Advertencia: Este capítulo tiene Gore además de la muerte de algunos personajes de la serie Pokémon, leer bajo su propio riesgo.

Personajes pueden ser muy OoC.

Clasificación: M

Capítulo: 01/03

Disclaimer: Pokémon no me pertenece.


Presente

Alba

6:34 de la mañana del 15 de Agosto del 2015 (POV de Ash)

La suave brisa que pasa por todo mi rostro me hace sentir un poco de calma y paz en todo mí ser. Aun no quiero levantarme, pero lo tengo que hacer. No tengo que perder mi tiempo en estúpidas cosas, los inmensos árboles a mi alrededor nublan mi vista al cielo, sin embargo siento la calidez del sol, no necesito cambiarme, no necesito asearme, lo más importante para mí es sobrevivir en este despiadado mundo.

Ahora tengo que irme, recojo las pocas pertenencias que tengo; una mochila y unas cuantas pokébolas. Un nuevo día comienza, pero para mí es otra oportunidad para sobrevivir, siento lo adolorido que están mis músculos y no es para menos, recostarse en el dura tierra del bosque anoche ahora me pasa la factura, rápidamente debo seguir con mi camino, no importa cómo pero lo tengo que hacer.

Mientras pongo en orden mis cosas, sin querer de mi mochila se cae un pañuelo, enseguida lo alzo, de pronto un recuerdo viene a mi frágil mente, recordar lo sucedido hace algunos días me hace sentir… aun no puedo describirlo, qué lamentable. Ahora sostengo ese pañuelo con todas mis fuerzas, en un instante pienso tirarlo y nunca más volverlo a encontrarlo, pero mis emociones me controlan, me dominan, con un enojo, coloco ese estúpido pañuelo en mi mochila, además pongo mis 3 miserables pokébolas en mi cinturón, mientras lo hago, pienso que me parezco a la persona que era antes; un simple y patético entrenador Pokémon. No, ahora soy diferente, un ser totalmente distinto, no sé cómo definirme.

Solo soy un simple muchacho que trata de vivir cada día en este puto mundo.

Mi camino me espera, empiezo a alejarme de este bosque, por suerte para mí anoche dormí tranquilo, ahora me espera lo peor, no sé qué me preparará el destino, tal vez muera mañana, tal vez logre vivir un día más o tal vez me convierta en esos asquerosos monstruos que matan a cientos de personas y pokémon cada día. Me río de mí mismo, existe tantas posibilidades para mí como las clases de pokémon que existe en este planeta. ¿Qué me pasará? Pregunto al vacío, como siempre nadie ni nada me responde, existen tantas preguntas en mi cabeza que a veces quisiera atrapar a una de esas cosas para que me respondieran, tal vez en algún momento lo haga.

(...)

Ya son 30 minutos que vago por este lugar, soy pésimo para orientarme, siempre dependí de mis amigos, ahora que lo pienso en todos mis viajes siempre necesité la ayuda de mis amigos, era un total estúpido. ¿Por qué no aprendí a cocinar cuando Brock me quería enseñar? ¿Por qué no me interesó utilizar el Pokénav cuando Max lo usaba? Ahora pago las consecuencias, no sé hacer nada, lo único que puedo hacer perfectamente es atrapar Pokémon, ahora no me sirve de nada eso. ¿Acaso era una boca más que alimentar? Me pregunto, ¡carajo!… si sigo en este lugar me volveré loco.

El tiempo pasa sin detenerse y eso es malo para mí, llevo más de dos horas sin poder salir de este bosque y para empeorar las cosas, ahora siento hambre, me detengo de mi estúpida travesía, busco algún árbol frutal, busco y busco, pero solo es pérdida de tiempo, no encuentro nada. Maldigo este lugar, solo pude encontrar algunas bayas pero son para Pokémon, escucho el rugir de mi estómago, miro las bayas que están en mi mano, son de varios colores, no puedo identificar la clase de bayas que son. Sin duda alguna siempre fue un arrimado dependiendo de mis amigos.

