Este es un proyecto que vengo realizando desde hace un tiempo. es la adaptación de las canciones de HoneyWorks. Por desgracia no he tenido casi apoyo en él, y me gustaría ver si acá si lo logro, tengo otro capitulo echo. Si no tengo comentarios la daré por terminada y empezaré otro proyecto.


¡Confesión! Rival ¡Declaración!

Eres la razón por la que me enamoré, con mi mirada pendiente a ti buscando sin ninguna pista haciendo mi declaración de guerra.

- Te vez como una chica- No entiendo por qué la gente me ve de esa forma pero con apariencia de chica que no puede ni sostenerle ni una vela a una chica real.

- Soy malo comunicándome- eso ya lo sabía pero, aparentemente soy tipo-A. con apariencia de mujer jugando al rol de "chico invisible".

En cuanto a ti quien me encontró así, y amablemente me llamo por mi nombre solo tengo una respuesta "buena-para-nada". Todo este enamoramiento pasó en un abrir y cerrar de ojos, es solo un sueño de alguien desesperanzado ¿No es así?

Aun no estoy listo para ser tu caballero de armadura brillante ¡Solo dame un segundo! Para ti, y la persona que te gusta lo envió con todas mis fuerzas ¡1, 2 vamos! ¡Mi declaración de guerra!

Me dirigí a la peluquería, lo he evitado como si fuera una plaga dejando de lado especificaciones de confianza que han estado conmigo desde hace 7 años.

- ¡Ahora te vez como un chico!- bueno eso es verdad y todo eso, es una sensación extraña, pero sentirse de esta forma por primera vez, no puede ser algo malo ¿Cierto?

Incluso para el nuevo yo, la posibilidad de éxito parece ser muy baja ¡No es que crea poder! Pero de todos modos enviaré una pequeña solicitud al cielo.

- Eres la razón por la que me enamoré- con mi mirada fija en ti buscando sin ninguna pista, no puedo ser ayudado. Tu y yo seguramente tenemos la misma "persona importante" en nuestra mente ¿Esto es un poco contradictorio?, es solo un asunto de amor. Ese caballero vino a verte y ser la causa de que hagas ese rostro ahora mismo, al parecer no soy necesario aquí –Felicidades a ti, mi primer amor-

Todo este enamoramiento, pasó en un abrir y cerrar de ojos, es solo un sueño de alguien desesperanzado ¿No es así? Por darme el gusto del primer amor, quería decirte –muchas gracias- a ti y a la persona que te gusta. Les envió con todas mis fuerzas ¡1, 2 vamos! Mi grito más alto, tras haber llegado lo más lejos que pude.

Kokuhaku Rival Senge –Honeyworks.

¡Confesión! Rival ¡Declaración!

Odiaba estar enfermo, no le permitían hacer ejercicio en esas condiciones. Maldito sea ese resfriado que lo tenía sentado en esa banca. Pero no se quejaría en este momento tenía la posibilidad de verla a ella.

Ella… la chica de sus sueños, la primera que le gustaba, la primera por quien suspiraba. Todo le gustaba, desde su raro cabello rosado hasta sus ojos verdes. Maldición, Sakura lo tenía en un estado deplorable por amor.

- Sakura ven rápido el agua esta genial- grito desde la piscina su compañero de clases pelirrojo.

- Cla-claro Sasori- dijo la pelirrosa sonrojada ignorando por completo cierto rubio que la veía.

Suspiro para sus adentros mientras movía su largo cabello a un lado dejando al descubierto unos hermosos ojos azules, odiaba a ese pelirrojo de ojos cafés, todos creían que era "Genial" hasta su hermosa pelirrosa. Maldito sea, algún día él le quitaría ese lugar a Sasori. Él Deidara Sakuhin le estaba declarando la guerra de una forma demasiado indirecta a Sasori Akasuna, su rival en la popularidad y en el amor de Sakura Haruno.

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- -Te vez como una chica- estaba caminando con su único amigo a la clase de arte, la única que le gusta en ese mugriento colegio. Siempre que le decía eso sobre su aspecto se sentía mucho peor.

- No entiendo por qué dices eso Hidan- era verdad, él no creía que se viera como una chica, se sentía el hombre más pecho peludo de toda la secundaría… aunque de pecho peludo no tenía absolutamente nada.

