la persona amada y con renuencia se separaron, un último beso antes de su separación "Volveré" dijo él "Te esperare" dijo ella, sus manos entrelazadas se soltaron poco a poco hasta que el único contacto que tuvieron fue el de sus dedos rozándose, aún cuando él se iba no dejaron de mirarse a los ojos "Hasta pronto" dijeron ambos.
Después de su partida todo cambió para Sakura, su ánimo cambio por completo, no sonreía, pasaba casi todo el día en su habitación y por las noches no dormía mucho pues se la pasaba soñando con él. Las cartas los mensajes y las llamadas no se hicieron esperar, llegaban por montones cada mes, los primeros meses las llamadas eran todas las tardes y las cartas llegaban puntuales cada semana, pero conforme pasaba el tiempo se hicieron escasas hasta que un día finalmente terminaron por desaparecer, espero días las llamadas, espero meses por las cartas y espero años su regreso.
Lo que mantenía su esperanza viva era que el sobre no llegaba eso y su enorme, puro e inquebrantable amor por Shaoran.
Tras ocho años de su partida y ninguna noticia de Shaoran, Sakura sonreía un poco más, y poco a poco volvía a ser la dulce niña que siempre fue, claro siempre tenía presente la promesa, sin embargo un día el correo cambió todo, un día el cartero llevaba un sobre pequeño y azul dirigido a Sakura Kinomoto, un sobre desde Hong Kong, un sobre firmado por Shaoran Li…
Todos sus miedos se vieron confirmados cuando al abrir el sobre se encontró con la cadena que ocho años atrás le puso a Shaoran; la cadena cayó al suelo causando un suave tintineo, seguido de las lagrimas de Sakura, no pudo sostenerse y suavemente se dejó caer abrazándose y consolándose a sí misma; se prometió que sería feliz si también él lo era, pero ¿Por qué?, ¿Por qué?, dolía tanto, el corazón le dolía, sentía como cruelmente era destrozado, se abrazo más fuerte y lloro toda la noche en la oscuridad de su habitación.
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Ahora a un año de la llegada del sobre y sin poder superar el que Shaoran ya no la… amara, se encontraba en lo alto de un risco frente al mar, recordando su historia. No quiso enamorarse, no, los fragmentos y las heridas de su corazón solo las podría reunir y sanar Shaoran, sin embargo no regresaría , porque había encontrado a su persona especial, y ella se quedaba sola en este cruel mundo sin nadie, no retuvo las lagrimas, que corrían libremente por su rostro, se permitió llorar.
Decidida volteo observando al sol morir en el horizonte, sus manos sueltas al lado de sus costados cerró los ojos para sentir la cálida brisa marina, se dejo caer, el tiempo paso lento y miles de imágenes, sonidos y recuerdos se arremolinaron en torno a ella, la caída era un paso seguro al otro mundo, dejaría que el mar se la llevara a donde quisiera… ser libre.
Sin embargo hubo algo que frustro su decisión, una mano que tomo la suya antes de que cayera, la hizo agitarse por la brusquedad con la que impidió su caída, que la hizo enfurecerse contra el intruso aún sin conocer su rostro, puesto que miraba hacia el mar bajo sus pies "¡¿QUIEN?!" grito a quien la había salvado de su libertad, y con una mirada cargada de furia y reproche alzo la vista para encararlo o encararla fuese quien fuese lo haría pagar su error, sin embargo se encontró con dos enormes ojos que la miraban al borde del llanto, con miedo, esperanza y ¿amor? si, era amor… amor por ella, pidiéndole en una muda suplica que no hiciera la locura que estaba a punto de cometer, su furia se apago y los reclamos se quedaron ahogados en su garganta, se esperaba a cualquier persono a todos menos a él, se miraron largamente, tantos sentimientos encontrados; ¿Cómo la encontró?, ¿Cómo supo lo que deseaba hacer?, ¿Por qué la salvo?, ¿Qué hacía ahí? estaba confundida, pero la llegada de su salvador cambiaría muchas cosas, le estaba brindando una oportunidad, empezar de nuevo, olvidar el pasado, los momentos dolorosos, no lo haría sola, él le ayudaría y ella estaba dispuesta a tomar esa oportunidad.
Antes de que pudiera decir algo, la jaló hacia su cuerpo y la abrazó hasta casi ahogarla, al oído le susurro "Sakura te amo" ella se abrazo a él y por primera vez en años sonrió, una sonrisa verdadera, llena de felicidad.
¿Por qué sonrió?, simplemente sonrío porque…
Él volvió... Shaoran volvió
Y ahora pasara lo que pasara todo estaría bien…
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FIN
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Aquarius