Ahora mi deseo de comer me domina, cierro mis ojos, imagino mentalmente en mi cabeza los sabores que voy a sentir, espero que pasen tres segundos. 3…2…1…de un solo golpe meto todo a mi boca, lo mastico y rápidamente lo trago, mi lengua sufre las consecuencias de mi ignorancia, siento un montón de sabores, mi cuerpo trata de rechazarlo pero lo impido, tal vez no vuelva a comer en varios días, aunque quizás muera en este momento, mi estómago me empieza a doler, lo agarro con mis manos como si de alguna forma, ésta acción termine con este terrible dolor que siento, más aun no se puede, mis ojos empiezan a cerrarse, hoy de seguro moriré, no seré asesinado, no seré un monstruo andante, hoy moriré por mi idiotez y mi ignorancia…

(...)

Despierto y rápidamente me toco todo mi cuerpo. ¡Estoy completo! Nadie me despedazo, suspiro, solo me desmayé ahora me tengo que ir, trato de mirar el sol al parecer no está en su punto más alto, aun no es mediodía, tengo que irme de este lugar, empiezo a correr sin tregua tengo que alejarme de este lugar, pienso en mi cabeza mi maldita desgracia. ¿Acaso estaré atrapado por el resto de mi vida en este lugar? Pienso y a la vez me detengo, debería rendirme, qué caso tiene seguir escapando de la muerte, tarde o temprano mueres, no importa cómo, solo dejas de existir tal como lo hicieron mis amigos. Si, solo debo rendirme, empiezo a gritar con todas mis fuerzas, me vuelvo un loco, golpeo sin cesar un árbol, provocando varias heridas en mi mano.

Pasan algunos minutos, por un momento me tranquilizo ahora solo lloro. "Debería morirme" "¿Por qué no me muero?" empiezo a repetirlo constantemente, estoy acabado, tal vez debería acabar mi vida con mis propias manos. Si, eso es lo que tengo que hacer, rápidamente busco en mi mochila el preciado objeto que me sacará de esta desdicha… un cuchillo, no seré asesinado, no me convertiré en esos monstruos, yo mismo acabaré con mi vida; sin dolor y sufrimiento moriré, si, es eso lo que tengo que hacer, agarro con ambas manos ese preciado objeto, tengo que clavármelo exactamente en mi corazón, cierro mis ojos una vez más, imagino lo hermoso que será abandonar este mundo, mis manos tiemblan, no, todo mi cuerpo tiembla, sin dudar y con todas mis fuerzas que me quedan empiezo a acabar con mi vida… pero como siempre solo soy un cobarde que escapa, abro mis ojos, el cuchillo está a unos milímetros de mi cuerpo, no lo pude hacer, solo soy un cobarde. "Mierda" me digo a mi mismo, me golpeo a mí mismo con mis manos que aun sangran a causa de lo que hice antes. No puedo ni siquiera quitarme la vida, solo soy un miedoso, un... no tengo más palabras para insultarme, ¡hasta para eso necesito ayuda!, todo se fue a la mierda...

(...)

Miro el sol una vez más, parece que pronto será el mediodía, vago por una ciudad, no sé qué ciudad será y me importa un bledo, hace 30 minutos salí del bosque en donde estaba, aunque como siempre no por mis propios medios, un grupo de hombres me encontraron en ese lugar llorando, gritando trataron de calmarme pero no pudieron y como su último recurso me golpearon hasta desmayarme. Ahora deambulo por este lugar, veo las personas que me observan y murmuran cosas que de seguro no son halagos, me siento en una banca, estoy en una plaza bastante hermosa, pero no me interesa eso, necesito irme de este lugar, no dejaré que me pase lo mismo de hace 3 días. Creer que una ciudad está libre de la infección y está bien protegida, son estúpidas ideas. Hace 3 días pensé que eso era posible, estar salvado, pasé 2 días en aquella ciudad que se auto proclamaba la más segura, idiotas. ¿Ahora dónde está su confianza en decir que era la más segura de todo Kalos? Pero para que pregunto eso, seguro todos esos confianzudos están muertos.

