Bueno, heme aquí con una nueva historia, aprovechando que acabo de terminar el fic de "Vacaciones..." (que ando editando y que próximamente publicaré dicho final), además de que no pude terminar su regalito de San Valentín a tiempo, así que por eso les publico este fic, que es una adaptación de un manga que me solté leyendo en estas vacaciones y que sinceramente me encantó. Bien, entonces... disfrútenlo!
Disclaimer: Varias escenas, diálogos y otras cosas están basadas en el manga "For You In Full Blossom" de Nakajo Hisaya, yo solo las uso de referencia. Al igual que los personajes de Digimon le pertenecen a Akiyoshi Hongo, yo no dibujé/creé ninguna de esas cosas, solo las uso como referencia y diversión. Escribir fics es uno de mis pasatiempos, así que no me demanden.
"Sueños de Adolescencia"
Un nuevo comienzo (o como intentar convivir con un grupo de locos)
"Y el Instituto Tecnológico, Educativo y Cultural de Odiaba vuelve a anotar! Con esos dos puntos son 27 a 10, si siguen así es posible que ganen el campeonato por quinta vez consecutiva..."
La televisión estaba encendida a todo volumen para que nadie la escuchara llorar, y una pequeña adolescente no hacia otra cosa mas que llorar mientras estaba tirada boca arriba en su cama. Apenas era una adolescente, recién empezaba a vivir, pero sus esperanzas se habían esfumado para no regresar nunca más. Su cabello rubio se desparramaba sobre la almohada, mientras que sus ojos cerrados denotaban un pequeño rastro de lagrimas que cada vez crecía más. Todo su mundo se había derrumbado a su alrededor, ni siquiera le ponía atención a la televisión, solamente lloraba sobre su cama, sacando todo lo que tenia dentro.
Esa tarde sus padres le habían notificado de su divorcio, y como su padre ganó la custodia, se la iba a llevar a Italia con él. Ella creía que era su culpa, por haber sido expulsada 3 veces de la escuela secundaria por ser 'violenta', aunque realmente no lo era, las demás niñas eran las que la provocaban, pero simplemente no le creían. La escuela había sido un martirio para ella desde que entro a la secundaria, siempre siendo la 'inadaptada', y aquella chica violenta que siempre reaccionaba a la primera provocación, ya que a sus demás compañeras les gustaba provocarla.
Les había jurado a sus padres no volver a pelear, incluso a superar sus calificaciones, pero simplemente todo fue en vano. No alcanzaron sus ruegos, ni sus suplicas
- "Tal vez si no estuviera aquí, ellos serian felices..."
Se levanto de la cama, se sentó y abrió un cajón, sacando una de las navajas que usaba antes en su clase de artes manuales. Se enjuago las lagrimas y miro el arma fijamente, dirigiéndola hacia su muñeca izquierda.
"Y el ITECO volvió a anotar! Esta vez tres puntos por parte de Kouji Minamoto, el chico más joven del equipo y revelación del año! 38 a 10 a favor del ITECO!"
Se acomodo su rubio cabello tras la oreja para que no le cayera en la cara, sus ojos miraron fijamente la navaja, la cual deslizo rápidamente por su muñeca para no sentir tanto dolor, solo un pequeño ardor, dejando que la sangre fluyera fuera de sus venas.
"Veinte segundos para que se termine este emocionante partido, ITECO esta arrasando prácticamente! 43 a 10 gracias a su 'chico de oro'!"
La sangre goteaba desde la herida, manchando la alfombra rosa que tenia el cuarto. La mirada de la chica se mantenía triste y melancólica, mirando la cortada y pensando en como iba a cortarse la otra muñeca. Camino hacia su tocador y se miro al espejo, observando su demacrado reflejo en el. Volteo y miro que había dejado un rastro de sangre en su trayecto de la cama hacia el espejo, pero no se inmuto, volvió a ver a su 'otro yo' y a la cortada sangrante. Su cabeza le daba vueltas, casi no podía distinguir una mano de la otra, incluso su reflejo le parecía borroso, pero ya no había vuelta para atrás.
"Y se acabo el juego! Marcador 45 a 10 y gana el ITECO! Van rumbo a las semifinales contra el Colegio Superior de Tokio la próxima semana, en estos momentos tenemos a nuestro corresponsal en la cancha para una entrevista con Kouji Minamoto... Adelante!"
La vida de Izumi paso frente a ella, desde que recordaba su tercer cumpleaños, su entrada de la escuela básica y luego su graduación, para seguir con las primeras peleas de sus padres y luego las de secundaria, aquellos rostros que provocaron sus expulsiones y principalmente cuando sus padres le anunciaron su inminente divorcio. Lloró de nuevo, haciendo que poco después esas lágrimas se mezclaran con la sangre de sus venas.
"Y aquí tenemos en exclusiva al 'Golden Boy' del ITECO, Kouji Minamoto de 14 años..."
"Acabo de cumplir 13 años 11 meses, el mes que entra serán los 14..."
"Este fue uno de tus partidos más sorprendentes, así que dinos... Como te sientes después de resultar ganador?
