Konnichiwa minna! Un saludo a todos mis futuros lectores, aunque sean poquitos, igual se agradece... (aunque sea uno, si? Eso va para ti, pili-chan :P). Me presento: Houshi Juujinkan Maps, a su servicio creativo (sólo creativo, ok?). Soy de Chile, un país largo y angosto, muy malo en fútbol (sobretodo ante Brasil... --), pero tengo esperanza en el tenis o el motociclismo, además soy nueva en Así que cualquier queja, duda, halago, crítica constructiva, amenaza de muerte y demases háganlas llegar ahoushi(guionabajo)miroku(guion abajo)19(arroba)yahoo.esY si pueden, un review.

Para hacerla corta y no aburrirlos más, este fic es un Universo Alterno basado en dos de mis preferencias celuloides favoritas: Star Wars (una leyenda del cine) e Inuyasha (mi actual anime favorito, creo que ya se fieron cuenta verdad:P). Desde ya les hago saber que ambas no son mías (por desgracia, que más quisiera yo...$$...), al igual que Clone Wars. Sólo quiero hacerles pasar un buen rato con una de mis locuras (sí... tengo otras en proyecto, tal vez relacionados con Slayers, para engrosar un poco las escuálidas páginas de fics en español que hay de esta serie, que a mí me encanta y que ya cumplió 10 años... en abril claro! desde que se lanzó en Japón con la primera saga. Así que prepárense).

Lo último, lo prometo! Agradezco especialmente a Pili-chan (muchos deben conocerla por sus excelentes fics de Inuyasha, me incluyo) por haberme animado a publicar, y a Filia-chan por su todo su apoyo. Arigatou!

SHIKON WARS, EPISODE III: REVENGE OF THE YOUKAI

Cuenta la leyenda que cuando el Máximo Ser Benigno dio origen al mundo, llevaba consigo una preciosa joya con la cual pensaba darle vida a los seres que llevarían su imagen y semejanza, reflejada en los sentimientos más bellos que podían compartir: valor, amistad, sabiduría y amor. Pero entonces el Máximo Ser Maligno intervino, tratando de apoderarse de la joya para su beneficio. En esa lucha de fuerzas, la Shikon no Tama (o Joya de las "4 almas") se hizo añicos, repartiéndose los fragmentos a través del Universo ya creado. Estos trozos le concederían a quien lo poseyese cualidades extraordinarias (debido al gran poder de su dueño), pero su uso dependería de la fuerza predominante en él. Fue así como de la Fuerza Maligna, surgieron los Youkai, perversos como su líder, y de la Benigna, los Hanyou, nobles y serviciales.

Esta es la historia de un Hanyou, el Elegido que traerá el equilibrio al poder de Shikon, que lucha por no convertirse en un Youkai. Lo logrará?

I

En numerosas ocasiones, Inuyasha se preguntó cómo habría sido su vida si nunca hubiese salido de Tatooine, si nunca hubiese desafiado a su amo y a la mismísima muerte en aquella carrera de Pods, ni abandonado a su madre a su suerte hace ya más de 10 años. En estos momentos de crisis, ansiaba tenerla cerca, sentir su maternal calor, y consuelo en su angustia.

Pero ahí se encontraba. Luchando contra un grupo de Saimyoushou, mandándolos a volar literalmente con el poder de Shikon, junto a su maestro Miroku Kenobi.

Sus experiencias anteriores le habían enseñado que en momentos como éste era imprescindible mantener los sentimientos a raya. Impulso que le causó más de una fuerte caída.

- Maldito Conde Sesshomaru, ya verás! – gritó furioso Inuyasha Skywalker, dejando al descubierto sus impulsivos pensamientos, y de paso arrojando unos cuantos Saimyoushou fuera de la plataforma de la Invisible Hand, perdiéndose la chatarra en pleno espacio exterior.

- Tranquilízate ya, Inuyasha – le aterrizó Miroku, su mentor desde la niñez. Él conocía a la perfección las frustraciones de su pupilo, y las consecuencias que podía acarrear si no las solucionaba. – Recuerda, no dejes que tus sentimientos nublen tu juicio – de un sablazo se cargó 7 Saimyoushou que le rodeaban – Nuestra prioridad es rescatar al Senador Tatewaki. Te necesito en tus 5 sentidos aquí y ahora.

- Pues permíteme recordarte, Houshi-sama – Inuyasha puso énfasis en la última palabra, mientras ambos bloqueaban los lásers de sus mecánicos enemigos espalda contra espalda, con ocasionales intervenciones del poder de Shikon – quien ayudó a quitarte a esa molesta nave Youkai de encima.