Este lugar al parecer es lo mismo, cuando me trajeron aquí, miré que a la entrada había una barricada custodiada por hombres y pokémon. "Ja... ¿piensan qué están a salvo?" Lo pronuncio en voz alta, mientras a la vez atraigo más atención de gente estúpida que me mira con enojo, me alejo de este lugar, tengo que escaparme, pero antes debería de hacer una visita al pequeño almacén de este lugar, además tengo que recuperar, mis pertenecías que me quitaron, aunque ahora que lo pienso mejor será muy difícil entrar al cuartel donde están mis cosas. "¿Vale la pena?" me pregunto, solo tengo un cuchillo, un pañuelo y unas pequeñas cosas que no tienen valor, pero también están mis pokébolas, puedo dejarlo, sin embargo no sobreviviré ni un día si no tengo a mi Greninja, el único pokémon que sigue vivo. Tengo que hacerlo, pienso por un momento mientras camino, lo mejor será cuando todos estén almorzando. "Si, eso es lo que haré" lo tengo todo planeado, mientras miro el reloj de la plaza en unos minutos será el mediodía y dará empiezo la tarde.


Tarde

11:58 de la mañana del 15 de Agosto del 2015 (POV de Serena)

Espero y sigo esperando, observo otra vez la pequeña habitación en donde estoy, las paredes están decoloradas por la lluvia dando un color amarillezco, además de los pequeños musgos que empiezan a nacer en estas paredes, que pena.

Ahora mi mirada se centra en la puerta de madera que me tiene encerrada, sería fácil romperla pero no puedo escaparme, es imposible, por un instante siento la rígida y dura cama en donde estoy sentada, anoche por lo menos pude dormir tranquila aunque algo incomoda por la dureza del colchón, me levanto y ahora me dirijo al espejo colgado cerca de la única entrada de este cuarto. Miro mi rostro en el espejo que está en frente de mí, pareciera que sigo siendo la misma chica que empezó su viaje a causa de un muchacho, pero no… eso es una simple ilusión que se crea al frente mío, me arreglo mi cabello tratando así de pasar algo de tiempo, mientras lo hago se escucha el sonido del reloj de la plaza que marca el mediodía, ahora debo esperar unos minutos más, pronto llegará ella.

(...)

Oigo los pasos de alguien acercándose. "Seguro es ella" pienso, y trato de estar calmada para que no sospechen mi extraño comportamiento, se abre la puerta, con una cara alegre, Bonnie entra, acompañado de un gordo y repugnante hombre vestido de militar, ella rápidamente se acerca y me da una abrazo, trata de contener sus lagrimas que quieren salir de sus ojos, seguro me extraño.

Yo con una sonrisa le digo que todo está bien, ella asiente, ahora miro al asqueroso hombre al frente mío, sigue parado allí, en sus manos sostiene dos platos, dejo de abrazar a mi querida amiga, me levanto y con una sonrisa forzada agradezco a ese repugnante hombre, éste me mira esperando algo a cambio, lástima que no recibirá nada a menos que sea una tremenda patada en sus pelotas, sí, eso es lo único que le podía dar. Con un gruñido aquel hombre se retira, sin antes susurrar algo en mi oído "Pronto serás mía" Trato de contener mis intenciones de darle una bofetada por lo que dijo, pero si lo hago empeoraría las cosas, solo trataré de ignorarle, sostengo los platos, después de mucho tiempo comeré algo que no sea solo arroz, pero para mi mala suerte solo comeré algo de estofado, un incipiente estofado con algunas verduras y un pequeño trozo de carne, no tengo más remedio que comerlo, tengo hambre.

