Hacia un sol radiante en la ciudad de Venecia, donde un hombre de cabello blanco y traje contemplaba las violetas desde el balcón donde estaba sentado tomando una taza de té... Shoichi caminó hasta la habitación de su jefe con pasos lentos y cansados deteniéndose ante la puerta y suspirando suavemente. Finalmente golpeó un par de veces la puerta con los nudillos.
Su jefe, sin desviar la vista de aquel maravilloso paisaje le dio permiso para que entrara, no se trataba de un intruso ya que su sonrisa recién dibujada mostraba que sabía de quien se trataba.
El joven entró en la habitación y observó que su jefe se hallaba en el balcón, no le extrañó, las vistas desde allí eran hermosas.
-Señor...- llevaba una carpeta entre sus manos.- le traigo un informe para que lo revise cuando pueda.- dijo.
El albino siguió sin mirarlo, y con un gesto de la mano le indicó que se acercara para dárselo, el cual se acercó hasta éste, entrando al balcón y deteniéndose por un momento a observar las vistas, luego miró a Byakuran y le tendió la carpeta.
-Aquí tiene, señor Byakuran.- murmuró con todo respeto, pero éste le agarró del brazo y lo acerco a si mismo, y por primera vez lo miró a los ojos desde que volvieron de Japón, le sonrió con su típica sonrisa.
-Gracias. - le dijo, y el muchacho se quedó repentinamente mudo cuando se vio así de cerca de su jefe y más cuando vio como le miraba y sonreía.
-Ah... n-no tiene que d-darlas.- balbuceó extrañado, al fin y al cabo ese era su trabajo, no tenía que agradecérselo.
Byakuran miró la carpeta que se había caído en la mesa, la cogió y volvió a mirar al joven.
-¡Siéntate un rato conmigo! - dijo animado - ¿Quieres una taza de te? - le ofreció (Lippi estaba de vacaciones).
-Eh... bueno.- se sorprendió el otro. -Es que tengo trabajo...- aunque era su jefe y le estaba dando permiso, era un poco tonto.
Realmente le daba cierto reparo quedarse solo con Byakuran, y no sabía muy bien porqué, tal vez era aquella sonrisa tan suya, que le ponía nervioso.
-¡Oh, vamos Shuo-chan! - corrió una silla para que se sentara - No se va a acumular el trabajo por que descanses un poco - parecía d lo mas feliz.
"Eso es fácil decirlo" pensó Irie, pero se acercó a una silla un poco alejada de su jefe.
-Con su permiso, señor.- dijo sentándose.
El albino se rió a lo bajo al ver la lejanía de su subordinado.
-Eso ha dolido - dijo con una sonrisa mientras le servía te, Shoichi le miró un poco extrañado por su comentario.
-¿Quieres azúcar y leche? - le preguntó.
-Bueno... déme lo que quiera.- dijo alzando los hombros.
Byakuran sonrió de oreja a oreja mientras le echaba azúcar al te y luego agarró el frasco de porcelana blanca que contenía la leche recién ordeñada.
- ¿Quieres esta leche u otra? - dijo de broma, aunque era verdad que había otra leche, la de cabra, pero su empleado no entendió la broma.
-Esa misma...- respondió, le parecía muy rara aquella situación, miró a través de la ventana, se acercaban nubes negras.
-Va a llover...- murmuró más para sí que para su jefe.
Éste le pasó la taza de te y se acomodó en el asiento con una sonrisa tranquila mientras abría el informe para ojearlo mientras le daba un sorbo al te.
- Si... es una lástima - dijo con los ojos cerrados, aun sonriendo.
-Me gusta la lluvia.- murmuró el chico mirando aun a través de la ventana.
Byakuran sonrió ampliamente y miró de reojo al pequeño.
- ¿Te gustaría dar un paseo bajo la lluvia? - le preguntó mientras volvía a mirar los informes con aire tranquilo.
Éste miró a su jefe.
-¿Un paseo bajo la lluvia?- repitió un poco tontamente, aquello le recordó a cuando era pequeño, cuando llovía y salía al jardín de casa a jugar.
Su jefe asintió sin mirarlo, parecía que algo había llamado su atención en aquel informe...
-¿Ocurre algo, señor?- preguntó un poco preocupado al verle revisar así su informe, acercó un poco su cuerpo hacia la mesa para observar mejor a su jefe, el cual le miró de reojo con una sonrisa y le acarició la barbilla.
-Me agrada este informe. - le dijo sonriendo de forma diferente, provocando que su subordinado se apartara muy bruscamente de él al sentir ese contacto y por poco se cae de la silla.
