Bueno, a decir verdad esta historia no estaba preparada para un fanfic Nalu, pero, algunos personajes y sus relaciones me parecían tan adaptables a los de Fairy Tail, que decidí adaptarlo. Así que en si en algún punto los nombres cambian por algún error que no vi y no edité, no es que copiara la historia de algún lado, es solo que originalmente los nombres eran otros.
Sin más, espero que les guste.~
Primer Capítulo.
De nuevo tarde, aunque esta vez era yo quien ocasionaba el retraso. Temía lo peor. Sí, mi actitud fatalista salía a flote; aunque permaneciera oculta gran parte del tiempo, sabía escoger importantes momentos para hacerse presente. Justo como ahora.
El ultimo retraso; 5 años atrás cuando su llegada se atrasó, pero mi avión salió a tiempo. Sí, jamás me despedí de él. Algo que no me perdonaba, aun si no hubiese sido yo la causante. Después de todo, aquel día solo debía esperar, pero mi viaje no me permitió continuar a la espera. Aquella tarde la voz de la joven anunció la salida del vuelo, lo que a mis oídos fue un "debes irte, aún si no ha llegado".
No esperaba una despedida como las películas. Claro, eso solo ocurre en las películas. Que frase más cliché, pero cierta. Aunque, la vida suele resultar mejor que una película, sea el género que sea. Sin embargo, en ese momento solo pensaba en una despedida. De haber permitido a mi imaginación –y anhelo –proyectarse la idea de tal despedida no sería un adiós precisamente. De sus labios saldría un "no te marches", y con mucha seguridad puedo afirmar, no lo haría. La realidad fue incluso peor que la expectativa realista. Al final, no llegó al aeropuerto por lo que, siquiera pude verle antes de marcharme.
La campanilla de la cafetería sonó, dando por entendido que un nuevo cliente llegó. Una alerta para quien me espera. Le vi sentado en la mesa del fondo, junto al ventanal; nuestro usual lugar de años atrás. No volteó, pero sé que la campanilla le aseguraba mi entrada. Sabía que estaba ahí.
— Tendrás que perdonarme el atraso. — Las primeras palabras del reencuentro.
— ¿Sabes? Llevo 5 años preparando mis líneas y simplemente, llegas y las robas. — Sonrió, comprendí al instante su comentario.
— Supongo que estamos a mano.
— La magnitud de tu retraso no perdona al mío. Estaré en deuda un largo tiempo. — La sonrisa se borró por unos instantes, dando pasó a una retorcida mueca llena de culpa.
— Si dejas de parlotear y me das un abrazo, puedo reducir la condena…— No era el primer intercambio de palabras que esperaba, nuevamente, la realidad y mi imaginación eran opuestas.
Sus brazos me rodearon, antes de poder ofrecer una respuesta él acercó los labios a mi oreja. — Te extrañé. — El suave susurro vino después de los escalofríos ocasionados por su cercanía. — Bienvenida a casa, Lucy.
"Casa", sí, estaba en casa.
Con tanto que decir, el silencio era extraño. Es decir, 5 años generan mucho que decir. Las cartas ocasionales no resumen 5 años. Tomé la taza de café recién servida, dispuesta a dar el primer sorbo tras marcharse el chico que atendía nuestra mesa.
— Lucy. — La taza nunca llegó a mis labios, regresó a la mesa. El tono de su voz colocó mis movimientos en automático, obligándome a mirarlo. — Hay algo que debo decirte. — La campanilla sonó nuevamente. Esta vez, mi acompañante si desvió la mirada hacía su sonido. —Supongo que, justo a tiempo…—
— ¿Pasa algo? — Tomé la taza de café, dispuesta a reanudar su consumo. La chica saludo a Natsu, de la forma más natural mientras por un segundo sentí mi presencia desvanecerse. Confusión era poco para mi actual situación. Una chica de blancos cabellos se acercó a nuestra mesa, no era una equivocación y lo supe al ver a Daniel ponerse de pie.
— Luce. — Oh, no. La taza de café tocó mis labios, el líquido acarició la zona. — Te presento a Lissana. — Al fin di un sorbo. — Mi novia. — El café no sabía tan bien como lo recordaba, tanto que hice un esfuerzo por no escupir mi trago. Tras 5 años las cosas cambian ¿cierto?
La chica se disculpó, para ir hacía la barra de la cafetería y ordenar, puesto que nosotros lo habíamos hecho ya.
— ¿Vas a decir algo? — Habló primero.
— Es bonita. — Inmediatamente sus facciones se relajaron. Buscaba mi aprobación y por un momento creyó no obtenerla.
— Lo es.
— ¿Hace cuánto se conocen? — Me senté nuevamente, luego de ponerme de pie para saludar a la chica.
— Es mi novia hace dos años. — De acuerdo, ahora si debí sobre esforzarme por no escupir el café.
— Vaya, van en serio. — Sonreí, forzosamente. — Me alegro. — En realidad, me alegraba su felicidad. La chica regresó, sentándose al lado de Natsu.
— Lucy. — Pronunció con cuidado. Mordí mi labio con fuerza, aquello no significaba nada bueno. — Quiero pedirle matrimonio.
Di un sorbo a mi taza de café para luego sonreírle.
Sin duda, el café más amargo de mis días.
No era culpa de nadie, más que mía, lo insípido del café ¿no es cierto? No percatarme antes de mis sentimientos. Intentar negarlos, de mi misma.
La chica regresó, a lo cual solo me miraste, pidiendo mi silencio. Le sonreíste, y lo comprendí. ¿Quién era para frenar tu felicidad? Pertenecías a alguien más. No porque alguien te arrebatara de mi lado, te habías entregado de forma voluntaria.
Cuando sonríes para ella, vuelvo a ver al chico con él que compartí tan bellos momentos. Quien se casará pronto, conmigo, como madrina. Al final del camino, las mejores amigas están destinadas a eso ¿no es cierto?
Bueno...no puedo asegurar que actualizaré mañana pero espero hacerlo dentro del fin de semana o los primeros días de la siguiente y continuaré actualizando cada semana, o antes si la escuela y trabajo me permiten. :'(
