Kamisama Hajimashita no es de mi propiedad.
El sol parecía ocultarse dejando por última vez que los rayos de sol iluminaran su varonil cara.
La tenia de las manos. Tocando sus delicadas manos pequeñas.
Ella era Nanami. Su adorada Nanami. Su Diosa.
Y sólo verla con cara de infante y extremadamente frágil y pequeña, le hacía pensar en protegerla.
Tomoe siempre pensó en Nanami como una humana rara, desde la primera vez que la vio a los ojos pudo ver el temor plasmados en ellos, pensó en lo patéticos que era los humanos no obstante ese temor desapareció quedando cautivado de Nanami.
Sus pensamientos cambiaron drásticamente cuando supo lo interesante que era ella, dejo de ver con malos ojos a los humanos. Solo por ella.
Nanami se convirtió en su Diosa; Tomoe negaba ese hecho, pero se fue enamorando.
Ahora Tomoe se encontraba de la mano con una Nanami más interesante, más tierna y con él más ganas de protegerla.
— ¡Nanami no se casará! ¡Nanami no necesita a nadie! ¡Nanami siempre ha estado sola! —Ella replicó con un puchero protestando a la idea de tener un marido.
Tomoe parpadeó perplejo.
— ¿Por qué? —Preguntó viéndola con suavidad.
La infante, Nanami, contestó sin ningún miedo:
— ¡Porque el hombre de Nanami no es bueno! ¡Nanami no confiara en un marido! —Gritó, recordando a su padre, y a las duras palabras de su madre.
—No culpes a la mala suerte de los hombres, más bien, culpa la manera de ver las cosas—Le dijo acariciando los delicados cabellos de la niña. —Algún día encontraras la persona indicada que te hará feliz—Tomoe se sentía raro, decirle eso a una Nanami menor por 12 años era sumamente vergonzoso.
— ¡Nanami no se casará porque siempre estuvo sola y la dejaran sola si se casa!
—Si yo me casara contigo estaría a tu lado para siempre al igual te daría todo lo que desearas—habló sin pensar y rápido capto el interés de la niña.
Nanami le siguió insistiendo, pues ella nunca se casaría, Tomoe escuchaba con fascinación a cada palabra que decía. Quería saber más de Nanami.
—entonces… si le darías a todo a Nanami si se casara contigo ¿Te gusta Nanami? —Interrogó con las mejillas redonditas infladas.
Tomoe se carcajeó.
—Si.
« ¿Cómo no puedo no responderle? Si lo dice de una manera tan dulce» Pensó mientras se hincaba y tomaba de las manos a la niña haciendo que estas tocaran su tersa cara.
—Por supuesto que si—Volvió a responder con más seguridad. Acarició las manos de la pequeña Nanami —entonces…—Pausó un instante con una encantadora sonrisa— ¿Quieres casarte conmigo?
Nanami mostró de una manera inocente una gran sonrisa de felicidad.
—Está bien—Brincó un poquito mirándolo con sus gigantes ojos expresivos.
Tomoe la volvió a tomar de las manos, para ir a dejar a la pequeña Nanami a su casa.
«Siempre estaré a tu lado»
Tomoe volvió a sonreír una vez más, buscaría a la serpiente para después buscar a la Nanami grande.
Tomoe sentía que conocía un poquito más a Nanami.
Sus desgracia, su vida, su infancia, su familia. Todo de ella.
Tal vez no decía que amaba a Nanami, pero de verdad amaba a su Diosa. Lo pensaba cada segundo en su mente.
Tomoe solo deseaba llegar hasta donde Nanami se encontraba y abrazarla sin soltarla.
A/N: Basado en el capítulo 62 del manga. Fue tan tierno que no pude evitar escribir este drabble. Espero que les guste, pronto sabrán más de mí.
2/07/14
Inochan-Uchiha.
