Disclaimer: Los personajes de Sailor Moon no nos pertenecen, son obra de Naoko Takeuchi, nosotras solo los utilizamos sin fines de lucro y para entretener solamente.

Bienvenidas a este fic que Princess Moon Light y Sailor Lady tienen el placer de presentarles, esperando que las atrape y lleve a seguirnos a lo largo de la historia.

¡A leer!

Sentimientos que separan

Prólogo

Cuando el amor verdadero es separado y tras muchos años, tienes la oportunidad de poder realizarlo ¿Lo harías?

Y si con la realización de ese amor, aunque sincero dañas a los hijos que amas con todo tu corazón, pero que han sido corrompidos por el rencor del pasado, ¿Qué consecuencias crees que provocarías con eso?

Todo acto tiene su consecuencia y en esta historia los hijos pagan los errores de los padres, adentrándose en el odio, el rencor, la envidia, los celos y culpando al otro de la perdida de cosas importantes en su vida.

Porque no importa que tanto amor se tenga, siempre habrá sentimientos que separen, porque el camino hacia la felicidad será largo y el de la redención será el dolor.


Capítulo 1

El inicio

En una hermosa mañana una chica de cabellos rubio platinado, peinado en dos extrañas coletas y ojos azules como el cielo iba a toda velocidad corriendo por la calle.

- No puede ser me quede dormida el primer día de clases- se lamentaba la joven.

En la entrada de la escuela, tropezó un muchacho de cabellos castaños y ojos del mismo color, el golpe del choque hizo que ambos cayeran al piso, ella sobre él.

- Lo siento mucho, no fue mi intención jeje- dijo la chica sonrojada quien aún se encontraba encima del joven castaño.

- No hay problema chocar y caerse, siempre y cuando sea una chica así de linda como tú- contesto él guiñando un ojo.

- ¿Eh?- dijo la chica viéndolo a los ojos poniéndose completamente roja, y cayendo en cuenta de la posición en la que estaban, levantándose rápidamente.

El chico la imitó y se sacudió la ropa antes de extender su mano a modo de saludo -Hola mi nombre es Kenji Tsukino-.

- Selene Winston, mucho gusto- cuando sus manos estuvieron en contacto sintieron como una corriente eléctrica les recorría el cuerpo, la campana que anuncia la hora de entrar a clases interrumpió el momento - oh no voy a llegar tarde- retirando su mano -nos vemos Kenji- le dice corriendo hacia a el pasillo.

- Que chica tan más linda- dice el joven observando a Selene mientras se perdía por los pasillos –espero volverla a ver pronto-.

Selene alcanza a llegar a su salón antes que el maestro -¡Uff! Pude llegar- dijo con alivio cuando entraba a el-.

-Selene qué bueno que llegaste a tiempo- dijo una chica de cabellera azul ondulado hasta los hombros y ojos de mismo color mientras la abrazaba -¡Té extrañe mucho!-.

- Yo también Ikuko- contestó con una sonrisa -¿Por qué no ha llegado el profe?-.

- Dicen que entró un chico nuevo, espero que sea guapo- dijo la peliazul ilusionada e ignorando la pregunta de su amiga.

- "Será el chico que conocí en la mañana, que fue lo que sentí cuando nuestras manos tuvieron contacto"-pensaba la chica observando su mano.

- Selene que tienes, te estoy hablado y que miras en tu mano- dice Ikuko enojada -después hablamos ahí viene el maestro-.

- Eh si-.

Todos los alumnos tomaron asiento.

- Buenos días, soy el profesor Carlson, seré su maestro este año escolar, espero que nos llevemos bien ya que va hacer el ultimo de ustedes en esta institución- comentó el profesor, un hombre alto de cabellos platinado corto, de ojos color miel y de antejos -antes de empezar la clase les quiero presentar al nuevo alumno, pasa por favor y preséntate- indicó.

