Holis a tods! acá les traigo una nueva historia. Se me ocurrió hoy en el trabajo (mientras leía unos documentos XD), en principio no sería un fic de muchos capítulos, no es la idea, peeerooo bue, no prometo nada!. Espero que les guste!, me parece muy tierno Alfred en versión padre. Bueno los dejo con la historia! Nos vemos al final!
Disclaimer.: Hetalia no me pertenece, son propiedad de Hidekaz Himaruya.
Advertencias: Por ahora, ninguna!...por ahora! XD
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Aunque estaba rodeado de doctores, enfermeras, pacientes y mucha gente más, se sentía solo, absolutamente solo. No hacía más que pensar en lo que los doctores le acababan de decir, su novia había muerto en el parto.
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Alfred F. Jones, norteamericano de 24 años, de cabellos rubios, ojos color del cielo y portador de una sonrisa encantadora, era un huérfano que vivió en una casa hogar desde los 5 años. Sus padres, habían muerto, y no tenía a nadie más en este mundo. Al principio, la idea de vivir en un orfanato no le agradaba en absoluto, hasta que la conoció a ella. Una niña de ojos tristes, pero al cruzarse con la mirada del joven rubio sus ojos grises se transformaron en un mar de arco iris. Crecieron, educaron, compartieron muchos momentos felices y otros no tanto, se cuidaron, se alentaron mutuamente, y finalmente se amaron. Al cumplir ambos la mayoría de edad dejaron atrás todo lo malo para comenzar una nueva vida juntos. Así pasaron unos felices 4 años, hasta que la idea de tener un hijo para darle todo el amor que tenían y ofrecerle lo que a ellos de niños les hizo tanta falta...una familia.
Pero una vez más el destino les jugaba una mala pasada. Luego de varios exámenes y pruebas, se comprobó que Alfred no podía tener hijos. Pero no dejaron que eso los desalentara, para nada. Entonces, pensaron en la adopción; hacer feliz a un niño que al igual que ellos había quedado solo. Pero las cosas no fueron tan fáciles, la verdad es que los juzgaban por ser muy jóvenes, y por no cumplir con todos los requisitos que pedían, por ello después de meses de lucha, tuvieron que resignarse.
Parecía que la vida se empeñaba en ponerles piedra tras piedra en el camino, sin embargo, no logró doblarles el espíritu y sus deseos de ser padres. Es por ello que después de mucho hablarlo, optaron por la inseminación artificial. En principio al ojiazul la idea de no poder ser padre lo entristecía, luego la oportunidad de ser padre de un niño huérfano como él lo entusiasmo mucho, lástima que no se había podido dar, pero la opción de la inseminación artificial no le agradó para nada. Era injusto!, la vida era injusta!, recurrir a un frasco con…con…eso!, que se suponía sería su hijo. Pero después de discutirlo en varias ocasiones, comprendió que lo importante era formar una familia, y ya la forma en que esta se formara era algo secundario.
Acudieron a la cita que tenían en aquella clínica especializada, en principio les comentaron como sería el procedimiento, y como proseguirían luego de ello. Luego les entregaron un catálogo en donde podrían elegir al donante. Fue una decisión dificilísima de tomar, aún más de la que se imaginaban que iba a ser. Al final, se decidieron por un donante joven, y según la cartilla de ojos verdes, rubio y de descendencia inglesa. Pero lo que en verdad los había convencido para elegirlo, era que a diferencia de los otros donantes, este solo había proveído a la clínica de un solo frasco. Eso hacía que su futuro hijo, no tuviera medios hermanos perdidos por quien sabe dónde, ni de que se tratara de una persona que vendía su esperma como algo común, conociendo su fin.
Todo marchaba bien, el procedimiento se había llevado a cabo con éxito, y en unos meses iban a convertirse en una familia feliz.
Sin embargo, una nueva prueba se presentó ante ellos. A los 4 meses de gestación, a la futura madre le diagnosticaron leucemia. La noticia no podía ser peor. El tratamiento de la enfermedad era bastante agresivo para la joven, y por supuesto, imposible de soportar para el bebé.
