Buenas Noches
Hace tiempo, cuando era lectora ocasional de FF, tuve la intención de registrarme para escribir las ideas que me nacían acerca Dragon Ball, unos de los animes que más adoro desde mi niñez. Sin embargo, por una u otra razón nunca pude hacerlo en su momento y lo fui dejando. Pero a fechas recientes y viendo DB Super, me ha picado la curiosidad de redactar algo al respecto y los primeros personajes que voy a utilizar son los Androides 17 y 18.
Este es el primer fanfic que escribo para este fandom, espero que les agrade. De antemano gracias por su tiempo de lectura y los comentarios que gusten dejarme.
Saludos.
Atención: Dragon Ball y todos sus personajes son propiedad de Akira Toriyama. Yo solo escribí la historia por gusto y diversión.
MELLIZOS
Capítulo 1: Otra Oportunidad
Pasaba del medio día cuando el hombre despertó en medio de la nada. Ese paraje rocoso y desierto aun denotaba las consecuencias de una cruenta batalla. Un vistazo rápido a su alrededor le indicó que se encontraba solo, posteriormente se levantó para ver su estado actual. Tenía la ropa algo maltrecha, algunas marcas de golpes en el rostro, un poco despeinado y en general para redondear, estaba vivo.
No había señales de su hermana, pero por alguna extraña razón, sabía que se encontraba bien. Aun no entendía que había sucedido, así que se sacudió el polvo y comenzó a caminar sin rumbo fijo mientras meditaba su situación.
– ¿Qué diablos pasó?, sólo recuerdo cuando ese maldito monstruo apareció detrás de mí y después no supe nada más– pensó.
Pasaron algunas horas de recorrido, cuando a lo lejos vislumbró el inicio del un bosque y una montaña. Anochecía cuando finalmente decidió pasar la noche sentado en la rama de un enorme árbol. Aun tenía demasiadas cosas en que pensar, pero algo estaba claro, la misión para la cual fue creado ya no tenía valía.
Mantenía los ojos cerrados sin dormir realmente, ya que no estaba seguro de si podría volver a practicar esa rutina. La modificación de su cuerpo y la fuente de energía ilimitada, le permitían estar en constante actividad sin apenas cansarse. De pronto abrió los ojos y ladeó el rostro hacia una dirección inespecífica del horizonte. Una figura se acercaba volando rápidamente.
–Al fin te encontré– dijo una mujer de cabello rubio, que descendió lentamente en la misma rama.
–Número 18, que sorpresa– contestó tranquilamente.
Ambos se miraron por algunos segundos sin decir nada. Era claro que el desconcierto general aun rondaba por sus mentes, pero no había necesidad de hablar acerca de ello, siendo gemelos fraternos, compartían un fuerte lazo que a veces les permitía percibir las emociones del otro.
–Y bien, puedes decirme que paso después de que el monstruo verde me atrapara– volvió a hablar Número 17.
Su hermana soltó un suspiro de fastidio.
–Sólo te diré que esos idiotas ganaron– hizo una pausa, sentándose también en la rama. Su gesto denotaba molestia y seriedad por lo ocurrido, pero aun así comenzó a detallar la información. –Después de que esa criatura llamada Cell te absorbiera, aumentó tanto su poder que ni siquiera Número 16 pudo hacerle frente, nos persiguió hasta que finalmente me atrapó a mi también… después no recuerdo nada. –
Número 17 la miraba en silencio, asimilando lo que le decía. Ahora le quedaba claro que, lo que hubiera pasado después de ese monstruo, sin lugar a dudas fue obra de Goku y los otros guerreros.
– ¿Por qué estamos vivos?– cuestionó.
–No estoy segura, pero creo que tiene que ver con unas esferas mágicas. Ellos invocaron a un dragón que concede deseos y revivieron a todos, excepto a Goku, quien quiso quedarse muerto. En cuanto a Número 16, fue destruido por Cell al parecer– hizo una pausa. – Hay algo más… ese chico calvo pidió algo inesperado para nosotros. –
–Creo saber de quién hablas, ¿Que pidió?– preguntó curioso, a pesar de no tener información sobre esas esferas, quería entender lo que había sucedido.
–Pidió que las bombas dentro de nuestros cuerpos fueran retiradas. –
Número 17 abrió los ojos con sorpresa y se llevó una mano al pecho. Ambos eran conscientes de que el desquiciado doctor Gero había colocado dichos dispositivos para someterlos a sus órdenes, pero ahora sin ellos, eran completamente libres. Podían hacer lo que quisieran… o casi.
La verdad es que ahora todo perdía razón de ser, ya no tenían que seguir la orden de asesinar a Goku, aunque fuera por diversión. Pero tampoco tenía caso intentar algo más, los guerreros que lograron detener al monstruo Cell y darles una segunda oportunidad de vida, estaban en otro nivel de poder. Era mejor no tentar a la suerte.
El silencio se mantuvo por un rato más, no tenían realmente nada que decir. Sus memorias eran cortas desde que despertaron para cazar a Goku y antes de eso, no había nada más. La pregunta era, ¿Qué sigue ahora?
– ¿Qué piensas hacer, Número 18?–
–No lo sé, la verdad no tengo ganas de pensar en ello, ¿Y tú?– contestó la mujer.
–Tampoco lo he pensado. Pero tú podría ir a buscar a tu chico enamorado y pedirle ayuda– dijo en un tono de burla.
– ¡Eres un idiota!, jamás le voy a dar las gracias a pesar de lo que hizo– respondió enojada.
–Yo nada más decía– volvió a sonreírse Número 17.
–Ya deberías dejar de ser tan inmaduro– lo regañó, al tiempo que se ponía de pie. –Me voy, necesito nueva ropa. –
–Creo que deberías esperar a que amanezca, porque de lo contrario no podrás ver qué color te queda mejor– de nuevo un comentario gracioso. –Además… es posible que ellos estén buscándonos y si robas o provocas algún daño, sólo les darás un motivo para eliminarnos– finalizó, tomando un gesto más serio.
Esta advertencia tan sorprendente e inesperada por parte de su hermano sorprendió a Número 18. Al parecer algo había cambiado en él o por lo menos se dio cuenta de que su infantil y ególatra comportamiento no le iba a traer nada bueno ahora que tenían una nueva oportunidad. Razonando detenidamente la situación, él tenía razón. Probablemente lo amigos de Goku, excepto el chico calvo, estaban esperando una oportunidad para destruirlos, ya que aun los consideraban una amenaza.
–No les tengo miedo… pero tendré en cuenta lo que dices– finalizó, antes de iniciar el vuelo y alejarse.
Su hermano la observó hasta que se perdió en la lejanía, no le preocupaba su seguridad y sabia que tarde o temprano se volverían a encontrar. Por el momento ambos necesitaban estar a solas para pensar en que harían con su vida.
Continuará...
