Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.

"Como Príncipe" 1/2


Hinata estaba dolido, quería evitar todo ello, pero no podía, no entendía porque debía ser atacado constantemente, que si era un rarito, que si estaba enfermo y muchas cosas más, ¿Cómo decía explicarle al resto que era una persona normal?, no podía, no por miedo o cobardía, simplemente porque no importaba cuantas veces explicara las cosas, ellos nunca las entendían.

Estaba en la biblioteca, escondido de los chicos de tercero, siempre lo buscaban para molestarlo, no le importaba en lo más mínimo sus palabras, sin embargo, habían comenzado a ponerse agresivos, hacia un par de días habían intentado tocarlo sin su permiso, obligarlo hacer cosas que no quería, amedrentándolo y golpeándolo, mismo de lo que se salvó gracias a la campana, literalmente.

La alarma de incendios había sonado y él se había salvado.

Por ello se escondía en la biblioteca, detrás de los últimos estantes, huyendo como un cobarde, realmente no le importaba, simplemente quería mantener su dignidad en lo posible, si para ello debía huir no importaba.

No solo escapaba de los chicos de tercero, también las chicas eran un problema, no era como que lo fueran a golpear, pero ellas solían arruinar todos sus esfuerzos por mantener una estabilidad mental, después de todo, las palabras causaban las peores heridas, y el hecho que siempre le recordaran lo feo y "Gay" que era, no ayudaba.

Si lo pensaba detenidamente, ellas tenían algo de razón, él era un chico delgado, de apariencia enclenque, con el cabello brillante de tonalidades negras y azules, con los ojos de extraño perla y unas cejas grandes, extensas y bastante femeninas, con las manos suaves y delicadas, dedos delgados y de apariencia bastante de princesa, labios rosados y facciones no muy masculinas.

¿Quién podría verle atractivo si no lucia como un hombre?

Incluso asistió al gimnasio, pero los resultados no fueron lo esperado, tomó firmeza eso no lo iba a negar, pero que esta se notara más en sus piernas no era lo ideal, se había acomplejado por todo ello y su autoestima se fue hasta el fondo del mar.

Estaba perdido en sus pensamientos, recordando y hundiéndose en su miseria, pero quizá debió recordar que el polvo no le ofrecía su amistad, tan solo alergias que lo hicieron estornudar, uno algo quedito para el gusto de los demás, algo discreto que a él le gustaba apreciar.

El escurrimiento nasal ya estaba por comenzar, debía buscar la forma de limpiarse la nariz o tendría que salir, y honestamente no quería emprender una carrera de huida por su vida e integridad, tan solo quería andar con libertad, comenzaba a lamentarse por haber nacido homosexual, pero ello no era una enfermedad que se pudiese curar, igual nada le impedía llorar.

Debió prever que tras su estornudo alguien terminaría por escucharlo y encontrarlo, claro que no imaginó ver al chico rubio de la otra clase, ese mismo de ojos azules que siempre le sonreía justo como al resto, mismo que lo trataba como un igual, del que sospechaba no conocía nada de su homosexualidad, de otra manera no entendía como podía saludarlo como si nada pasara, siendo que tras saberlo siempre buscaban evitarlo como si portara un virus que fuese a contagiarlos.

—Oh~ asi que eras tú –señalaba sonriente el rubio-, ¿necesitas un pañuelo?

—No te preocupes –respondió él, levantándose al instante buscando una ruta de escape-

—Hinata –le llamó ofreciendo un paquetito de pañuelos-, hombre no vayas a despreciarme –dijo sonriendo-

—Gracias –se limitaba Hyuga a decir, tomando uno de los pañuelos y llevándolo a su nariz-

—¿Estabas durmiendo? –Preguntó divertido Naruto-

—¿Qué? –preguntó confundido-

—Tranquilo, yo suelo venir también aquí a dormir

—Ah, no, yo…

Naruto le tomó de la mano guiándolo a sentarse, Hinata no pudo negarse, aun asi se sentía un poco intimidado, no es como que Naruto fuese a golpearlo, es solo que, bueno, uno no espera que el chico lindo de otra clase se acerque a sentarse, vamos, no esperaba nada más allá que las sonrisas furtivas que le daba en los pasillos, ya saben, igual que a todos sus amigos.

Era incomodo estar en silencio, al menos a Hinata eso le parecía, tan solo podía estar ahí a su lado, con un pañuelo en la mano e infinitas ganas de sonarse la nariz, pero no poder hacerlo pro vergüenza, no es como que los chicos anden pro ahí queriendo escuchar los mocos de alguien con alergia.

