A/N: Simplemente vino a mi mente, lo escribí y ¡boom! , aquí está. Estaré gustosa de saber su opinión. :3

"Big Hero 6/Grandes Héroes" y todos sus personajes son propiedad de Disney.

Leiko Tanaka creció rodeada de dificultades.

No podía decir que odiaba a sus padres; sabía que habían tratado de darle lo mejor que podían, pero por esforzarse tanto en ello se habían olvidado de darle lo más importante: amor parental. Olvidaron darle su apoyo y recordarle siempre que era una persona muy valiosa.

Aprendió por sí misma a defenderse y por el miedo puso una cortina de hierro, escondiendo su verdadero sentir.

Por años permaneció así, escondiéndose del mundo para evitar ser lastimada, hasta que la vida la llevó al San Fransokyo Institute of Technology.

Ahí, en ese laboratorio, comenzó a creer que había un lugar para ella en el mundo. Conoció a esos amigos que poco a poco ganaron su confianza, haciendo que dejará atrás a Leiko para ser solo Gogo Tomago; pero sobre todo lo conoció a él.

Nunca creyó en un príncipe azul y sin embargo fue así como Tadashi Hamada llegó a su vida: como un héroe que la rescaro de esa prisión de hielo que existía en su corazón. Por él comenzó a creer, por él sentía que podía confiar; por eso lo amo en todas las formas en las que se puede amar.

Más como siempre en su vida, esa felicidad no fue eterna. Apenas duró un suspiro cuando todo se esfumó en cenizas. Literalmente.

A pesar de que él le prometió que no lloraría más y que estaría siempre a su lado, falló. Como todas las personas que se supone que no deberían haberlo hecho. Se fue para siempre, dejando un enorme vacío en el corazón.

Más el salvar a la ciudad y derrotar a todos esos villanos en su nombre, comenzó a devolverle un poco de tranquilidad. Sentía que al ayudar a la gente, al cuidar de San Fransokyo, lo hacían sentir orgulloso en donde quiera que estuviese. Cuando sonreía al ver un criminal tras las rejas, sabía que él también sonreía.

Y un día, él simplemente volvió a ella. No de la forma en la que esperaba; ni en sus sueños más locos se lo habría podido imaginar.

Dejó de pelear de forma tan intensa y se alejó de la velocidad, lo que hizo que los otros se percataron de que algo era diferente. Fue solo cuestión de tiempo para que supiesen la verdad.

Tenía miedo. Temía que con cualquier movimiento brusco ese pedazo de él podía irse, simplemente desaparecer en el aire. Lo cuidaba como si fuese de cristal.

Y no era la única. Tenía a Wasabi dando raros consejos y desinfectando todo lo que pudiese llegar a tocar; a Honey siendo ella, emocionada y con una idea diferente cada día; a Fred planeando toda clase de juegos e inventando locuras; a Hiro llamando a cada segundo, a Baymax con análisis por la más mínima cosa, e incluso a Cass, quien parecía acabar cada día con el inventario del café ella sola.

Y a pesar de estar rodeada de gente y alegría, en las noches no podía evitar llorar y reclamar, amenazando en ocasiones a Tadashi en susurros y en otras suplicándole que regresara, que estuviera a su lado.

Volvió a sentirse completa cuando la vio por primera vez. Su cabello, sus ojos, su risa... Toda ella era la imagen viva de él, hasta el más mínimo detalle.

Esa alegría burbujeante la recorría de pies a cabeza, llenando cada hueco. Y aumento cuando Baymax pronunció esa frase que se quedó en su mente para siempre:

"Tadashi esta aquí."

Es por eso que se prometió a sí misma que, a pesar de lo mucho que Leiko Tanaka sufrió en silencio y de todo el llanto que Gogo Tomago derramó por amor, haría todo lo que estuviese en sus manos para que su pequeña Kathelyn Hamada no perdiese esa sonrisa.

Esa alegría característica que había heredado de su padre.