Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.
Tenía por ahí un prompt anotado esperando utilizarlo en algún momento, jamás pensé que sería con ellos. Pero me pareció precioso.
FaKiri. Relación establecida.
Por favor, hazlo.
—Podría besarte ahora mismo.
Es un comentario que no espera, ha sido tan espontáneo que le ha tomado con la guardia baja, incluso cree que es un engaño de su adolescente mente, sin embargo la mirada que el mayor le dirige le deja claro que no es así. Súbitamente sus mejillas se pintan de amapola cuando el otro le sonríe taimado, quizá un poco zorruno.
Suelta los palillos en sus dedos y junto con los fideos del udon caen en el caldo y se salpica la ropa. Se apresura por quitar las gotas en su camisa pero quedan manchas que le aseguran que deberá lavar el uniforme ni bien llegue al dormitorio.
El héroe profesional se ríe de él y las mejillas le arden aún más.
Se encoge en su asiento y con el rubor extendiéndose a sus orejas le pide: —No te rías.
—Perdón, perdón —pone sus manos enfrente de él y las mueve para hacer que se calme.
Últimamente han salido cada descanso a comer en los restaurantes cercanos a la oficina y a pesar de que al principio salían con Tamaki, el chico empezó a ausentarse y rechazar las invitaciones durante la última semana. Cuando le preguntó por el motivo el azabache únicamente le dijo: no quisiera ser un sujetavelas. Hasta ahora le parece extraña su excusa —además de que no entiende el concepto de sujetavelas— pero supone que debe dejarlo ser, aún no sabe lidiar con su ansiedad.
Regresando al punto, ¿qué fue eso?, ¿sería imaginación suya? La sonrisa del mayor no ha desaparecido pero en realidad era normal verle con una, así que no sabe qué pensar, tampoco ha dicho nada y sólo está ahí, mirándolo con interés desde el otro lado de la mesa.
Es tan intensa su mirada que no logra mantenerla y se ve obligado a bajar la vista hacia su tazón de udon; podría atravesarlo con sus ojos oscuros. Trata de disimular su nerviosismo y se limita a terminar con la comida.
Mientras más pasan los minutos más se convence de que Fatgum no ha dicho nada. El local está bastante concurrido y duda que quiera exponerse ante las miradas curiosas de tantas personas, sería muy arriesgado ¿cierto?
—Entonces ¿puedo?
¿Eh?, consigue tragar los fideos antes de que se le atoren en la garganta por lo repentina que ha sido su pregunta. ¿Es en serio?
—Lo... lo siento, ¿qué ha-? —Interrumpe sus propias palabras al ver la peligrosa cercanía del mayor, que tomando en cuenta su altura no le cuesta mucho esfuerzo inclinarse desde su lugar y quedar a escasos centímetros de su rostro.
Le mira expectante y deseoso, esperando su respuesta y con torpeza se la da.
Por favor, hazlo.
Su sonrisa se agranda y sin vacilar le toma de la barbilla para besarlo, alza su cabeza un poco y presiona sus labios con los propios. Le desbarata en el húmedo ósculo que le sofoca y hace temblar sus piernas cuando su lengua se mueve dentro de su cavidad.
Hace lo imposible por contener sus gemidos pero el bullicio de las demás personas en el restaurante hace que aquellos sean meros susurros y sabe que no ha sido un juego de su mente; ha querido besarle desde que entraron al local y ha buscado aprovecharse de lo abarrotado que está el sitio porque ¿quién se fijaría en un par de hombres besándose?
Claro, nadie se fijaría. Jaja.
