Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión

Parejas: SasuxNaru

Aclaraciones: Este fic está basado en el anime y novela: "Hakushaku To Yousei" cuyo autor Mizue Tani y Asako Takaboshi.

Advertencia: Este es AU (Universo alterno) Contiene Yaoi, posible Mpreg, fantasía y Aventura.

Beta: Usarechan

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Hadas: Las hadas son criaturas mágicas con alas que no pueden ser vistas. Algunas hadas son buenas, algunas malvadas. El pequeño pueblo esta conformado por criaturas evasivas, temperamentales y salvajes por naturaleza. Hablar acerca de ellas es hablar sobre cualquier fuerza de la naturaleza; ellas deben ser tratadas con cuidado, respeto y reverencia. Las hadas juegan bajo sus propias reglas, y aquellos humanos que escogen jugar con ellas deben obedecerlas.

Brownies: Están tradicionalmente ligados ellos mismos a los humanos y a sus casa

Tradicionalmente amigables y genuinamente útiles

Merrow: Mer-People (Sirenas, Tritones) - Moran en el agua, pero ellos son humanos de la cintura hacia arriba y tienen la cola de un pez. Son cantantes irresistibles quienes a veces atraen a los pescadores a su muerte. También son llamados Murdhuacha o Merrows.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Hakushaku To Yousei

Capitulo 01.- ¿El descendiente?

Aquel hombre temblaba ligeramente a causa del temor que en ese momento se apoderaba de él. Se encontraba en alguna bodega abandonada y sucia; atado y rogando silenciosamente por que alguien apareciera y lo ayudara; observaba como su captor, en las sombras, limpiaba los instrumentos que había usado para torturarlo.

-¿Ya está dispuesto a ser mas cooperativo, mi estimado doctor? –le preguntó su captor; una voz gruesa que bien podría haber salido de los mismos abismos del infierno.

-N-no se nada… -respondió sin poder ocultar el miedo en su tono de voz. –La-la noble e-espada… e-es solo u-un mi-mito.

Ante aquella respuesta, el hombre disparó sin más, muy cerca de la cabeza de su prisionero, ocasionando que este se llenara de pánico. Iba a morir.

Salió de las sombras, revelando a un atractivo joven de unos veinte años de edad, su cabello era como el plumaje de un cuervo: negro, pero con ligeros toques en azul, sus ojos eran de un negro tan profundo que bastaba una sola mirada para ahogarse en ellos, en contraste; su piel era pálida y hermosa, como el marfil que decoraba el revólver que sostenía su enguantada mano.

-Es una lástima –comentó con burla –En ese caso ya no me sirves para nada –dijo apuntando directamente a la cabeza del pobre hombre. Una sonrisa sádica adornaba su rostro.

-¡E-espera! –le rogó –Hay… alguien que-que puede ayudarte –el azabache sonrío complacido, bajando el arma –U-un doctor de hadas.

-¿Doctor de hadas? –repitió -¿Aun existen en pleno siglo XIX?

Su prisionero le explicó que los doctores de hadas, eran muy raros en esos tiempos y que la mayoría ya habría fallecido o en su defecto estar en su lecho de muerte. Pero él conocía a uno; era el hijo de un colega suyo, su nombre: Namikaze Naruto.

En otro lugar, muy lejos de las sobre pobladas y contaminadas calles de Londres. Una mujer y su hijo pasaban cerca de una pequeña pero hermosa casa, la cual poseía un gran árbol en la entrada y estaba rodeada por una cerca de color blanco.

El niño, al notar un pequeño letrerito en la puerta de la cerca, se detuvo:

"¿Has visto algo extraño o cosas inexplicables te han sucedido? Si es así, yo puedo responder tus dudas. Doctor de hadas Naruto Namikaze"

El pequeño parpadeó varias veces como para asegurarse de haber leído correctamente.

-¿En verdad existen las hadas? –preguntó el niño al aire.

-¡Por supuesto que si ttebayo! –exclamó un alegre joven apareciendo de repente. Tenía diecisiete años, sus cabellos eran como hilos dorados que se quebraban en cientos de finas luces, sus ojos eran como dos pedacitos de cielo: tan claros y puros como el mismo firmamento, contrastando con su piel tostada; poseía además, unas graciosas marcas a modo de bigotes en ambas mejillas -¡Si pones un vaso de leche en tu ventana antes de dormir, los Brownies te visitarán!