-Me asustó.- se disculpó poniéndose de pie.
El albino se rió a lo bajo nuevamente.
-Tranquilo, no muerdo. - le dijo levantándose y dejando el informe sobre la mesa.-¿Y bien? ¿Te apetece dar un paseo? - le pregunto sonriendo.
Irie le miró sorprendido, ¿aquello iba en serio? ¿Y el paseo era con él?
-Eh... bueno...- empezó nervioso. -Claro.- contestó finalmente y desviando la mirada.
El hombre sonrió complacido y se dirigió hacia Shoichi.
-Entonces vamos. - le dijo colocando una mano encima del hombro de éste mientras que con la otra le señalaba que se adelantara, a lo que el chico volvió a apartarse ante aquel contacto, no entendía el motivo, pero cuando éste le tocaba se sentía muy raro, eso solo le pasaba con él. Aun así le obedeció y se adelanto unos pasos.
El hombre volvió a reír a lo bajo ante la reacción del joven. Al salir cerró con llave la puerta y ambos se dirigieron a la calle, el peliblanco agarró el único paraguas que había en la entrada, ya que los demás se habían llevado los otros.
- Solo queda un paraguas.- murmuro Shoichi diciendo lo obvio y mirando a la calle, había empezado a llover con bastante fuerza.
-No pasa nada. - se acercó al chico.- Lo compartimos. (parecía estar todo planeado xD).
-Eh...-el chico no sabía que decir. -Bueno...-murmuró mirando el suelo y ambos salieron bajo la lluvia, casi pegados el uno con el otro, el peliblanco parecía de lo más feliz...
Sin embargo Shoichi se ponía nervioso por estar tan cerca de su jefe, no odia evitarlo, así que trataba de andar lo mas separado posible de él.
Mientras caminaban, la gente los miraban y cuchicheaban sonriendo dentro de los locales...
De repente cayó un rayo...
Irie se sobresalto un poco cuando oyó ese rayo, ya que estaba tan sumido en sus pensamientos que le pilló muy por sorpresa, y cuando quiso darse cuenta estaba casi abrazado al brazo de su jefe. Byakuran parecía de lo mas feliz ante esa reacción mientras las mujeres lujosas se ponían de lo mas rojas ante la escena (adictas al yaoi seguro xD).
-Tranquilo, no te pasara nada malo... - le susurró al oído a su subordinado.
Shoichi se separo bruscamente de él cuando le susurró, quedando bajo la lluvia, se sentía muy nervioso pensando que aquel paseo había sido mala idea y apenas se dio cuenta de que la lluvia caía sobre él. Su superior abrió los ojos por la sorpresa, y corrió a resguardar al pequeño bajo el paraguas.
-¡Hay que ver como eres Sho! - dijo sonriendo mientras le secaba la cara con un pañuelo de tela.
-Lo siento.- el chico miró al suelo sintiendo que le ardía el rostro cuando su jefe le empezó a secar el rostro.
-No tienes por que disculparte.- le respondió amablemente .- Hay que ver como te mojaste. - le sonrió.
-No importa.- murmuró el joven. -Me gusta mojarme con la lluvia.- dijo mirándose los zapatos, nervioso.
Con un movimiento de la mano, como si fuera intencionado, pero con aire inocente, Byakuran dejó caer el paraguas con una sonrisa y un "ups...", mientras volvía a mirar a Shoichi. Su cabello se mojaba al igual que el del joven que tenía delante, el cual alzó la cabeza al notar como la lluvia golpeaba con fuerza sobre él y vio que Byakuran había dejado caer el paraguas.
-¿Que hace?...- preguntó sorprendido. -Señor Byakuran, se está quedando empapado.- buscó con la mirada el paraguas, ¿habría salido volando por el viento?
El albino sonrió al ver la preocupación del chico, y al ver que buscaba con desesperación el paraguas, agarró su rostro con ambas manos y le miró directamente a los ojos.
-No pasa nada. - dijo sonriendo - Me gusta estar empapado...
Irie se quedó un tanto paralizado, y sin saber porque notó su propio cuerpo temblar ante aquel contacto y aquellos ojos fijos en los suyos, su rostro le ardía y las piernas le flaqueaban sin saber el porqué.
-De-deberíamos... volver.- consiguió decir.
-No. - dijo con tono feliz, como un niño chico - no antes de... - le miró seriamente y se acercó a su oído - ...antes de... - le susurró - ...¡de comprar unas esponjitas! - le volvió a mirar de frente con una sonrisa de las suyas.
Cuando su jefe le susurró al oído le dio un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, ¿que le pasaba, estaría enfermando? Ruborizado agachó la cabeza y asintió sintiéndose incapaz de formular palabra alguna.
