Una nueva vida sin ti
Bueno, este es mi regalo de navidad del Intercambio Navideño del Foro Hasta El Final de La Pradera y es para…
¡Rebeca! O Sadder
Yo elegí escribir sobre cómo sería si Katniss se fuera al D4 con su madre, en vez de volver al Distrito 12. Y que Peeta se queda en el D12. La cosa que quedó fue un intento de comedia, en los cuales Katniss y Peeta se dejan de rodeos con el pasado y comienzan una nueva vida.
¡Que lo disfruten!
Capitulo N° 1: No hay vuelta atrás – Katniss
El aerodeslizador es tan silencioso que ni yo siento cuando se eleva en el aire dejándome con mi madre en el distrito 4. Ella está afuera de su casa de rocas de dos plantas frente al mar, mirándome con una mirada perdida, una mirada vacía, y que pese a que hay muchas palabras de consuelo que decir no se hacen presentes en el aire .
Camino lentamente por el sendero de piedra sobre la arena y sin saber qué hacer ni que paro frente a ella y nos miramos. Su alma esta tan rota como la mía y puedo verlo en su mirada.
‒ Hola Hija ‒ dice con la voz quebrada, sonriendo tristemente. Siempre comparé a Primrose con mi madre, y ahora me doy cuenta que esa fue una de las razones por las cuales no había querido volver a ver a mi madre. Me recuerda mucho a ella. Oh Prim.
‒ Hola Mamá ‒ susurro sin poder aguantar más el llanto.
Ella me abraza y nos permitimos llorar, ella en mis hombros y yo en los suyos. Lloramos por nuestros muertos, por los amigos que perdimos, por el temor a que vuelvan los juegos, por la sociedad que mató a mi hermana y por el hecho de que estamos solas y rotas como viejas muñecas en un armario.
Perdí la noción del tiempo llorando con mi madre, pero para cuando entramos a su casa ya es de noche y hace frío.
La casa de mi madre no es muy grande, pero tampoco tan pequeña. La puerta es de madera oscura tallada. Entro yo primero y ella me segunda cerrando la puerta, ambas con respiraciones ya pausadas. El recibidor es pequeño, tiene un perchero y una mesita con un jarron; de los lados del recividor salen dos aberturas, la de la izquierda se dirije a un living y la derecha al comedor, por donde puedo ver que hay una puerta que seguramente se dirije a la cocina. Al frente del recibidor estan unas escaleras que se dirigen al segundo piso.
– En el segundo piso hay dos habitaciones, cada una con su baño, y la biblioteca. La habitación del fondo es la mía. Mi casa es tu casa. – dicho esto mi madre sube lentamente las escaleras y yo tomo lugar en uno de los sillones color arena con vista al patio trasero.
Y ahora que estoy aquí me doy cuenta que ya no hay vuelta atrás. Lo hecho, hecho está.
Han pasado unas semanas desde que he llegado, mi madre se ha enfocado en el trabajo para distraerse y en cuanto a mi … soy un desastre. No hago nada para cambiarlo, mis días son una rutina monótona y pusilánime: lloro hasta que no me quedan lágrimas, me "alimento", me torturo mentalmente asiéndome la culpable de todo lo ocurrido en la revolución, pienso cosas deprimentes, vuelvo a llorar sin lágrimas, miro un punto fijo en la pared y pierdo el conocimiento hasta el día siguiente.
Mi madre contrató a una señora lugareña de piel trigueña que es bastante joven, serán unos 25 años, con el cabello rizado oscuro, muy rizado. Ella hace el aseo y mantiene la casa en orden, creo que se llama Mariana y es del D4.
Es bastante simpática y a veces me pregunta cosas, a lo cual yo respondo con monosílabos. Nunca estoy de humor para nada.
Tampoco me muevo, ni como y con suerte me arrastro al baño. Mi madre vino un día con un médico y me conectaron suero, ni siquiera me molesté porque esa mierda es del Capitolio, dado a que con esa cosa me ahorro comer y tomar agua. Soy una floja.
Uno, dos meses pasan hasta que decido hacer algo y comer. No tengo hambre, pero la sensación de suciedad de mi boca es insoportable y no me gusta.
Ya he pensado bastante y he medio-superado lo de Prim, llegando a la conclusión temporal de que todo fue culpa de Coin y una pizca de Gale (al fin y al cabo el diseño las bombas, pero no sabían para que las ocuparían). Se limitará a eso por el momento, no seguiré pensando en ello.
Saco la aguja que tengo en el brazo que me conectaba al suero y me mareo. Una sensación de asco me inunda y en un impulso me paro del sillón en el cual pase mi agonía mental. Todo me da vueltas y me marea aún más. Me voy de cara al piso y me desmallo.
(…)
‒ ¡Oh! ¡¿Katniss te encuentras bien?!—ese grito me trae de vuelta de la inconsciencia, es Mariana y se escucha muy alterada. Siento que ya no estoy en el piso donde estaba y siento el sillón de nuevo. He dejado un huequito bien cómodo.
‒…Si, si, gracias—le digo incorporándome. Ya me siento bastante mejor y con más energía, las nauseas se fueron y ya veo normal.
‒ ¿Vas a comer? — me pregunta suavemente caminando a la cocina.
‒ Si — mi voz, ahora me doy cuenta, esta ronca y suena sufrida; me cuesta hablar y duele… se tendrá que ir pasando con el habla.
Veamos, tengo que hacer algo hoy para salir de la rutina…mmmmm… ¡Annie!
