Disclaimers: Los nombres de los personajes pertenecen a Rowling, no a mí.

Notas de la Autora: Es una adaptación del fanfiction del mismo nombre, al ser adaptación, la personalidad de los personajes no corresponderá a las que Rowling les ha dado.

Notas de la Autora: Es la segunda parte/Temporada de Midnight. Intentaré que sea entendible para que no sea necesario leer Midnight.


Prologo:

Después de que Ginny había experimentado esas experiencias hacía un par de años, creía que todo podía darse por superado, los terrores nocturnos se habían terminado, Blaise, Neville, la mujer que jamás pudo identificar se habían marchado, habían cruzado, incluso el hermano de Draco.

Después de una innecesaria tortura, habían conseguido de cierta forma su venganza contra la madre de Ginny, que al final, el paso al otro lado había sido su muerte, y había muerto por unos instantes, Draco se había encargado de traerla de nuevo a la vida, y le agradecía por eso. Y sólo por eso.

Ginny observó hacia el río, después de esa noche, su vida se había vuelto tranquila, nada de insomnio, nada de torturas a media noche o a cualquier hora.

Pero no todo estaba bien.

Draco Malfoy y ella, terminaron separados después de dos meses como novios, lo extrañaba de cierta forma, pero jamás permitiría que algo le hiciera creer a Draco que las cosas irreconciliables que los separaron lo confundieran, pero al final, Draco tenía razón, el más lastimado con la ruptura fue él.


Capítulo 01: Sentimientos.

— ¿Estás bien cariño? –preguntó su padre.

—Sí –mintió –todo bien.

—No suenas muy convencida –suspiró.

—No es nada papá –sonrió.

— ¿Seguirás con ese chico todavía? –inquirió.

—Sí –afirmó.

—No me agrada –confesó.

—Papá, ya me lo dijiste, pero las cosas entre él y yo… son… irreparables.

—Draco me agradaba para ti.

—Lo sé, tú lo querías más que yo –sonrió apenada.

—Tienes razón, ten cuidado con ese chico y no pierdas tu amistad con Draco ¿quieres?

—Entre Draco y yo, sólo queda una memoria papá.

—Y al parecer, Draco es el único que quiere conservarla ¿no?

—A veces… uno quiere más que otro.

—Y… a veces uno simplemente no ama nada al otro –la miró – tú decides a quien amar cariño, yo sólo te estoy dando mi opinión y mi consejo, iré a trabajar.

—Claro, con cuidado y suerte.

—Te quiero –besó su frente y salió.

Ginny recordó la historia de amor de sus padres, bueno, Arthur Weasley no era su verdadero padre, pero si el esposo de su difunta madre.

Toda su historia era complicada, hacía dos años y cuatro meses, había terminado con Draco, y hacía tan solo dos años y seis meses, que se había enterado de su verdadera historia.

Su madre, había tenido un romance con el mejor amigo de su marido, y Ginevra era producto de dicho romance, le había costado mucho entender que su madre no era aquella buena mujer que recordaba, había hecho cosas que ella como hija, no estaba muy orgullosa, le había hecho creer que su padre, o sea, Arthur Weasley, no las quería y que la había corrido de la casa, que las quería lo más lejos de él como fuera posible, el desprecio de su padre le había dolido tanto, que lo había odiado, incluso, cuando su madre murió, fue tan cobarde para no contarle la verdad, por fortuna, las cosas con su padre se habían solucionado, bueno, no era su padre biológico, pero llevaba su apellido, y lo quería como si realmente lo fuera.

Recordó cuando llegó a esa casa, como las torturas nocturnas comenzaron, la razón de todo, era que su madre, había presenciado y no había detenido a su amante, de ahogar a un chico inocente, los había visto manteniendo relaciones en un lugar cercano a la casa de su marido, y para evitar que fuera a decir lo que había visto, aquel hombre lo había ahogado, así fue como Blaise Zabini había jurado vengarse de la madre de Ginny, después de un tiempo, producto del acto de su padre biológico, tres chicos se ahogaron en ese mismo lugar, y jamás recuperaron los cuerpos, juraron venganza, pero al morir la madre de Ginevra, se quedaron atrapados en ese punto, y la única capaz de hacerlos cruzar, era nada más y nada menos que ella, lo que su madre más quería, era a Ginny.

