Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen, son de Shore & Co. Si no fuera así no estarían como están xDD

Situación: No hay spoilers, podéis situarlo antes del final de la quinta temporada.

Dedicado a Ne... Porque ye Ne :)

Un OneShoot cortito que se me ocurrió en un momento. Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como disfruté yo escribiéndolo :)


Ring… Ring….

- Se…

- Soy House, necesito que vengas aquí otra vez.

- ¿Esta noche?

- Y lo antes que puedas.

- Eres totalmente insaciable, House, es una de las cosas que más me gustan de ti.

- Pues por eso tengo que llamarte, Cuddy. Ahora eres lo único que me sustenta.

Ella sonrió al otro lado del teléfono.

- Estaré contigo en un momento.

- Bien, no tardes.

Colgó sin mediar más palabra. La esperaba. La necesitaba. Era lo único que lo ayudaba a sentirse mejor.

Y al cabo de poco más de 20 minutos, ya estaba llamando a la puerta.

House se levantó del sofá y se acercó hasta ella para abrir.

Una guapísima Lisa Cuddy se encontraba al otro lado, envestida en un corto y escotado vestido azul que dejaba ver solo lo que ella permitía.

- Anoche no tardaste ni un cuarto de hora en llegar.

- ¿Me cronometras, House? – decía mientras entraba -¿Habrá compensación si supero mi récord?.

- Ni lo sueñes, pero me gusta que vengas cuando te llamo.

Ella sonrió.

- Pues aquí me tienes, contigo– le contestó, sin duda esperando reacción por su parte.

Él la miró fijamente, sus ojos azules totalmente abiertos, observándolo, su moreno pelo rizado, totalmente inamovible, solo al principio de la noche.

Dejó el bastón a un lado y se acercó impulsivamente a ella. Besándola con tantas ganas que tuvo que apoyarla en la pared para continuar. Sin dejar de besarse y de camino a su habitación, le fue quitando la ropa y tirándola allá por donde pasaban, cada prenda más caliente a su paso.

Finalmente, él solo con sus pantalones y ella con su ropa interior, lo tumbó en la cama. Gateando se sentó encima de él, y tras deshacerse ambos del resto de impedimentos que los cubrían, hicieron el amor tal y como ya llevaban varias veces en esa semana, situación que sin embargo, ninguno de los dos aborrecía lo más mínimo.

Al acabar, los dos estaban tumbados en la cama, mirando hacia el techo.

- Cuddy, eres increíble – le dijo momentos después.

- Sin duda House, pero tú me superas con creces. Y mientras más te conozco, más me doy cuenta.

Él giró la cabeza para mirarla, y le acarició la cara con el reverso de la mano.

Después de aquello ella se levantó, y él la siguió. A medio vestir, anduvieron hasta llegar al salón.

- ¿Cuánto es esta vez?

- Lo mismo House, 120.

House cogió la cartera de la mesita y le dio 150 $.

- Lo que sobre para la próxima vez que vengas.

- ¿Ya estás tan seguro de que habrá una próxima vez? – le preguntó mientras se guardaba el dinero.

- Prácticamente, sí.

- ¿Nunca te olvidarás de ella, verdad?

- No hasta que deje de hacerle daño.

Le sonrió, y abrió la puerta para irse.

- Adiós Gregory House.

Él, sin contestar, cerró cuando ella ya había atravesado el pasillo.

No quería llamarla de nuevo, no quería volver a montarse aquella farsa, ni verse sumido en aquella mentira que él mismo estaba ocasionando, pero contratar los servicios de alguien demasiado parecida a esa mujer que nunca podría quitarse de la cabeza y a la que además él llamaba por su nombre, era a lo único a lo que en aquel momento podía aferrarse.