"Al principio fueron nervios, como siempre, ya que el entrenador nos enseñó nuevas estrategias y todo eso, pero una vez que se pisa la duela y se toma confianza es pan comido, me siento genial de haber ayudado a mi equipo a ganar."
"Algo que quieras decirle a tu publico y a tu recién formado club de fans?"
"Pues... que muchas gracias por apoyarme, a mí y al equipo, que crean en sus habilidades y esos esfuerzos serán recompensados!"
La chica tiró la navaja en esos momentos, se paro de la cama y fue a ponerse frente al televisor, aun con su herida sangrando y manchando la alfombra. Sus ojos miraban las imágenes con atención, las repeticiones de las mejores jugadas, entre ellas varias del chico Minamoto, maravillándose de cómo el peliazul anotaba puntos, hacia jugadas y apoyaba a su equipo.
Crean en sus habilidades... serán recompensados
Izumi reacciono y rápidamente fue a buscar algo para contener la hemorragia de la herida, atándose rápidamente una venda que encontró en el botiquín del baño. Una vez que regreso a su cuarto sintió un alivio al darse cuenta de que por poco se cortaba también la otra muñeca. Suspiró.
- Ese chico es de mi edad, y se ha superado a pesar de todo... no como yo que solo busqué una salida fácil... pues no defraudare a los demás, les demostrare que soy mas de lo que ellos creen...
Un mensaje positivo se había instalado en su cabeza, comenzando a formar nuevas ideas. Tal vez no podía hacer nada por sus padres pero podía hacer que se llevaran bien, y sobre su escuela ya haría algo en Italia.
- Solo espero haber pensado bien...
-3 años después-
- Segura que quieres regresar a Japón tu sola? Porque puedes ir a un Instituto aquí en Italia...
- Que no! Me costo mucho convencer a papá de que me dejara regresar a Japón! – mencionó la joven de ahora 16 años, dándole unas tijeras a su amiga.
- Estas segura Izumi? Siempre puedes cambiar de opinión...
- Estoy completamente segura! Además ya terminé con todo el papeleo, solo faltan unos cuantos detalles...
- Todo esto solo por ese atleta, tu estrella favorita... – la rubia le asintió a su pelirroja amiga, que comenzó a cortarle el cabello a la chica hasta que lo tuvo un poco debajo de las orejas – Solo una cosa Izumi... Por qué tienes que cortarte tanto el cabello?
- Por Kami! Llego tarde!
Era su primer día de clases, Izumi Orimoto corría por los pasillos con su maletín en la mano, buscando al grupo de primer semestre del Instituto Tecnológico, Educativo y Cultural de Odiaba. Había batallado mucho para que su padre la cambiara a un colegio japonés, aunque eso significara regresar a Japón después de 3 años de vivir en Italia. Una vez que consiguió el permiso, su mejor amiga fue la que pego el grito en el cielo cuando terminó de cortarle el cabello y la vio, con el pelo corto y tirando 3 años de cabello en unos instantes.
Su cabello rubio y largo, ahora era corto y un poco revuelto, de manera que con un poco de gomina podía amoldarlo perfectamente; el uniforme lo llevaba algo flojo pero de manera que no se le cayera el pantalón, que al igual que el saco, eran de un color azul cielo, menos la corbata, que era azul marino.
El por qué había hecho eso era muy sencillo, ya que entrar al ITECO era muy difícil, mucho mas para una chica.
- Por qué rayos se tuvo que retrasar mi vuelo? Ahora si voy tarde!
Y Es que para entrar al ITECO realmente era muy difícil, muchos chicos deseaban entrar al instituto, pero pocos lo lograban. La transferencia del colegio en Italia al instituto japonés no tuvo mucho tramite gracias a las calificaciones de Izumi, que había logrado esas notas procurando no meterse en problemas.
Pero ahora estaba a punto de realizar el sueño de su vida, entrando al prestigiado instituto para varones. Sí, para varones.
- Waaaa! Llego tarde! – Sin querer tropezó con alguien, cayendo al suelo – Por Kami... - Su cabeza comenzó a darle vueltas – Discúlpeme, de verdad lo siento, es que ya voy tarde! En serio discúlpeme! – dijo con voz grave, para que no notaran nada.
Sin siquiera ver a la persona con la que se tropezó, emprendió la marcha a toda potencia, dejando al otro muy confundido. Izumi llego al salón del primer semestre y abrió la puerta precipitadamente, interrumpiendo la segunda clase.
- Buenos días, mi nombre es Izumi Orimoto – dijo con impresionante rapidez, tanta que los alumnos se le quedaron mirando muy raramente - perdón por llegar tarde pero mi vuelo se retrasó y me fue imposible llegar a tiempo!
Los alumnos presentes comenzaron a murmurar y a mirar extrañamente al recién llegado. El maestro la miró fijamente, de una manera que ella creyó que la había descubierto.
- Y sus cosas? – pregunto el docente, un viejito con lentes de fondo de botella – no creo que aprenda todo de memoria...
- Ah si, mis cosas aquí las... – movió la cabeza de un lado a otro, buscando la maleta que traía – aquí las tenía, mis cosas...