- Buenos días, mi nombre es Kenji Tsukino, espero que podamos ser amigos- decía con una sonrisa mientras observaba fijamente a Selene, quién se sonrojo al recordar lo sucedido esa mañana -esto lo notó su amiga, la cual miro a Selene con envidia y celos -"Porque todos tienen que fijarse en ella y no en mi"- pensó amargamente-.

- Tsukino te puedes sentar atrás de Winston- indico el profesor, señalando a Selene, el chico camino hasta su asiento –muy bien empecemos la clase-.

La clase continuo sin contratiempos, Kenji no dejaba de ver a Selene, a decir verdad estaba embobado viendo a la hermosa chica que recién había conocido pero que lo había cautivado, ella por su parte sentía la mirada del chico sobre ella y su corazón latía furiosamente.

- "¿Por qué mi corazón late así? Nunca había sentido esto"- se preguntaba Selene.

El sonido de la campana anunciando la hora del almuerzo logra sacar de sus pensamientos a los chicos.

- Selene, ¿Conoces al nuevo? Me lo puedes presentar-preguntó Ikuko.

- Si lo conocí esta mañana, ¿A caso te gustó?- dijo Selene un tanto incómoda por el interés que mostraba su amiga.

-La verdad si-.

- Ah- respondió quedamente la chica, se reprendió mentalmente por su actitud y al final decidió hacer lo que su amiga le había pedido -Ok te voy a presentar- caminado hacia la puerta en donde se encontraba Kenji conversando con algunos chicos.

- ¡Hola Kenji!, Pensé que ya no nos veríamos- comentó la chica con una sonrisa la cual fue correspondida -te presento a Ikuko Aino, mi mejor amiga-.

- Mucho gusto- dijeron los dos al mismo tiempo-.

- Te gustaría ir a almorzar con nosotras- invitó Ikuko coqueta, él asintió cortésmente -vamos al árbol que esta allá, ahí acostumbramos a comer nosotras-.

- Kenji, ¿De dónde vienes?- preguntó la peliazul curiosa tratando de acaparar la atención del joven.

- De París, mi papá abrió una empresa aquí en Londres- contestó él sin dejar de observar a Selene, ante la envidiosa mirada de Ikuko.

Así fue como dio inició una amistad entre ellos tres, aunque la atracción y la química entre Selene y Kenji se hacía cada día más fuerte, esto lo notaba Ikuko que se moría de celos, a ella le gustaba el chico, pero lo que más quería era ganarle a Selene en algo, la peliazul siempre quedaba en segundo plano en cuanto a los chicos, debido a que el carácter de la rubia, dulce, apacible y su extraordinaria belleza siempre opacaban a la peliazul, quién se había convertido en su mejor amiga sólo para tener popularidad y atención de sus compañeros, en su fuero interno envidiaba a Selene por tener todo, así que Kenji era una gran oportunidad para aunque fuera una sola vez en su vida ganarle a su amiga, con algo que sabía anhelaba con ahínco, el corazón del castaño.

Eran diarios, los intentos de Ikuko conquistar a Kenji, claro, sin ningún resultado, el sólo tenía ojos para la rubia, esto llevo a la peliazul a idear un plan para hacer que el chico cayera en sus redes.

La rubia por su parte, veía con tristeza como su amiga actuaba con Kenji, al igual que otras chicas que quedaban fascinadas con la forma de ser del joven y su porte tan varonil, a ella le dolía pero después de todo sólo eran amigos, aunque sabía que el chico la veía de un modo diferente a las demás.

Días después

Selene había llegado a su casa, estaba cansada, por fin era viernes tenía todo el fin de semana para descansar, mañana saldría con Kenji al parque de diversiones, eso no era ninguna novedad, lo que sí lo era, es que finalmente había decidido compartir sus sentimientos con él, por tal motivo estaba muy emocionada.

- Mamá ya llegué- anunció la joven en la entrada de su casa.

- Que bueno hija, ¿Cómo te fue?- gritó desde la cocina una mujer de cabello castaño hasta los hombros y ojos color miel, su nombre Ángela.

