CAPÍTULO I
El telón subió pesadamente, haciendo crujir el mecanismo como si de un esqueleto oxidado se tratara. Una ola de silencio se apoderó de la sala, la cual resultaba expectante ante el gran espectáculo que iba a acontecer. Los periódicos habían hablado mucho de aquél acontecimiento, avivando el interés de los que habitaban en cada rincón de la ciudad: "La mejor ópera mayor esperada", "Una estrella ha nacido", "Su voz roza casi lo angelical".
En mitad de aquél mar umbrío, iluminado simplemente por un foco, se encontraba él, vestido con un elegante traje victoriano. Recorrió con la mirada el gran teatro. Caras desconocidas habían peleado para estar presentes en aquél instante sólo para verle. Eso le hacía henchirse de orgullo. Estaba en lo más alto. Iba a brillar más que cualquier otra estrella.
Recordó los ejercicios de respiración que había estado practicando. Sintió cómo su voz de tenor se unía a su alma y nacía en su estómago, preparada para salir.
"Un, deux, trois; un deux, trois; un, deux, trois et…"
- Nessun dorma! Nessun dorma! Tu pure, o Principessa, nella tua fredda stanza. Guardi le stelle che tremano damore e di speranza!
Cambio de nota, coger aire rápidamente, mismo procedimiento…
- Ma il mio mistero e chiuso in me, il nome mio nessun sapra! No, no, sulla tua bocca lo diro, quando la luce splendera! Ed il mio bacio scioglera il silenzio che ti fa mia!.
Entrada del coro, la emoción se puede casi cortar con un cuchillo.
- Il nome suo nessun sapra ... E noi dovrem, ahime! Morir! Morir!
Podía sentir cómo el éxtasis le embriaga por completo. Las notas, la letra, los ritmos… todo salía solo. Se dejaba llevar por un mar de ovaciones, de lágrimas contenidas, de emoción pura. Su estrellato iba a ser sonado en todo el mundo, había alcanzado el pico más alto de su carre…
-¡Terry! ¡El telón! ¡Vigila esos sacos! ¡Vamos a empezar el ensayo en cinco minutos!
La realidad cayó sobre él como un jarro de agua fría. No estaba en mitad del escenario cantando el "Nessum Dorma" de la ópera Madame Butterfly. No iba a alcanzar el estrellato con esa obra.
No era un tenor reconocido…
A medida que pasaba el tiempo, la ilusión por cantar en las tablas del gran teatro se fue desvaneciendo como el polvo que bailaba a contraluz cada vez que el edificio dormía. Había viajado desde muy lejos para ser alguien importante dentro del mundillo de la ópera, pero todos esos sueños se fundieron al recibir una escoba en lugar de una partitura. En las cartas enviadas a su familia, la amarga verdad se escondía tras pequeñas mentiras. No quería ni imaginarse la desilusión que sentiría su madre si se enterara que no era más que un mozo encargado del telón.
Con un suspiro pesado, se dirigió a una de las cuerdas que tiraban de sendos sacos llenos de arena. Hizo acopio de sus fuerzas y tiró, liberando toda la rabia contenida en su interior.
- A ver, escuchadme todos. Será un ensayo general, nada de repeticiones. Espero que todos os hayáis aprendido las partituras, esto no es ningún juego. Hemos apostado por esta obra, nadie en el mundo la ha interpretado… Así que ya sabéis, ¡a vuestros puestos!
Muchos pensarán que el director del teatro era un hombre canoso, con rictus amargo, entregado completamente a su obra y a la música, tal y como se podía encontrar en otros teatros de grandes ciudades… pero no era más que un chaval que rozaba la veintena, el primero en su promoción dentro de la Escuela de Arte Escénico, cosa que condecoraba todo su trabajo como brillante, pues pocos habían conseguido lo que Jurguen Smith había construido con esfuerzo y talento.
- ¡La Prima Donna entra en escena! ¿Está todo listo?
Al escuchar esas palabras, como si de autómatas se tratasen, todos hicieron una fila partiendo de la puerta que daba al escenario. Instantáneamente comenzaron a aplaudir con entusiasmo, tal y como se hacía cada vez que alguien acabara de hacer algo espectacular o haber dado un discurso prometedor.
En mitad de todo ese estruendo, una mujer de mediana edad entró con paso solemne, dibujando una sonrisa estándar. Su pelo, pelirrojo y bien recogido hacía contraste con su piel de porcelana. Echó un rápido vistazo a su alrededor antes de lanzar una mirada inquisitiva a Jurguen, el cual había hecho una senda reverencia con predisposición de besar su mano.
- ¿No íbamos a ensayar ya? Tengo trabajo que hacer.