Entonces sintió algo caerle en la cabeza, con sus manos se dio cuenta que era su maletín.
- Aquí están profesor Gennai, este chico los dejó tirados en el pasillo...
Hizo un esfuerzo para no desmayarse cuando volteo. Era él, Kouji Minamoto, el chico de oro del equipo de basketball hasta que se lastimo en el partido antes de la final, dos años atrás. Su largo cabello azulino lo llevaba en una coleta, con dos flequillos cayendo en la cara, y la mirada cansada como si se acabara de levantar. Si que era alto, ya que Izumi le llegaba al hombro, aunque era lógico, el chico no hubiera jugado de no ser por su estatura.
- "Así que fue con Kouji con el que tropecé... – pensó ella, mirándolo con ilusión – si es mas lindo en persona!"
- Otra vez llegando tarde, Minamoto? – reclamó el bajo y anciano maestro – Que excusa dirás ahora?
- No tengo ninguna – respondió el chico, intentando reprimir un bostezo sin mucho éxito – me quede dormido...
La mayoría de los compañeros comenzó a reír, pero Kouji solo fue a sentarse en su lugar, mientras Izumi hacia lo mismo y de manera sonriente al ver que estaba en el mismo grupo que su ídolo.
- "Cálmate, es solo Kouji, tu máximo ídolo! Que suerte! Y en la misma clase! No puedes mostrarte nerviosa... – sus mejillas se sonrojaron, ella solo las ocultó tras su libro de Matemáticas – olvídalo, ya lo estas..."
Toda la hora se la paso nerviosa, esperando la oportunidad para acercarse y volverse amigos, imaginando como sería ser amiga de Kouji Minamoto, su máximo ídolo desde que decidió vivir de nuevo. Años antes, cuando recién llego a Italia, se suscribió vía Internet a revistas de deportes para tener noticias del chico, aunque fueran pocas veces cuando saliera; luego se conectaba y buscaba imágenes y noticias, incluso su mejor amiga europea le dijo una vez que dejara esa locura, incluso Izumi tuvo que encontrar un empleo de medio tiempo para poder pagar por todo. Incluso en esos momentos sentía que todo su esfuerzo valió la pena después de todo.
El timbre de cambio de hora sonó, haciéndole ver a Izumi lo rápido que se iban dos horas de Matemáticas si uno pensaba en lo que quería.
- "Es hora... veamos... necesito un pretexto valido... – la mente de la joven intentaba hacer un plan para acercarse al chico Minamoto – Ya sé! Las gracias por lo de mi maletín!"
Se acercó cautelosamente al lugar donde estaba Kouji, se puso enfrente y él la miró raro. Los rumores entre los demás chicos del salón de clases se desataron al ver al chico nuevo acercarse al chico de oro. Ella se aflojó un poco la corbata y fue cuando le dirigió la palabra.
- Hola! Eres Kouji Minamoto! – el joven la miró como si fuera obvio – Muchas gracias por lo de mi maletín, es que por las prisas no pensé... en fin, gracias y espero que nos llevemos bien...
Ella había terminado con una sonrisa, tomando en serio su propio lema de "Opina sinceramente", pero el chico no contestó, ni siquiera la miro directamente, solo se levantó y tomo sus cosas para irse.
- Aléjate de mí – dijo el chico antes de irse, clavándole los ojos de manera fría – no le hago a esas cosas...
- Que? – la chica sintió un ligero tic en el ojo, razonó rápidamente. Ella había sido confundida con un homosexual – No! No quise decir eso!
- Como sea.
Las ilusiones de la joven se hicieron mil pedazos al escuchar esas palabras llenas de frialdad, haciéndola pensar que el regresar a Japón había sido la idea más tonta y estúpida de su vida.
- "Pero no puedo desalentarme, soy una chica que ha cruzado el océano solo por él... intentare que sea mi amigo!" – sus otros compañeros solo la miraban raro, ya que habían interpretado las palabras de Kouji como si Izumi fuera homosexual.
- Tranquilo, Kouji-kun a veces puede ser muy pesado – dijo un joven castaño, con unos goggles en la cabeza, con una gran sonrisa – en el fondo es un buen chico – el chico la saludó de mano – soy Takuya Kambara, de seguro has escuchado hablar de mí, soy el chico más rápido del equipo de soccer, me llaman "El león ardiente"!
- Que? – el chico la había sacado de su mundo, así que intentaba asimilar las palabras lo más rápido que podía.
- Vamos! Habla mas fuerte! No tengas miedo! Dime, practicas algún deporte? Yo estoy aquí por una beca de soccer...
- En mi escuela anterior estaba en el equipo de Atletismo... Soy Izumi Orimoto– no quería hablar muy fuerte porque tendría que fingir aun más su voz – "ITECO es famoso por sus equipos de deportes..."
- Izumi? Puedo llamarte Izumi? – dijo el chico Kambara con una gran sonrisa – Y llegaste de Europa, verdad? Que tal son las chicas allÿ – Izumi lo miro con una cara de sorpresa – vamos! Solo bromeaba! Aunque luego me cuentas, en estos momentos es el descanso y tenemos que comer!
