HOOOOOOYYYY! Hola Shamanes que lean este ONSESHOT, que generalmente es un prólogo a un fic :D Este es mi nuevo proyecto, y como siempre, ¡Estará lleno de comedia! Pero… también de fluff (familiar, etc) Así que… Como siempre pregunto…

¿Merece la pena, merece reviews, fav y follow?

Ok… los dejo con el onsehot!

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Ah… Funbari, qué lugar tan bello y natural, donde la naturaleza de Japón que año tras año, en los festivales, se daba a conocer, un lugar alegre y tranquilo para vivir, y no sólo eso, era el lugar donde vive aquél grupo de shamanes, la pensión era hogar de todos ellos, y pensión no era exactamente el nombre, casa, tal vez, pero era algo grande ahora que había sido expandida, la razón, dejaría de ser una posada para ser un balneario, después de todo el espacio lo tenía, y el dinero también, los espíritus dormían pacíficamente dentro de las armas de sus amos, y lentamente se respiraba aquél viento frío del invierno, qué bonito, la nieve cubría las calles, y la gente paseaba tranquilamente en el centro comercial, bueno, exceptuando a nuestro querido amigo de cabello castaño, el cual estaba ya algo largo, ya no llevaba consigo aquellos audífonos naranjas, utilizaba una camisa beige desabotonada y una playera blanca debajo de esta, unos pantalones tipo militares y unas botas altas de cuero negro, llevaba en el cuello una bufanda roja, regalo de su esposa , y por supuesto, su collar de garras de oso, caminaba al lado de la mujer que más amaba en todo el mundo, cabe destacar, que ambos llevaban en el dedo anular, sus anillos de boda, la cual dio lugar un mes luego de la Shaman Fight, Amidamaru esta vez no iba con ellos, así que era el trabajo de Yoh Asakura, ir solo con su esposa, Anna, a ver algunas cosas que les serían útiles dentro de poco tiempo, ella llevaba consigo aquél fino vestido negro y largo, con una botas para soportar el frío, además de que Yoh hace poco, había cedido su chaqueta a ella…

Qué tranquilo estoy… no hay mucha luz así que es mejor, puedo relajarme más…

–¡Anna, ya me cansé!– Exclamó el castaño, harto de caminar por el gran centro comercial.

Y se acabó la paz…

–No seas perezoso Yoh, como mi esposo debes ser firme y fuerte en tus decisiones.– Recalcó. –Además fuiste tú el que pidió que viniésemos solos.–

–Pues es obvio.– Rodó los ojos mientras hacía aquella gentil y sumisa sonrisa que sólo a él le salía. –Quiero pasar tiempo a solas, con mi linda familia.–

Sí así era, tal y como el tiempo mandaba, el matrimonio de Yoh y Anna traería consigo alguno que otro "regalo" y es que Anna se encontraba en cinta desde hace ya los nueve meses cumplidos, así que la pareja, cabe destacar que eran jóvenes de dieciséis años, se encontraba buscando artículos que podrían ser de utilidad para su hijo, totalmente erróneo según algunos,pero ya que la mayoría de cosas que dejaron para último momento, se trataban de peluches y adornos, Yoh y Anna eran padre jóvenes, demasiado, pero luego de la Shaman Fight se entusiasmaron por aquél regalo que la vida les había ofrecido, su hijo varón, que por decisión de la pareja, ignorando comentarios como los de Horo Horo y Chocolove respecto al nombre, se decidió que el nombre sería Hana.

–Entonces deja de quejarte.– Le dijo su esposa prestando atención en otra tienda.

–¡Pero eso es diferente, me quejo por otras razones!– Recalcó mientras suspiraba.

Y yo me pregunto… ¿Cómo puede este tipo ser un completo inútil?

–¿A sí, cuáles Yoh?– Cuestionó sonriendo ante uno de los artículos, y sucesivamente la pareja entró a la tienda.

–Bueno por ejemplo… ¡Que yo lo estoy cargando todo!– Lloriqueo al ver las bolsas en sus brazos.

