Disclaimer: Yuu Watase es la ama y señora de todos los personajes de Fushigi Yuugi (por suerte o por desgracia). Yo solo los utilizo para pasar el rato sin ánimo de lucro.

Advertencias: Slash (relación chico x chico). No soy partidaria de escribir escenas muy "fuertes", pero seguramente acabará habiendo algo subidito de tono. El que avisa no es traidor xD.

En ocasiones me referiré (muy de pasada) a sucesos que se narran en las novelas Yukiyasha Den (la novela de Nuriko) y Suzaku Hi Den (la novela de Hotohori), aunque lo aclararé siempre en nota a pie de página por si acaso LoL


"Existe un antiguo proverbio chino que habla sobre el paralelismo del junco y el roble. Pocos quieren ser como el roble, pues éste resiste sin doblarse y se quiebra cuando le azota un viento fuerte.

Pero, como alguien sabiamente dijo, nadie recordará al junco cobarde que no resistió con tenacidad.

Una pequeña historia sobre un amor secreto, que pocos son capaces de recordar, pero que tuvo un florecimiento esplendoroso. Digno de ser recordado"


Prólogo. Semilla

Las horas pasaban como días, las semanas como años. Y frío gélido semejante al del invierno sumía a la acomodada familia Chou en su abrazo. Y es que nada había vuelto a ser lo mismo desde que la pequeña Kourin se había ido.

El día del funeral, todo el barrio textil de Eiyou y parte de los barrios artesanos circundantes habían estado presentes en la ceremonia. E ineludiblemente todos se fijaron en la pequeña figura del hijo mediano de los Chou, desgraciadamente desde entonces el pequeño de la familia.

Algunos lo atribuían a un desarreglo momentáneo debido al terrible suceso, otros a un trauma psicológico que el joven, dada su fragilidad emocional, nunca superaría. Lo cierto es que todos murmuraban sobre el anormal comportamiento del cándido Ryuuen, que el mismo día de la muerte de su hermana había empezado a llevar las ropas de ésta e incluso a hacerse llamar por su nombre.

Era francamente desconcertante. El cómo sonreía tranquilamente durante el entierro, como si aquello no fuera más que otro acontecimiento cotidiano. Resultaba cruel, desgarrador, pero estaba en boca de todos que el pequeño había enloquecido: en su mente su hermana no había se marchado sino que seguía viviendo en su alma, en su cuerpo. Era una mente infantil y frágil, que se aferraba con sus manos de cristal a la imagen de Kourin, queriendo evitar que se disolviera como una diáfana voluta de humo.

Los años que siguieron no fueron mejores. Al cerciorarse de que aquella situación estaba durando más de lo debido, los señores Chou empezaron a preocuparse por el estado mental de su retoño. Lo llevaron a diversos médicos, especialistas en la mente, para que trataran de solucionar su problema. Pero todo fue un esfuerzo inútil y Ryuuen seguía en sus trece, realmente convencido de que era Kourin y que jamás había tenido un hermano llamado Ryuuen.

Cuantas veces lloraron sus padres por lo sucedido a aquella familia... Se habían desmembrado con la misma facilidad con la que un árbol seco pierde las hojas. Y sí, era cierto: su primogénito, Rokou, de alma sensible y terriblemente vulnerable también parecía haber caído en una depresión constante, pero los años parecían superarla. Con Ryuuen sin embargo era muy distinto. Hubieran dado de buena gana toda su fortuna para que no guardara su dolor para sí y regalara una sonrisa deslumbrante en público. Porque esa era la imagen de Ryuuen a cada momento: una sonrisa inocente, conmovedora, en un rostro angelical. En aquel aspecto y comportamiento era cuando más se hacía patente la similitud entre él y su fallecida hermana.

La cosa pendía de un débil hilo debido su gravedad. Ryuuen no era sólo un niño malherido en el alma. Estaba destinado a una gran empresa: así lo denotaba el carácter rojo brillante tatuado en su pecho, refulgente como una estrella en llamas. Era una de las Siete Estrellas de Suzaku, un elegido por el dios fénix dotado de una fuerza sobrehumana. Sus padres no cesaban de preguntarse qué sería de él, cuál sería su estado mental cuando llegara el momento de consagrar su vida a la protección del imperio de Konan.

Y decidieron enviarle a una aldea de las montañas, Yukigase, con un pariente lejano que se hiciera cargo de él por un tiempo. Y bajo el nombre de Kourin, Ryuuen marchó de su casa, sin sospechar que nunca volvería a ella, no como Chou Ryuuen.

Muchas cosas le sucedieron allí, cosas que jamás llegó a imaginar y que le hicieron madurar en cierta medida. Rompió varios corazones de hombres y mujeres, conoció a personas fascinantes y salvó aquella pequeña villa de un demonio legendario que se alimentaba de la carne de las vírgenes, sacrificando con ello la felicidad de varias personas muy queridas. Byakuren (1), la primera mujer que se enamoró de él, perdió la vida en una cumbre helada entre frío y sangre.

Sorpresivamente, Ryuuen se encontró cumpliendo el sueño de aquella chica: servir en el harén del Emperador como concubina. Pero el joven jamás alcanzó a imaginar que conocería a alguien que le robaría el corazón; una persona que con los meses llegaría a convertirse en su única razón para seguir adelante. Aquel primer día, arrodillado frente a él sin siquiera levantar la cabeza, su corazón dio un vuelco tan doloroso y a la par placentero que jamás sería capaz de describirlo.

Y es que Chou Ryuuen era Kourin, la hermosa dama de la corte. Pero ante y sobre todo era Nuriko, una de las Siete Estrellas de Suzaku.

Aunque eso, bueno, era un secreto.


(1) En la novela de Nuriko (Yukiyasha Den) Byakuren es una chica de la aldea de Yukigase, donde Nuriko fue a ver a unos parientes, que en su infancia fue salvada de un accidente por Hotohori y que quiere formar parte de su harén para darle las gracias. Por esa razón al principio rivaliza con Nuriko, aunque al final se enamora de él incluso sin saber que era un hombre. Fallece al final de la novela intentando ayudar a Nuriko a luchar contra Yukiyasha, un demonio de la nieve que devoraba a las doncellas de la aldea. Nuriko promete convertirse en concubina de Hotohori para tener la posibilidad de agradecerle en lugar de Byakuren que le salvara la vida a la chica, aunque acaba enamorándose de él.

Nota: "Himitsu" es "secreto" en japonés :3