- Bien mamá- decía mientras entraba a la cocina, -hola papá ¿Qué haces aquí?- cuestionó a un hombre de cabellos rubio y ojos azules que se encontraba sentado en el desayunador.

Los padres de la rubia intercambiando nerviosas miradas.

- ¿Qué pasa?- preguntó Selene-.

- Rodrigo, creo que le debes decir a nuestra hija lo que pasa- comentó su esposa preocupada.

El hombre suspiró -hija lo que pasa es que me ascendieron de puesto- informó con una sonrisa-.

- Felicidades papá- gritó emocionada mientras lo abrazada -hace mucho que querías eso por fin lo lograste, entonces no entiendo por que esas caras- concluyó deshaciendo el abrazo.

- Debido a mi ascenso, tenemos que mudarnos- respondió.

Selene no sabía cómo tomar esto, por fin había decidido decirle a Kenji lo que sentía por él, era su ultimo año en la escuela quería estar con sus amigos hasta el final de curso, - papá yo no me puedo ir es mi último año, no me hagan esto- expresó con tono lúgubre a la par que sus ojos se llenaban de lágrimas.

- Lo sabemos hija, pero entiende, esto lo estaba esperando tu papá desde hace mucho tiempo- comentó Ángela comprensiva mientras tomaba la mano de su hija.

- No mamá, no lo puedo entender, es mi último año- gritó Selene enojada.

- Lo sabemos hija, pero por favor ponte en mi lugar- contestó tranquilo Rodrigo.

- Y ustedes se ponen en mi lugar, porque no me dejan aquí hasta que termine la escuela- dijo viendo a su mamá.

- No Selene, no te podemos dejar sola- respondió Ángela.

- ¿Por qué no?, nada mas va a ser unos meses- comentó esperanzada.

- No hija, nos tenemos que mudar a Nueva York en una semana, ahora entiendes el por qué no puedo dejarte aquí- concluyó Rodrigo a cercándose a la chica -.

- No es justo, tan pronto, mamá di algo verdad que si me puedo quedar, por favor- expresó Selene sollozando-.

- Lo siento hija, estoy con tu padre- decía con voz firme, pero maternal-.

- Solo piensan en ustedes- gritó derrotada y corriendo hacia las escaleras para ir a su cuarto-.

Rodrigo iba a seguirla, pero Ángela lo detuvo, -déjala amor necesita tiempo, mas tarde hablamos con ella- él asintió no muy convencido.

Los señores Winston querían lo mejor para su hija, su madre sabía de los motivos por los cuales Selene se negaba a la mudanza, pero creía firmemente en que con el tiempo olvidara lo que ella consideraba un simple enamoramiento juvenil, después de todo, Selene tenía una vida por delante.

La joven por su parte, se encerró en su cuarto, en donde se pasó toda la tarde llorando desconsoladamente ahora que se había enamorado por primera vez, tenía que irse no quería aceptarlo, tenía que pensar en algo y pronto, con estos pensamientos se quedo dormida.

A la mañana siguiente

Como era sábado había quedado de verse con Kenji para ir a parque, ella estaba decidida a decirle lo que sentía por él y así entre los dos pensar en que podían hacer, algo le decía que él sentía lo mismo que ella, eso le daba valor para finalmente abrirle sus sentimientos.

Llegó al parque y a un costado de la entrada observo que Kenji ya había llegado, estaba sentado en una banca, caminó despacio para llegar hasta él, -como puedo estar tan nerviosa, si solo me le voy a declarar no es el fin de mundo- pensaba Selene mientras se acercaba, la imagen de su amiga, acercándose al chico con dos helados y con una actitud coqueta la hizo detenerse abruptamente.

Sin entender porqué, decidió esconderse, sin percatarse de que Ikuko la había visto y una sonrisa perversa se dibujo en el rostro de la peliazul, que sin dar tiempo de nada beso a Kenji ante los ojo de Selene, la cual sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, se dio la media vuelta y se fue corriendo hasta que llego a su casa, subió a su cuarto y rompió en llanto.