-No le creas nada –lo interrumpió la madre del niño jalándolo para llevárselo –Ya te he dicho que las hadas no existen –seguía regañándolo mientras desaparecían de la vista del rubio.

-Claro que existen –comentó para si mismo, inflando las mejillas a modo de puchero.

-Deberías darte por vencido, Naruto –habló un pequeño zorrito de nueve colas y pelaje rojizo que se encontraba recostado bajo la sombra del árbol –La época en que la gente buscaba la sabiduría de los doctores de hadas… -comenzó a decir mientras se levantaba en dos patas y tomaba la forma de un niño de diez años de ojos y cabellos de fuego –Para ayudarlos a resolver sus problemas con las hadas, ha terminado.

El rubio se cruzó de brazos, frunciendo el ceño; no era necesario que se lo dijera, estaba consciente que ya las personas habían perdido esa parte tan importante en todo ser humano: la fe.

-Pero eso no significa que las hadas hayan desaparecido, Kyuubi –habló con tono serio –Ellos están a su lado, haciendo cosas buenas o malas, solo que…

-Disculpe –habló el cartero, interrumpiendo la conversación.

-Eh, buenos días –saludo el rubio sonriéndole -¡Dejen eso, ttebayo! –regañó a tres pequeños seres de enormes ojos azules y piel color arena; medían entre treinta y cuarenta centímetros. Los pequeños seres, lanzaban las cartas que estaban en la bolsa del cartero. Al ser reprendidos por Naruto; escaparon. –Lo siento, los Brownies adoran jugar bromas a las personas.

El cartero miró al rubio sonriéndole nerviosamente mientras metía las cartas nuevamente a su bolso, se levantó y le entregó un sobre al rubio antes de salir corriendo; no quería saber nada de ese loco y su horrible casa.

-Vaya, tal parece que el cartero volvió a escapar –se burló Kyuubi.

-No es gracioso ttebayo –lo regañó Naruto mientras abría la carta -¡Es de mi padre!

-Mmm, hace tiempo que no se había dignado a escribirte –el niño volvió a tomar la forma de un zorro -¿Y que dice?

-Nos invita a Londres.

-Londres es un lugar muy peligroso –dijo moviendo sus colas de un lado a otro.

-Aunque me encontrara un ladrón, de todas formas no tengo mucho dinero y te tengo a ti para ayudarme ttebayo.

-Eso es verdad –lo apoyó soltando una carcajada, siendo coreado por la risa del rubio.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

El zorro se encontraba sentado en una silla, leyendo el periódico que era más grande que su pequeño y peludo cuerpo.

-Kyuubi, toma tu forma humana, si alguien viene…

-Estoy harto de fingir ser un mocoso humano… además, ese sujeto merece llevarse un buen susto –rió –Se lo merece después de lo que te dijo –el rubio suspiró.

-Pero es la verdad ttebayo –comentó con una sonrisa triste mientras se tocaba una mejilla.

-¡Un ladrón robó una gran suma de dinero y anda suelto en Londres! –exclamó cambiando radicalmente el tema –Está acusado de asesinar a cientos de personas y cometer un robo en América –. En el periódico había una foto de un hombre pelinegro de ojos negros –Esta cerca de los veinte y…

-¡Kyuubi, alguien viene!

La puerta se abrió delicadamente, permitiendo entrar a un hombre peliblanco de lentes, vestido con un elegante traje negro.

-Lamento la espera, Sr. Namikaze –habló el hombre con falso tono amable –la habitación que su padre dispuso para usted ya esta lista.

-Pero esta habitación esta bien ttebayo –replicó mientras el hombre tomaba su equipaje y el de Kyuubi.

-Zarparemos pronto –mencionó ignorando al rubio.

-Creo que no tenemos de otra –habló Kyuubi, ya en su forma humana.

El de lentes los condujo hasta otro camarote; era mucho más grande y elegante que el anterior, había dos camas amplias. El hombre, se despidió dando una reverencia.

-Y decía que no tenía dinero para ampliar nuestra casa. Viejo tacaño –gruñó el zorro.

-Es verdad, normalmente él invierte su dinero en sus investigaciones –lo apoyó el rubio -¡Bueno eso no importa ttebayo!

