Bueno, mi primera historia después de haber eliminado todo el horror que estaba escrito antes de esto. Espero que esta historia sea de su agrado, aunque en mi parecer no sé, estoy dudosa pero, nada espero que les guste y vamos a empezar parar de tanta habladuría ¿no? Con el español me están ayudando, así que si ven algún error háganmelo saber. Español no es mi idioma principal.

Hetalia no me pertenece, ni en un futuro lo hará…


Mis Días sin ti son tan opacos, no entra ni siquiera un rayo de sol


-¡Angleterre, mon cheri!- la voz de Francis era pura preocupación. Claro que hay que estar preocupado. Arthur esta frente al él dibujando un círculo en el piso. Lo que fuera que Arthur va hacer no es lo que preocupa a Francis en sí, lo que lo preocupa es que Arthur se vuele en mil pedazos. Y si lo hace, ¿Qué le pasara a su país?

-Te ensenaré maldito sapo- Francis se preguntaba para que Arthur necesita una botella de vino francés en el medio del circulo pero, el no fue quien para preguntar, el solo se la dio. Francis a según ve a Arthur diciendo, sabrá Dios que, piensa que está en el sitio menos indicado, a la hora menos indicada y el día menos indicando. –Hare desaparecer esta botella, ya verás-

-Mon amour, a mi no me importa la botella, me importas tu- Y aunque el británico solo resoplo ante la oración, era verdad. Francis estaba muy preocupado por él. Una botella de vino se puede remplazar fácilmente pero, a Arthur, nunca. Si, Arthur se vuela en pedazos, Francis presiente que habrá dos o tres cabezas rodando. Y el simple hecho de pensarlo le eriza el pelo.

A según el circulo empezaba a brillar Francis se para detrás de una silla por si en vez de desaparecer, explota la botella, lo cual sería otro problema y lo más probable. La magia y los hechizos de Arthur siempre tienen un pequeño problema, y el problema es que siempre algo tiene que salir mal. Lo peor que puede suceder en un momento como este, es que Arthur haga aparecer a Iván, lo cual no sería algo bueno. Resumiendo en cuentas, hay muchas probabilidades, todas siendo malas.

-S'il vous plaît, en Angleterre. Je vous prie d'arrêter, ma chérie- fue lo único que le salió de la boca de Francis antes de que un humo gris, espeso, llenara la habitación. Francis dijo sus últimas plegarias, seguro de que era su fin mientras lentamente abría sus ojos azules. Vio los jardines que adornan la casa de Arthur, siempre verdes. El sol aun brillaba, arriba en un firmamento azul sin nubes. Miro hacia abajo y se dio cuenta que tenia mitad de su cuerpo fuera de la ventana.

Muchas cosas corrieron por su mente. Una de ellas siendo la más temida.

-¿Arthur, ma chérie? ¿Vous n'avez pas d'exploser, non?- Francis tenía el pánico muy elevado como para hablar en otro que no sea su idioma. ¿Y si Arthur exploto? Que excusa el tendrá para darle a sus jefes, o a sus hermanos; o peor, a los otros países. Tomando las medidas precauciones, y cerrando sus ojos entro de nuevo a la habitación. –¿Arthur?-

-Te dije sapo idiota, que YO no hablo francés- Francis dejo salir un suspiro. Arthur estaba bien, aunque estaba contra la pared y parecía tener un brazo torcido. Pero, nada serio. Francis lo ayudo a levantarse, no sin tratar de meter mano en lugares donde no van. -¡No te atrevas Francis!-

Esperaron unos segundos a lo que el humo se dispersara. Arthur cruzaba los dedos atrás de su espalda, esta vez tuvo que haber triunfado. Para Francis, lo más probable era que la botella había explotado en vez de desaparecer. Pero, ¿Quién le explica eso a Arthur? El es tan terco que para críticas el solo tiene oídos sordos. No oye consejos no advertencias. Arthur vive en su propio cuento. Lo que a veces trae problemas.

-¡En tu cara! ¡Lo logre!- Francis estaba sorprendido para palabras. Quizás esta vez, Arthur si lo hizo. Pero, es muy bueno para ser verdad. Debe a ver tenido efectos secundarios. Francis toco su cabeza, si, aun la tiene en su sitio, miro a Arthur, igual. El cielo aun es azul y el sol aun brilla. No hay ningún tipo de criatura rara en el cuarto, nada. Francis debe estar soñando.

-¿Ma douce Arthur?- Pero, Arthur estaba muy adentro en su celebración. También el debe pensar que es su primera vez que hizo algo bien.

-Hay que celebrar esto Francis- La sonrisa de Arthur y el brillo de felicidad en los ojos verdes de Arthur hicieron que Francis echará toda preocupación a un lado y bajara las escaleras con él, una vez que se removió la capa negra que el británico tenia puesta. –Pero, no te pases sapo-

Al bajar las escaleras, Francis con un pequeño argumento y Arthur dándose halagos del gran mago y hechicero que es, ninguno de los dos vio cuando la puerta se abrió lentamente y alguien entro a paso lento e inseguro. Ambos entraron a la cocina y esa persona también los siguió.