No pudo negarse, de hecho no pudo decir anda, ya que el chico la tomó fuertemente del brazo y la llevo hacia la cafetería. Muchos chicos se le quedaban mirando raro, murmurando cosas y haciendo que Izumi comenzara a preocuparse de cómo iba a conservar oculta su identidad. Incluso escucho a un chico decir que parecía una chica.
- Disculpa Takuya, pero tu sabes que es lo que dicen de mí?
- Por supuesto! – dijo el chico sin dejar de sonreír – desde que entraste a clases todos lo dicen!
- Y que es lo que dicen?
- Dicen que eres lindo – Izumi se asustó demasiado, tanto que hizo que Takuya intentara calmarlo – lindo en el buen sentido de la palabra, ni que tuvieras que ocultar algo...
- N... no, no oculto nada... – la chica sintió un escalofrío recorrerle cada parte de su cuerpo – "Lo sospecha! Este chico lo sospecha!"
- Bueno, mejor te explico como funciona lo de la cafetería – siguió Takuya, dándole un papel – el desayuno se sirve a las 7 de la mañana, la comida a medio día y la cena a las 7 de la noche, es media hora para la mañana y una hora para la comida y la cena, ahí en ese papel vienen los horarios de clases, para que no te pierdas, y otra cosa – el chico se puso serio y le mostró un botón que traía prendido en una de las solapas del saco, bajo el escudo del Instituto – soy prefecto, así que no intentes hacer cosas malas que parezcan buenas...
- Vaya, no sabía que aquí tuvieran ese sistema.
- Lo mas seguro es que tengas un compañero de habitación – de nuevo otro escalofrío para la chica, aunque con la diferencia de que se sintió como si le hubieran dado un balazo. Seria más difícil ocultarse – pero no te asustes, si te toca con Kouji-kun entonces si tienes que asustarte...
- Ya estas asustando al nuevo, no cambias nada Takuya... - tras ellos se apareció un joven de cabellos castaños y erizados, alto y con una bata blanca, seguido de otro parecido al de bata blanca pero con uniforme de la escuela. El de bata blanca golpeó a Takuya y este se enfureció – claro que no puedes comprenderlo porque eres un estúpido!
- Que estas insinuando! Tu! Doctor sádico!
Takuya se hizo el tonto y fue a mirar unos anuncios del periódico mural. El doctor se retiró y el otro recién llegado miró a Izumi como si fuera un bicho raro, asustándola. Ella se comenzaba a cuestionar por qué todos la miraban raro.
- Eres lindo, solo no te juntes mucho con Kambara...
- Te escucho Akiyama. – interrumpió el mencionado, mostrándole el dedo del medio al chico Akiyama – espérate a mi venganza...
- También soy prefecto, no puedes hacer nada – Akiyama. se dirigió a Izumi, dándole la mano para presentarse – Ryo Akiyama, del grupo B.
- Izumi Orimoto, del grupo A.
- No le hagas mucho caso a Takuya, se cree que solo por ser prefecto puede hacer lo que se le antoje – Ryo acompaño tanto a Takuya como a Izumi en la comida – yo también soy prefecto, y además soy encargado de los dormitorios, pero no por eso voy a andar presumiendo como él...
- Ya te dije que estas en mi lista! – exclamó Takuya, arrebatándole de las manos un flan a Ryo y diciéndole con voz sicópata – las venganzas son dulces...
Mientras se servían la comida, Ryo le iba diciendo a Izumi sobre las reglas del Instituto y como lidiar con los perturbadores de la paz. Le explicó también sobre los clubes las actividades extras, además de ponerlo al corriente sobre el tradicional rally entre dormitorios y las demás actividades.
- "Un chico muy amable ese Ryo – pensó la chica mientras se comía un emparedado de jamón – y que decir de Takuya, es muy gracioso"
Una vez que terminó la hora de la comida tanto Takuya como Izumi se fueron hacia las siguientes clases. Durante el resto de ellas la chica se la pasó mirando a Kouji, que se la pasaba tan serio e inmerso en su mundo sin ponerle atención a los demás. Ella sabía que el joven se retiró del deporte años atrás por una caída en la semifinal, aunque tiempo después la herida sanó, pero ya no volvió a jugar.
- "Me gustaría saber porque se retiró, y animarlo para que vuelva a jugar..."
Después de Química, Física e Historia, Izumi se dirigió a los dormitorios, acompañada de Takuya, el cual le iba a mostrar su habitación y de paso a su compañero de cuarto. El prefecto iba bromeando, contándole muchas anécdotas de sus años anteriores en secundaria, aunque las palabras "Compañero de habitación" que había mencionado Takuya mas temprano le estaban resonando en su cabeza, junto con la idea de saber mas de Kouji.
Daba gracias a tener un pecho poco desarrollado, eso le evitaría muchos problemas, aunque realmente no pudiera predecir cuando les daría por crecer.
