Genos, 19 años, se podría decir que a pesar de su aspecto robótico y su actitud firme, aún era un adolecente con mucho por que aprender.
Habían pasado días, semanas y posteriormente meses desde que Genos empaco sus cosas y se mudó a la casa de su maestro bajo la excusa de entrenar el mayor tiempo posible y aprender todo lo que había por ver.
Pero eso no era más que una farsa.
Esos motivos no eran totalmente certeros a lo que su mente le decía. Si, era cierto que Saitama era un ser de divina fuerza a los ojos de quien lo viera como realmente es, de modestia envidiable y amabilidad digna de premiar. Pero más que eso, más que aprender de, quien para él era, el hombre más fuerte que jamás volverá a existir, había un sentimiento.
Un sentimiento borroso y confuso, un sentimiento que no había experimentado desde hace años. Años en los que era un niño. Años en los que el hablar con otros era fácil y cotidiano. Pero esos años ahora son distantes y borrosos, siendo más invisibles con el pasar de los años, su único lazo del cual podría catalogar como amistad ha sido con el científico que lo hizo como ahora era: Parte humano, parte robot.
Pero para su desgracia, la parte robot no solo tomo parte de su cuerpo, si no de su mente, limitando todo contacto humano y pensando que eso solo era solo una distracción para su venganza, una venganza que también lo cambio. El dolor de perder todo lo que amo y le importaba junto con el nuevo poder que adquirió al ser parte robot lo formaron a lo que era.
Un Cyborg sin emociones, sin empatía, sin consideración ni nada por el estilo, solo era una cosa que peleaba para proteger por compromiso, pelear por necesidad y con el único objetivo de ir a matar a aquel que le quito todo para regresarle lo que le hizo.
Y después lo conoció a él, a Saitama-Sensei. Que
Un sujeto extremadamente fuerte a la vez que simple, no resaltaba en nada además de su calva, de actitud maravillosa y presencia ponderosa. Era el sujeto responsable de su confusión.
— ¡Genos! ¡Mira! — esa melódica voz le llamo desde la sala de la cual se encontraba no muy alejado.
— ¿Que sucede? — Dejo de lavar los platos sucios y camino a la sala para ver como su maestro apuntaba el televisor con emoción — ¿Es otro monstruo kaiju? — pregunto viendo el televisor y solo encontrando un anuncio publicitario.
— ¡Dos tazones grandes de Udon a solo 180 Yenes! ¡Solo los jueves y ordenes limitadas!
Ah... de nuevo esa atrayente simpleza.
— ¿Le gustaría comer afuera esta noche? — pregunto con una sonrisa amable.
— ¡Totalmente! Pero ¿Porque harán una oferta tan buena? — se preguntó a sí mismo.
— A juzgar de que hoy es jueves, puede que la clientela disminuye ese día y queda mucho Udon, tal vez solo lo hicieron para disminuir el desperdicio y aumentar la venta — Teorizo y Saitama solo se encogió de hombros.
— Oh bueno, sea por lo que sea, funciona — de nuevo sonrió por tan buena promoción.
Saitama no solía sonreír tan a menudo, la mayor parte del tiempo él se encontraba con una expresión de aburrimiento o indiferencia. El verlo sonreír tan animadamente era extraordinario para Genos.
A pesar de vivir en la zona más peligrosa que se pudiera encontrar por donde vaya, a pesar de ser un imán de problemas frecuentemente involucrando monstruos de todos tamaños, a pesar de que muchos lo odian por considerarlo un héroe falso y otros pocos lo admiran por ver su verdadera fuerza. No le importa nada.
Lo único que le parecía importar era seguir siendo un héroe sin más. Sin reconocimiento y alabanzas, sin ese jugoso pago que le daban a los héroes de clase "S" el cual él sobrepasaba con enorme facilidad, sin importarle que pelear ya no era divertido ni excitante, solo le importaba salvar vidas cuando nadie más podía.
Y lo amaba por eso... si es que a ese sentimiento se le puede llamar amor, porque, de nuevo, todo esto es confuso.
