Inuyasha no me pertenece.
Capítulo 1. Empezar.
"¿Seguro que tenemos que hacerlo?"
Kagura se encogió de hombros levemente mientras miraba las orbes doradas algo indecisa. Bueno, bastante indecisa.
"Tiene que aprobarlo" Sesshomaru recogió sus dos espadas de la alargada mesa de madera de la habitación y se las colocó lentamente en su obi, como de costumbre.
"Pero tu puedes hacer lo que quieras, ya no eres el niño de mamá" Sesshomaru frunció el ceño ante tal declaración de su supuesta "prometida" y suspiró.
"No hay más que hablar, vístete. Te esperaré fuera" Y dicho esto salió de la habitación. Kagura suspiró sonoramente mientras cerraba los ojos. Miró a su alrededor en gran silencio y oyó los pájaros silbar a las afueras del palacio.
Después de cuatro años de la batalla de Naraku nada parecía igual. Sesshomaru le ofreció estar con él en su pequeño palacio y ella accedió dudosa al principio.
"Quien me diria que acabaría así" Un leve rubor creció por sus mejillas y sacudiendo la cabeza se acercó al gran armario de la habitación. Tenía mucha suerte, pensó, una gran cantidad de kimonos de seda bien agrupados dentro hicieron brillar los ojos rojos de la mujer. Sesshomaru, pese a tener poderes y todos los criados que quisiera no era un gran presumido de sus dominios (posesivo si, obviamente), pero pese a los rechazos de Kagura sobre la ropa que él le facilitó al llegar acabó aceptando los regalos.
"Tan caros.." pensó al recoger un kimono blanco degradado al negro. Grullas beige en la zona de abajo y pequeñas decoraciones de flores de cerezo doradas. Kagura recogió el obi rojo algo más ancho del que usaba anteriormente y se vistió.
Sesshomaru esperó pacientemente sentado en uno de los bancos del jardín de la parte de atrás del palacio. Ordenó construir un pequeño jardín siguiendo el río que pasaba por la montaña cercana, con un puente curvo que facilitaba el acceso al otro lado de la tierra. Suspiró y se frotó el puente de la nariz. Sería difícil explicarle a su madre conociéndola, pensó.
La puerta corredera se abrió y Kagura apareció guardando su abanico dentro de su manga.
"¿Vamos?" murmuró ella.
"Vamos".
El viaje les tomó varias horas volando. Kagura se mantuvo en silencio con algo de curiosidad sobre la madre de Sesshomaru.
'Como tenga su orgulloso carácter…' pensó.
"¿Por qué no te has vestido algo diferente?" preguntó mientras miraba a su acompañante.
Efectivamente, llevaba la misma armadura y el mismo kimono de siempre. Pese a que solía llevar tan solo un haori y hakama al estar por casa, Kagura se sorprendió que no decidiera llevar nada especial en este tipo de reunión.
"No soy yo quien tiene que sorprender a mi madre" dijo sin mirarla.
Kagura se mantuvo en silencio hasta aterrizar en los pies de unas grandes escaleras que llegaban más allá de las nubes. Tragó saliva. Ya no había vuelta atrás.
Subieron lentamente, o eso le pareció a Kagura; una eternidad. Sesshomaru se mantuvo un par de metros por delante y Kagura lo agradeció. Una vez arriba de todo, Sesshomaru murmuró a uno de los guardias algo que Kagura no logró escuchar. El guardia asintió y se marchó. Unos segundos más tarde una figura con kimono violeta claro y cabello blanco recogido apareció por una cortinas de bambú. Kagura observó detalladamente mientras sus ojos se abrían sorprendidos.
'Dios mio' pensó.
"Es extraño que vengas a visitar a tu madre dos veces en cuatro años. Ya no hay nada que mostrarte sobre tus espadas" habló la gran mujer "y veo que has recuperado tu brazo y una nueva arma, estoy bastante orgullosa de ti" se sentó en el gran trono rojo y dorado y apoyó su cabeza en su mano, esperando.