- Vamos viejo tienes el cabello como una chica y déjame decir que hasta yo creo que eres mujer- maldijo a ese peli plateado lo insultaba pero se vio en un vidrío. Tenía razón. Tenía un aspecto un poco delicado para ser hombre.

- Te odio- suspiro mientras se iba a su clase donde se hizo al fondo de la clase.

Estaba sentado mientras se veía a un espejo de mano. Cabello largo y lacio, de un rubio muy brillante. Detestaba decirlo pero su cabello era la envidia de muchas chicas. Sus ojos eran de un hermoso color azul, tan intensos como los de su primo Naruto… donde estará ese idiota… volvió a ver sus ojos, escondidos por su cabello y esas gafas que lo hacían ver como un ¡NERD!

Ahora entendía porque no era popular, Hidan tenía razón, él era de todo menos guapo, o masculino… estúpida vida, se odiaba a sí mismo como si no hubiera un mañana.

- Este… ¿me puedo sentar acá?- llamo su atención una linda rubia de ojos azules que lo mirada algo sonrojada.

- Amm… Emm...- y con ustedes señoras y señores Deidara haciendo otra vez de las suyas con una chica. Si, se volvía un completo idiota cuando tenía una cerca. Bajo la mirada rojo como tomate, no acostumbraba a hablar con ella… ni con nadie que no fuera Hidan.

- Estaba bien me voy a otro lado- y dicho eso la rubia se fue al otro lado del salón con mirada triste; otra vez Deidara la había rechazado… a su forma.

- Soy idiota- estampo su cara contra el pupitre, así nunca conseguiría otro amigo que ese otro idiota, pero no era su culpa; era demasiado tímido, normalmente nadie se fijaba en su presencia. Ni siquiera los profesores. Maldecía ser de tipo de sangre A. supuestamente así es la personalidad de todos los humanos con ese grupo sanguíneo. Supuestamente ellos eran invisibles para toda la humanidad.

- Disculpa Deidara me sentaré acá, no quedan más lugares- su corazón se aceleró, reconocería esa voz a kilómetros de distancia. Era la voz del amor de su vida, la chica de sus suspiros, era la voz de Sakura.

- Es-Esta bi-bien- tartamudeo el pobre rubio mientras bajaba la mirada. Nunca estaba tan cerca de ella en su vida, no podría creer eso nunca; además ¡lo llamo por su nombre! Eso nunca pasa, normalmente todos le dicen "Niña mal hecha".

- Por cierto ahora me doy cuenta que tienes una piel linda, ¿qué cremas usas?- suspiro por lo bajo, siempre era lo mismo pero no negaría que gustaba cuidar su piel, muy macho y todo él era una diva por así decirlo, pero internamente se sentía mal; ella lo veía como una amiga. Maldita sea su suerte.

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Estaba tirado en su cuarto escuchando música mientras su cabello se esparcía por toda la cama, el corazón lo tenía a toda velocidad, aunque ella lo había hecho sentir otra vez una chica no le importó, ella lo había hecho sentir… "Eso"… por primera vez en su jodida vida.

Maldición lo aceptaba, y no negaría a nadie, estaba perdidamente enamorado de Sakura, pero él sabía algo que muchos no sabían. Sasori sentía lo mismo por la pelirrosa y ella le correspondía. Tenía algo de suerte que ninguno de los dos se atreviera a decirlo.

Cerro los ojos para descansar, al abrirlos lo primero que vio fue un hermoso campo de flores, él con una armadura de acero de la antigua Europa. Está bien eso era raro; pero se sentía el macho más macho del mundo con eso. Miro a su izquierda y vio un caballo; se le montó y sin saber por qué tomó la dirección que daba al norte.

Cuando se dio cuenta estaba frente un hermoso castillo donde fue recibido por un Hidan con traje de payaso, esa imagen nunca la olvidaría en su puta vida. Camino hasta la sala del rey donde distinguió a la pelirrosa deduciendo que ella era la princesa del lugar.

- Oh Deidara me alegro tanto de que hayas vuelto sano y salvo de tu misión- dijo la princesa mientras corría a abrazar al caballero que estaba más rojo que un tomate.

- Emm yo… este- está bien eso era raro pero era el mejor momento de su vida y no quería salir de ese abrazo jamás.

- ¿Pero dónde quedó Sasori?- dijo viendo para todos lados- el novio no puede faltar a su propia boda- sonrió mientras se apartaba del caballero rubio.