–Ya, no seas así, solo son juguetes "Poderoso Guerrero Elemental"– Rodó los ojos y arqueó las cejas al ver a su esposo con cascaditas en los ojos.

–Sí, pero son juguetes que pesan, Anna, ¡Pesan!– Hizo un drama mientras cubría sus ojos llorando, y es que, lo mucho que le importó a su esposa su acto, fue el haber comprado otra cosa, y darle la bolsa a Yoh. –Y creo que no me escuchó…– Sollozó en silencio el pobre esclavo, es decir, esposo.

En la pensión, se encontraban Manta, Ren, Horo, Pilika, Jun y Tamao, la razón, ayudar, o más bien, "ayudar" a Yoh y Anna tras la llegada del bebé, la verdad, no muy buena idea, considerando la posibilidad de que unir a Horo y a Ren en un solo cuarto, podría significar un inminente caos, sin embargo, se decidió que se quedarían por un tiempo, Ryu no se encontraba, debido a que debía atender unas cosas con su antigua banda, así que ahora la casa era de todos ellos.

–Bien amigos.– Habló Manta, mientras chocaba su puño con la palma de su otra mano. –Cuidaremos bien del bebé de Anna, ¿Verdad?– Preguntó.

–¡Ah, Horo Horo otra vez te comiste todas las papas!– Reclamó Ren Tao enfureciéndose, los picos de su cabeza tomados por una tongari se elevaron hasta el cielo, y luego, de alguna forma, le picó los ojos a Horo.

–¡Eran papitas, no papas!– Aclaró comiéndose la última.

–¡Por algo les puse mi nombre, ¿No sabes leer?!– Reclamó molesto el Tao mientras lo amenazaba con su espada Horaiken.

–No, no sé leer nombre tan feo como Ren Tao.– Le sacó la lengua.

–¡Uyyy, Horo, eres un neandertal!– Exclamó ya harto de la poca racional conversación, más bien, discusión con el que en lugar de considerar su amigo era como un némesis.

–¿¡Ehh… Que soy un…!?– Se quedó callado por unos instantes. –¡Eh, yo no soy ningún matorral!– Reclamó molesto sacando su ikupasuy.

–¡Eres… eres… simplemente no puedo contigo!– Salió de la habitación muy molesto.

–¿Qué le pasó?– Cuestionó el ainu algo confundido, debido a la reciente explosión del shaman del trueno.

–No te dijo matorral, cabeza hueca.– Interrumpió su "adorable" hermana Pilika. –Te dijo neandertal.– Corrigió.

–¿Qué es eso?– Preguntó de nuevo mientras revisaba si en la bolsa ya no había más botanas.

–Te dijo hombre mono…– Aclaró Manta al ver la menuda cara de confusión de su amigo.

–¡Ah, como Tarzán!–

–¡NOOO!– Gritaron todos de inmediato.

Tras el alboroto causado debido a la confusión de Horo, gracias a una película de Disney, y no entender el insulto patrocinado por Tao Ren, no se dieron cuenta de la hora a la que llegaban Yoh y Anna.

Hmm… mucho ruido… y eso que estoy llegando…

–Parece que han tenido otra disputa…– Dijo Yoh mientras sonreía.

–A Hana no le gusta el ruido, será mejor que acabemos con esto.– Remarcó Anna, mientras entraba sobándose el vientre.

¡Pero por supuesto que no! Todos los que viven aquí son unos completos inútiles, sobre todo ese idiota que se hace llamar Horo Horo…

El disturbio era inminente, y la ausencia de Ren determinaba que había sido una tontería iniciada por Horo, así que Anna abrió la puerta corrediza de par en par siendo seguida por Yoh, mientras todos los presentes guardaban silencio, Anna se acercó lentamente a Horo, lo tomó de la oreja y lo levantó.

–¿Me quieres decir qué has hecho ahora?– Preguntó arqueando una ceja, mientras aporreaba uno de sus pies sobre el suelo.

–Ren me dijo Tarzán…– Respondió espantado de ver al ogro, es decir, Anna.