Miroku levantó una ceja. Debía reconocer que sin su valiosa asistencia, probablemente sería escoria espacial. Su unidad Kogitsune había sido destruida por los Youkai e Inuyasha, en una desesperada arremetida, logró destruir al enemigo, que se había instalado en un costado de la nave de Kenobi como un molesto parásito. Claro que, quitando la parte del más que forzoso aterrizaje, todo salió bien. Miroku sólo suspiró recordando el pasado incidente.

Además, sólo había una persona que lo llamaba Houshi-sama. Inuyasha lo sabía, y se lo sacaba en cara.

- Cada día estoy más convencido de que odio volar – dijo, tratando de desviar el tema.

- De nada, Houshi-sama! – Inuyasha hizo una mueca de felicidad, cerrando los ojos y sonriendo. Ya todos los Saimyoushou habían sido eliminados, incluso los siempre peligrosos Shichinintekas y sus escudos de energía – sé que no puedes vivir sin mí.

Miroku sonrió. Inuyasha había madurado un tanto estos años transcurridos desde el inicio de las Guerras Sengoku. Alentador para todos, pues se disipaba más y más su mayor preocupación.

En el intertanto, Artoo Shippo había descubierto el lugar exacto donde se encontraba prisionero el Canciller Tatewaki.

- Buen trabajo, Artoo Shippo – Inu le dio unas afectuosas palmaditas en el casco.

- En marcha, Inuyasha, Terminemos luego con esto. Anhelo un descanso en Coruscant.

- Creo que ya te estás haciendo viejo, Miroku – dijo Skywalker, mientras se adelantaba a su maestro. De pronto, éste reaccionó, siguiéndolo con una molestia fingida.

- Vuelve aquí y repite eso, muchacho!

Ambos Hanyou se encontraban emocionados. Miroku porque por fin vería a su pupilo enfrentándose a uno de sus mayores desafíos, ahora que gracias a sus habilidades se había hecho de una admirable reputación para su corta edad. Inuyasha porque estaba decidido a derrotar a la mente maestra dentro de todo este complot. Le demostraría a Sesshomaru que ya no era el mismo adolescente arrebatado de hace 3 años. Él no sólo creció en edad y experiencia, sino también en espíritu de lucha. Su voluntad ardía tanto como el calor de su Tessaiga, como el había nombrado a su luminoso sable.

Eludiendo cuidadosamente la guadia de los Shichinentekas y Saimyoushou, ambos Hanyou llegaron al lugar donde se encontraba el prestigioso prisionero.

Inuyasha se acercó al Canciller, preocupado.

- Se encuentra bien, Canciller Tatewaki? –

Éste se encontraba sentado en el centro de la cámara, con grilletes rodeándole las muñecas y tobillos.

- Sí, estoy bien, joven Skywalker. Estaba esperanzado que viniesen a rescatarme.

Miroku observaba receloso el lugar, y de paso a Tatewaki. Hace tiempo que ese hombre le inspiraba cierta desconfianza. Sus actitudes sospechosas tenían más que intrigado al Consejo Hanyou. Entonces recordó...

- Se está tomando demasiadas atribuciones. Su política debe remitirse sólo a eso y no ingerir en nuestros asuntos – espetó la bella Taijiya Hanyou, Sango Windu.

Miroku la observaba desde su asiento en la mesa del Consejo. Luego de haber sido nombrado Maestro Hanyou, gracias a sus hazañas en compañía de su discípulo, logró ganarse un lugar en el Monasterio, junto a ella y al Maestro Myoga. Y desde que la conoció, hubo algo que lo hizo sentirse atraído.

Y no era sólo su belleza. Además poseía una audacia calculadora y era una excelente guerrera.

Pero pronto, el sonido de puertas cerrándose abruptamente le volvió a la realidad con la misma violencia. Inuyasha se posicionó al lado de su maestro cuando reconoció al sujeto que había ingresado a la cabina.

De pie, alto y majestuoso, con esa larga cabellera y armiño albos que resaltaban sobre sus vestimentas oscuras como su maligno proceder, se erguía el famosísimo Conde Sesshomaru, resguardado por un par de Yourouzoku Droids a cada lado.

La presa había caído en la trampa.

- Bienvenidos, caballeros - dijo el Lord Youkai, sacando con un rápido movimiento su Tenseiga de un furioso rojo, con esa curvatura especial en la empuñadura que la hacía única, a diferencia de los brillantes azules de los sables Hanyou – He esperado este momento con ansias.

Dando un giro en el aire, y amortiguando la caída con una ligera flexión de sus rodillas, se puso al mismo nivel de sus rivales, ignorando el hecho de bajar por las escaleras que había a cada lado de la plataforma de entrada. Ambos Hanyou se deshicieron a prisa de sus capuchas. Sólo serían un estorbo para lo que vendría. E imitando el gesto del Youkai, liberaron con un veloz gesto la cegadora luz de sus sables.

