Em... Hola. Bueno, sé que tengo que presentar el segundo capi de "Aunque seas..." pero me he decidido a hacerle unos retoques por aquí y por allá y... ya, está bien, lo haré de nuevo. ¿Contentos? Bueno, como sea, aquí les presentó una serie de viñetas sobre Sirius y... una chica, llamada Diana Hopkins. Mono nombre, ¿no?

Bueno, es para la Comunidad 30vicios, así que... Nada, disfrútenlo, y díganme si les gusta o no (¡díganme que les gusta!)

Tabla Simbólica

Esencia de Jazmín

13# Tatuaje

Se pasa la mano por el cabello negro azulado en un acto más de Cornamenta que de él, pero no le importa. Algunas chicas de quinto, algo más allá, suspiran embelesadas. No se olvida de darles una sonrisa antes de irse a buscar a Remus a la biblioteca -¡Joder, si que está aburrido, va a la biblioteca!-.

Porque desde que Evans le dio el "Sí, James, quiero salir contigo" ve a su amigo con suerte.

Peter está con su novia Lucy, y tampoco es que quiera empezar a tocar el violín entre esos dos jodidos cursis. Lo único que quiere es fumarse un cigarro con Cornamenta, mientras Lunático alza una ceja y Colagusano se ríe.

Eso quiere.

Pero no puede ser, así que va a buscar a Lupin a la biblioteca, el santuario de su amigo. Igual y jodiéndolo un rato se le pasa el aburrimiento. O quizá no, pero, ¿qué más da?

Y apresura el paso, ansioso por ver la cara de fastidio de Remus, sabiendo lo que va a suceder, cuando Sirius entre en la biblioteca con una sonrisa maliciosa. Pero alguien detiene su paso, de forma brusca y sin remordimientos, Sirius cae al suelo.

Y alguien cae sobre él. Cae ella.

Ella, la que se nombra Diana Hopkins y que le odia por que "eres un idiota y un obseso sexual". Otra empollona, no más. Sirius no le presta atención, no se la merece. Además, es demasiado común. Toda ella es común. Desde sus brillantes ojos chocolate hasta su lacio cabello castaño oscuro.

Común.

Por eso cuando se sienta primero que ella y alcanza a ver el tatuaje de una rosa en el muslo derecho de ella, se sorprende. Por que eso no es común.

Por que Hopkins es una empollona, y no se supone que tiene que tener un tatuaje la mar de sexy en su piel suave y blanca.

Y se le va el aliento mientras le llega la sorpresa y la fascinación.

Pero ella le corta la fantasía de golpe, levantándose como si tuviera un resorte. Está sonrojada, y no sabe si de furia o de vergüenza. Tampoco le importa. A punto está de arrojarle el enorme todo de Historia de la Magia para quitarle la cara de bobo o por lo menos para cerrarle la boca.

Y gruñe.

-Idiota –larga, y se acomoda la mochila con brusquedad, como toda ella. No es precisamente la viva imagen de la femineidad y quizás por eso le resulta tan fascinante a Sirius, que ella no sea lo que aparente. Por que le llama.

Sirius es un perro curioso y quiere saber que otras cosas le oculta la empollona. Por que él sabe todo sobre todo Hogwarts pero de ella no sabe ni su segundo nombre.

Y quiere saberlo.

Pero antes de que pueda hablar, ella se larga, teniendo cuidado de pisarle la mano con todo el peso posible y luego irse por el pasillo, todavía sonrojada y con el seño fruncido.

Y Sirius decide, mientras soba su mano, que quizá, sólo quizá, ya no esté tan aburrido.

Pensar qué otras cosas le oculta Hopkins puede ser divertido.


Bien, si van a lanzarme tomates, háganlo con tacto. Me matan las ilusiones y luego yo, la niña buena e inocente (sí, claro, Kathe, lo que tu digas...) me pongo a llorar. Mejor agradezcan que me paso por aquí, que debería estar leyendo un libro por que mañana tengo la prueba sobre el mismo. El problema está en que me voy a quedar dormida si lo miro y... mejor me voy, que si no las notas me van a quedar kilométricas, o más largas que mi cortita viñeta.

Besitos.

Katherine