- ¿Novio? ¿Sasori?- de acuerdo ese sueño se estaba volviendo en una completa pesadilla, que alguien lo mate.

- Estoy acá futura esposa- de las sombras apareció un caballero de armadura negra mientras sonreía a la princesa quien corrió a abrazarlo- Deidara siempre te gusta dejarme atrás, no deberías tratar así al futuro rey.

- Esto no está pasando- salio de corriendo de la sala del rey donde el pelirrojo y pelirrosa se abrazaban con amor, llego a los jardines del palacio- esto no está pasando.

Se despertó de una forma muy abrupta, y vio que estaba otra vez en su cuarto, suspiro con alivio y vio la hora, eran solo la 1 de la tarde del sábado, aún era temprano. Recordó el sueño y un escalofrío lo recorrió, mentalmente declaro la guerra a Sasori, él no permitiría que algo así pasara, ni siquiera parecido. No, Sakura sería suya a toda costa.

Se paró de la cama y vio el espejo de su cuarto, vio su cabello y sus gafas… En definitiva no dejaría que eso pasara. Fue a su billetera y cogió todo su dinero, no pensaba que haría eso de nuevo después de tantos años. Cogió valor y cerró la puerta de su casa tras de sí, era ahora o nunca.

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Camino por las calles de su vecindario hasta que lo vio, la peluquería donde sus padres lo llevaban cuando aún era pequeño, vio otra vez su melena rubia y recordó que le tomó casi 4 años para que creciera así pero… ya no más

Desde ese momento a él lo verían como el hombre que es, ya no sería la "Niña mal hecha" de toda la secundaria, eso llego a su fin. Decidido entro a la peluquería donde un joven pelirrojo de ojos morados, un pelinaranja de ojos cafés y una peliazul de ojos amarillos lo vieron con sorpresa, él no había vuelto hace más de 4 años.

- Nagato, Konan llámenme loco pero juro que estoy viendo a Deidara con cabello largo- el pelinaranja les hablo con cara de miedo.

- No Yahiko, yo también lo veo- dijo Nagato con la misma expresión- Deidara cuanto tiempo.

- Gusto en volver a verlos después de tanto- se rasco el cuello nervioso, hace mucho no los veía a ellos. Los conocía desde hace mucho- creo que saben a qué vine.

- Es algo demasiado obvio Deidara- dijo Konan mientras le enseñaba una silla para empezar con su trabajo- Dime que deseas hacerte- le sonrió a través del espejo frente a ellos.

- No Konan, no lo sé- bajo la mirada sonrojado, era verdad había ido a la peluquería de sus viejos amigos sin saber qué nuevo aspecto deseaba.

- Bueno viejo siendo así- se acercó junto con Nagato donde la peliazul veía al rubio- creo que es hora de que los tres trabajemos juntos en ti- les sonrió a sus mejores amigos quienes asintieron con una sonrisa.

- Hace muchos años no hacemos algo así ¿verdad Konan?- dijo el pelirrojo algo sonrojado a su amiga- prepárate Deidara.

- La última vez fue cuando abrimos esta peluquería- les sonrió a sus amigos al recordar- bueno Deidara esto será una sorpresa.

- Esperen qué- pero antes que pudiera decir algo los tres peluqueros ya lo estaban atacando… por así decirlo.

Las horas pasaban, esto era aterrador, no se esperaba que fuera tan duro trabajar en su cabello, esos tres hasta habían cerrado su peluquería para poder centrarse solo en él, eso era tan extraño. Sentía como esos tres lo cortaban, cepillaban, lavaban y esta hasta casi seguro de que le habían echado algo más a su cabello pero el miedo no lo dejaba hablar.

Veía como su cabello caía al frente de sus ojos y el piso se llenaba de un color amarillo, eso era más terrible que intentar ponerse los lentes de contacto; los cuales tenía en su bolsillo. Suspiro y cuando se dio cuenta eran tres horas ya, cuando dejo de sentir que le molestaban la cabeza.

- Muy bien amigo ya estás listo- una enorme sonrisa asomo el rostro de Yahiko.

- Ya no te vez como una chica, ahora eres un hombre- sonrió Nagato mientras admiraba su creación.

- Pero antes que todo Deidara por favor dame tus lentes- le extendió su mano mientras este se los quitaba- para verte mejor no los uses, sé que tienes lentes de contacto- dicho esto partía sus lentes frente sus ojos –es por tu bien amigo, tienes unos hermosos ojos.