- Veamos a quien te toco... – Takuya buscaba unos registros que tenía anotados en una libreta – aquí están anotados los miembros del dormitorio "2", del cual Ryo es el encargado, pero como yo soy prefecto... – hojeo la libreta rápidamente, parando en una hoja y sonriendo malévolamente – Ni modo Kouji-kun, adiós a tu soledad...
- Que! No puede tocarme con él!
- Es el único dormitorio disponible, no se pueden mas de dos personas en cada uno...
- Por Kami...
- No es tan malo una vez que lo conoces, solo ten cuidado con tus palabras...
Ambos llegaron al dormitorio 431, donde en una pequeña placa decía solamente "Kouji Minamoto" con letras plateadas. El castaño saco un llavero de su mochila, tomó una llave y abrió la puerta, pasando tranquilamente. El cuarto era amplio, de color celeste, con dos camas, una a cada extremo. Complementaban una televisión que estaba encima de una mesa, un escritorio para estudiar, una computadora y el baño.
- Kouji-kun! Ya tienes compañero de cuarto!
Izumi estaba nerviosa, aunque no sabía si estaba nerviosa porque Kouji estuviera ahí o porque prácticamente viviría con él. El peliazul estaba tirado boca arriba en su cama, mirando hacia el techo y escuchando música tranquilamente.
- No seas duro con el nuevo, mira que lindo es – Takuya comenzó a halarle las mejillas a Izumi – a poco no te da ternura? Además es tan pequeño...
- Oye! – Exclamó la chica, pero de manera que no se dieran cuenta de su voz fingida – Tengo la misma edad que tu!
- Me refiero a la estatura...
Izumi solo atinó a darse cuenta de lo que Takuya hablaba, ya que además de que ella le llegaba a Kouji hasta el hombro, también Takuya la dejaba atrás, siendo solo un par de centímetros mas bajo que Kouji.
Kouji simplemente los ignoraba. Entretanto la puerta se abrió, dejando ver a un chico de cabellos castaños, un poco mas pequeño que Izumi, tambien en uniforme de primer semestre, pero traía un enorme sombrero naranja encima de su cabeza, además de que miraba a Takuya fijamente, enojado.
- Me imaginé que estarías aquí Takuya, te he estado buscando... Akiyama-sempai me dijo que andabas con el nuevo...
- Para que soy bueno, Tommy?
- Pues para nada, pero solo quería avisarte de las pruebas para los equipos y los clubes...
Mientras Takuya y el chiquillo se retiraban, Izumi comenzó a acomodar sus cosas. Lo único malo de tener que compartir su habitación con Kouji, era que no podría tapizar la pared con sus posters. Lo único bueno era que el dormitorio contaba con un baño privado.
- Oye, si estas enojado porque tropecé contigo en la mañana, ya te pedí disculpas...
El chico la miró de soslayo, ella se estremeció y lo miró con un poco de miedo mientras recordaba lo que le dijo Takuya con respecto a Kouji si le tocaba de compañero de habitación.
- Es que si vamos a tener que ser compañeros de cuarto tan siquiera hay que llevarnos bien... – al parecer la conversación no le interesaba al chico, así que intentó hacerla un poco más amena – Sabes? Yo pensaba que la escuela solo existía para hacerme sentir miserable, pero con estos compañeros no creo que mi estancia aquí sea mala...
Kouji se paró de la cama y se puso frente a ella, como si fuera a asesinarla con una sola mirada. Izumi intentó mantener la calma y no tener miedo para que no la descubriera.
- Yo no sigo las reglas de nadie – mencionó él, acercándose cada vez mas para darle un poco de miedo – no necesito que sientan lástima por mí...
Dicho eso el joven se encerró en el baño. Izumi frunció el entrecejo algo molesta, lo único que quería hacer era que fuera su amigo, no que la tratara mal.
- Yo no tengo la culpa de que seas un amargado! – le gritó fuertemente, de manera que Kouji pudo escucharla desde donde estaba – Además de amargado eres un ermitaño!
La rubia fue hasta su cama para acomodar sus cosas en su parte de la habitación. No pudo sacar sus posters ni revistas, ya que Kouji salía en ellos y ya la había decepcionado. Se tiró en la cama una vez que terminó, si que era difícil hacerse pasar por un chico, sentía su garganta irritada de tanto fingir y pensando en que de un momento a otro se volvería afónica.
Se quedó dormida, sin siquiera bajar a la hora de la cena; el viaje desde América y el primer día de clases, sumado a la gran decepción que le dio su máximo ídolo había sido tan frustrante que la había cansado.
Al día siguiente, Izumi no le volvió a dirigir la palabra al peliazul. Se había levantado muy malhumorada y no era para menos. El chico simplemente la trataba de manera indiferente, haciendo que la chica ni siquiera lo mirara.
Las pruebas de velocidad se harían ese día después de clases, durante el tiempo de los clubes. Izumi vio como Kouji se acercó al maestro y le dio una nota que lo justificaba para no hacer deporte. La chica supuso que sería la excusa para no correr.
- Siempre es así? – le preguntó a Takuya, que estaba frente a ella, esperando su turno para correr – Digo, que si es así de serio...
