1. Grandes

Luego de personalizar sus habitaciones en el Height Alliance donde la UA los instaló por seguridad, a Momo le sorprendió que algunos aún tuvieran energías para perturbar la tranquilidad de los pasillos. Tal vez era la emoción de estar en un nuevo lugar, como el primer día de un campamento.

Salió de su cuarto llevando el pantalón del uniforme de entrenamiento y una camiseta sencilla, siendo guiada fácilmente por las excesivamente entusiastas voces. Antes de que cruzara en la esquina se topó con Mina y la ropa flotante de Hagakure, y la pelinegra logró frenar antes de que colisionaran. Las otras dos le saltaron encima al verla.

— ¡Momooooo~! ¡Es tan injusto! —lloriquearon dramáticamente sobre Yaoyorozu que no entendía nada, señalando hacia el pasillo por el que acababan de venir y en el que las anteriores voces fueron dimitiendo hasta desaparecer cuando los alumnos se dispersaron.

Con una gota en la cabeza trató de calmarlas para que le explicaran la situación.

— ¿Podrían decirme qué sucedes, chicas? —su dulce voz provocó un mohín en las otras dos (o al menos en Ashido, por lo que se veía) que clavaron sus ojos con recelo en el pecho de Momo, causando que ésta diera un saltito nervioso.

Sin dudas ella era la más dotada de la clase, simplemente injusto.

— ¡¿Sabes?! Le estábamos preguntando a los chicos si los prefieren grandes, ¡y casi todos dijeron que sí! —guiadas por el movimiento de las mangas de Hagakure entendieron que agitaba sus brazos con indignación, y Ashido la acompañaba en el sentimiento.

No es que ellas tuvieran un mal tamaño, pero se sintieron minimizadas al oír la respuesta más recurrente en los chicos: "¡Sí, grandes como los de Yaoyorozu!". Mineta era el único que babeaba por cualquier forma de vida femenina, pero a nadie le importaba su opinión.

Kouda y Ojiro lograron esquivar el asunto, el primero por su característico y nervioso mutismo, y el chico de la cola se había rascado la mejilla con la mirada desviada, declarando que no estaba seguro. No era de los que pensaban en esas cosas. Y además de Shouji que les dijo que no le importaba eso, Tokoyami que intentó controlar los colores en su cara respondiendo de brazos cruzados con un "tal vez", y el inquieto Midoriya que sudaba sonrojado mientras tartamudeaba que lo importante eran los sentimientos, el resto participó activamente en la peculiar encuesta, aunque algunos de una forma un poco extraña.

Por ejemplo, Iida había explicado que un talle grande no sería aerodinámico y enseguida empezó a darles una tediosa clase sobre física y mecánica, de la que todos huyeron cuanto antes y lo dejaron hablando solo muy apasionadamente. El otro fue Bakugo, que causando mini explosiones en sus palmas gritó enfurecido que esos inútiles sacos de grasa estorbarían en una pelea.

Ahh, estos niños necesitaban crecer.

— No entiendo de qué están hablando. —Momo no estaba muy segura de qué hacer ante el enfado de sus compañeras, ella no había hecho nada más que nacer.

En ese momento, justo como un héroe, casualmente apareció Todoroki llamando la atención de Mina y la chica invisible. Era el único al que todavía no le preguntaban, y quizás su respuesta era la que más les interesaba. Fueron corriendo a detenerlo antes de que se les escapara.

— ¡Todoroki, Todoroki! Dinos, ¿te gustan más los grandes?

Rodearon al muchacho mirándolo muy emocionadas y él tampoco entendía demasiado de qué iba todo esto, sólo se dirigía a su cuarto a terminar de acomodar sus cosas para poder dormir. Le envió una serena mirada interrogante a Yaoyorozu, pero ella negó tímidamente con la cabeza sin tener idea.

— ¿Qué cosa? —se aventuró a preguntar.

Tanto Ashido como Hagakure hicieron gestos con sus manos frente a sus senos, aunque sólo se notó en la muchacha de piel y cabello rosa.

— ¡Los pechos, por supuesto! —aclararon al unísono.

Los ojos de Shouto se expandieron ligeramente, era obvio que no se trataba de un tema que se habría esperado. Su mirada heterocromática regresó hacia la pelinegra, quien se sonrojó brutalmente cruzando un brazo sobre sus pechos como si así pudiera protegerlos. ¿Fue idea suya o Todoroki acababa de echar un vistazo hacia ese lugar en cuestión por una milésima de segundo?

El prodigio desvió su rostro sin mirar a ninguna, ocultando muy bien sus emociones. Tuvo que usar su mitad fría discretamente para evitar que el calor le subiera a las mejillas.

— Grandes están bien. —respondió finalmente para continuar su camino ante el berrinche de derrota de sus curiosas compañeras.

Mientras tanto el corazón de Momo corría peligro a semejante velocidad.