–¿Cómo, Tarzán?– Preguntó Yoh mientras se reía.

–Le dijo neandertal…– Dijo Jun al momento de compadecerse de Horo. –Y Horo lo confundió con Tarzán.–

–Jijiji el que seas un hombre de la selva no signifique que seas Tarzán.– Rió Yoh al momento de dejar las bolsas de la compra sobre un sofá cercano.

–¡Eh, yo no soy un hombre de la selva!– Reclamó al momento de sollozar, pues sabía que muy pronto Anna le haría algo malo…

Yoh y Anna se encontraban solos, en su habitación, Anna veía la luna en su máximo esplendor, adornando el cielo, con aquellas estrellas esparcidas por el mundo, Yoh por su parte acomodaba el futón, ambos se preparaban para dormir, él la volteó a ver, quedando embobado como siempre lo había hecho, su esposa le parecía cada vez más hermosa, y más al ver la forma tan cariñosa con la que acariciaba su vientre, así es, Anna no se demostraba de una manera tan amorosa como con su hijo…

–Te amo…– Susurró observando su vientre.

Me gusta mucho cuando me hablas… no te detengas, quiero seguir escuchando tu voz…

–Yo también te amo bebé.– Dijo Yoh, colocando su cabeza sobre el vientre de Anna, mientras lo acariciaba.

Nah, tú estás aceptable.

–¿Cuándo podremos conocerte Hana?– Preguntó Yoh mientras trataba de sentir o escuchar la mínima acción que hiciera su hijo. –¿A ver… cuándo saldrás de la barriga de mami?–

¿De qué hablas? Ya me conoces… además aquí estoy cómodo, ¡Así que no saldré ni aunque me supliques, toma esto jajaja!

–¡Anna, se movió, pude sentirlo!–

Yoh se puso en pie, y besó a su esposa en los labios, volvió a su anterior estado y de esa manera siguió acariciando el vientre de su esposa, esperanzado en el día de ver a su hijo, y tenerlo en sus brazos, mientras que en la siguiente habitación, se encontraba alguien sollozando…

–¡Ay me duele!– Gritó mientras estaba recostado en el futón, con la mejilla roja, el dolor que sentía era uno de los peores que pudiese experimentar, pobre Horo, pero se lo había buscado. –¡Uyy ese monstruo de Anna, me ha dolido mucho, y lo peor, creo que pasaré una semana completa con el dolor!– Lloró mientras Koloro lo veía con una gotita de sudor en la sien.

–Esto no te estaría pasando si no fueras tan tonto…– Pensó el espíritu, ya que se trataba de Damuko.

La luna adornaba el cielo, sus rayos intensos penetraban en la habitación, Yoh y Anna dormían tranquilamente en su futón, mientras el sonido de los grillos y las ramas de los árboles calvos y latentes, tanta tranquilidad, todos en Funbari parecían estar dormidos, y el viento era suave y fresco, sí… una total paz…

Y yo aburrido, ¡Eh, que no quiero dormir, mamá despierta, mamá…! … Mamá… ¡Mamá, mamá, mamá, mamá, mamáááá te voy a patear fuerte ¡MAMÁÁÁ!´

–¡Ahhh!– Anna se levantó del futón sudando frío, mientras sentía dolor. –¡Yoh!– Llamó sacudiéndolo, a lo que este le levantó a baba suelta.

–¡Ahhh Barney no me comas!– Se sentó. –¿Eh, qué pasa Anna?– Preguntó con un ojo abierto y el otro cerrado.

–¡El bebé!– Gritó sobándose el vientre. –¡Ya viene!–

¡Ups! Creo que te pateé muy fuerte mami jajaja…

–Oh sí… el bebé ya viene, ahora vamos a dormir…– Se recostó en el futón y se acomodó, sin embargo fueron como tres segundos para reaccionar. –¡¿EL BEBÉ VIENE?!–

El doctor había sido llamado ya, todos los demás se habían quedado afuera esperando mientras Yoh había entrado con Anna, le pusieron todo el equipo médico, y él, que tenía una cámara de vídeo en las manos, gravaba todo.

