Disclaimer: Ni Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen.


Y el ayer nunca muere


Una antología de Gohan y Videl escrita por LDGV.


Episodio 1: Sombras en la oscuridad

1:13 am.

Mirando los brillantes números del despertador a su derecha, Gohan contemplaba como avanzaba el tiempo sin lograr conciliar el sueño. Cada minuto se volvía más eterno que el anterior, sumiéndolo en un interminable aburrimiento. Por millonésima vez lo intentó, cerró los ojos mientras soltaba un largo hálito al acomodarse sobre su almohada.

Se quedó en esa posición tratando de mantener su mente en blanco, respiró profundo y despacio esperando que Morfeo apareciera concediéndole su deseo. De inmediato, dibujándose en la blancura que su imaginación construyó en sus adentros, Gohan se vio a sí mismo enlistando las tareas que realizó el día anterior en su recién rentado departamento en Ciudad Satán.

Luego de una eternidad negociando con su madre, Gohan al fin la convenció de dejarlo partir a la ciudad diciéndole que lo hacía para dedicarse de lleno a sus estudios universitarios. Gracias a Videl, quien conocía mejor que nadie los vecindarios citadinos, Gohan inspeccionó los diferentes edificios de apartamentos topándose con el que sintió ideal para él.

No tenía muchas posesiones en su haber, pero eso no le impidió llenar su nuevo hogar con ilusiones y esperanzas. Sospechando que su mamá lo visitaría en cualquier momento, Gohan se esforzó por arreglar su modesta morada sabiendo cuán estricta era Milk. Con los utensilios y herramientas de limpieza preparados, Gohan barrió los pisos y lustró los cristales.

Una vez hecho eso, Gohan apiló sus libros en su escritorio no sin antes equipar su guardarropa. Sin darse cuenta, y gracias a su arduo trabajo, la tarde se despidió del cielo entregándole el protagonismo a la luna. Habiendo evocado todo aquello, Gohan sonrió orgulloso y satisfecho sintiendo la tentación de darle otro vistazo al reloj.

1:14 am.

– ¡No puede ser cierto! –frustrado, Gohan exclamó con enojo sacudiéndose en la cama.

– ¿Qué pasa, no puedes dormir?

Girándose a su otro costado, y pese a no ver nada a raíz del velo nocturno, Gohan se colocó cara a cara con Videl quien compartía el calor que aquellas mantas les ofrecían.

– No, mañana tendré que ir temprano a la universidad y quería empezar bien pero…–rascándose una mejilla, Gohan le respondió–me temo que estaré muriéndome de sueño cuando esté en mi primera clase.

– Entiendo.

– Perdóname Videl, ahora que lo pienso te desperté sin querer.

– No te preocupes, de todas formas tampoco podía dormir–acomodando su almohadilla, Videl se hundió en esta de nuevo–creo que no podemos dormir por ser nuestra primera noche desde que nos mudamos juntos.

– Sí, quizás sea por eso. No lo había pensado.

Percibiendo como la cálida respiración de Videl chocaba contra su rostro, Gohan recordaba que le faltó enumerar un detalle más en su repaso mental: no viviría solo. Paralelamente a que Gohan persuadía a su madre para permitirle marchar, Videl hacía lo propio con un terco campeón mundial quien no aceptaba la idea.

Dos años después de la batalla contra Majin Buu, y dejando la adolescencia atrás para darle la bienvenida a su adultez, ambos superaron las bromas que recibían de los amigos de Gohan presumiendo sin vergüenza alguna su relación. Y con su diploma de preparatoria en mano, la universidad les esperaba como el siguiente paso lógico en su desarrollo personal.

Fue justamente allí, al pensar en sus estudios universitarios, que a los dos una misma idea los sedujo: vivir bajo el mismo techo. A Mr. Satán, naturalmente, lo invadieron los celos al no querer reconocer que Videl ya no era la niña que jugueteaba en el jardín de su mansión. Le costó trabajo, le costó en demasía, pero al fin y al cabo terminó cediendo ante una agradecida Videl.

– Parece que no podremos dormir en un buen rato, se me antoja encender la televisión–Videl, rebuscando entre las frazadas, fue palpando hasta toparse con el control remoto del televisor.