- Ni le prestes atención, siempre se hace el interesante – le respondió tranquilamente – es así con todos, con las chicas, los amigos, los maestros...
Se quedó pensando hasta que llegó su turno de correr, aunque no le presto atención hasta que terminó el recorrido, dándose cuenta de lo rápido de su velocidad cuando el profesor se acercó a ella para mostrarle su tiempo. Sus compañeros comenzaron a hacer murmuraciones que se extendieron por toda la escuela en poco tiempo.
- Corrió más rápido que Kambara!
- Orimoto rompió el record del Instituto!
- Aún más rápido que cuando Minamoto jugaba basketball!
Un mal presentimiento se le formó en su cabeza, estremeciéndose de solo pensarlo, mirando como sus compañeros le daban miradas maléficas. Retrocedió poco a poco, hasta que se dio media vuelta y comenzó a correr, aunque ni lo hubiera hecho porque todos los demás corrieron tras ella haciéndole propuestas para ingresar a los diversos equipos.
- Orimoto! Unete al club de Judo!
- No le hagas caso! Unete al de Tae Kwon Do!
Corrió lo más rápido que pudo, evitando a todos sus compañeros al dar varias vueltas por los pasillos, hasta que de nuevo tropezó con alguien.
Tantas casualidades del destino le iban a dar un dolor de cabeza, aparte del dolor por el golpe que se pego con el desconocido.. El chico era de cabellos castaños y revueltos, de la misma estatura que ella.
- No dejaré que me sustituyas! – le gritó el chico. Izumi se sobresaltó – Nunca lo harás!
El chico salió corriendo con ojos cristalinos. Al escuchar eso, ella solo se quedo mirándolo desaparecer por el pasillo. No pudo reflexionar mucho tiempo, ya que los chicos de los clubes la habían encontrado y salió corriendo hacia el lado desconocido de la escuela, tras las oficinas administrativas.
- "Hasta que por fin escape, si que son insistentes... – pensó también en el chico con el que se tropezó – quién habrá sido ese chico?
Aquella zona se le hizo tan tranquila, llena de árboles y uno que otro arbusto alto. Agradeció que un sitio como ese no hubiera sido profanado aun.
Camino por el lugar hasta escuchar unos ruidos provenientes de unos arbustos. Si algo tenía Izumi era su curiosidad, algo que aunque fingiera ser otra persona que no era siempre tendría con ella. Incluso pensó que se trataba de algún perro guardián de los del Instituto, pero lo que encontró no se lo esperaba. Era un Kouji sentado junto a un árbol, profundamente dormido.
- "Se ve tan indefenso cuando duerme... tan tranquilo..."
Se sentó al lado, admirada por la tranquilidad con la que podría dormir el chico, y aun pensando en el por qué había dejado el basketball. Se pasó una mano por el cabello como si fuera un reflejo, antes tenía la costumbre de tomar un mechón rubio y enroscarlo en uno de sus dedos, solo que esta vez no pudo. Había sacrificado tantas cosas solo por estar cerca de su ídolo.
Kouji Minamoto despierto era arrogante, frívolo y algo calculador, eso era lo que ella le había notado, aunque Takuya dijera otra cosa. Capaz que era cierto lo que el castaño le había dicho a pesar de que Ryo dijo que no le hiciera caso a Takuya. Ella quería creer que lo que había dicho Kambara era cierto.
- "Kouji Minamoto... que es lo que te falta para ser feliz? Quiero hacer algo por ti, pero no me dejas ayudarte... como desearía verte jugar de nuevo..."
Como si le hubiera leído la mente, el peliazul apoyó su cabeza en el hombro, haciendo peso en ella. A Izumi se le tiñeron un poco las mejillas, y aun con la apariencia de chico cualquiera hubiera pensado otra cosa de no ser porque se había cortado el cabello antes de entrar al instituto.
- "No... que no se apoye mas... será delgado pero es muy alto..."
Demasiado tarde. El le había caído encima y por la caída el comenzó a despertar, apoyando sus brazos en el pasto para poder ver lo que aplastó. Se sonrojó ligeramente al ver a Izumi frente a él, la cual también se sonrojó igual o un poco mas que él.
- Perdona, no debí venir aquí – se disculpó ella, fingiendo su voz como siempre – Pero estaba huyendo de los chicos de los clubes...
Kouji se le quedo mirando cuando se levantó, algo confundido de la situación, mas aun así la ayudó a ponerse de pie. Pareciera confundido, pero luego sonrió.
- Eres un tío muy raro - Izumi se le quedó mirando al chico.
- El único que se ha caído aquí eres tu - respondió ella, mirándolo fijamente y haciendo que el chico se sonrojara levemente - además rechinas los dientes cuando duermes y hablas dormido...
- Mentiroso!
- Mejor me voy, la comida está por servirse...
Ella se sacudió el pasto que se le quedó pegado y seguía dándole disculpas aun cuando se perdió camino a la cafetería, dejando a Kouji aun más confundido y de un color muy rojo. De no haber sido porque Takuya salía del salón de prefectos, ella se hubiese quedado dando vueltas por los pasillos.