- Está bien acá voy- dijo mientras se terminaba de poner sus lentes y soltaba un largo suspiro- estoy listo.

- Te presentamos el nuevo Deidara- dijeron los tres al tiempo que volteaban su silla.

- Me veo tan diferente- dijo mientras tocaba su ahora corto cabello. El cambio era total. Su cabello ya no era esa mata rubia larga, ahora lo tenía en capa, el lugar más largo era hasta su cuello para irse acortando y alborotando cada vez más, sin dejarse de ver lacio, su cara ya no estaba cubierta, ahora tenía un mechón que caía sobre su frente casi tocando sus cejas mientras otros dos enmarcaban sus ojos azules ahora sin gafas, su cabello estaba increíble- Me veo tan… tan…

- Masculino- dijo Yahiko mientras empezaba a limpiar el lugar con sus amigos- fuiste un reto para nosotros viejos, pero valió la pena- sonrió.

- Es verdad, nunca pensé que demoraríamos tanto- dijo Nagato mientras recibía el pago de esa obra maestra que estaba en el rubio- cuida bien ese cabello.

- Deidara ten suerte, recuerda eres genial- se despidió Konan mientras guardaba todo lo usado en ese súper corte- nos vemos.

- Gracias chicos, hasta luego- se despidió de los tres con la mano. Eso era lo que necesitaba.

El rubio se fue corriendo a su casa para descansar, estaba demasiado emocionado, no podía creer que se viera tan putamente genial con cabello corto, esos tres eran unos genios a la hora de cortar cabello. Se vio al espejo, era raro no tener sus gafas pero sabía que ahora era diferente, se veía como un chico y guapo, con las gafas no sería así.

Se tiró a su cama y sonrió, ahora sí sería lo que quería, al fin sería POPULAR, ya no sería el chico invisible de toda la secundaria, al fin todos lo notarían; al fin Sakura lo notaría. Su corazón se aceleró y sonrió aún más, Sakura… la idea de que ella lo viera de forma diferente a la que estaba acostumbrado lo hacía sentir tan raro.

Al fin podría demostrar que ese Sasori no era tan genial como creían, que todos podrían superarlo, que él no era lo que creían, que él no era más que una cara bonita. Se vio otra vez en el espejo. Ahora le había llegado competencia a Sasori, y sonrió aún más la guerra por popularidad y el amor de la pelirrosa empezaba el lunes.

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Estaba caminando por los pasillos de su colegio y sentía como las personas lo observaban con impresión y había jurado que alguien había dicho un "debe ser un chico nuevo", rayos de verdad no sabía que fuera tan invisible en ese lugar pero se sentía tan bien ser visto, siguió caminando hasta que vio a su amigo.

- Hidan ¿cómo estas viejo?- le dijo al peliblanco que estaba de espaldas comiendo a escondidas, el cual escupió todo cuando vio a su amigo.

- Rayos Deidara ¡Ahora te vez como un chico!- vio el nuevo aspecto de su amigo y no lo podía creer, eso era algo demasiado nuevo para él.

- Pues quise un pequeño cambio- sonrió a su amigo que se dio cuenta de que ahora se veía menos tímido.

- Creo que pequeño es poco, amigo esto ha sido un cambio extremo- empezó a caminar a su salón de clase, era raro ver a su amigo así, no era normal.

- Bueno cambie mucho, no quiero ser más invisible y todo eso- le saco la lengua mientras dejaba a su amigo en la puerta para seguir caminando- te veo luego- se despidió con la mano.

Siguió caminando a su salón de clase, ya no era como antes que caminaba con la cabeza gaña y algo encorvado; ahora estaba con el cuerpo recto y con la mirada en alto, se sentía tan genial todos alrededor estaban hablando de él, todos lo seguían con la mirada al parecer con admiración y envidia.

Todos menos cierta rubia que lo veía con algo parecido al amor, y suspiro, no negaría que Deidara se veía muy bien pero le gustaba más el chico tímido que siempre conoció, extrañaba desde ya ese Deidara, pensaba mientras iba a su salón con una carta de amor en su bolso.

Deidara con toda la seguridad que no sabía que tenía en su cuerpo abrió la puerta de su clase con fuerza y una sonrisa en su cara mientras gritaba.

- Buenos días a todos- sonrió mientras veía que todos lo volteaban a ver con impresión, no podían creer que ese era el Deidara que todos conocían.