- No te escaparás esta vez, Conde Sesshomaru - lo desafía Miroku, tomando posición frente a su enemigo.

Con una sonrisa de satisfacción en sus labios, los 3 guerreros liden sus espadas en una memorable batalla.

- Te parece familiar esta escena, Sesshomaru? – Inuyasha preguntó, sin perder de vista al Youkai. Miroku se separó del trío y acabó con los droides que acompañaban al ex - Hanyou, que hicieron un esfuerzo inútil por defenderse. Cuando se disponía a atacarlo nuevamente y ayudar a Inuyasha, Sesshomaru reaccionó y hábilmente usó el poder de su fragmento de Shikon para azotarlo a un costado de la cámara, y colocó rápidamente un segmento de plataforma aplastándole las piernas.

- Me es bastante familiar, tienes razón – ironizó – Tu patético maestro derrotado al principio de la batalla, y tú luchando solo para defenderlo – sonrió, esperando una reacción violenta de Inuyasha Skywalker. Para su sorpresa, conserva su serenidad, y lo ataca con la cabeza fría.

Rápidos giros y vueltas, movimientos habilidosos e increíbles choques de sables, que llegan a sacar chispas. Tatewaki miraba a Skywalker con admiración. Sesshomaru con odio.

Sus espadas se encontraron en una lucha de fuerzas, inclinándose a uno y otro guerrero.

- Presiento mucho temor en ti, Skywalker – Sesshomaru hacía presión tanto física como psicológica – tú tienes odio, tienes ira, pero no los ocupas.

Mirándose fija y desafiantemente, Inuyasha le contestó:

- No soy el mismo que derrotaste en Geonosis, Sesshomaru – unos certeros mandobles y logró desproveer al Youkai de su Tenseiga, haciéndose Inuyasha de ambos sables – Ahora soy un Houshi Hanyou.

De pronto, Inuyasha fue superior en todo aspecto, dejando al peligroso Conde Sesshomaru como una rata acorralada. Su expresión cambió, pidiendo misericordia, cuando Tessaiga y Tenseiga amenazaban su cuello como si se tratase de una refulgente tijera. Miró al Canciller Tatewaki, tratando de encontrarla, mas éste pronunció:

- Mátalo, Inuyasha.

Su mirada era fría y despiadada como alguna vez lo fue él mismo. El Conde abrió los ojos como platos. Sobre sus rodillas, resignado, volvió a mirar a Inuyasha, esperando que concretase su cometido.

Por su parte, Skywalker luchaba internamente por no ceder ante sus impulsos. Es cierto que Sesshomaru merecía morir por los crímenes y fechorías que había realizado por la vasta extensión del Universo, pero él era un Hanyou, no un Youkai asesino.

- No puedo, Canciller. Sesshomaru debe ser juzgado por el Consejo Hanyou. Es pieza importante en nuestra investigación para dar por fin con el paradero de Darth Naraku.

- Qué esperas, Inuyasha? Debes hacer justicia por tus propias manos. Es la única forma de castigar a criminales como éste.

Por qué sentía que las palabras de Hitomi Tatewaki eran el camino correcto a seguir? Pero debía obedecerle a su maestro...

Pasó muy rápido. En un segundo, Sesshomaru estaba arrodillado esperando su fatal destino, y al siguiente su cabeza rodaba a los pies del Supremo Canciller.

- Excelente trabajo, joven Skywalker – felicitó Tatewaki, mientras Inuyasha le liberaba – Ahora sólo falta derrotar al General Kouga e irnos de aquí.

Era cierto. Se había concentrado tanto en acabar con el Conde Sesshomaru que olvidó otro de sus objetivos principales. Mientras ayudaba ahora a su inconsciente maestro a quitarle el pesado corredor de acero, escuchó nuevamente las sedosas palabras de su más ferviente admirador.

- Sigue por ese camino, Inuyasha, y serás el más fuerte de todos los Hanyou, e incluso de los Youkai que existen en el Universo. No habrá nadie que pueda vencerte... jamás.

Inuyasha cerró los ojos y prosiguió en su tarea. Poniendo a Miroku sobre sus hombros, dejó la cámara junto al Canciller, encontrándose nuevamente con Artoo Shippo, quien después de ser prácticamente abandonado por sus amos, protagonizó una increíble lucha en contra de los Saimyoushou que aparecieron después y que amenazaban destartalarlo. Utilizando su Kitsunebi, los incineró hasta fundirlos.

(Nunca se metan con una navaja suiza como Artoo Shippo. Parece inofensivo, pero...)