"No he venido con ese propósito" murmuró Sesshomaru dando un paso a un lado, dejando a Kagura algo indefensa.
"Oh, ya veo" sonrió extrañamente Irasue.
Kagura mantuvo la respiración y abrió levemente la boca para hablar, pero la voz no salió. Miro a Sesshomaru discretamente en busca de ayuda.
"Preséntate." Ordenó Irasue mientras se levantaba y se acercaba a ella. Kagura respiro profundamente y relajó los hombros.
"Soy Kagura, la bruja del viento." Maldijo por parecer tan nerviosa y mantuvo la mirada fija en la mujer de ojos amarillos. Irasue se mantuvo en silencio y se acercó a ella rodeándola mientras la miraba de arriba y abajo. Kagura se quedó quieta y la siguió tan solo con la mirada, sintiéndose muy intimidada.
"Tienes unos gustos muy peculiares, Sesshomaru" habló su madre. Sesshomaru se mantuvo en silencio. Irasue se fijó en sus pies. "Veo que no conoces los zapatos" escupìó con ironía. Kagura frunció el ceño y escondió un pie detrás del otro.
'Mantén la calma' se dijo a sí misma. "Son incómodos para correr al pelear." Contestó.
"Pero ahora no estas peleando"
Touché.
Kagura gruñó y relajó la espalda cuando ella se posicionó de nuevo delante suyo, a un par de metros de distancia.
"Háblame sobre ti"
Kagura miró a Sesshomaru y por una vez en mucho tiempo, no supo leer sus ojos.
"No tengo familia" bueno, no era mentira.
"¿Eran de algún clan en concreto?"
"No" contestó rápidamente.
Irasue frunció el ceño y miró a Sesshomaru. "Tienes muchas pretendientas como para fijarte en un demonio de baja categoría" Un dolor golpeó el pecho de Kagura y por un momento notó como se le nublaban los ojos. Irasue volvió a mirar a la bruja del viento. " Dime el nombre de algún familiar, aunque ya no estén entre nosotros" Kagura se volvió a tensar y abrió la boca para hablar, pero esta vez Sesshomaru se adelantó.
"Naraku"
Abrió los ojos sorprendida y juró matarlo al llegar a casa. Él mismo le prometió que el nombre de su padre no volvería a pronunciarse nunca más, y aún menos delante de Irasue. Irasue se mantuvo impasible y se sentó de nuevo en su trono. Todo el mundo conocía a Naraku.
"¿Una encarnación de un enemigo? Sesshomaru no me esperaba esto de ti"
"¡Ya no lo soy!" Gritó con el ceño fruncido, mostrando ira en sus orbes rojas. "¡Dios! ¿¡Podéis olvidar lo que pasó?! ¡Dejad de pronunciar el nombre de ese monstruo!"
Sesshomaru bajó ligeramente la mirada e Irasue sonrió por primera vez desde el inicio de la reunión. Hubo un silencio sepulcral.
"Muy bien, os doy mi aprobación."
"..¿qué?" Kagura miró a su futura suegra muy perpleja. Sesshomaru levantó sus cejas algo confundido.
"No tienes modales y vas descalza, y no eres poderosa, pero eres fuerte emocionalmente." Habló. "Es decisión de Sesshomaru al fin y al cabo. Espero que no cometa el error de su padre" Irasue miró a Sesshomaru y frunció comicamente el ceño.
"No pasará" aseguró.
Kagura miró atónita la declaración de la mujer y pese sentirse insultada logró encontrar algo de alivio en sus últimas palabras. Se cruzó de brazos, normalizando su carácter después de morderse la lengua durante los anteriores minutos. Irasue asintió.
"Ya nos veremos, madre" susurró Sesshomaru.
"Avísame cuando os caséis, no tardeis 100 años" sonrió ella. Kagura se sonrojó notablemente y cubrió su cara con el abanico. Sesshomaru asintió.
"Nos vamos". Y ambos partieron de regreso.