Tal vez tenía poco de conocerlo, pero le caía bien y se le hacía simpático.
- El fin de semana saldremos a al feria del pueblo – decía Takuya con la boca medio llena de comida – digo, aunque parece mas un festival de primavera que feria, por si quieres ir Izumi...
- Realmente quisiera ir, pero tengo que hacer unas cosas – mintió ella, que realmente quería hacer era lavar su ropa y hacer varias cosas que solo las chicas hacen – tu sabes, arreglar mi parte del cuarto y varios papeles de mi transferencia...
- Hey Orimoto! Mucho ojo con Akiyama! – Izumi distinguió la voz de Tommy, señalando a Ryo que miraba unos anuncios en la pared – Y no lo lleves con chicas, ellas y la gente tan inocente como tu pueden quedar embarazadas solo por hablar con él!
- Te escuche! – Ryo le mostró el dedo prohibido. Izumi sonrió.
- A que club me recomiendan entrar? – interrumpió ella, intentando cambiar de tema, sin éxito.
- Es la verdad Akiyama! Eres un mujeriego!
- Vete al demonio Tommy!
Prácticamente la habían ignorado, se levantaron después de comer y ellos dos seguían discutiendo, con ella detrás, sudando la gota gorda. Volvió a ver al chico con el que tropezó, pasando a su lado y soportando un pequeño empujón de su parte. Izumi se acercó a Takuya y le preguntó por el chico.
- Es Takato Matsuda, al parecer no le caes bien, pero no le hagas caso...
- Y no sabes por qué parece que me odia?
- Eso es muy sencillo – respondió Takuya, tomándola de la mejilla - todo el mundo dice que eres muy lindo.
- Solo eso? – Izumi se frotó su mejilla, roja por culpa de Takuya.
- No. Fíjate allá.
En la esquina de uno de los pasillos había un estudiante vendiendo fotografías, con dos carteles pegados en la pared, uno mas chico que el otro. En el pequeño estaba la foto del chico Matsuda, y en la grande estaba la foto de la rubia con un cartel que decía "Nuevo Idolo", todo junto gracias a un chico delgado y de cabellos castaños y con fleco muy alto.
- Ves? Eres adorable Izumi, no lo olvides...
- Deja de asustar al nuevo, Takuya – mencionó Ryo
- Kazu, ya te he dicho que no saques mas fotos, o haré que te quiten tu puesto de fotógrafo...
- Esta bien Ryo, ya no lo haré...
- "Por Kami, tendré que cuidarme de los paparazzi... de cuidarme muy bien... me he metido en el lugar más raro sin saberlo..."
- Ahí esta- los gritos de los capitanes de equipos se hicieron resonar en el lugar - atrapen a Orimoto!
Izumi salió corriendo lo mas que pudo, los capitanes de esos equipos si que estaban dementes, ya que cuando por fin pensó que se había quitado de encima a esos sujetos aparecían como si nada hubiera pasado. Corrió hasta que vio que ya no la seguían, apoyándose en una pared para respirar muy hondo e intentar recuperarse del cansancio. Sacudió la cabeza como siempre hacía cuando estaba desesperada, aunque esa vez no sintió su largo cabello hacerle cosquillas en el cuello, fue cuando recordó que su mejor amiga le había ayudado a cortárselo.
- "Creo que ya los perdí... – volteó para todos lados y no los encontró por ningún lado. Suspiró de agradecimiento y se dispuso a volver con Takuya y los demás – Que hace Kouji aquí?"
Acostado en el césped estaba Kouji, recargado en un árbol, justo como la vez anterior. Izumi se inclinó hacia él, como si no hubiera aprendido la lección la última vez.
- "Realmente este chico puede dormir en cualquier lado... – escuchó unos gritos provenientes de los perseguidores y se escondió en un arbusto cercano – No puede ser..."
Kouji se despertó por el ruido causado, vio a Izumi tras los arbustos y se restregó los ojos, aun estaba somnoliento.
- "No puede ser... en que demonios piensas Izumi Orimoto! – se reclamó ella para si misma, haciéndose una nota mental para no olvidarlo a la próxima vez. Y desde cuando pensaba en una próxima vez? Su rostro se ruborizó de solo pensarlo – van a encontrarme! Por favor que Kouji no vea mi cara!"
- Hey tu el dormilón! – los chicos le gritaron a Kouji, que aun estaba somnoliento – Has visto a un chico de primer año por aquí?
- No lo sé, pero cuando me despertaba me pareció ver que alguien entraba al edificio del instituto – respondió el chico, sin dejar de mostrarse somnoliento – a la mejor era ese chico...
Los acosadores se fueron, pero Izumi seguía tras el arbusto, sin querer enfrentar al chico para que no le viera la cara de tan roja que estaba. Estaba tensa y nerviosa, haciendo que su cerebro trabajara a mil por hora para idear una excusa creíble que la sacara de ese embrollo.
- Ya se fueron, ya puedes salir...
- Hey Orimoto- gritó Takuya de lejos al ver al par ahí tirado sin hacer nada y les mostró una pelota de soccer - vienes a jugar un poco?