Su voz suave y a la vez gélida atravesó por completo a los presentes. Se palpaba el miedo a la joven, el respeto. La soprano era conocida en todo el país y era un lujo contar con ella en el elenco. Nadie en su sano juicio se atrevía a mirarla a los ojos o a contradecir cada palabra que dijera.
- Bien, eh… comencemos. La primera pieza.
Jurguen hizo una señal al maestro de orquesta y, tras cuatro toquecitos de batuta, la melodía comenzó a sonar.
- Pensami, pensami mentre sei lontano ormai. Rammentami, mi penserai prometti proverai. Se vedrai, il vuoto fra di noi, la libertà respirerai. Ma se sognerai d'amarmi, mi ritroverai.
La voz se acomodaba con suma facilidad a las notas que la orquesta generaba con suma delicadeza, arrancando tras cantar la primera estrofa. Los presentes no pudieron evitar contener el aliento. Puede que Amaranta fuera una persona fría, rodeada de lujo y luz propia, pero había motivos más que suficientes como para pensar en ello. Por eso se la consideraba la mejor soprano jamás escuchada de todos los tiempos.
- L'amore cambia come un fiume che, scorre infinito dentro te ma per quello che c'è stato fermati con me. Sì, ti vedo in quei ricordi sei, Ad offuscare ancora i mali miei. Pensami, pensami mentre io non dormirò. Tu pensami, vorrei scordarti ma non potrò mai. Rimpiangerai tutte le cose che tu non hai fatto insieme a me, ogni ora che vivrò io pensero a te.
El segundo arranque de orquesta ocasionó varios aplausos. Ama miraba a un punto fijo de los palcos, metida totalmente en el papel de Christine. Jurguen chasqueó un par de veces los dedos buscando al tenor que entraría en escena en aquél instante.
Se formó un pequeño revuelo, pero eso a Terry le daba igual. Estaba embelesado con la voz de la joven, se sabía la letra a la perfección de haberla escuchado. Notó un pellizco en el estómago, la melodía seguía sonando y nadie parecía continuar el dueto.
Un pensamiento cruzó su mente rápidamente. ¿Sería una locura?
Dio un paso al frente, dejando a un lado las cuerdas del telón, el cual comenzó a bajar lentamente. Repitió para sus adentros los ejercicios de respiración y comenzó a dar forma a su propia voz.
- Forse è lei, forse è lei, Christine…
Ama hizo un aspaviento que se convirtió en un pequeño respingo y observó de arriba abajo a su recién acompañante. Todos los demás se quedaron de piedra, como si el chico hubiera hecho una locura, una blasfemia, algo innombrable, una herejía…
Pero Terry siguió cantando.
- Tempo fa, fu tanto tempo fa, noi due bambini o poco più. Nei pensieri miei, con me ci sei da sempre tu…
- Come noi, un fiore come noi, non sfiorirà dentro di te. Ma promettimi che un giorno penserai…
Ama comenzó a realizar un falsete, subiendo a notas espeluznantes. Terry tragó saliva. Era consciente que estaba delante de una diosa de la ópera, en todo su esplendor… No era consciente de las consecuencias de sus actos, pero no le importaba nada… había cantado con ella. Estaba cerca de una gran estrella…
- … a me!
El clímax final, el momento en el que el público se pone de pie y aplaude, soltando toda la emoción contenida. No había nadie en las butacas, pero el muchacho podía escuchar el estruendo en sus oídos.
-¡Tú!-escuchó la voz de un enfurecido Jurguen.
-Oh, vaya… -murmuró el aludido. Miró a Ama, la cual seguía sin saber por qué no había cantado Esteban. En sus ojos pudo ver el fuego de la ira y la confusión al mismo tiempo.
Antes de que todos aquellos pensamientos se revelaran y cayeran sobre el escenario como una violenta tormenta, Terry saltó del escenario y salió corriendo a los aposentos que los trabajadores tenían para vigilar el teatro por la noche. El corazón le latía a mil y sus pulmones no querían expulsar todo el aire que tenían acumulados.
¿Qué iba a pensar su jefe ante tal hecho? ¿Qué iba a pasar con su futuro? Y lo que más le preocupaba ¿qué iba a pensar la voz desconocida cuando se enterara de tal acontecimiento?
[n/a: Bueno, pues he aquí la locura que acabo de hacer. Es un crossover entre la partida de rol de "Vampiro La Mascarada" (disponible en el canal secundario de DayoScript: Dayo's fools experience.) y El Fantasma de la Ópera. Si no sabéis de qué va la partida de rol, esta señorita, Kysu, hace un resumen en su canal de Twitch: Kysucuac. Las canciones que he utilizado en esta ocasión son éstas, os recomiendo que las escuchéis cuando salgan en escena:
Nessum Dorma- Madame Butterfly.
Pensami- El fantasma de la Ópera.
¡Un saludo! Espero que disfrutéis de la lectura. Se aceptan críticas constructivas.]
