Hola. Espero que os guste este capítulo. Decirme lo que os gusta o no para mejorar y darme ánimos. Me encanta ZoRo. Me encanta esta pareja, hasta enamorarme. Espero que lo disfrutéis. Bss. Algún día sabremos si hay una pareja en la banda de Sombrero de Paja. Intentare subir pronto el siguiente.
Capítulo 1
Todo comenzó en la misma noche que Brook se unió a la banda de Sombrero de Paja. Era una noche tranquila. El cielo estaba despejado, para ser ese lugar y no había posibilidad de tormenta, ni nada parecido. La marea estaba en calma y en la cubierta había una brisa que era fría al tacto. Era una noche como las demás, pero era una noche perfecta para poder descansar y desconectar del mundo, ya que estaban agotados, por la sorpresa de su idiota capitán. La unión de Brook a la banda. Todos estaban dormidos en sus respectivas habitaciones, excepto Zoro, que le tocaba turno de vigilancia como siempre. No le apetecía quedarse de guardia, pero se tuvo que aguantar, sino Nami aumentaría su deuda y tampoco le apetecía discutir con ella, estaba demasiado cansado y solo necesitaba uno momento de soledad y relax.
Todos dormían profundamente, como si no hubieran dormido desde hace tiempo. Pero había una persona que no dormía profundamente o mejor dicho, luchaba desesperadamente contra sus sueños que la acosaba todas las noches pero esta vez era más fuerte y aterradora que nunca. Esa persona era ni más ni menos nuestra despampanante arqueóloga, Nico Robin. Estaba destapada en la cama, sudaba mucho, no dejaba de moverse desesperadamente, su respiración era agitada y costosa, parecía que le costaba respirar o que alguien le robaba el aire de sus pulmones, agarraba con fuerza las sabanas mientras se retorcía y no dejaba de pronunciar en voz bajaba: ¡Espadachín!
No dejaba de repetirlo y cada vez era más seguido. Parecía que estaba en medio de una tortura y gritaba pidiendo ayuda a Zoro violentamente. Estaba teniendo una pesadilla y al parecer era realmente horrible. ¿Por qué no dejaba de nombrar Zoro? ¿Que estaría soñando?
En la pesadilla de Robin:
Robín se situaba en algo parecido a un cementerio que te ponía los pelos de punta y te provocaba escalofríos por la columna vertebral. Estaba lleno de lapidas, que la mayoría estaban rotas y algunas imposible de leer. La mayoría de los árboles estaban muertos o estaban retorcidos de una forma extraña. Solo había telarañas y muchos cuervos que le daba más drama al sitio. (Ya os lo imaginareis, como de las películas de miedo). Y había una densa niebla que no permitía ver más allá de su nariz. Solo obtenía el tacto y el oído defensores que le permitía estar alerta.
Empezó a caminar cuidadosamente, para no tropezarse con nada, ni chocarse. Cuanto más se adentraba en el cementerio, más densa era la niebla, que llego a un punto de no ver absolutamente nada. Solo estaba la niebla y ella. Los nervios empezaron a dominarla y ser notables, pero no perdería la cordura en tal situación tan desconocida. Se puso a mirar por todos los lados en busca de algo que le ayudara a escapar, lo que fuera, un animal, persona, planta. Estaba completamente sola, no había nadie al su alrededor. Sin saber por qué, comenzó a correr sin rumbo, iba lo más rápido posible, se lo pedía sus piernas como si fuera una obligación que no negaría tampoco su mente. Pero tropezó con algo que hizo que se impactara contra el suelo. Alzo la mirada y vio una lápida que estaba cubierta de polvo, pero sospechosamente estaba intacta. Esto le llamo la atención.