– Suena bien, ya me resigné a no dormir…

Videl, oprimiendo el botón de encendido, provocó que la pantalla de la televisión se activara en un santiamén bañándolos con su luz que, debido a la oscuridad, se esparció por toda la habitación encegueciéndolos por unos instantes. Gradualmente, y adaptándose a la luminosidad de aquel aparato, sus retinas fueron recuperándose devolviéndoles el sentido de la vista.

– Siempre me pregunté qué programas transmitían a estas horas–acercándose más a su novia, Gohan la rodeó con un brazo apegándola a él.

– ¿Nunca te desvelaste viendo televisión?

– No, ni una sola vez. En casa sólo teníamos una televisión; además, si mamá me hubiera descubierto despierto a esas horas pues…

– Sí, entendiendo la idea–poniéndose cómoda junto a él, Videl comenzó a pasar uno por uno los canales–cada vez que podía me desvelaba los viernes, en las madrugadas pasaban películas de terror y me encantaba verlas a escondidas.

– ¿Y tu papá nunca se daba cuenta?

– No–Videl soltó una leve risa al contestarle–sabes que a papá le gusta beber, y cuando lo hace, cae dormido en su sofá favorito. Si yo lo hubiese querido, podría haber organizado una fiesta a su alrededor sin que él lo notase.

Y si llama en los próximos treinta minutos no sólo le incluiremos este increíble conjunto de lápices profesionales para dibujo, también le entregaremos una croquera completamente gratis–escuchando la voz de un vendedor en un comercial televisivo, los dos se quedaron callados mirando las imágenes frente a ellos–aceptados dinero en efectivo y tarjetas de crédito, nuestras operadoras están esperando su llamada… ¡llame ya!

– Debería comprarte uno de esos, te serían muy útiles en tus clases de dibujo–Gohan, besándola con suavidad en una sien, le aseguró.

– ¿No me digas que eres de esos compradores impulsivos que compran todo lo que ven en televisión?

– No, no, para nada. Sólo decía que…

– Lo sé, sólo era una broma. Tonto–devolviéndole el beso, pero esta vez en los labios, Videl lo interrumpió con hilaridad y picardía–aún no sé si hice bien, tal vez no soy muy buena para meterme en esto del arte.

– No digas eso, cuando me mostraste esas pinturas que hiciste no creía que fueran tuyas.

– ¿Te refieres a esos horribles garabatos? –sarcástica, Videl le cuestionó–ni siquiera yo me atrevo a llamarlos pinturas, son únicamente unos espantosos adefesios que hice una tarde con un pincel y una pizca de pintura.

– Pues a mí me gustaron, de hecho, por eso te pedí que las trajeras contigo para colgarlas en las paredes–sonriente, Gohan luchaba contra un viejo enemigo: la desconfianza de Videl sobre su talento artístico.

– Cuando tu mamá venga de visita y vea esas cosas colgando en las paredes; me voy a morir de vergüenza.

– Y pensar que tu terquedad me gusta tanto–riéndose, Gohan se limitó a apoyar su mentón en la cabeza de Videl.

Gohan, tomando el control remoto de la mano de Videl, continuó escudriñando en las diversas televisoras que todavía funcionaban a esa hora. Entre comerciales y algunas películas muy pasadas de tono que, hicieron estallar en carcajadas a Videl por su reacción, Gohan acabó haciendo una parada en otro mensaje comercial estelarizado por su suegro.

¿Quiere ser fuerte, respetado y sentirse bien consigo mismo? –Mr. Satán, con su voz estridente, hizo suspirar avergonzada a su primogénita al recordar cuando presenció la grabación de dicho comercial–entonces no busque más, inscríbase en mi escuela de artes marciales donde personalmente le enseñaré las técnicas que me permitieron vencer a Cell. No lo piense más, levante su teléfono e inscríbase.

– Gracias al cielo que logré escaparme de estar en ese horrible comercial, cuando papá me dijo que quería que apareciera casi lo mato.

– Me hubiera gustado verte–muy bromista, Gohan le aseveró sabiendo que ella se molestaría.