Mis ojos ahora ven a mi pequeña hermana como a veces le digo, aun en estos momentos ella tiene una gran sonrisa en toda su cara. Me siento a su lado y le empiezo a dar de comer.

Nosotras estamos atrapadas en este horrendo lugar, hace tan solo dos días que estos hombres nos ayudaron, nos dieron una cama y algo de comida, pareciera que todo era generosidad y amabilidad, pero todo era una simple ilusión. El día de ayer tratamos de ayudar en algo, sin embargo ellos se opusieron rotundamente, así que salimos a pasear por la ciudad.

Mientras Bonnie y yo paseábamos por toda esta ciudad, varios hombres nos miraban de una forma bastante lasciva, me sentía incomoda, las mujeres alrededor de nosotras murmuraban cosas acerca de nosotras, pude escuchar uno de esos murmullos."Ellas se ven bien para nuestro jefe", las palabras de aquellas mujeres me hacían estremecer todo mi cuerpo, ahora lo entendía, no fue pura casualidad que nos ayudaran y nos llevaran a este lugar para no recibir nada a cambio, había una razón, en ese momento agarré a mi hermana y quise escaparme de aquel lugar, pero me detuvieron; no había forma de huir de aquél lugar si no era adentro de un ataúd.

Luego supe que reclutaban a todos los chicos de todas las edades, los jóvenes de esta ciudad eran llevados a los campos de entrenamiento para su servicio militar, para nosotras las mujeres era diferente, nosotras éramos llevadas a una especie de mansión, allí era en donde estaba en primer lugar, pero a causa de lo que sucedido ayer, ahora estoy encerrada en este sitio.

Ya acabamos de comer, ahora le pregunto a Bonnie lo que ese hombre le hizo, espero lo peor, sin embargo mi hermana dice que no paso nada, me tranquilizo un poco, juro que si alguien le toca, él no vivirá para contarlo, ahora estoy decidida hoy tendremos que huir de esta pocilga, prefiero estar vagando por todo Kalos a ser una esclava de estos idiotas, pero… tiene que suceder algo que distraiga a los guardias, necesito un milagro y sucedió.

Un gran estruendo aturde mis oídos, parece que una bomba acaba de explotar; miro por la pequeña ventana de mi habitación, mucha gente huye asustada, la explosión al parecer viene del almacén común, veo también que los guardias que custodian este lugar se van. "Es mi oportunidad" me digo a mi misma, explico a mi hermana lo que vamos a hacer, ella me da todo su apoyo, con una simple patada derribo la puerta, el caos de afuera impide que se escuchara el sonido de la madera rota, empezamos a correr, bajamos las escaleras, como lo supuse la puerta principal está abierta, al fin pudimos escapar y nos confundimos con toda la muchedumbre que corre por todo el lugar. "Es un plan perfecto" pienso, pero olvido algo importante, mi Fennekin, ella está en el almacén no puedo abandonarlo, varias preguntas inundan mi cabeza, jalando de mi falda mi pequeña hermana me da ánimos para ir por mi primer pokémon, ella me dice que un entrenador nunca dejaría abandonado a su Pokémon, estoy de acuerdo con ella, lo haré por la memoria del Dedende de mi hermana.

(...)

El almacén está a pocos pasos de nosotras, pronto llegaremos, pero al parecer hay una terrible batalla, varios Pokémon pertenecientes a los soldados de este lugar están muertos, puedo ver mucha sangre derramada por todo el suelo, me invade el miedo, dudo en seguir, sin embargo mi hermana otra vez me da ánimos, a veces ella me recuerda a un muchacho que también me ayudaba pero él nos abandonó, ahora solo dependo de mi misma, le digo a Bonnie que se quede esperando en los pequeños arbustos detrás de nosotras, ella me hace caso, ahora debo encontrar a mi Pokémon, entro sin dudar y pasando de lado los cadáveres de un Ampharos y un Machop.