-Yo no…. ¡Licor! –exclamó alegre al ver una botella de vino en la mesa.

-No tienes remedio ttebayo –comentó Naruto sudando una gotita.

-No puedes negarle a este… -el zorro se callo de repente, había escuchado unos extraños ruidos.

Naruto también pareció escucharlos, pues le hizo un ademán para que guardara silencio, mientras se acercaba al closet, donde parecía provenir el ruido, lo abrió encontrándolo completamente vacío.

-¿Habrá sido un ratón? –preguntó al aire. Iba a cerrar el closet, cuando algo lo atrapó, cubriéndole la boca.

-¡Suéltalo! –le ordenó Kyuubi.

-Ayúdame, por favor –le pidió. Era un hombre de cabello color agua marina y profundos ojos negros –Cosas malas les pasaran si dejas las cosas como están… justo como me paso a mi –dijo soltándolo lentamente.

-Aléjate de él, Naruto –le ordenó Kyuubi colocándose entre ambos –Si te atreves a lastimarlo, lo lamentaras.

-Mocoso insolente –dijo el hombre con una sonrisa prepotente.

-¿Quién eres tú? –habló Naruto perdiéndose en esa profunda mirada.

-Fui capturado… necesito de tu confianza y cooperación –fue en ese momento que el rubio pudo apreciar las laceraciones en sus muñecas, el golpe en su mejilla y sus ropas maltrechas y sucias.

-¿Qué te pasaría si te capturan de nuevo? –el ojinegro lo miró a los ojos, murmurando un: "Me matarían".

-Tú también eres prisionero, te pusieron en esta habitación por que no puedes salir sin pasar por la de él. Mira en la puerta, si no me crees.

-Yo iré, Naruto –dijo el zorro caminando a la puerta, bastó solo con tocar la perilla para que el pelirrojo supiera que el extraño decía la verdad –Es cierto –dijo ante la mirada confundida del ojinegro, ¿Acaso no abriría la puerta para cerciorarse?

-¿Cómo escaparemos ttebayo?

El hombre sonrió con prepotencia, le dijo a Naruto que fuera a la habitación de al lado y le dijera que parecía haber alguien en su habitación, cuando el peliplateado y los que se encontraban con él, fueron a investigar; los tres aprovecharon para escapar, justo a tiempo, pues el barco comenzaba a zarpar. Llegaron a una casa cercana al muelle, donde pasaron la noche.

-Naruto, Naruto, despierta –lo llamó el zorro.

-Mmm, ¿Kyuubi? ¿Qué sucede ttebayo? –preguntó incorporándose para quedar sentado en la mullida cama.

-Te vez muy hermoso cuando duermes, dobe –comentó un azabache desde la puerta.

-¡¿A quien le llamas dobe, teme?! –exclamó molesto -¿Eh? Tu cabello… -el azabache sonrío con sensualidad.

-¿Te gusta? Es mi color natural –dijo llevándose una mano al cabello con sensualidad.

-Vaya engreído –pensaron el doctor de hadas y el zorro.

-He comprado un cambio de ropas. Mi lord –hablo una voz a sus espaldas. Era un hombre de cabello corto de color negro como sus ojos que se veían carentes de emoción alguna, su piel era casi tan blanca como la leche, usaba un esmoquin negro y unos guantes blancos. Se acercó al azabache, dándose cuenta de las marcas en su pálida piel.

-Mi lord, esas heridas…

-Son solo rasguños… -dijo el azabache restándole importancia. Sin embargo los ojos del recién llegado se abrieron un poco más, mostrando un brillo casi de muerte.

-Sai, no es necesario que pierdas tu tiempo matando a alguien por este asunto sin importancia.

-Como diga, Mi lord –aceptó terminando de arreglar las ropas de su señor.

Desde la cama, eran observados por Naruto. El zorro y él parecían desconfiar de ambos hombres.

-Sai, él es el joven Namikaze –lo presentó el azabache.

-¿Cómo es que sabes su nombre? –habló el ojirrojo colocándose frente a su amigo.

-Nosotros estamos buscando a un joven llamado Namikaze Naruto, en otras palabras lo hemos estado buscando a él –se acercó al rubio, sin dejar de mirarlo a los ojos con tal sensualidad que bastaría para hacer que cualquier mujer cayera a sus pies. –Siento no haberme presentado antes. Soy el Conde Uchiha Sasuke.

