Disclaimer: los personajes pertenecen exclusivamente a J.K. Rowling, yo solo he usado sin fines de lucro
Capitulo 1
Estaba estacionada frente a su casa, como todos los días
Estaba estacionada frente a su casa, como todos los días. Su vida había pasado a segundo plano, todo por defender a la comunidad mágica.
No divisaba un solo movimiento dentro de la casa. Sabia que estaba ahí, lo había visto llegar hacia una hora y su automóvil estaba estacionado fuera.
Lamentaba no tener una orden del ministerio para poder hacer ingreso a la casa, por que con toda la evidencia que tenía podía mandarlo ese mismo día a Azkaban.
Finalmente después de 1 hora más de espera, salio con su postura arrogante, su mirada fría y sus facciones endurecidas y aristocráticas.
Con toda elegancia se sube al auto y arranca a toda velocidad, dejando atrás la casa que había comprado luego de vender la mansión Malfoy, por que los recuerdos de sus padres muertos lo carcomían.
Lo siguió como pudo con su auto de los noventa. Doblan en cada esquina, bruscamente.
Llegaron a una casa mal cuidada, pero las apariencias engañan. Él baja del auto y entra en esta.
Cinco minutos más tarde sale con el rostro desencajado y ella sabe que esta enojado, tanto tiempo siguiendo sus pasos que ya se sabe sus expresiones. Sube nuevamente al auto y arranca a toda velocidad.
Por un momento ella cree que la descubrió, pero no quería pensar en algo así, solo se dedica a seguirlo.
Él entra en un callejón. Ella duda, ¿entrar? ¿O tomar un atajo? Opta por lo primero. Su pequeño auto entra sin mayor problema pero se arrepiente al segundo. Él ha cerrado el callejón con su mercedes grisáceo.
Él baja lentamente, sus facciones no revelan nada, son completamente inexpresivas.
Ella hace lo mismo y baja, sin miedo, con la varita en alto.
-Granger, por fin nos volvemos a ver cara a cara – susurra el con voz intimidante, pero que en ella no surge efecto.
-Si Malfoy, es emocionante – responde con falsa emoción. Sus ojos centellean de aborrecimiento contra aquel hombre que tanto daño le había hecho en Hogwarts.
-Asumo que me has extrañado – ambos sonríen con ironía.
-Asumes bien Malfoy, te necesito – Hermione se llevo una mano al pecho fingiendo un dolor incomparable.
-Eso esta muy bien Granger. Se que me necesitas, por eso me sigues todos los días, por mas de un año, ¿no? – Hermione se puso seria. Empuño la varita y se acerco a él.
-Exacto. Veo que no eres tonto –
-Nunca lo fui Granger. Que tú fueras la sabelotodo, pero en materias, no significaba que yo fuera tonto– Hermione le sonrió y bajo un poco la varita. – No deberías hacer eso sangre sucia. ¿No te enseñaron eso en la academia de aurores? Nunca bajes la varita frente a tu enemigo. –
-Si, pero me dijeron contra un verdadero enemigo, y yo no veo ninguno aquí – Draco frunció el ceño y se acerco a ella.
-Has cambiado mucho Granger – Draco la recorrió con una lasciva mirada y agrego con voz ronca: - Y para bien – Hermione se ruborizo. Alzo la mirada y la contuvo.
-Tú también has cambiado mucho Malfoy –
-Lastima que seas una sangre sucia – Draco se acerco mas a ella.
-Y lastima que tú seas un mortifago – se alejo de él y se acerco al automóvil de Draco y lo recorrió con la yema de los dedos. – Aun así, tengo que reconocer que te ha ido bien en la vida Malfoy – se afirmo en el capot del automóvil y sonrió seductoramente.
-Por supuesto Granger. No vas a compararme a mi con el fracasado de Weasel – Hermione frunció el entrecejo y alejo la mirada de él.
-Claro, entre tú y Ron no existe comparación, él es 100 veces mejor – Draco hizo lo mismo que ella y se acerco amenazadoramente.
-¿Cómo puedes comparar a Weasley conmigo? ¿Tienes algún patrón de comparación? ¿Quieres uno? – Hermione sintió todos sus nervios crisparse al sentirlo cerca.
-No gracias, de ti no quiero nada Malfoy –
-¿Por qué entonces sigues aquí y no te vas? – Hermione se sintió realmente ofendida. Lo separo y se acerco a su automóvil.
-Yo que pensabas que habías cambiado en algo Malfoy – Draco bufo y se acerco a ella.
-No tengo interés en que te quedes con las ganas – la tomo de la muñeca y la volteo hacia él. La acerco a su cuerpo y la beso.
Hermione intento resistirse, pero aquellos labios la cautivaron. Correspondió como nunca había retribuido a un hombre. Lo abrazo por el cuello y lo acerco más para profundizar el beso.