Agradeció la intervención de Takuya para que Kouji no la viera tan roja, aunque aun asi Kouji los acompañó hasta el campo de soccer, como espectador. En la cabeza de Izumi había mucha confusión, pensaba en lo sucedido con Kouji y no se lo podía quitar de la cabeza, y mucho menos dejar de pensar en las cosas que pudo haber hecho de no ser por la interrupción de los acosadores.
- Es un simple juego - dijo Takuya, mostrándole el balón de fútbol - el primero que meta un gol es el que gana.
- "Si quiero que crean que soy un chico tengo que aceptar el desafío... aunque esto me huele mal..."
Comenzaron el juego. Al principio Izumi no le agarraba el ritmo a Takuya, pero en cuanto vio como contraatacarlo fue cuando empezó el verdadero partido. Inclusive el castaño se sorprendió de que jugara tan bien, tanto que le daba problemas a la estrella del equipo de soccer, que era él.
Kouji solo los miraba jugar, no se le hacía entretenido pero tampoco aburrido, ya que el duelo estaba a pedir de boca entre Izumi y Takuya.
- El balón ya es mío- Exclamó Takuya, dirigiéndose a la portería.
- Orimoto- Takuya paró en seco al escuchar el grito de Kouji y volteó, mirando a Izumi en el césped - Le diste un golpe- Kouji intentaba hacer reaccionar a la chica - Orimoto!
- Dejame llevarlo! Tu avísale al doctor!
- Nada Takuya! Tu corres más rápido que yo, tu ve a avisarle al idiota del doctor Yagami!
Takuya se enojó pero no le quedó de otraél era más rápido así que se fue corriendo lo más rápido que pudo. Kouji tomó a Izumi en brazos, dándose cuenta de lo delgada que era.
Sus ojos se abrieron a mas no poder, y su cerebro hizo una conjetura cuando su mano notó algo al tomarla en brazos.
- No... si serás un problema...
- Está inconsciente.
El doctor del instituto había llegado a esa conclusión solo de ver al "chico" en brazos de Kouji, el cual dejó al herido en una de las camas de la enfermería. El doctor se sentó en su escritorio y se cruzó de piernas, mirando fijamente tanto a Kouji como a Takuya.
- Es una gran noticia... Orimoto no fue mi intención... - lloraba un compungido Takuya al lado de Izumi - no me culpes, no fue mi intención...
- Por Kami, solo me llamaron por un desmayado - el doctor estaba algo molesto, ya que lo habían llamado de camino hacia su casa - Nunca, pero NUNCA vuelvan a hacerme algo así, solo llámenme en emergencias, y de la clase de emergencias tipo "Me corté el brazo con una sierra" o de "Me tiré del segundo piso del instituto"
- Ya esta despertando- exclamó Takuya al ver que Izumi comenzaba a reaccionar - Ya despierta!
- Kam... Kambara?
- Muy bien! Se acabó el circo! Largo de aquí- el doctor Yagami comenzó a correr tanto a Kouji como a Takuya, a este ultimo de una patada en el trasero - Mi paciente necesita descansar!
- Que te pasa! Doctor psicópata!
- Vas contra mis órdenes Kambara? Puedo pisar tu trasero de nuevo? Me siento muy bien al pisar a la gente...
- Vamos a esperar a Orimoto aquí!
- Vamos! Lárguense! Esto no es la terminal de autobuses como para estar esperando! Si quieren esperar afuera ya es muy su decisión, pero no lo hagan en MI consultorio!
Takuya se enfrascó en una pelea con el Doctor Yagami, mientras Kouji solo los ignoraba.
- Orimoto, ya estas bien?
- Ya lárguense!
El Doctor sacó al par de chicos a regañadientes (mas bien así sacó a Takuya) mientras Izumi hacía memoria, de que estaba jugando un pequeño partido con Takuya y luego sin querer este la empujó y se golpeó la cabeza. De repente cayó en cuenta de que seguía en la enfermería y que tenía que salir de allí.
- Bueno, entonces te encuentras bien - el doctor Yagami la miró con ojos sospechosos, inclinándose ante ella y sin dejarla escapar - entonces puedes responderme con esa cosa que tienes por cabeza...
- Tengo que irme, en serio ya estoy bien...
- Para nada, tu no te vas de aquí hasta que me respondas una cosita...
La chica comenzó a sudar frío, ese doctor le daba un miedo terrible. Y lo malo era que se temía lo peor.
- En serio, tengo que irme...
- Iré al grano: Que esta haciendo una CHICA en un instituto solo para chicos?
Es todo por esta ocasión, espero que les haya gustado. Ahora no puedo quejarme, entro hoy a la escuela y es en clases cuando más escribo (aunque la última vez el profesor me atrapó y me hizo leerlo enfrente de toda la clase, lo malo es que era un yaoi y se quedaron con cara de -wtf-)
En fin, ya no molesto y mejor me pongo a arreglar las cosas para la escuela, es mi primer día de clases x.x comentarios, sugerencias, y todo sobre el fic pueden dejarlo en un review.
Besos y abrazos desde México!
Nayru.