Llego a mi destino sin ningún contratiempo, ahora tengo que ir por mi Pokémon, adentro en el almacén oigo varios gritos, trato de ignorar aquella bulla, pero entre uno de esos gritos puedo escuchar el aullido de mi Fennekin. "¡No puede ser!" empiezo a pensar en lo peor, me acerco donde mi compañera está, salgo de entre las cortinas de humo que hay en el lugar, resistiendo las ganas de llorar, pienso una vez más que mi Pokémon está muerto, pero no era así.

Al frente mío se encuentra un Greninja, protegía a mi Pokémon de los ataques despiadados de aquellos hombres que al no tener más criaturas en su poder, disparaban sin piedad al Pokémon de agua, empiezo a llamar a mi Fennekin, por suerte ella me oye y se acerca a donde estoy, pero al hacerlo varios hombres se dan cuenta de mi ubicación, ahora tengo que correr por mi vida, en este momento intentarán matarme sin piedad, veo que un hombre me apunta con su rifle... todo acabó, espero mi muerte, cierro mis ojos y luego... escucho el disparo de aquella arma. "Si tan solo hubiera visto una vez más a Ash" Fue lo último que dije.

Pero... Nunca llegué a morir, la bala no atravesó mi cuerpo, estoy viva, abro mis ojos, un gran Pokémon en forma de rana se interpuso en el trayecto de la bala, ahora tengo que huir, agradezco mentalmente de por vida a esa criatura, entre el caos puedo observar la silueta de un chico, no puedo verlo claramente, seguro que él fue el que me salvo. "Gracias" digo antes de salir de aquél lugar que ardía en llamas, salgo de aquel lugar con mi criatura de fuego, ahora es hora de irse, busco a Bonnie entre los arbustos, ella inmediatamente sale y se alegra de que este bien y haya recuperado a mi Fennekin.

—De ahora en adelante estaremos a salvo —Digo, pero no me fijo que un grupo de hombres nos está siguiendo.


Noche

7:35 de la noche del 15 de agosto del 2015 (POV de Ash)

Apenas puedo mantenerme en pie, pero aun así sigo corriendo no tengo que detenerme por nada del mundo, la adrenalina corre por todas las partes de mi cuerpo, hace tan solo minutos atrás logré escapar de aquella ciudad, aunque armando un gran alboroto, no importa, ahora estoy libre, tengo mis cosas y a mi único Pokémon que sigue con vida, mientras corro, oigo los aullidos de varios Houndoom que me persiguen, siento pena por aquellos Pokémon, pero no tengo otra opción, tengo que matarlos, me detengo por completo, solo necesitaba tiempo para que mi Greninja se recuperara, ahora acabaré de una vez todo esto.

(...)

La sangre esta desparramada por todo el lugar, mi Greninja sigue allí parado y tratando de limpiarse los rastros del liquido vital que tiene en todo su cuerpo, al frente suyo se encuentran los cadáveres de 3 Houndoom, totalmente descuartizados. No tenía otra opción o era ellos o yo, a veces me lamento del la fortuna de aquellos Pokémon, solo seguían ordenes de sus entrenadores. "¡Es injusto!" vocifero, aquellos hombres, ellos deberían de haber muerto, no estas criaturas, regreso a mi Greninja a la Pokébola, será mejor que me vaya ahora que estoy libre, es muy peligroso quedarme por mucho tiempo en este lugar, no solo por los hombres que aun tratan de matarme también están esos monstruos que son más activos por la noche, es hora de irse.

Empiezo a reanudar mi caminata, pero enseguida escucho un grito, está cerca de mí, trato de ignorarlo pero algo me dice que vaya, con cuidado, me acerco, paso por varios árboles, con lentitud me dirijo a donde proviene aquel grito.

