Nada. Ningún cambio.
Solo compañeros. Solo amigos.
Chat Noir mira al amor de su vida y suspira.
Normal. Igual que siempre.
Su relación con Ladybug no iba a cambiar de amistad a amor por sí solo.
Él lo sabía. Era ahora de hacer un movimiento y no es que antes no lo había hecho, pero ahora iba a hacer uno más grande. Así que se acercó, lo suficiente para hacerla sonrojar y para hacerla querer golpearlo.
Era arriesgado.
No obstante Chat Noir ya espero demasiado tiempo y todavía no había ningún cambio. Así que iba a hacer algo para cambiarlo.
— ¿My Lady? —La llamó aún sin apartarse de la aproximación incomoda que había hecho— Dime...
Comenzó haciendo que Ladybug retrocediera más, pero era algo imposible si el gatito avanzaba.
— ¿Te gusto mi beso?
Ladybug abrió más grande los ojos, mientras una tonalidad carmesí invadía sus mejillas. Entretanto miles de pensamientos viajaban en su mente. ¿Lo sabe? ¿Sabe sobre ese beso que le di cuando estaba Akumatizado? ¿Cómo se enteró? ¿Lo recuerda? ¿Lo sabe? ¡Oh, dios! ¡Lo sabe! ¡Lo sabe!
Comenzó a repetir histérica cuando repitió esa pregunta y el gato se relamió los labios de una forma seductora.
— ¿Que beso? —Le interrogó haciéndose la tonta. ¡Debía simular que no sabía sobre eso!
Al momento de hacer esa pregunta. Chat Noir termino de acortar la pequeña distancia que había dejado. Y la besó, de forma suave, de una forma tan lenta que incitó a que Ladybug cerrara los ojos y se dejara llevar por ese roce.
Al darse cuenta lo que estaba haciendo y antes de que el beso pase a otro nivel. Se apartó colorada hasta las orejas y le pego una cachetada que debió resonar por todo Paris.
¡No lo sabe!
Exclamó en su mente mientras llevaba la mano que golpeoó a Chat Noir a su boca, cubriéndola. Mientras tanto, se iba de ahí. O más bien huía de ahí.
Chat Noir que la veía marcharse se llevó una mano en la mejilla roja y otra a su corazón que latía como un desquiciado.
A partir de ahora. Ladybug tenía dos opciones, odiarlo o amarlo.
Obvio prefería la segunda, pero no sabía lo que le depararía por tal atrevimiento. Lo que sea que iba a pasar...
Lo de recién... ¡Si, que había valido la pena!