Estaba pensando en cómo escapar, ya saben, sacar a flote algo de cobardía y correr como maniaco hasta el baño, sonarse la nariz y entonces ya nada importaría, ni la paliza que de seguro los de tercero le darían, iba a hacerlo, realmente lo haría, pero entonces Naruto sacó una bolsa de papitas y habló

—¿Estás huyendo, cierto?

—¿Qué? –Apenas pudo contestar en confusión-

—No me malinterpretes –intentó disculparse-, me refiero en que te estás escondiendo, ya sabes, de los chicos de tercero

—No –dijo con rapidez-, yo solo tenía sueño

—No tienes que mentirme –respondió Naruto con una sonrisa tranquila-, yo los vi molestándote el otro día

Hinata se sorprendió, estaba seguro que no quedaba nadie en el colegio, estaba tranquilo de que no lo habían visto, pero ahora resultaba que el chico bonito lo vio en aquella vergonzosa situación, su dignidad quizá no estaba del todo a salvo

—Lamento no haber hecho nada, no había a quien pedirle ayuda, la sala de profesores era lejana y de intervenir a ambos nos hubiesen dado una paliza –sonrió con amargura y comió un par de papitas ofreciendo una a Hinata-, quería defenderte pero solo pude activar la alarma de incendios, lo lamento

—Asi que fuiste tú –expreso Hinata sorprendido, comiendo con lentitud la papa-, gracias.

—No hice nada –se recriminó asi mismo el rubio-

—Me salvaste, eso fue suficiente para mí

—No deberías conformarte con tan poco, Hinata

—Lo siento, no puedo aspirar a más

—¿Es por qué te las chicas te llaman feo? –Cuestionó en una sonrisa-

—Bueno, supongo que no me llevo el premio al más apuesto –se burló de sí mismo-

—¿Enserio? –Naruto rió a carcajada limpia-, no les creas nada, están celosas

—¿Celosas?, ¿de mi enclenque figura de espagueti?

—Vamos Hinata –respondía divertido comiendo más botanas-, eres un chico apuesto

—¿Apuesto como un perro?, si claro

—No –dijo con seriedad, acercándose al rostro del contrario-, eres apuesto, tan apuesto como un príncipe

Hinata quedó en shock, no sabía si era por la hermosa y sincera sonrisa del rubio, o si era por como lo acababa de llevar, nunca nadie lo había llamado de esa manera, siempre se referían a él como una princesa, una muy fea.

Ahí se quedó sin decir nada, con Naruto mirándolo con una sonrisa en el rostro, siguió ahí pasmado tras escuchar el timbre para la siguiente clase, incluso cuando vio a Naruto levantarse, sacudirse el polvo del uniforme y frente a él arrodillarse.

—Deberías quedarte aquí hasta el final de clases, los te tercero no pararan de buscarte hoy –le dijo con preocupación-, vendré por ti y te acompañaré a casa, así que por favor espera por mi

—No es necesario –respondió en un susurro, aun avergonzado por la forma en que Naruto lo había llamado-, enserio Naruto-kun

—No es problema –dijo sonriendo de nuevo-, realmente quiero acompañarte a casa

—Pero ellos podrían molestarte si te ven conmigo

—No te preocupes –le acaricio la cabeza y comenzó a alejarse-, por cierto Hinata, realmente creo que eres como un príncipe

—… -Hinata lo miró confundido-

—Me gustan los príncipes –dijo llevando su mirada a Hinata mintiéndose aun de espaldas-

Naruto regreso sobre sus pasos, corrió hasta Hinata y depositó un beso en su mejilla, tomando entre sus manos la delgada del contrario, acercándose a su oído y sonreír antes de susurrarle:

—Realmente espero que un día, puedas ser mi príncipe.

Deposito otro beso en la mejilla contraria y salió corriendo del pasillo, dejando a Hinata sonrojado a punto de un desmayo.

—El príncipe de Naruto-kun –dijo abrazando sus piernas mientras sonreía sonrojado, dispuesto a esperarlo-.

Naruto mientras tanto corría por los pasillo hasta su clase, aun sin creerse el mismo, que de alguna extraña manera se había confesado al chico príncipe, al chico genial del que se había enamorado en primer año, al que se prometió iba a enamorarlo.

—¡Joder! –Dijo avergonzado con una mano en su pecho-, ¿Cómo un príncipe?, él es incluso un millón de veces mejor que eso… ¡Hinata~!