¡Oh Annie! Me había olvidado de ella, iré a verla hoy mismo.
(…)
Me baño y me visto con ropa que hay en el armario de mi habitación, algo sencillo: unos pantalones de tela gruesa verde oscuro, una camisa beige y un abrigo grueso color café. Hace frío y estamos en pleno invierno, o eso creo yo.
Paso el almuerzo conversando cosas triviales con Marianette, resulta que ese era su verdadero nombre y conseguí que me llevase a la casa de Annie en bote y todo. La aldea de los vencedores queda en una isla solitaria justo en frente de la bahía que tiene la casa de mi madre.
Mary (Ya le inventé un mote y todo) es originaria del D4 y su familia es de pescadores experimentados. Es bastante simpática y sabe cuando callar. Me cae bien.
La casa Odair-Cresta se ve amplia y con estilo caribeño. En la isla solo hay cuatro casas, de las que antes se ocupaban 3 y ahora se ocupa una. Las demás casa para los vencedores están en otras islas.
Le dije a Mary que me acompañara y ella me dijo que pasaría a buscarme en dos horas (eran las 15:00), que tenía muchas cosas que hacer en casa.
Respiro y toco la puerta. El día está nublado y parece que va a llover.
‒ ¡Ya voy!—escucho la inconfundible voz de Annie Odair. Se oye más segura y fuerte. Pero solo se oye.
Espero unos segundos y escucho unos pasos apresurados hacia la puerta… me aburro de esperar. La puerta se abre de improviso y casi me caigo de la impresión. Se ve mucho más rellenita y alegre. Más rellenita y con una panza fácil de distinguir (Pero no muy grande).
‒ Hola Annie —digo con una sonrisa. Ella me sonríe de vuelta.
‒ ¡Katniss! ¡Hola! ¡Pasa! – me abraza con esa pansa y me deja pasar. Su casa, por dentro es igual a la mía de la aldea de los vencedores, excepto en la decoración. Esta tiene una decoración que le da un aire más relajado y alegre, con un toque de Finnick (a una parte de mi le duele escuchar ese nombre). Me siento en uno de los sillones blancos de la sala de estar.
‒Y ¿Qué tal?—pregunto tratando de sonar lo más superficial posible.
‒ ¡¿Estas de Broma?! Después de Tres meses de que estuvieses muerta en vida recién te dignas a visitarme – se hace la indignada ‒ ¡Es broma! He estado genial y… ¡adivina qué!
Annie parece niña pequeña, este comportamiento es muy raro en ella, que se haya salido de su "dieta" ya es raro, y lo es más que este bromeando conmigo después de todo lo que hice (Que matarle al marido no es cosa sencilla ni fácil de olvidar).
‒No sé, dime tu — le sigo el jueguito.
Reprime un gritillo de emoción.
‒ ¡Estoy Embarazada!
…
Oh… Eso no lo esperaba.
‒ ¿De quién?—pregunto cautelosa.
‒Pues de quien más—dice sonriente—de Finnick Odair.
‒ ¿Co-Cómo?
‒Hay Katniss, yo creo que ya estas lo suficiente mayorcita como para que te explique cómo se hacen los bebés ‒ adopta una pose de brazos jarras, como si me estuviera regañando.
‒ NO—Niego con la cabeza, divertida y avergonzada por la situación—Pero ¿Cuándo?
‒ En la luna de miel, en el Distrito 13—explica con paciencia.
‒ ¿El lo sabía?
‒ Claro que si, si no, no hubiese ido al Capitolio para luchar por un nuevo Panem – se seca una lágrima solitaria. Finnick Odair, todo un hombre digno de recordar. Gracias a él nunca tendremos los Juegos de nuevo.
Ambas nos quedamos pensativas unos segundos y un trueno nos sobresalta.
‒Va a llover, será mejor que te quedes a tomar té.
Paso la tarde con Annie conversando y el clima no mejora. Llueve a cántaros y caen truenos, parece que si es invierno. Ella me cuenta de que tiene casi cuatro meses de embarazo y que desde que se enteró se ha puesto más feliz. Mi madre la viene a visitar muy seguido y no me había dicho, o quizás si me dijo pero no la escuche.
Me invita a pasar la noche aquí con ella y acepto, con este diluvio no se puede ni andar en bote. Llamo a la casa de mi madre con el teléfono de la casa de Annie y le digo a Mary que no me venga a buscar y que le avise, como pueda, a mi madre que estoy en casa de Annie.
El tiempo pasa volando con Annie, me divertí mucho y después de mucho tiempo sonrío. Sonrío sinceramente porque soy feliz. En el mundo hay gente fantástica, amigable y dispuesta a ayudarte en todo y estar a tu lado. Annie es una de esas, mi amiga, mi familia.
Hoy decido que una nueva Katniss va a nacer, no más problemas mentales ni nada, soy joven y tengo que vivir la vida como a Prim le hubiera gustado. Seré feliz con mis amigas y me olvidaré del pasado, aunque este siga atormentándome. Es hora de un cambio de página, es hora de mostrarme tal y como soy para ayudar a la gente que quiero.
Que Peeta y Gale se pudran, porque soy una vencedora, del distrito 12, arquera, cazadora, Sinsajo, Ícono de la Guerra, Voluntaria en los Juegos del Hambre… Yo soy Katniss Eveerdeen.
Y no necesito a nadie para sobrevivir.
Y este fue el primer capítulo, espero que haya gustado Reb.
Después de este capítulo la historia se vuelve parodia humorística y sale Peeta.
Saludos, Won.