Se separaron por mera falta de aire. Hermione se le quedo viendo y no aguanto. Lo tomo del cuello de la túnica y lo volvió a besar.
Esta vez fue Draco el sorprendido. Pero no dudo mucho en corresponder. La tomo de la cintura y la sentó en el capot.
Segundos más tarde se separaron con los labios rojos. Draco la quedo mirando con los ojos desorbitados por el deseo.
La miro de arriba abajo. La falda que llevaba, al estar sentada sobre el capot, dejaba a la vista sus torneadas piernas. El escote le daba una excelente vista de su busto, lo cual lo excito de sobremanera.
Hermione en tanto sentía que su corazón en cualquier momento se saldría de su pecho. Aquel hombre emanaba masculinidad. Sus ojos, antes fríos, ahora la miraban con deseo y lujuria. Su cabello desordenado le daba un aspecto adolescente y aunque recién habían pasado 5 años desde que habían acabado Hogwarts, en su rostro se mostraba que la vida lo había tratado duro.
-Vaya Granger, quien diría que eres tan candente – Hermione se ruborizo pero no se avergonzó. Ambos se habían besado, no solo ella. Se miraron con complicidad y juntos subieron al automóvil de él.
Llegaron a su casa y antes de que cerraran el auto con seguro ya entraban a la casa en una mezcla de besos y caricias. Los besos eran bruscos y se hacían daño mutuamente. Hermione sentía la presión que ejercían los labios de Draco sobre los suyos y como provocaban una pequeña herida en el borde.
Con dificultad llegaron a la habitación, quitándose la ropa con ansia.
No hicieron el amor, solo fue una tarde de sexo desenfrenado. El uno con el otro fueron brutos y salvajes. Parecía que en ese acto carnal se querían decir cuanto se odiaban. Draco entraba en ella con furia, logrando que ella liberara finalmente una vaporosa lágrima que el seco con su lengua.
Cuando terminaron, Hermione sentía como su cuerpo se convulsionaba aun. No podía dejar de pensar en lo que acababa de hacer. Se había acostado con su misión.
Por otro lado, Draco, pensaba en lo que había pasado. No estaba satisfecho. No estaba conforme con haberla escuchado gemir de dolor y placer. Su cuerpo lo estaba, pero él no.
Hermione se levantó y se comenzó a vestir. Draco la tomo de la muñeca y le prohibió que continuara.
-No pensaras irte de inmediato ¿verdad? – la castaña volteo y lo miro con furia.
-Tengo que irme – la mirada de Draco se fijo en sus labios, y antes de que Hermione pudiera refutar, Draco ya la besaba y le quitaba lo poco que había alcanzado a ponerse.
Los clamados en la habitación fueron lo único que se oyó por un largo periodo de tiempo.
Hermione no espero esta vez a que él la detuviese. Se vistió lo más rápido que pudo y salio de la casa con las piernas temblando, creyendo que en cualquier momento caería al suelo.
Subió a su automóvil y se fue directo a su casa. No quería volver ahí, a esa misión.
Se baño y cambio de ropa. No quería llevar la ropa que el había quitado con sus manos.
OoOoOoO
Por su parte, Draco, se quedo ahí, viéndola irse. Se había vestido rápidamente, y había salido con los ojos cristalinos, y sabia que era por su culpa.
Se levanto dificultosamente. Le dolía todo el cuerpo. Nunca antes había estado así con una mujer, ninguna otra lo había hecho sentir tanto como esa sangre sucia.
No sentía nada por ella más que atracción física, y lujuria por ese cuerpo.
No era perfecta, pero era demasiado buena en la cama como para dejarla escapar.
Llego al baño con gran dificultad, y dio la llave del agua caliente. Necesitaba relajarse. Un baño de espumas no le vendría nada mal. Espero a que la bañera se atestara de agua y con la varita la repleto de burbujas.
OoOoOoO
Los días pasaron y Hermione siguió con su misión, pero cada vez le era más difícil. Draco la observaba por el espejo retrovisor cuando lo seguía. Llevaba todos los días a una mujer distinta y no podía evitar sentir como su sangre se calentaba.
Por su parte Draco sentía que iba a estallar. La veía con su ropa tan formal, pero a la vez tan sensual que lo volvía loco. Era por eso que buscaba a una mujer todos los días, esperando encontrar en ellas lo que Granger le había dado hacia apenas unos días atrás.
Uno de esos días, harto de la situación, decidió enfrentarla. Espero a que se estacionara en frente de su casa y fue hasta ella.
-Hola Granger – saludo indiferentemente.
-¿Qué quieres Malfoy? – pregunto ella con enfado. Lo menos que quería era tenerlo cerca. Su aroma era capaz de hacerla perder toda razón. Draco se quedo viéndola a los ojos y abrió la puerta del automóvil y la obligo a salir.
-Te quiero a ti – le contesto tomándola por la cintura y besándola con pasión.
Capitulo dos