Haciendo uso otra vez de su conexión a la computadora central, logró obtener el paradero de Kouga. El trío tomó el elevador, pero este cedió de fondo, quedando todos colgando de Inuyasha quien se sujetaba fuertemente a la entrada del elevador. En ese momento Miroku abrió los ojos, y casi se muere de la impresión al darse cuenta de su actual situación, y por instinto se aferró a Inuyasha. Tatewaki pendía de las piernas del maestro Hanyou.

- De que me perdí, Inuyasha? – Miroku calculaba la altura de la que colgaban. No quería llegar a una cifra estimada.

- Eso te pasa por quedarte dormido en tus horas de trabajo – Miroku le dio una mirada asesina - Creo que necesitas una de mis sesiones de entrenamiento, maestro.

- Sí, claro. Como esa vez en que me trajiste esos jugosos insectos en aquella luna en la que estuvimos meses planeando un ataque y tú te colaste por las instalaciones enemigas como si nada.

- También has tenido tus momentos de gloria, Miroku. Pero digamos que pasó el tiempo de las viejas glorias. Es momento de que los pequeños Houshi tengan nuevos relatos que contar a las futuras generaciones de Hanyou. Recuerdas a los enormes guerreros...?

En medio de esa animada charla maestro-discípulo, como pudieron, lograron alcanzar el corredor y se movilizaron a través de él, eludiendo las guardias mecánicas. Hasta que en determinado punto, son detenidos por un escudo de energía que rodeó al trío como una jaula de pájaros.

Cada vez más se acercaban al General Youkai.

- Cómo pudo pasar? – Miroku se llevó una mano a la cara, cubriéndose la vista en un gesto de frustración – Somos más inteligentes que esto.

- Déjamelo a mí, maestro. Los campos de energía son mi especialidad.

- Espera Inuyasha. No creo que sea buena idea...

Demasiado tarde. Inuyasha sacó a su fiel Tessaiga e intentó romper el escudo energético. Pero falló, y el impacto le fue devuelto. Las alarmas sonaron, y en un abrir y cerrar de ojos estaban rodeados de Saimyoushou y Shichinintekas. Tatewaki suspiró resignado, moviendo la cabeza de un lado a otro.

- Por eso dije que somos más inteligentes que esto. No te preocupes, Inuyasha. Tengo una mejor idea.

To be continued...


Bueno, hasta aquí llega el primer capítulo. Dependiendo de la aceptación del respetable, seguiré subiendo más capítulos... ah, qué rayos! Aunque no les guste la voy a subir igual, para torturarlos, jeje! En fin, por si hay lectores que sí seguirán este fic y no entendieron algunos de los conceptos que utilicé, aquí van las aclaraciones:

Unidad Kogitsune: Unidad R2. Inicialmente iba a poner a Shippo como Yoda (por el tamaño y el carisma), pero necesitaba de un actor con mayor experiencia en pantalla y resultó que gracias a mis contactos pude otorgarle la gran responsabilidad a la pulga Myouga. (no me peguen plis! Sé que no hay puntos de comparación). Y cómo es R2 Shippo? Sore wa himitsu desu! Jeje… (mucha influencia de Slayers, lo reconozco... no puedo evitarlo! Fue mi primera gran fascinación anime, aparte de DB... ¬¬u Y sigue siendo una de mis grandes predilecciones. Zelgadiss me flechó primero, pero con Xelloss fue un amor a 1° vista! Ejem... gomen!)

Saimyoushou: Vendrían a ser los flacuchos y escuálidos droides de batalla que aparecieron por millones en el ep. I. Nada que envidiarle a los Clones del ep. II

Yourouzoku: Droides guardaespaldas de Grievous.

Poder de Shikon: Equivale a la Fuerza. Si a alguien se le ocurre un nombre mejor, hágamelo saber.

Houshi y Taijiya: en este fic, los usé como "Caballero" y "Dama" (así se dice? Corríjanme si me equivoco, maestros fans de SW). Por eso Inuyasha también llega a convertirse en un Houshi Hanyou (Caballero Jedi en el fondo).

Kitsunebi: el fuego mágico de Shippo. Quise usarlo en esa escena cuando R2D2 funde a los esqueléticos droides de batalla.

Hitomi Tatewaki: Era el nombre del terrateniente que acogió a Sango cuando su familia fue asesinada por Kohaku. No quise ponerle Palpatine para que no fuese más copión de lo que ya es. Además, me agrada ese nombre.

Creo que eso es todo. Nos veremos en un próximo capítulo (eso espero, por favor L-sama... haz que eso sea posible sí?), a esta misma hora (ok, quizá no la misma, por asuntos de Universidad y todo eso...) y por este mismo canal. See ya!

Houshi Juujinkan Maps

La Serena, Chile.