–¡Vamos Annita tú puedes!– Dijo mientras se acercaba para darle la mano.

–¡Cállate Yoh, ¿Y Amidamaru, no estaba contigo?!– Preguntó haciendo fuerza.

–¡Está afuera, vamos Anna, confío en ti!– Le dijo mientras le daba la mano, gran error, ya que al ser apretada Yoh no podía creer el poder de su esposa. –¡Ahhh, A-A-Anna mi mano la vas a romper!– Lloriqueó retorciéndose del dolor.

–¡Vamos Anna, puja!– Ordenó el doctor.

–¡Ahhh…!–

¡Oye! Oye no... ¡Woah giro de 180 grados, oh, una luz! Espera… ¡Espeeera…!

–¡Veo la cabeza!– Dijo el doctor.

–Anna sigue pujando por favor…– Animó una de las parteras.

–¡Vamos Anni…!–

–¡CÁLLATE YOH TE CASTRARÉ LUEGO DE ESTO PORQUE ES TU CULPAAAA!– Reclamó tomándolo del cuello mientras lo zangarreaba.

¡Woah, oye ¿Qué es eso? Déjame en paz, no… espera, cuidado con la cabeza, oye, no, no, no, no me saques de aquí o te irá mal, no esperaaa!

De repente, tanto Yoh como Anna pudieron escuchar un fuerte llanto, el doctor colocaba algo, o más bien alguien sobre un lugar específico, y tomaba unas tijeras, vio a Yoh.

–¿Quiere cortar el condón?– Preguntó.

–Yoh…– Dijo Anna mientras lo veía.

–Sí…– Respondió acercándose.

¡Ahhh ¿Qué es esto? No, quiero regresar, aquí hace frío, tengo frío alguien páseme una manta Waaahhh!

Era pequeño, delicado, pero su llanto era fuerte, Yoh tomó la tijera, y cortó el lugar donde la partera la indicó, de manera pues que tomaron al bebé e hicieron sus revisiones, así lo colocaron en una manta de color blanco, así, se lo entregaron a Anna.

Ah… ah… que cómodo…

–Yoh, míralo…– Dijo sin poder controlar sus lágrimas. –Hola bebé, ¿Eras tú el que me pateaba?–

Sí, era yo, ¿Tú eres la que me hablaba bonito?

Yoh se acercó, lo que veían sus ojos era impresionante, ahí estaba él, sí, ese pequeño que tenía apenas unos cabellos rubios era su hijo, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, era imposible lo que veía, se acercó a Anna, y la besó, luego tomó la manita de su hijo con uno de sus dedos.

–Hola Hana… soy tu papá.– Le dijo mientras lo veía con una sonrisa.

Eh, hola, creo que ya te conocía.

–¿Cuál es el nombre del bebé? – Preguntó el doctor con unos papeles en la mano.

–Hana.– Dijo Yoh. –Hana Asakura Kyoyama.– Sonrió.

¿Disculpa qué dijiste? Sólo entendí lo primero…

Todos veían al bebé asombrados, mientras trataban de verlo Horo tomó una linda foto, que por suerte salió bien ya que fue Horo el que la tomó, y finalmente Anna y Hana pudieron salir del hospital.

–¡Oye Hana mírame!– Decía Horo haciendo muecas.

–Pareces un idiota.– Dijo Ren mientras veía por la ventana.

Concuerdo con eso…

–Oye Anna… ¿Cómo crees que será la vida a partir de ahora?– Preguntó Yoh mientras rodeaba a su esposa con su brazo, y con el otro acariciaba la cabeza de su hijo.

Hey, eso me gusta, no te detengas.

–No lo sé, Yoh, pero creo que tú y yo pensamos lo mismo.– Dijo mientras sonreía hacia su pequeño, que bostezaba en sus brazos.

–Entonces… será genial jijiji.– Rió mientras besaba la frente de su pequeño.

Jajajaja eso ya lo veremos, por supuesto que soy genial…

FIN… CONTINUARÁ, no sé XD