ciao.
esta vez les traigo otro fic para que se entretengan. como dije hoy vengo con todo y estoy editando el capi 5 de no me olvide justo ahora.
bueno espero lo disfruten
!MIAU! !A LEER!
Cap 1: la llegada al nuevo mundo.
Querido diario:
Creo que así se escribía ¿no?, no importa. Esto del diario es nuevo para mí, igual que todo.
Acabo de llegar a Estados Unidos, el nuevo mundo, la tierra de la libertad, o como quiera que se llame y no me está gustando. En plena segunda guerra mundial, Japón ya no es un lugar seguro para mí.
Por cierto, no sé cómo hablarle a un diario, así que...mm... Creo que me presentare (esto es ridículo).
Me llamo Honda Sakura, pero en Estados Unidos se dice el nombre primero y luego el apellido, creo que tendré que acostumbrarme a eso.
Soy una chica de 18 años de piel blanca pálida, ojos negros y pelo corto del mismo color. Mi familia viene de Japón, pero por la destrucción y todos los asuntos de la guerra, me han obligado a irme a los Estados Unidos en un buque de carga lleno de inmigrantes de todas partes del mundo.
No importa si te tuteo ¿verdad?, claro que no, eres un diario después de todo.
Como sea, voy a describirte como era el barco en el que viajaba.
Era un buque color verde hecho de acero con tres pisos hacia abajo. Era enorme, y cuando quiero decir enorme es que era ENORME, el barco más grande que había visto. Me recordaba al libro sobre un navío llamado Titánic, pero mejor pensar que este no se hundirá por un iceberg en el camino.
Los inmigrantes iban en el último piso junto a la carga. El segundo era de los tripulantes y las máquinas, y el primero para la gente adinerada.
Yo no tuve esa suerte, mi familia es pobre, con suerte lograron pagar ese barco que me saco de ahí. Pero en realidad, todo fue gracias a un amigo familiar de China, que era el cocinero de ese barco. Creo que se llamaba Yao Wang, no recuerdo. Sólo hable con él una vez.
Bueno, siguiendo con el viaje, partimos a las seis de la mañana y yo, sin desayunar, me subí al barco. La planta baja era enorme, había cajas de madera sobre el piso de acero, y algunas camas improvisadas con sacos de papas rellenos de algodón.
Los inmigrantes se sentaban en las cajas, las cajas más grandes eran para los niños, que les encantaba trepar por ellas o saltar de una en una. Se veía divertido, pero mejor no arriesgarse, no quería llegar al nuevo mundo con una pierna rota.
Hacía un frío terrible en el barco, eran más o menos dos días de viaje hasta llegar a América. Mi kimono no abrigaba mucho y no podía pedir una manta, porque estaban reservadas para los enfermos, los ancianos, los niños y las futuras madres.
Me resigne todo el viaje a tener frío, sentía que me calaba los huesos y me atravesaba la piel. Japón era de un clima templado, no estaba acostumbrada al frío. Me hice una promesa a mí misma, apenas llegue y vaya al mercado comprare un abrigo, no importa el coste.
Mientras viajábamos, todos estaban callados, sólo se oían las risas de algunos niños, las olas surcando las paredes del barco y algún que otro delfín, no sabía si era un delfín, pero era mejor creer eso a creer que había un fantasma en ese almacén.
Repartieron comida en unas bolsas de papel café, agradecí y abrí la bolsa. En la bolsa había una manzana verde, una botella de agua, una especie de pastel con crema amartilla y un "sándwich" de una especie de embutido laminado (jamón) y queso de cabra.
¿Acaso nadie sabía cocinar sushi de camarón en ese barco, o al menos un onigiri decente? Eso sí es comida de verdad que no te hace morir de un ataque al corazón.
Bueno, al final, algo resignada me comí la comida que me trajeron, estaba hambrienta. El pastel estaba delicioso, no me termine de comer la manzana y no quise probar ese "sándwich", no se veía bueno.
Llegamos después de una larga travesía al puerto de Nueva Orleans. Había una bruma espesa, estaba muy obscuro, así que supuse que debía ser muy tarde en la noche.
El puerto estaba frío, y había muchos soldados americanos, señalando con lámparas el camino a seguir para inscribirse en el registro. Había soldados que hablaban en un millar de idiomas diferentes. Yo seguí al soldado que hablaba japonés poco fluido, al parecer éramos cuatro en total los que veníamos de allí o los que hablaban ese idioma.
El soldado de chaqueta azul que nos guiaba era francés, se llamaba Francis Bonenfoy, me lo dijo en el camino. Tenía una melena rubia brillante bastante larga para un hombre, también tenía los ojos azules y una barbita de hace dos días rubia.
Bueno, él nos guio a la sala de registro y se despidió en francés deseándonos a todos buena suerte, que bueno que yo hablaba ese idioma porque los demás no le entendieron ni jota cuando nos dijo eso.
Me registre con el nombre de Sakura Honda. Mi familia me había aconsejado que usara otro nombre pero el mío me gustaba mucho. Así que decidí no cambiarlo, mi nombre era yo, y yo soy Sakura, un "botón de cereza" obligada a crecer en un mundo de malas hierbas.
Saqué mi credencial de la mesa, oficialmente soy americana ahora.
Sabes diario, ahora veo porque los soldados nos hicieron llegar estos cuadernos de tapa roja con lápiz incluido, es muy reconfortante escribir lo que piensas a un trozo de papel.
De seguro me estoy volviendo loca hablando contigo, pero me da igual, me gusta contarles mis sentimientos, pensamientos y opiniones sobre algo a alguien, aunque sea solo a unos trozos de papeles viejos.
Ahora son las 11 de la noche según el reloj de la pared, buena hora para dormirse. Fue un largo día.
Mi nueva casa es un despacho pequeño en un departamento de dos pisos. Había un refrigerador sucio, un armario, una mesa y un par de sillas en la cocina. Una radio vieja y un sofá grande de terciopelo en la sala. Una cama, una cómoda y un armario en la habitación. También había un pequeño estudio, eso era algo bueno al menos puedo dibujar en paz.
Las sábanas de mi cama huelen a peste, pero no importa, otro día las lavo. Tengo que concentrarme en conseguir trabajo mañana. No estoy muy confiada pero creo que lo lograre. Superare esto. La guerra terminara y yo volveré a casa. Hay que tener Esperanza.
No se cómo decirle adiós a un diario, así que lo diré como si fuera alguien real.
Sayönara, diario-san.
les gusto?, un review?, un tomate?
díganme si quieren que lo continué y yo lo haré.
byebye