Robín le daba la curiosidad de saber de quién era esa lapida. Con una mano empezó a flotar la lápida quitando las telarañas y el montón de polvo, para ver el dueño o dueña de la lápida. Cuando vio el nombre se quedó impactada, que se tapó la boca con una de sus manos y se quedó sin palabra. En la lápida había una descripción que ponía:"Aquí descansa Roronoa Zoro. Murió por defender...".
Era la tumba del Espadachín. No entendía una parte de la descripción, era imposible de leer. ¿Que pondría en la descripción? Sabía que solo era una pesadilla y quería despertarse a toda costa. Pero no hubo éxito. Robín se puso de pie y volvió a mirar todos los lados, a ver si veía a alguien. Pero seguía sin haber nadie. De repente la niebla se hizo más intensa hasta tragarla por completo. Cuando la niebla se dispersó, vio que estaba en una habitación oscura y le enfocaban con un foco. Parecía la nada. No había nadie, ni un ser vivo. Ahora sí que se estaba poniendo nerviosa e inquieta. De repente un foco se encendió a su lado, no muy lejos de ella. Se fijó bien quien estaba debajo del foco. Era Zoro. Ella se alegró al ver a Zoro, pero siendo sincera, era el último hombre que soñaría. Estaba de pie con los brazos cruzados y con la mirada perdida, mirando hacia Robín.
Robín salió corriendo hacia él, pero de repente detrás de Zoro salió una sombra de la nada, sin rostro. Gritaba afónica para avisarle, pero no la oía. Seguía en el sitio, sin moverse, ni pestañeo. En ese momento la sombra saco una daga y se la clavó en el hombro izquierdo del espadachín, cerca de su duro corazón. La sombra desapareció, como vino. El peliverde se desplomo en el suelo. No dejaba de sangrar por la espalda, hasta teñir su camisa blanca de color rojo.
Robín estaba en shock. No podía creer lo que estaba viendo. Corrió más rápido hacia Zoro, hasta llegar a él.
Se arrodillo y ayudo a Zoro a levantarse. Robín apoyo el brazo de Zoro, alrededor de su cuello. Con mucho cuidado intentando que se pusiese de pie. Él empujo a Robín, haciéndola que se cayese al suelo. Saco una de sus katanas. Robín veía aterrada, la katana de Zoro y su rostro, tenía esa mirada que pone cuando está en un combate serio. Zoro lamio la hoja de su katana de una forma excitante y se la clavó en el pecho de Robín sintiendo el dolor hasta la última célula de su moreno cuerpo.
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En ese momento Robin despertó de su pesadilla. Estaba sobresaltada y nerviosa. Rápidamente se tocó el pecho, no había ninguna herida, parecía tan real. Se miró las manos y vio que estaban temblando. No estaba tan asustada, desde Ennies Lobby. No entendía la pesadilla, pero esa pesadilla era muy realista podía ser una visión del futuro o solo una simple pesadilla que debía ignorar. Normalmente soñaba sobre su tierra natal o en su madre... Pero nunca soñaba con sus nakamas. Era muy raro y más que el primero fuese Zoro. Ya que entre ellos había un enorme muro que habían construido entre los dos. Ni siquiera se miraban y mucho menos que se dirigieran alguna palabra entre ellos. Pero sabía que no podía confiar en Zoro, por que el sería capaz de matarla. Estaba segura que lo haría desde que se unió a la banda. Pero no sería justo decir eso, aunque su confianza era menos que escasa. Tenía que actuar como si no hubiera tenido esa pesadilla y comportarse como siempre.
Nami seguía dormida, no se había percatado de que Robín había tenido una pesadilla. Sí que tenía que estar agotada. O eso creía ella de que estaba dormida.
Robin estaba un poco alterada, así que decidió, ir a tomar el aire y a comer algo. Se levantó de la cama y salió de su habitación en pijama. Es qué el pijama sirve para tofo.
