Kjærlighet
Nuestra casa tiene muchos niños, huérfanos, aquellos que huyeron de casa o esos a quienes sus padres no pueden darles una vida digna, todos son aceptados aquí. El sacerdote fundó esta casa hogar junto al colegio cristiano para darle una oportunidad a los niños de la calle, resguardarlos de las calles y proveerles educación. llegué aquí como un recién nacido, mi memoria más temprana es caminar de la mano de Lucas, un chico al que presumiblemente, trajeron aquí las mismas personas que me abandonaron a mí. Existe la posibilidad de que seamos hermanos de sangre, pero al parecer, nunca lo sabremos con certeza.
Ahora tengo 10 años, mi hermano, Lucas, tiene 16. En dos años habrá terminado la educación básica, será mayor de edad y podrá dejar la casa hogar. Pensar en eso me entristece, a pesar de que tengo muchos otros hermanos aquí, él es especial, él siempre ha sido especial, así como Mathias, que salió de aquí hace 2 años y aun nos visita; recuerdo muy poco de cuando Mathias aun estaba en la casa, tan solo su amabilidad y su sonrisa que parecía invencible. Actualmente, el está trabajando para pagarse una carrera universitaria y cuando le sobra un poco de dinero nos trae regalos o dona dinero para la casa hogar, el y Berwald, que siempre ha sido su competencia. Tino, compañero de cuarto de Lucas y amigo de todo (literalmente, todo) el mundo, es muy cercano a Berwald, hay gente que incluso dice haberlos visto hacer cosas indecentes, y ser castigados por ello. A mi no me importa, cuando chicos más grandes comienzan a molestar a Tino él solo sonríe y sigue su camino… pero no se dejen engañar, si alguien trata de agredirlo físicamente, él va a responder, y se va a defender con violencia. La gente puede burlarse de el a sus espaldas, pero le tienen miedo.
Lucas tiene una novia. Natalia, una chica rubia y muy linda. Ella solo asiste a la escuela, no es parte de la casa hogar, así que solo están juntos por las mañanas. Los he visto andar por el patio tomados de la mano, y me dan celos. Esa mano me sostuvo cuando aprendí a caminar, según las monjas, y ahora la sostiene una chica con mirada de miedo… bueno, Lucas también da miedo cuando se queda mirando fijamente.
-Emil, qué pasa con esa cara?
Rayos, me descubrió mirándolos.
-Quieres venir con Natalia y conmigo a la fuente?
-No, estoy bien…. -Mentiras. Quiero ir contigo, no con ella. No soporto verla reír cuando haces un comentario sobre lo sucio o lo desorganizado de los salones, no soporto verte jugar a la pelota con ella, o cuando los demás chicos insinúan que terminando la escuela te casarás con ella. Quiero ir a la fuente contigo. Solo contigo.
-Vamos a la fuente, Lucas -Natalia dijo, mirándolo a los ojos y presionando un poco a mano de mi hermano- queda muy poco tiempo del descanso.
-Está bien -odio que el no le pueda decir que no. Siguieron caminando, y al pasar junto a mi, Lucas acarició mi cabello, haciéndome sonrojar- si sigues frunciendo el ceño te va a doler la cara.
Me molesta tanto que al verlos irse corro a la capilla de la escuela, a esconderme entre las bancas. Casi no quepo en mi escondite, es lo malo de crecer, pero es el único lugar donde puedo estar en completo silencio a esta hora del día. No tiene sentido, sé que mi hermano me ama y sé que no me va a dejar atrás, incluso al salir de la escuela, dice que va a construir una casa muy grande donde podamos vivir los dos juntos… pero aun así me duele verle con Natalia, que a pesar de mi actuar indiferente, es linda y educada conmigo cuando tenemos que convivir. Después de todo, aunque ella no estuviera aquí, no podría hacer nada, ya que los chicos no se pueden casar con otros chicos.
