Simplemente, no eres ella por Angie Friki Black
Disclaimer: El universo de Inuyasha no me pertenece sino a Rumiko Takahashi
Corres tratando de seguir a ese hanyō que tantas lágrimas te ha costado. Te escondes detrás de unos arbustos observando como éste se abraza con tú yo del pasado. Aprietas tus manos con fuerza y te maldices a ti misma por ser tan tonta. Pero aun así, te quedas allí, viendo como el hombre que amas es abrazado por alguien que no eres tú.
Tus lágrimas desobedecen tus órdenes y se escapan de tus ojos chocolates, haciendo que se te nuble la vista; tratas de contener un sonido lastimero que amenaza con salirse de tu garganta, pero al final no puedes. Te abrazas a tus rodillas escondiendo tu rostro y dejas que todos tus gemidos y lágrimas corran libres, ya no te importa que te oiga alguien.
Te reprochas a ti misma por ser tan estúpida, porque ya has pasado por esto y aun te sigue afectado. De pronto te enfocas más en la conversación que los dos a tus espaldas tienen.
—Me amas Inuyasha, a mí y a nadie más —le oyes decir a tu rival, Kikyō.
—Sí, solo te amo a ti —oyes responder a Inuyasha.
— ¿Qué hay de Kagome?
Por un momento piensas que Kikyō te ha descubierto, y que por eso formuló esa pregunta. Y cuando Inuyasha da la respuesta, solo puedes escuchar el sonido de tu corazón roto.
—Ella no eres tú, y yo solo te amo a ti, Kikyō.
Las palabras de Inuyasha se repiten en tu mente como mil cuchillos afilados que se clavan dentro de ti.
«Simplemente, no eres ella»