Cuando salió a la cubierta, noto una brisa encantadora y a un espadachín apoyado en la barandilla mirando hacia ella. Robín no pudo evitar estar más alterada, que su corazón se acelerara con violencia y quedara paralizada cuando sus miradas conectaron, durante unos pocos segundos. Después se tranquilizó y se comportó con normalidad con una sonrisa en su rostro. Mientras que él tenía una mirada muy seria. Era la misma mirada que tenía en su pesadilla que acababa de tener. No podía notas que ella estaba asustaba de él, así que solo saludo y se fue a la cocina sin mirar atrás. Zoro no le quitaba la mirada de encima como un guerrero observando a su presa temiendo cuando pudiera atacar. Eso hacía que Robin estuviese incomoda, pero se controló.
La morena se preparó una taza de té y se sentó en la mesa. Iba despejando sus ideas e iba olvidando la pesadilla que acaba de tener. No se oía ningún ruido. Estaba todo muy tranquilo, hasta que de repente Zoro grito resonando hasta el último rincón del Sunny.
Robín salió corriendo hacia la cubierta desparramando la taza rompiéndose en mil pedacitos, necesitaba saber a qué venia ese grito de dolor procedente de la boca de su acosador. Cuando salió de la cocina se quedó sorprendida. Zoro estaba inmóvil y parecía que alguien le estaba estrangulando del cuello y lo más asombroso era que extraña flotando. No había nadie en la cubierta, solo Zoro. Era como si hubiera alguien invisible estuviese estrangulándolo. Robín quería utilizar sus poderes ¿pero cómo se puede luchar con alguien que no ves? o ¿a saber que era?
De repente todos estaban en la cubierta y se sorprendieron al igual que Robín cuando vieron a Zoro. El más confundido era Luffy, por lo que estaba viendo. Tenían que intervenir, pero era arriesgado, podían dañar a Zoro sin querer.
De repente el intruso soltó a Zoro dejándole respirar y tirado en el suelo. Usopp salió corriendo hacia Zoro y les llevo con los demás. Todos se pusieron en guardia y preparados para atacar en cualquier momento. Pero a quien atacaría primero. Había 9 posibilidades. ¿Quién sería? Luffy, Nami, Usopp, Sanji, Chopper, Robín, Franky, Brook o puede que volvieran por Zoro.
Estaba todo en silencio, parecía que se había ido. Zoro por fin recuperó su aliento y se pudo concentrar. Sanji se acercaba lentamente a Nami, pero ella le ponía esa cara de furia que hacia que retrocediera unos pasos con sus ojos de corazones.
De repente Robín empezó a flotar. Parecía que la cogía en brazo. El intruso invisible corrió hasta la barandilla, que se puso encima de ella. Aun no se podían ver al intruso. Ella oponía resistencia, pero no conseguía liberarse. Todos querían atacar, pero no querían hacerla daño. Pero eso le daba igual a Zoro y saco sus katanas y fue corriendo hacia Robín, pero el intruso lo esquivo a tiempo el ataque. Salto hasta el mástil aun sosteniendo a Robín y empezó escalar por el mástil, con Robín en los hombros hasta llevársela a lo más alto del mástil.
Luffy estiro el brazo hacia donde estaba Robín para cogerlas, pero golpeo al intruso por equivocación, que salió despedido. Ella caía por el mástil muy rápido y con la mirada atónica de sus nakamas. Se iba a empotrar en el suelo, sino hacia algo rápido. Todos están alterados y no sabían qué hacer. Luffy estiraba el brazo para atraparla, pero fallaba. Robin intento usar sus poderes, pero estaba agotada para utilizarlos. Su destino estaba asegurado o eso creía.
Pero de repente Zoro salto y cogió en brazos tipo princesita. Aterrizo con Robín a salvo, mientras que ella no se soltaba del cuello de Zoro por miedo o puede que por algo más .Todos volvieron agruparse y se pusieron en guardia. Zoro no soltaba a Robín ni en sueños. Para Robín era muy incómodo, pero no quería decirle nada, porque sabía que se enfadaría en ese mismo momento. Cuando estaba en modo en guardia para atacar, no había nadie que interrumpirle. Zoro miraba atentamente por todos los rincones de la cubierta, paras averiguar dónde estaba el intruso. Todos hacían lo mismo. El intruso no hizo nada, parecía que se había ido, pero no bajaban la guardia.