Miro bien a su alrededor y su sonrisa desapareció, no todos lo veían dos personas estaban hablando entre ellos y se sonreían, sabía que sería difícil; por no decir que imposible pero no importaba lo intentaría con todas sus fuerzas y también en su mente decía "por favor Dios" dando a entender que quería ayuda divina para esto. Camino a su asiento que era al lado de ellos que lo ignoraban y tiro sus cosas.

- Sakura que gusto verte hoy- le sonrió con gran entusiasmo mientras captaba la atención de la pareja que estaba inmersa en su mundo- y a ti también Sasori.

- Wow Deidara que bien te vez- dijo la pelirrosa algo sonrojada mientras volteaba algo la mirada- me gusta tu nuevo aspecto.

- Gracias por decir eso- le guiño el ojo de forma coqueta mientras escucho un gruñido del pelirrojo.

- Es verdad Deidara te vez bien- dijo con aburrimiento mientras fruncía el ceño, estaba celoso de que Sakura dijera eso- a que se debe ese abrupto cambio de aspecto.

- Pues amigo que te digo- rio mientras volteaba a verlo- quiero un cambio en mi vida para poder obtener mis metas- dijo mientras de manera disimulada miraba a la pelirrosa.

- Espero que lo logres- dijo la pelirrosa al no darse cuenta de la indirecta- bueno chicos ahora vuelvo- se paró de su lugar para salir por la puerta.

- Sé que te gusta ella Deidara- dijo Sasori mientras seguía viendo la puerta y metía sus manos en los bolsillos de su pantalón- no será tan fácil para ti, yo a ella la amo.

- Lo se Sasori- lo miro con desinterés- pero no me rendiré, cambie por ella; que el mejor gane- le extendió la mano mientras Sasori aceptaba el apretón.

El día iba pasando, estaba destacando en todos lados, nadie podía creer que ese era el chico con aspecto femenino de hace unos días atrás, rayos esto es increíble; se sentía un hombre nuevo. En las clases todos querían jugar con él; en clase los maestros no olvidaban llamarlo.

Así que eso era ser popular, esto era tan genial. Su amigo Hidan tenía toda la razón, ser popular es lo mejor del universo que puede haber. Pero había algo que debía hacer ese día antes que se acabara. No era lo mejor para él, lo sabía pero tenía que.

Salio corriendo del taller de arte donde estaba inscrito hacía su salón donde sabía que estaría cierta chica de cabellos rosados estudiando, la conocía tan bien que sabía que haría eso. Estaba por abrir la puerta cuando escucho voces que reconoció, abrió un poco la puerta y murió por dentro.

- Me gustas Sasori- se escuchó como la voz de la pelirrosa casi gritaba estas palabras y se sonrojaba de sobre manera.

- Tus ensayos para declararte al chico que te gustan cada vez son mejores- dijo con algo de tristeza esperando que algún día ella le dijera eso a él.

- No Sasori, no es un ensayo. Te lo digo enserio- bajo la mirada mientras sentía que unos ojos cafés la miraban con impresión.

- Tú también me gustas- sonrió a más no poder mientras abrazaba a la chica.

Deidara salio corriendo al tejado de su escuela con el corazón roto y lágrimas corriendo por su rostro, él había hecho ese cambio solo por ella, había decido ser más seguro, sabía que esos dos estaban enamorados pero igual tenía una pequeña, casi mínima esperanza, pero no importaba de cierta forma estaba feliz.

- Felicidades mi primer amor- miro al cielo y solo deseo que ella y Sasori fueran felices, se lo merecían. Ella le enseño lo que era el amor, y el que este con la persona que quiere le hacía feliz- muchas gracias por enseñarme esto- dio un suspiro y decidió que era hora de irse.

Bajo hasta la puerta de su escuela donde estaba parada una linda rubia de ojos azules viéndole con algo de nerviosismo. Ella sabía que esa era su oportunidad.

- Oh Ino hola- dijo con tristeza mientras veía el cielo- acabo de ser rechazado- rio un poco.

- Deidara- dijo viéndolo y arrugando su carta.

Ella lo amaba pero sabía que ese no era el momento para declarar su amor por él. No aun.

FIN…


Eso es todo, como dije si no tengo comentarios subiré el otro capitulo y daré el proyecto terminado para dar inicio a otro que tengo pensado.