No ha recibido tratos de amor desde que sus seres queridos murieron, al mismo tiempo que no ha dado amor a nadie exceptuando a esas borrosas caras del pasado el cual recuerda haber querido mas no el sentimiento en sí.
Al principio creyó que era un virus en su sistema o algo por el estilo, pero el doctor Strench le dijo que no podía ser eso cuando el mismo le dio un repaso a su sistema. Después creyó que sus partes robóticas se estaban oxidando o dañando por el tiempo, pero eso era imposible, a cada momento estaba cambiando de piezas dado a que durante las pelear rara vez algo sale ileso de el. Finalmente al buscar sus síntomas en internet encontró algo muy inesperado: Amor.
— ¡Hey! Genos ¿Está todo bien? — pregunto Saitama con la boca llena al mismo tiempo sostenía unos cuantos fideos con sus palillos.
— ¿Eh? Ah, sí, bien, solo pensaba un poco — se excusó y siguió comiendo.
— Sabes, si no te gusta el Udon solo tienes que decirlo — comento pero se tensó al ganarse una mirada un poco ofendida y un poco enfadada del cocinero que estaba al otro lado de la barra.
— No, si me gusta el Udon, solo estaba pensando en algunas cosas — respondió.
— Oh ¿Y en que pensabas? — Genos no tenía una excusa ante esa pregunta, no le dirá que estaba pensando en sus sentimientos hacia él y la confusión que tenía, claro que no, pero tampoco era muy bueno mintiendo, tiene un segundo para responder y lo único que puede pensar es en el rostro de sensei.
— En... huevos — respondió sin apartar la mirada ni un segundo de Saitama.
— Ah ¿Es por la mega rebaja del sábado? yo pienso lo mismo ¿Cuantos huevos podemos comer al día durante cuantos días sin que nos fastidiemos? — se preguntó en voz alta a lo que volvía a su platillo.
— Si... es por eso — respondió algo distante y siguió comiendo.
No le gustaba mentir, pero decir la verdad cuando él ni siquiera sabía que era la verdad no era una buena opción.
Los dos caminaron a su pequeño apartamento compartido muy callados, Saitama estaba con sus manos ocultas en su sudadera favorita de "OPPAI" mientras que Genos lo seguía en silencio al mismo tiempo que tenía la mirada clavada en el suelo sin ver nada realmente.
El camino a su hogar fue extremadamente tranquilo, eran las once de la noche y ningún auto se asomaba por el puente vial en la cual ellos caminaban en ese instante, suspendidos por metros y metros de distancia del suelo por el cual corría agua y lo rodeaba vegetación en la cual Vivian cientos de insectos los cuales se escuchaban muy claramente, el sonar de los grillos y las cigarras junto las luces de las luciérnagas daban un ambiente tranquilo y relajante, era muy raro tener algo así en una lugar tan infestado de destrucción, muerte y monstruos rodeándooslos... pero ahora, parecía que todo estaba bien.
— Genos — la voz inesperada de Saitama tomo por ligera sorpresa al Cyborg el cual, desde su posición, solo podía alcanzar a verlo de espalda — Sabes, hemos estado viviendo juntos por meses y eres lo más cercano a un amigo que he tenido en años, si te pasa algo, puedes decírmelo.
Genos no dijo nada, solo se quedó pensando en silencio mientras se debatía en hablar o callar.
— No es necesario que me respondas nada, solo piénsalo — Genos hiso exactamente lo que le dijo su maestro, lo pensó y se mantuvo en silencio.
Pasaron un par de días mas desde aquellas palabras y todo fue regularmente normal, Genos se encargaba del aseo y la comida mientras que Saitama se recostaba y miraba algún anime o leía alguna manga. Todo iba relativamente normal.
Desde la cocina, Genos observaba a su sensei holgazanear mientras miraba las ofertas y hablaba de cosas triviales como los ridículos que eran los héroes de las mangas y animes que le sugiere King o lo debiluchos que eran los monstruos a los que se enfrentaba.
— Sensei — Interrumpió repentinamente Genos los parloteos de Saitama.