Todo el ritual para la venganza había comenzado a media noche, esa tortura era algo extrema, al menos para ella, que odiaba todo lo que tuviera que ver con lo sobrenatural, pero todo se había hecho menos doloroso con la compañía de Draco, su hermano, Orión, era uno de esos chicos que habían jurado vengarse, él solía escucharlo algunas veces, de hecho, se habían conocido gracias a él.

Ginny dio un salto cuando escuchó el timbre, suspiró y fue rumbo a la puerta, era Dean, que le sonrió.

—Hola –la besó.

—Hola –sonrió sin ánimo.

— ¿Estás lista? –preguntó.

—Sí, vamos.

Fueron a comer a uno de los restaurants favoritos de Ginny, era un lugar sencillo y tranquilo, poco acorde a Dean Thomas, que era desesperado y un poco charlatán ¿Por qué había decidido salir con él?

—Oh mira –dijo Dean sacándola de sus pensamientos.

— ¿Qué ocurre? –Preguntó.

— ¿Ese no es Malfoy? –le sonrió.

—No lo sé –contestó y evitó mirar.

—Siempre anda solo desde que terminaste con él.

—Él terminó conmigo –comentó –No quiero hablar de él.

—Bien –frunció los labios –Ven –se acercó a ella y la besó — ¡Te adoro Ginny! –Sonrió después de gritarlo.

—Yo a ti –se vio obligada a actuar a causa de todas las miradas que se posaron en ellos.

Incluso Draco la miró, Dean tenía razón, él no salía con nadie desde su ruptura, y seguía con esa mirada triste que le rompía el corazón.

Lo usaste a tu conveniencia y lo votaste como si fuera nada –le susurraron al oído.

— ¿Te ocurre algo? –Preguntó Dean.

—Me quiero ir –dijo incómoda.

— ¿Después de tanto tiempo te sigue incomodando que él esté presente? –interrogó Dean molestó.

— ¡Él no me importa en lo absoluto! –Gritó molesta y se puso de pie –mejor me voy.

Ginny cruzó a zancadas el lugar y al pasar junto a él, sus piernas se doblaron y todo se obscureció.

[O]

—Me duele la cabeza –se quejó.

—Te golpeaste al caer –informó Dean.

— ¿Qué ocurrió? –lo observó.

—Te desmayaste –frunció el ceño –y justo junto a él.

— ¿Y eso te molesta? –Inquirió.

— Es como si él supiera que te ocurría –bufó –no permitió que tocaras el suelo.

—Dijiste que…

—Lo empujé para que te soltara y bueno, caíste al piso.

—No era necesario un hospital –protestó.

—Iré a decirle que estás bien o no se largara nunca –concluyó y salió.

Tuvo que soportar el mal humor de Dean, al menos hasta su casa, al contrario de con Draco, su padre no quería a Dean dentro de su casa.

¿Qué le dio Draco a su padre que lo quería tanto? Incluso, sabía que seguía hablando con él aunque no lo dijera.

— ¿Estás bien? –preguntó su padre preocupado.

—Sí, pero…

—Draco me lo dijo –confesó.

—Papá –gruñó.

—Lo sigo apreciando, eso no cambiará, además… ha ido seguido al hospital.

— ¿Está bien? –Curioseó.

—Bueno… después de tanto tiempo, accedió a frecuentar a Astoria –se encogió de hombros su padre –no te importará, eso le dije y le dolió, aunque accedió.

—Vaya –comentó –ya era tiempo para eso.

—Sigue sin querer, y es más caballerosidad que gusto o atracción.

—Que idiota –murmuró –salir con alguien sólo por salir.

—Vaya que idiotez ¿Cierto? –le sonrió su padre.

—Pues bastante.

—Es bueno que ese no sea tu caso mi amor –rió.

—Claro –murmuró sin darle mucha importancia.

Su padre siguió hablando, pero por fortuna, cambió de tema, comenzó a hablar de cómo había estado su día en el hospital, comentó una que otra anécdota y después de la cena, cada quien se fue a dormir.