Paso unos 5 minutos, todos se pusieron buscar por toda la cubierta y por todos los rincones del Sunny, excepto Zoro que se quedó con Robín en la cubierta, aun cogida en sus brazos. Ya se estaba pasando Zoro, pero es que su mente y su cuerpo le decía que no se separara de ella. Hasta todos se estaban imaginando que entre ellos dos había química, parecía que era unas de sus katanas. Robín estaba tan cansada y tenía tanto sueño, que sin querer se quedó dormida, entre los brazos de Zoro. Dormía profundamente, aunque sabía que no debería dormir en ese momento y mas quien la estaba sujetando era Zoro, pero el sueño la venció. La morena agarro con una mano la camisa de Zoro y su cabeza estaba apoyada en el hombro de Zoro. (Yo lo haría :-). Estaba súper cómoda ahí. El no pudo evitar ponerse tenso, pero seguía con su seriedad y su frialdad con ella, como si no le afectase eso.
Todos volvieron a la cubiertas paras reunirse e informar de su búsqueda. La primera en hablar fue Nami.
- ¿Habéis encontrado al intruso? - todos respondieron no.
- No, Nami. Hemos buscado por todas partes.- dijo Sanji mientras encendía un cigarro y se lo ponía en la boca.- Se habrá ido, porque no ha dejado ningún rastro.
- Seguro que se fue volando cuando le di. – sonrió Luffy.
- Bueno. Aun así hay que tener cuidado. Puede que esté aquí y no lo sepamos. Y puede que a la próxima no tengamos tanta suerte, como Robin y Zoro.- dijo Nami refiriéndose la mayor parte a Luffy, sabiendo que podría hacer alguna de sus locuras infantiles.
- Oye, Zoro ¿Por qué no bajas a Robín al suelo?- dijo Usopp con una miradas picarona.
- Eso, marimo pervertido. Suelta a mi Robin.- Sanji estaba súper cabreado y con una envidia a Zoro. Quería ser el que estuviese a Robin en sus brazos y no el marimo. Pero para ser sincera, aunque Sanji este muy bueno yo prefiero a Zoro.
- Cállate cejas rizadas.- dijo Zoro elevando la voz y enojándose mucho con Sanji, que estaban a punto de iniciar otra de sus peleas. Pero Zoro se tranquilizó y volvió a su tono normal.- Me gustaría, imbécil. Pero es que se ha quedado dormida y no me suelta de la camisa.
- ¡Ooooh! Robín esta hermosa cuando duerme.- babeo Sanji con los ojos de forma de corazón y gritando, pero Nami le golpeó para que se callase.
- No elevéis la voz. Robín ha tenido antes una pesadilla y no ha podido dormir en toda la noche. Seguro que por eso no pudo utilizar sus poderes antes.
- Seguro que estaba soñando lo que paso en Ennies Lobby. Pobre Robín. Es una herida muy reciente.- recodo Chopper entristeciéndose por Robín.
- A mí me da igual si ha tenido una pesadilla o no. Yo solo quiero librarme de ella. Me estoy cansando de tenerla en brazos, que pesa mucho.- pasando de lo que le acababa de decir Nami y Chopper. Y como que pesa mucho, pero mira quien fue hablar, el que entrena con unas pesas monstruosas.
-¡Bastardo! Como te atreves decir eso de Robín. Eso no se le dice a una dama.-Sanji ahora sí que estaba cabreado. Estaba preparado para iniciar la pelea con Zoro.