— ¿Que sucede? — Pregunto Saitama volteando la cabeza y mirando a Genos con total atención, cosa que no pasaba muy seguido.
— Yo... — Genos trago seco, estaba harto de tener sentimientos confusos y ocultos hacia su Sensei, tenía que usar la lógica y atar todos los cavos de una vez por todas, lo que pasara, pasara — ¿A tenido novia? — claro que no empezará con un "te amo" o "¿quiere ser mi novio?", primero tenía que estar completamente seguro que sus sentimientos serán correspondidos o por lómenos no lastimados.
— ¿Novia? — Repitió Saitama con confusión — Bueno... No, ninguna chica se me ha declarado — respondió tratando de recordar tiempos de colegio.
— Y... ¿Usted ha estado interesado en alguien? — La pregunta hiso que Saitama recordara más profundamente los tiempos pasados con cierta incomodidad, como si recuerdos dolorosos del pasado pasaran por su mente. Genos se arrepintió por preguntar.
— Si — Respondió después de una pausa en la cual tenía los ojos cerrados y los brazos cruzados mientras su ceño se fruncía incómodamente — Hace mucho me declare a un par de chicas hace algunos años, obviamente me rechazaron por mi aspecto tan simple, una fue muy amable, pero la segunda fue realmente dura — Extrañamente, Saitama sonrió, como si viera con cierta gracia el dolor del pasado — No lo recuerdo totalmente, pero debió ser muy dura, no me volví a interesar por ninguna chica desde entonces — Genos escucho con gran asombro y en estado de Shock mientras que Saitama reía por lo estúpido que debió ser en sus tiempos de colegio con dejarse deprimir por una razón tan torpe.
¿Cómo alguien puede negar a Saitama? En especial cuando debió de estar en su etapa más atractiva (no refiriéndose que ahora no lo era) tomando en cuenta que antes tenía cabello. Esa chica debió de cometer el peor error de su vida si supiera lo que realmente rechazo: Al hombre más apuesto, leal, comprometido, humilde y honesto que cualquiera pudiera ver. Encima, Lo hirió de una forma horriblemente cruel como para que su Sensei no quisiera nunca nadie más en su vida.
— Hey, Genos ¿Estas bien? Tienes cara de querer matar a alguien — Eso quería hacer Genos, buscar información e ir a matar a esa suripanta. Obviamente no lo haría porque como héroe estaba moralmente obligado a no dañar a nadie a menos que sea una gran amenaza, aunque el sentimiento estuviera presente.
— ¡Sensei! — De la nada, Genos llamo la atención de Saitama con una voz relativamente fuerte y firme.
— ¿Eh? ¿Qué sucede? Me estas poniendo nervioso — Genos se acercó a paso rápido a Saitama y lo tomo de las manos mientras lo miraba fijamente a los ojos.
— Sensei... Prometo siempre estar junto a ti, Siempre seguirte, sin importar el camino que elijas — Las dulces palabras de Genos hicieron que Saitama se extrañara como jamás lo ha hecho y lo mirara con cierto temor.
— ¿Porque actúas tan raro? Me das escalofríos — Dijo apartando sus manos de las del Cyborg — Pero no tienes que decirlo, de cierta forma, sé que siempre vas a estar aquí — Con esas palabras, Genos no tardo en abochornarse, por suerte su rostro no estaba diseñado para enrojecer, pero su cuerpo era distinto — Genos ¿Estas bien? Tu cuerpo está sacando vapor — Ante el señalamiento, Genos salió de la vista de su maestro para que su cuerpo se enfriara un poco.
En la oscuridad del pasillo y con un distorsionado sonido del televisor a causa del eco, Genos se quedó parado sin hacer nada más que tapar su rostro con su mano mientras se mordía un labio.
— "Sensei es tan... atractivo" — Pensó y ahora teniendo sus sentimientos más claros, mas entendibles, más honestos — "Saitama... te amo" — Dio una pequeña confesión para sí mismo.
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Y… Bueno, mi primer Fanfiction público… Yay!
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