Empezamos nuevo fic, con una nueva idea. Este fic ha sido creado a raíz de haber visto un fanart y una amiga (no señalo a nadie, he Sandra ^-^) me dijo que ese fanart me ayudaría a hacer un fic y aquí estoy haciéndolo. Va a tener 10 capítulos y un epílogo. En el fic, exploro una nueva faceta de Sherlock después de que le pasara algo que le hiciera cambiar de parecer. Bueno, mejor empecemos con el primer capítulo, que se que lo queréis.
La Luz:
Vi la luz unos segundos, pensé que mi vida había acabado para siempre, yo solo sabía que estaba cayendo al vacío, bueno no, al agua. Creía que la vida de Sherlock Holmes acababa para no volver jamás.
Pero no fue así, sobreviví y no fue porque yo lo deseara o porque me lo merecía.
Seguro que me la habían dado para ser mejor y dejar atrás todos mis malos vicios.
Con esto pensé en la limpieza de alma, no es que yo creyera en esas cosas, pero si había recibido una segunda oportunidad, debía empezar a creer.
Me desperté después de una noche; de la cual poco recordaba. Estaba en el hospital, miré a mí alrededor y solo vi a la señora Hudson que dormía en el sofá.
La miré y sonreí. Era como una madre para mi, bueno, era mi madre.
Cuando despertó, se acercó a mi lado y sonrió al verme vivo. Le sonreí y le dije que esta segunda oportunidad la quería aprovechar y limpiarme el alma.
Al oírme aquello se asombró que yo quisiera pisar una iglesia. Pero lo entendió y me prometió no contárselo a nadie, sería nuestro secreto.
Pase unos días más en el hospital en observación, tenía alguna visita, pero corta. La única persona que se quedaba más tiempo era la señora Hudson.
Por fin, cuando regresé a casa me tome dos días para reflexionar y pensar que hacer con esta nueva oportunidad de vivir.
La señora Hudson me dijo que conocía un párroco nuevo en su iglesia que llevaba un año y que era la persona ideal para que yo me limpiara el alma, ya que tenía mi misma edad y eso para mi sería algo que no me intimidaría.
La abracé y le di las gracias por todo lo que estaba haciendo, por las molestias.
Me dio la dirección de la iglesia y me dijo que el cura se llamaba John.
Miré la tarjeta que me había entregado, era sencilla y de letras claras y elegantes. John seguramente la habría mandado hacer, este tipo de tarjetas era más de mujeres que de hombres.
Guardé la tarjeta, me tomé las pastillas correspondientes y luego toqué el violín hasta que la señora Hudson me lo quitó.
Esa noche soñé con la caída al agua, era doloroso recordarla, me habían disparado en el pecho y había sobrevivido.
Me levanté sudoroso, miré la hora y aún eran las 4 de la madrugada. Me sentía despierto; así que fui al baño y me miré al espejo. Mi aspecto no era muy bueno. Pero mejor esto que otra cosa.
Pase las horas siguientes a que amaneciera leyendo libros de la estantería de la señora Hudson, eran muy aburridos, pero me mantuvieron activo hasta que ella se despertó.
Cuando me tomé mis pastillas, me arreglé y me bebí un té clásico con dos terrones de azúcar, salí de casa.
Me dirigí a la dirección indicada en la tarjeta. Cuando llegué lo primero que hice fue mirar la pequeña y modesta iglesia antes de decidir si entrar o no.
Pues este es el primer capítulo, espero que os haya agradado, podéis dejarme reviews, siempre son bien recibidas y hasta pueden ser constructivas para ayudarme a mejorar.