Jones estaba devastado ante la noticia, ¿cuándo la vida se iba a dignar de abofetearlo una y otra vez?. Discutieron varias horas sobre la decisión que iban a tomar, no era fácil, y aunque a Jones le doliera en el alma, si tenía en esos momentos que elegir a alguien, la elegía a ella. Muy diferente era el pensamiento de la joven. Para ella la vida que llevaba dentro era más importante, y no lo dudó ni un segundo después de que le diagnosticaran la enfermedad quien debía vivir de los dos.
Tras aceptarlo con un profundo dolor y tristeza, trataron de vivir y compartir todo el tiempo juntos como si cada día fuera el último. Vivieron con ilusión en crecimiento del bebé. Cada momento era contradictorio, por un lado veían con cada ecografía al bebé lleno de vida, mientras que a su madre se la veía más lejos de ella.
Así pasaron los meses, hasta que la hora de dar a luz se presentó. Era el momento más esperado por ambos, pero también el más temido. Sabían que era muy probable que no resistiera el parto.
Ya en el quirófano, retumbaban los gritos de dolor de la joven, y aunque débil debido al estado avanzado de su enfermedad, logró dar a luz a una hermosa niña. Cuando el médico la entregó a los brazos de su madre, ambos padres la miraron con infinita ternura y amor. Fue en ese entonces que la mujer lo miro fijamente a los ojos y le hizo prometer que la cuidaría, que sería el mejor papá del mundo, que le daría todo su amor y nunca se alejaría de ella.
Luego de jurarle que así sería, la joven cerró sus ojos, para ya jamás volverlos a abrir.
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Y allí estaba, solo…otra vez, con la diferencia que ahora tenía que cuidar de su pequeña hija.
Luego del entierro, y tras varios días en los que la niña tuvo que quedarse en el hospital para observación, llegó el día de ir juntos a casa y una vez más volver a comenzar.
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Pero la vida de Alfred F. Jones nunca fue fácil, y una vez más, otra vez más… volvía a ponerlo a prueba.
Estando en camino a la sala de neonatología para buscar a su bebé y llevarla finalmente a casa, una doctora acompañada de una asistente social lo interceptaron. La noticia le cayó como un balde de agua fría. Resulta que al no estar casado con la madre de su bebé, no ser su padre biológico, y al no contar con ningún familiar de parte materna que se haga cargo de la criatura, la niña por más que el alegara debería ir a un instituto de menores para ser dada en adopción.
Por más de objetar de todas las maneras posibles, ponerse a gritar en medio del pasillo, y enfrentarse con varios efectivos de seguridad del hospital, no pudo impedir que se llevaran a la pequeña
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Inmediatamente, fue a ver a un abogado. Luego de investigar el caso, las noticias no eran muy alentadoras. El no podía reclamar a la niña por no ser su padre biológico, y si la adopción estando en pareja no se pudo, ni hablar de hacerlo solo.
Si las cosas no podían ser peor, el abogado también le comunico que una pareja estaba tramitando la adopción de su hija. Solo había una única opción para que esto no sucediera, el padre biológico podría reclamar la tenencia de la niña. Pero, cómo?, no sabía quien era, lo único que sabía de él era la información del catálogo, y nada le aseguraba también que ello fuera verdad. Pero era su única opción o perdería a su hija para siempre. Y eso no sucedería, porque él lo prometió, el jamás la dejaría, el siempre estaría a su lado, y cuando consigan por fin estar juntos nunca nunca se iban a volver a separar. Por ello, por él, y por su querida que en paz descanse, juró en ese momento que encontraría a aquella persona. Encontraría al donante, buscaría su felicidad.
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Bueno, hasta acá el primer cap. Espero que les haya gustado…es medio triste, pero es una introducción necesaria. En el segundo capítulo descubriremos la vida hasta entonces de nuestro segundo protagonista, y lo que lo llevó a ser lo que es, El donante. Obviamente ya sabrán quien es! Los espero entonces en la prox. Gracias por leer! Saludillos! Mia Rosen
Pd: no, no me olvide del final de mi anterior fic, pero como estoy escribiendo en el trabajo se me complica escribir lemon! Mi jefe ronda seguido por mi escritorio! XD. Quizá cuando trabaje en algún lugar en donde Elizabeta sea mi jefa, pueda escribir sin pudor! XD.
