Holi~
No tengo nada que decir hoy, creo.
Disclaimer: KnB y sus personajes pertenecen a Tadatoshi Fujimaki❤
Pieza clave
La práctica no había terminado tarde ese día y el sol apenas comenzaba su descenso cuando Kuroko llegó a la estación del tren para irse a casa; suspiró por enésima vez mientras se preguntaba cuándo exactamente Teiko había dejado de ser su más grande sueño. Aomine no había ido a entrenar… de nuevo. Con ese día ya era una semana entera que no se aparecía por el gimnasio y la tensión podía sentirse cada vez más cortante; esta vez Murasakibara había peleado con Midorima y ambos se fueron sin mirar al otro, tras eso Akashi decidió terminar la práctica temprano.
El tren llegó, interrumpiendo sus pensamientos y se apresuró a buscar un asiento junto a la ventana. Gran error. Normalmente le gustaba ver el paisaje y a las personas mientras viajaba en tren, pero, de nuevo, hoy había terminado más temprano y el sol aún resplandecía de ese lado, dándole de lleno en la cara.
-Qué maravilloso día- murmuró irónico mientras cerraba los ojos.
-o-o-
-o-o-
Kuroko comenzaba a creer que todo ese día sería un error tras otro. En cuanto cerró los ojos se arrulló con el calor y el vaivén del tren, unos minutos después apenas podía entreabrir los ojos sin que el cansancio volviera a ganar terreno y le hiciera cerrarlos de nuevo. Además, sentía que se sofocaba con cada segundo que pasaba en ese asiento y que se cocía vivo con el sol; eso sin mencionar que el sueño ya lo estaba haciendo alucinar malteadas de vainilla que cruzaban las aceras.
-Voy a morir-balbuceó.
-No en mi presencia, por favor, Kuroko- dijo una voz mientras el peliceleste sentía que alguien se sentaba a su lado.
Entreabrió los ojos para encontrarse con Akashi mirándolo fijamente con una leve sonrisa en el rostro, como si acabara de contar el chiste más divertido. Hasta los Akashi-kun de mis alucinaciones son malos haciendo bromas.
-Pareces una malteada- fue lo que finalmente salió de su boca- una de fresa, pero… Me gustan las malteadas de fresa.
La cara de Akashi era todo un poema, uno de extrañeza y perplejidad. Inmediatamente dirigió su mano a la frente del más bajo.
-¿Kuroko? ¿Bebiste algo raro?
-Mis favoritas son las de vainilla, pero por ti haría una excepción- continuó el otro, ignorándolo.
-Ajá, aléjate de ahí, estás hirviendo- murmuró mientras lo atraía hacia sí.
Kuroko acomodó su cabeza sobre el hombro del pelirrojo y ambos se quedaron en silencio durante un rato, antes de que el primero hablara de nuevo.
-Akashi-kun, ¿te irás también?
El otro simplemente le regresó la mirada, sin saber a qué se refería.
-Como Aomine-kun…
Akashi abrazó por los hombros a Kuroko y le acarició suavemente el brazo mientras apoyaba su cabeza sobre la del peliceleste.
-No - fue todo lo que dijo.
-Lo harás. El tú real, quiero decir. Es mi culpa, es imposible que los demás confíen en mí- contestó, un poco más despierto que antes, pero aún aturdido.
El pelirrojo lo miró con el ceño ligeramente fruncido, sin acabar de comprenderlo, pero aun así se inclinó y rozó suavemente sus labios en la frente del otro.
-Kuroko, todos los días te confío lo más importante. Lo tienes sólo tú y no se lo daría a nadie más.
El tren se detuvo y Akashi se levantó de su asiento, acomodando a Kuroko en él para mantenerlo lejos del sol.
-Si Aomine se fue, él es el idiota; si yo lo hiciera, también lo sería. Eres la persona más increíble que conozco- susurró mientras sacaba algo de su bolsillo y lo ponía en la mano del peliceleste- Eres mi victoria; siempre serás lo más importante para mí, recuérdalo.
Se despidió con un último beso en la frente y Kuroko lo sintió alejarse. La última llamada de la estación resonó por el vagón y lo sacó del poco aturdimiento que aún tenía; miró hacia abajo y vio en su mano una pieza de shogi: El rey, la pieza más importante. Escuchó las puertas cerrarse y se apresuró a ver por la ventana cuando el tren volvía a ponerse en movimiento. Fue sólo por un par de segundos, pero Kuroko alcanzó a distinguir el particular cabello rojo entre la multitud de la estación. Poco a poco comenzó a darse cuenta de que quizás Akashi no había sido una alucinación y se sonrojó recordando todo lo que le había dicho y lo que había sucedido.
Miró al Rey durante el resto del trayecto y cuando finalmente llegó a su parada, guardó la pieza en su bolsillo, acariciándola de cuando en cuando y tratando de no verse demasiado idiota por la sonrisa en su rostro.
Esto no tuvo nada que ver con que hoy me venía asando en el camión, para nada(?)
Ignoremos el hecho de que eventualmente vendrá Bokushi a arruinarlo todo (Boku, te amo, pero sí te pasaste, wn) y quedémonos con este bonito Akashi todo precioso y sweetie(?)
Por cierto, no sé por qué siempre escribo cosas depre en el Día 5, se supone que el arco de Teiko es mi favorito y siempre lo hago súper angst x'DD en fin.
Gracias por leer C:~
❤❤❤❤❤❤FELIZ TEIKO AKAKURO DAY ❤❤❤❤❤❤