Byakuran lo agarró de la mano y lo guió varias calles bajo la lluvia hasta llegar a un mercado lleno de dulces que parecía de lo mas lujoso. Al entrar la gente los miró, algunos sorprendidos, otros indignados ante su apariencia mojada, algunas mujeres estaban de lo mas rojas por ello al ver así al peliblanco.
Shoichi se dejó guiar nervioso hasta que se dio cuenta de que su jefe le tenia agarrado de la mano y se soltó nervioso oyendo la gente cuchichear, ¿que decían?
El peliblanco se acercó con determinación y sin miedo a la barra donde una mujer lo atendió, era de lo más amable con él, de seguro sabía quien era, ¿y quien no? Todos lo conocían y le tenían respeto... las jóvenes chicas no le quitaban el ojo de encima, estaban de lo más emocionadas y rojas al verle, y más con esa apariencia tan sexy (mojadito está más guapo xD).
Irie observaba como la gente miraba a su jefe, algunos con miedo, otro con respeto, con admiración, las chicas con cierta emoción. Luego él mismo le miró un momento y bajó la cabeza confuso consigo mismo. Llevaba todo el día sintiéndose raro, desde que había ido a entregarle su informe a Byakuran. Se alejo unos pasos y se volvió saliendo de aquel mercado. Al no ver a su compañero de viaje, Byakuran salió con la compra ya hecha, y al verlo fuera se le acercó.
-¿Ocurre algo? - preguntó amablemente.
Éste no le miró, estaba con la cabeza gacha.
-No, nada.- contestó con un ligero tono frustrado, miró al cielo y las gotas de lluvia bañaron su rostro, se quitó las gafas ya que con estas tan mojadas no veía casi nada.
El otro, sonriendo, se puso frente al joven, acercándose lo más cerca posible, con su rostro encima del joven, que como era mas alto que Sho se interpuso entre el agua y él.
-No me mientas... - le susurró antes de besarlo.
El joven iba a decir algo cuando sintió los tibios labios de su jefe sobre los suyos. Abrió mucho los ojos, sorprendido y pensando que aquello no podía estar pasando, tal vez por eso se quedó estático y sin saber como reaccionar.
Al ver que el pequeño no se alejaba, Byakuran lo empujó suavemente contra la pared del edificio para que no se mojaran más mientras lo seguía besando, y colocó su brazo por encima de la cabeza de éste.
Shoichi notó que su jefe le empujaba contra la pared resguardándolos de la lluvia mientras continuaba besándolo. Llevó una mano temblorosa al pecho de su jefe para alejarlo, pero simplemente la depositó allí unos instantes y luego la llevó hasta su hombro.
Complacido, Byakuran posó sus manos en la cintura de Sho para luego rodearlo en un cálido abrazo. Quería profundizar aquel beso pero no quería presionarlo...
Irie hizo un pequeño sonido entre sus labios cerrando los ojos y llevó ambos brazos alrededor de su cuello entreabriendo un poco sus labios.
El albino, feliz, introdujo su lengua en la boca del pequeño saboreando su delicado sabor mientras jugaba con su lengua... a la vez que le pegaba más a el para darle calor...
Shoichi no se podía creer q ese fuese su primer beso, notó la lengua de su jefe juntándose con la suya y recorriendo su boca, le sintió pegarse más a su cuerpo y notó como su temperatura corporal subía. Pero de pronto se asustó y trató de apartarlo de su lado, el cual lo soltó al notar los empujones.
-Lo siento.... - dijo con una sonrisa extraña, parecía un poco entre triste y amarga. El pelo le tapaba un ojo mientras el agua lo mojaba nuevamente...
La mente de Shoichi bullía de pensamientos confusos, y en medio de todo podía sentir aun el calor de los labios de su jefe sobre los suyos provocándole deseos de más. Se sonrojó violentamente y miró a éste, que sonreía de un modo extraño.
-Se-señor... ¿por qué...- se sonrojó aun más y bajó la mirada.-... lo ha hecho?- necesitaba saberlo.
El hombre de cabellos blancos sonrió un poco más ampliamente sin mostrar diente alguno, se acercó a su oído y le susurró.
-Si quieres saberlo, ven a mi habitación esta noche. - acto seguido dio media vuelta y se fue alejando. - Si no vas lo entenderé - dijo sin mirarle mientras se iba.
El joven se quedó a cuadros viendo alejarse a su jefe, estaba muy sonrojado, ¿que fuera a su habitación por la noche? No sabia que hacer.... lo tendría que pensar.