– ¿A sí? –Cumpliendo el presentimiento de su novio, ella se molestó pero al final terminaría riendo mejor que él–es una lástima, papá tenía pensado que apareciéramos los dos justos. Él planeaba presentarte como su alumno número uno.

Ensanchando las cuencas de sus ojos, Gohan se petrificó al imaginarse en tal penoso escenario. Videl, por otro lado, era quién ahora se reía. No obstante, su risa se vio cortada por un bostezo que la llevó a enterrar su rostro en el cuello de Gohan. El cual, inmediatamente, la acogió gustoso halándola con sutileza al situarla sobre él. A Gohan le encantaba dormir así, con ella arriba de él.

2:01 am.

Sorprendiéndose, a Gohan le resultó increíble que tan largo tiempo hubiese transcurrido tan rápido. Con eso en mente, Gohan apagó el televisor sumergiéndose de nuevo en la reconfortante negrura. Atrevido pero a la vez cauteloso, Gohan introdujo una mano por debajo de la blusa de su novia sintiendo la gran diferencia de temperaturas entre sus dedos y la piel de ella.

Él, con sus yemas heladas, erizó aquel tibio dorso propiciando que Videl soltara un gemido ahogado al acurrucarse más en él. Enredando sus piernas con las de él, la otrora justiciera acabó de dormirse induciendo a Gohan a imitarla. Comprobando la hora por última vez, el hijo mayor de Son Goku se dejó seducir cerrando los ojos hasta la llegada del amanecer.

Esa era apenas la primera vez que dormían juntos, y allí, sin imaginarlo, acabarían descubriendo y viviendo algunas experiencias muy dulces y otras muy amargas. En esa misma cama harían el amor muchas veces, en esa misma cama descansarían luego de un durísimo día de clases, en esa misma cama dormirían de espaldas al no querer verse después una intensa discusión.

En esa misma cama sólo aparecerían los Gohan y Videl que realmente son, los Gohan y Videl que meramente se mostraban el uno al otro y que, para todos los demás, eran unos completos desconocidos. Eran los que vencieron sus respectivos canguelos y cadenas: el Gohan que derrotó a su timidez y la Videl que aceptó su gusto por la pintura.

Ronquidos y suspiros, por lo que faltaba de la noche eso fue lo único que se escuchó.

Fin

Muchísimas gracias a cada uno de ustedes por leer mi más reciente proyecto, espero que este primer capítulo les haya gustado. Tal y como lo dice el resumen del fic, toda esta historia estará basada en los dibujos de Gohan y Videl creados por mi estimada amiga Linkyiwakura. Ella, muy amablemente, me ha permitido utilizar sus fanarts como portadas para varios de mis fics.

Linkyiwakura, desde que nos conocimos, ha compartido conmigo muchos de sus trabajos y ustedes ya han podido ver algunos en fics como: Apoteosis, Cartas a la Luna, Desnudando máscaras, Indicios de cosas invisibles, Melodiosa dualidad, Rapsodia, No puedo dejar de mirarte y en Tras la sombra de un indicio.

Pero ahora, deseo que otros de sus fanarts estén reunidos en un mismo lugar. Por eso, muy humildemente, les presento a todos ustedes esta historia titulada: Y el ayer nunca muere. Esta será una antología de One-shots, así que cada episodio será independiente. Quizás, pero no lo doy por un hecho, intentaré interconectar algunos capítulos del fic haciendo referencias entre sí.

Este fic es un regalo para todos los lectores que siempre me han brindado su apoyo ya sea con sus comentarios o con favoritos; asimismo, es un modesto tributo para el brutal talento de Linkyiwakura. Les aclaro que la portada de este fic cambiará a medida que publique los capítulos, ya que cada uno será ilustrado por su correspondiente fanart.

Para terminar, quisiera mencionar la canción que escuché mientras preparaba este primer capítulo. Casualmente, su nombre tiene que ver con la fecha de hoy: 27 de julio. Si desean escucharla, búsquenla en You Tube con este nombre: K-Pax 27th July. Bueno, me retiro. Espero que esta idea les guste, gracias por leer y hasta la próxima.