-¿Conde? –repitió Naruto -¿Eres un Conde? ¡No te creo! Kyuubi, Vámonos, tenemos que llegar a Londres ttebayo.

-Estamos en un barco a mitad del océano –comentó Sasuke con burla –A menos que les salgan aletas, están atrapados aquí.

-¿Qué quieres de mi, teme? –le preguntó molesto.

-Hablaremos después de la cena –dijo –Sai, prepara algo de ropa para nuestros invitados.

Ya en la cena. Naruto estaba que mataba al zorro, por dejarlo solo con el azabache quien no paraba de recibir alabanzas por los demás comensales que se encontraban en la misma mesa que ellos.

-Conde Uchiha, ¿Es verdad que es descendiente del Conde Caballero Sharingan? –le pregunto un hombre anciano.

El aludido sonrió con prepotencia y asintió ganándose más elogios.

-¡Increíble! –comentó otro –. ¿Del que esta escrito en las leyendas, es el gobernante de la nación de las hadas? –preguntó –. Uno de los mas leales al rey de Inglaterra. Con un gran sentido del humor británico…

-¡Están mal! –exclamó Naruto con molestia -¡El Conde Caballero Sharingan, fue el verdadero gobernante de la nación de las hadas ttebayo! –aquello ocasionó que le miraran como si de un bicho raro se tratara -¿Por qué creen en el Conde, pero toman la nación de las hadas como un juego?

-¿No cree que ya esta grandecito para creer en las hadas? –se burló el anciano siendo coreado por risillas de los demás.

-El hecho de que no puedan verlas no significa que no existen –dijo con firmeza –Usted no puede ver el aire pero eso no significa que no exista ttebayo.

-¿Usted que opina, Conde? –habló una mujer castaña que no paraba de insinuársele al azabache -¿Realmente existen las hadas?

-Por supuesto –respondió el aludido.

-Espero que me invite algún día –dijo la mujer.

-Lo siento pero solo puedo llevar a una persona –dijo mirando descaradamente al rubio quien se encontraba sumergido en sus pensamientos.

Después de la cena, Naruto decidió vagar un rato por la cubierta del barco. Disfrutaba del aire marino que golpeaba su rostro, llenando sus sentidos del aroma de la sal mezclado con la fría temperatura. A su lado se encontraba Kyuubi, en su forma de zorro, tomando licor y comiendo algo de pollo.

-¿Y cual es su objetivo? –preguntó para luego darle un gran sorbo a su vaso.

-Dijo ser el descendiente del Conde Caballero Sharingan ttebayo.

-Si en realidad es su descendiente… entonces tiene sentido que te buscara.

-¿Eso significa que sabe que yo soy un Doctor de hadas, ttebayo?

-Si –. Aquella voz sobresalto al rubio –Dicen que los doctores de hadas pueden ver y escuchar cosas que las personas normales no pueden –comentó –. Tus celestes ojos parecen poder descifrar los misterios del mundo. Son realmente hermosos.

Aquel comentario hizo que el rubio se sonrojara.

-Ve al grano niño bonito –habló Kyuubi en su forma de niño -¿Eres realmente el descendiente del Conde Caballero Sharingan?

-Un mocoso como tú, no debería meterse en conversaciones de adultos –dijo prepotente.

-¿Eres capaz de ver a las hadas? –habló Naruto para evitar que su amigo se lanzara en contra del azabache.

-Carezco de las habilidades de mis ancestros –aceptó –Es por eso que la necesito. La espada que los Merrow le dieron como prueba de su noble tituló.

El azabache le explicó que uno de sus ancestros la había ocultado antes de morir y la necesitaba para poder presentarse ante la reina como el legítimo Conde.

Con cada palabra, el azabache se iba acercando más y más al rubio, hasta tenerlo atrapado entre el barandal y su cuerpo.

-¿Me ayudarás? –le preguntó sosteniendo el rostro moreno con una de sus manos.

-Bien, pero suéltame, teme –le dijo empujándolo lejos de si. Estaba completamente sonrojado.

El azabache sonrío, ya habría tiempo para conquistar a esa belleza rubia. Ahora lo importante era encontrar la espada y reclamar el tituló del Conde Caballero Sharingan.

Continuará…

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Lizerg-chan: Espero les guste este nuevo fic n_n