Al parecer hay un grupo de hombres están reunidos cerca de un árbol, no sé lo que están haciendo, trato de acercarme más para divisar mejor, paso a paso, ahora puedo mirar algo, al parecer atraparon a alguien. "Mala suerte para él" pienso, y también empiezo a alejarme, pero puedo escuchar una voz que grita con suplicio "¡Deja en paz a mi hermana!" decía al parecer una pequeña niña, ahora mi atención se vuelve a dirigir a ese grupo de hombres.

— ¡No puedo ser! —grito, atrayendo la atención de esos hombres, ahora trato de esconderme lo mejor que puedo, aun no salgo de mi impresión la pequeña hermana de Clemont aun está con vida, empiezo a llorar, eso también significa que ella tal vez esté con vida, ahora toda mi atención se centra en la persona que está atada en el tronco del árbol.

No puedo describir los sentimientos que me dominan, por un lado estoy alegre pero por otro lado también siento ira, Serena está con vida, me siento feliz que ella este con vida, sin embargo al parecer ella está atrapada por ese grupo de sabandijas. El hombre más alto de aquel grupo acaricia el busto de mi amiga. Mi ira empieza a dominarme por completo, y por otro lado otro hombre trataba de abrirle sus piernas. "¡Juro que mataré a cada uno de ellos!"

Trato de liberar a mi Greninja, pero no podía, ya era hora que enfrentara mis propios problemas, no podía seguir huyendo a cada rato, saco el cuchillo que tenía en mi mochila, lo miro con detenimiento, hoy me libraría de un gran error que cometí tiempo atrás. Empiezo a caminar sin ningún cuidado provocando que algunas ramas se rompan y atrayendo más la atención de esos hombres "muertos", me escondo. Observo que uno se acerca, espero mi oportunidad, justo cuando estaba a mi lado, sin tiempo de que él reaccionará, corto su cuello a la mitad, veo que se ahoga en su propia sangre, no- me-importa, dando una pequeña sonrisa a ese hombre le doy una patada en su rostro.

Ahora empiezo a gritar con todas mis fuerzas, me acerco a donde aquellos hombres están, al parecer uno de ellos se estaba subiendo su pantalón." A ese lo mataré con lentitud "Ahora me muestro totalmente, aquellos tipos me miran con horror, tal vez sea la sangre que tengo en toda mi cara, uno de ellos intenta liberar uno de sus Pokémon pero rápidamente se le impido ya que corte uno de sus dedos, él empieza a gritar, para terminar su sufrimiento doy el último golpe.

Mi mirada ahora se dirige al único que está parado temblando como un niño, sin saber no me fijo que Bonnie y Serena me miran con un gran miedo, estoy a punto de terminar con la vida de aquél hombre pero ella me detiene, Serena me abraza con todas sus fuerzas, mi ira se calma, me siento tranquilo, tanto tiempo sin sentir aquel cálido abrazo, dejo caer el cuchillo no había razón para usarlo más, veo que ese hombre empieza a correr, trato de seguirlo, pero ella me abraza aun con más fuerza.

Siento que el tiempo no cambió absolutamente en nada, pero estoy equivocado, todo cambió, ahora debo irme, no importa, debo irme lo más lejos que pueda, trato de liberarme pero ella me lo impide, siento que sus lágrimas empiezan a mojar mi pecho, Bonnie también se une al abrazo. "¿Acaso pueden perdonarme?" les pregunto, no recibo una respuesta, observo la luna, la noche empezaba, mi nuevo sueño empezaba, protegería a ambas con mi vida, ese seria mi sueño de ahora en adelante.

—Lo juro por Clemont y Pikachu que descansen en paz...

Porque en este maldito mundo lo único que me importaba eran ellas.


Avances del próximo capítulo

Pasado

Era un día cualquiera como otro, esperaba seguir con mi camino hacia mi sueño, pero sucedió el inicio del fin, aun si alguien me dijera que pueda escoger mi destino no lo haría, porque fue en ese momento que la conocí... Serena, sin embargo era, soy y seré un cobarde por el resto de mi vida.