- Vale ya los dos.- Nami volvió a interferir.- La vais a despertar. No veis que está agotada y para empeorarlo lo que le acaba de pasar. Ahora mismo hay que pensar en Robín. Solo gritaba tu nombre, Zoro y como gritaba antes, tenía que ser horrible la pesadilla.
Zoro le daba curiosidad, porque Robín solo gritaba su nombre. Pero aun así le daba igual como estaba el estado de la morena. Solo quería se la quería quitársela de encima. Pasaba de todo a lo que se refería a Robín o eso quería que la gente creyera.
- Normal que tuviese una pesadilla. Es que solo ver a Zoro es una tortura, pues imagínate en sueño. Trae bastado que me la llevó a su cama. - dijo Sanji mientras se acercaba a Zoro, para coger a Robín.
- Que acabas de decir cocinero de mierda. Solo tienes envidia de que Robín esté en mis brazos y no en los tuyos. Aunque prefiero una katana que a Robín.- tenía unas ganas tremendas de golpearle.
Sanji quería darle, pero ahora mismo no podía, así que ignoro el insulto de Zoro y fue a cogerla, pero Luffy se puso en medio de los dos. Quería que Robín no se despertase y sabía que con Sanji, eras fijo que se despertase. Además no soltaba la camiseta de Zoro y nadie quería verle sin camisa. Depende de la persona ¿Quien no quiere ver a un tío bueno como Zoro sin camiseta?
- Zoro llévala a su habitación y vigila la hasta que se despierte. Entendido.- ordeno con una seriedad que no parecía Luffy.
- ¿Por qué tengo que vigilarla yo? Que lo haga el cocinero.- Zoro no hacía más que protestas y enojándose con su capitán.
No hubo respuestas de su capitán. Todos sabían que si el intruso volvía atacar iría por Robín o Zoro. El espadachín se dirigió a la habitación de las chicas con un cabreo, pero iba con cuidado para no despertarla. Sanji tenía una envidia enorme en Zoro que empezó a llorar, pero se le paso cuando vio a Nami .Todos los demás estaban totalmente despiertos, así que fueron hacer sus tareas, antes de atracar en la siguiente isla.
Zoro llego a la habitación de las chicas con Robín aun cogida en brazos. Coloco con mucho cuidado a Robín encima de su cama y la tapo con las sabanas. Después Zoro se sentó en el suelo apoyándose su cabeza en la cama de Robín, con sus tres katanas a su lado. La habitación estaba en absoluto silencio y Zoro vigilaba perezosamente. No quería vigilar de Robín, no entendía por qué Luffy le había ordenado eso. Al rato Zoro se durmió, pero de repente se despertó a causa de unos gritos de dolor. Robín volvía a tener la misma pesadilla y parecía que la estaban torturando al igual que antes. Rápidamente se puso de pie y miro a Robín. No dejaba de gritar y moverse bruscamente en la cama. Zoro no sabías que hacer, nunca había visto. Empezó a gritarla, pero no funcionaba, cada vez era peor. Robín empezó a sudar y a decir ¡Espadachín!
Zoro quedó impactado. ¿Por qué le llamaba? vio que Nami no mentía. Tenía que despertarla. Zoro se sentó en su cama y la cogió de la mano intentando transmitir que no estaba sola. En ese momento Robín se tranquilizó. Zoro quedo confundido, pero no pudo evitar un pequeño sonrojo en su rostro. Zoro no quería soltar la mano de Robín, por si despertaba. Era todo muy raro. Zoro se estaba quedando dormido, que se iba a quedar frito en nada. Pero que hacer. Sin darse cuenta se quedó dormido en la cama de Robín con la mano cogida y con un brazo rodeo sus delicadas caderas, protegiéndola. Los dos estaban profundamente dormidos y estaban muy juntos, pero ese sueño fue interrumpido por los gritos de Nami y Luffy. Por fin había llegado a una isla.
¿Que pasara?
Continuara…