-A-aa…- esa cierta persona trato de alzar la voz pero, le fue imposible. No porque esa persona no quisiera, era que el montón de lágrimas que bajaban de sus ojos se lo impedían. Francis y Arthur estaban muy entretenidos en su pelea que era imposible de que alguien como él los detuviera. Pero, lo provisto sucedió, el silencio llego, y ambos, Francis como Arthur voltearon a mirar cuando el ruido de una botella de cristal cayo al suelo dejando un eco en el lugar donde estaban.

El piso blanco se lleno de un color rojo intenso, y el líquido corrió hasta llegar hasta los pies de esa persona.

-¿Qui-quien y que, la bote…?- Arthur no tenia palabras. Estaba más que seguro que la botella que ahora está hecha pedazos en el suelo fue la que él hizo desparecer hace unos minutos atrás. Pero, lo que él no entendía era que hacía en las manos de esa personas que esta ahogándose en lagrimas al frente del.

-Al…al…-

-Mathieu, ma chéri. ¿Qu'est-ce que tu fais ici?- Arthur miro sorprendido a Francis buscando una respuestas a todas las preguntas que se estaba haciendo en estos momentos. Y Francis piensa que después de todo, hubo un efecto secundario.

-Al…Alfred…de-desa…Alfred desapareció- Francis arqueo su ceja para luego mirar a Arthur que tenía una cara de espanto. Daba unos pasos, lentos, hacia atrás negando con su cabeza.

-Alfred no…todo menos el- murmuro entre dientes el británico mientras se recostaba en la pared. Todo debe ser una mentira pero, Matthew estaba ahí, llorando, y además la botella de vino estaba en el piso. ¿Qué otra prueba necesita? Arthur vio como Francis se le acerco a oído murmurando y el solo negaba con la cabeza, frenéticamente, negaba todo. –Alfred…no…-

-¿Ma chéri, que hiciste?-

-Na… ¡NADA!-


Le dolía mucho la cabeza, para empezar. Estaba a ciegas, el polvo le impedía ver lo que es el cielo, porque estaba boca arriba. Tosía sin parar, y su cuerpo le pesaba. Se preguntaba donde estaba, parecía como si un camión le hubiera pasado por encima y lo hubiera arrastrado y abandonado en el medio del desierto.

-Ahhh…estamos empezando mal héroe- Tosió un par de veces más para sacar el polvo que tenía en la boca antes de darse la vuelta. Si, parecía un desierto pero, no lo era, había pavimento debajo de las palmas de sus manos y nieve, solo era que todo estaba abandonado, mejor dicho, devastado. Los edificios estaban caídos al suelo mientras otros estaban a punto de seguirles los pasos a los otros. No había ni un alma en vista, ni ruidos, solo el aullido del viento frio contra los huecos formados en todos sitios.

-Ehh… Si esto es otro de mis sueños locos… ¡Alfred despierta!- Si, eso era lo que era, solo un sueño y nada más. Algo pasajero, quizás cuando su jefe vea que él no está presente en la junta lo mandara a buscar, lo que significa que lo tienen que despertar y no más sueño raro. Pero, se sentía muy real para ser un simple sueño.

-¿Hay alguien ahí?- Alfred lanzo esa pregunta al azar para ver si alguien o algo, lo más probable, le contestara, pero, nada; solo el aullido del viento le contesto. Lo único que hizo fue sentarse a mirar atentamente a su alrededor. Grito la misma pregunta dos o tres veces recibiendo la misma respuesta. Lentamente se levanto apoyándose en una pared que estaba cercana a él.

Todo parecía una película pero, se sentía tan real. El frio lo sentía tan adentro en sus huesos que parecía que se le iban a quebrar. Aferro más su cuerpo a su preciado 'Bomber Jacket' para ver si lo ayuda un poco a aniquilar el intenso frio pero, aun se sentía. Alfred no tenia mas nada que aferrarse a la soledad que había y caminar, esperando encontrar algo que le diga o le dé una señal sobre donde el esta.


Bueno, estoy algo sorprendida por lo largo que es, espero que les haya gustado este primer capítulo, así que díganme como quedo y se les gusto. Review.

Traducciones:

-S'il vous plaît, en Angleterre. Je vous prie d'arrêter, ma chérie: Por favor, Inglaterra, para, mi amor

-¿Arthur, mon chérie? ¿Vous n'avez pas d'exploser, non?: ¿Arthur, mi amor? ¿No explotaste verdad?

-¿Ma douce Arthur?: Mi dulce Arthur

- Mathieu, mon chéri. ¿Qu'est-ce que tu fais ici?: Matthew, mi amor. ¿Qué haces aquí?