Este es mi primer fic por favor sean piadosos. No me considero una gran escritora pero me encanta escribir, espero que esta historia les sirva para entretenerlos.
Para aclarar varias cosas Doremi y las chicas están en el instituto, tienen unos 16 años aproximadamente. Los FLATS son chicos normales igual que Hana.
Capítulo 1: Primer despiste
Mis sueños cuando solo era una niña eran comer bistec todos los días, que un guapísimo chico se me declarara y que comamos filetes como en los cuentos de hadas. Con el paso del tiempo eso cambió, aunque no del todo. ¿Acaso no es normal el querer tener un novio guapo y amar la carne con locura, específicamente un jugoso y rico trozo de bistec?
Pero el ignorar algunas cosas hacen que no me percate que ya encontré a esa persona con la que me encuentro bien, con la que puedo estar tranquila, alguien que me da su apoyo incondicional, un tierno abrazo o un hombro para llorar en caso de que lo necesite. Y al ignorar todos estos hechos hace que acabe perdiéndolo en brazos de otra persona. Había cosas que creía comprender pero que ignoraba totalmente. Tal vez si en ese momento hubiera entendido las cosas ahora todo sería diferente y sería yo la dueña de sus abrazos y besos. Pero en ese momento no podía pensar en nada, mi novio me había engañado, no tenía ganas de saber del amor por un tiempo, y ya me costaba darme cuenta de las cosas en mis cinco sentidos en ese estado era prácticamente imposible.
Todavía recuerdo como aquel primer despiste que ocurrió como una simple conversación para mí, pero indirectas de mis amigas hacia mi persona.
– A veces el amor está más cerca de lo que uno cree. –dijo Hazuki mientras me miraba a los ojos.
– Tú tuviste suerte con Masaru, pero yo soy otro caso. –pronunció un poco amarga-
– El amor siempre está donde uno menos se lo espera. –aclaró Aiko.
– Lo he buscado en todas partes. O es bueno ocultándose o simplemente no hay alguien para mí. –dije tristemente.
– Tal vez lo encuentres en la persona más inesperada. –habló Momoko
– ¿Alguien inesperado, como un desconocido o algo así? –pregunté irónicamente.
– Tienes que mirar mejor a tu alrededor. –finalizó Ompu mientras me miraba.
– No chicas, ya no, estoy harta, no hay alguien para mí. –dije yo tristemente, estaba cansada de no poder encontrar a alguien para mí.
– No Doremi, no pienses así, todo saldrá bien ya lo verás –dijo Hana tratando de animarme con un cálido abrazo.
Al día siguiente al ir al instituto todo parecía normal para las demás personas, ¿no es irónico ver como el mundo se mueve mientras uno estás paralizado? Las lágrimas de la noche anterior dejaban marcadas su presencia en mi rostro en forma de ojeras, la verdad no quería que alguien me preguntase sobre eso. Este año había tenido tres relaciones, pero ninguna acabó de la mejor manera.
El primero solo aceptó salir conmigo porque quería darle celos a su exnovia, el segundo porque aceptó una apuesta con sus amigos, el tercero, con quien más había durado, me estaba engañando con otras chicas. Soy la chica más desafortunada del mundo.