- ¿Cómo pude ser tan tonta? El estaba enamorado de Ikuko, ¿Cómo no me di cuenta antes?- se reprochaba una y otra vez.

En el parque

- ¿Por qué hiciste esto Ikuko?- dijo Kenji enojado separándose de ella.

- Porque te amo, que no te das cuenta-.

- Tú sabes que yo quiero a Selene - gritó preocupado viendo para todos lados.

- Ella no te ama como yo- dijo Ikuko enojada- y ni la busques que ella no va a venir, me dijo que tenía una cita con un chico que se le declaró ayer- mintió sabiendo que la chica no iba a regresar después de lo que había visto.

- ¿Qué?- murmuró sorprendido el chico.

- Por eso vine aquí, para hacerte compañía- expresó con una fingida dulzura.

- Eso no es cierto ella me lo hubiera dicho- comentó el castaño con tristeza.

- Como te lo iba a decir si ella sabe lo que sientes por ella, no quería lastimarte- él la miro sorprendido -crees que no se daba cuenta si se te nota mucho- volvió a besarlo y en esta ocasión el beso fue correspondido -inténtalo conmigo para que ella no se sienta mal, además no pierdes nada- susurró al oído del chico, sabía que debía usar a su conveniencia los confundidos sentimientos de Kenji.

- Está bien Ikuko lo vamos a intentar- respondió no muy convencido, no sabía que pensar, pero si era mentira lo que su ahora novia decía ¿Dónde estaba Selene?, ¿Por qué no había llegado?

Ikuko aprovecho el desconcierto del chico para arrastrarlo al interior del parque de diversiones, ahí pasaron toda la tarde ya formalmente como novios, sin saber lo que en verdad estaba pasando su amiga.

La noche cayó Ángela llamo a Selene para cenar, no tenía hambre, pero los acontecimientos recientes la llevaron a expresar el apoyo a sus padres, con la decisión ya tomada que cambiaría su vida.

- Hija que tienes, ¿Te sientes mal? - preguntó su madre preocupada.

- No mamá nada solo que estuve pensando en lo que me dijeron – contestó con desgano

- Bien hija y que pensaste- cuestionó su padre.

- Pues ya que no tengo muchas opciones, decidí que estaría bien un cambio, me voy con ustedes a Nueva York- informó tratando de sonar positiva

- Me alegro hija, esto es lo mejor para todos- aunque a su madre no podía engañarla, los ojos de Selene denotaban una gran tristeza, después de todo el cambió le haría bien a su hija, si por lo que estaba pasando era un sufrimiento del corazón, como ella se imaginaba.

La cena paso sin contratiempos para cada uno de los integrantes de la familia Winston, cuando esta terminó subieron a sus respectivas recamaras para descansar.

El lunes llegó y con ello una nueva semana de clases pero para Selene seria la ultima en esa escuela y en Londres, entro sin ánimos a su salón, por primera vez había llegado temprano, aunque no quería enfrentarse a Ikuko y a Kenji porque no sabía cómo actuar después de lo que había visto, sabía que era inútil el tratar de evitar lo inevitable, estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta de ellos ya habían llegado al salón.

- Bueno días Selene y ese milagro que llegaste temprano- saludó Ikuko con una sonrisa burlona.

- Buenos días Ikuko, Kenji- respondió con una sonrisa- es que ayer me dormí temprano jeje- comentó tratando de sonar lo más natural posible-.

- Selene te tengo una noticia- anunció Ikuko sonriente, pero es interrumpida por el profesor- te digo en el almuerzo- Selene asintió.

La hora del almuerzo llego, Selene no quería salir pero tenía que enfrentarlos, se reunieron en el árbol de siempre, cuando llego, la pareja ya se encontraba ahí, un incómodo silencio surgió.

- Ikuko cuál es la noticia que me tienes- preguntó tratando de sonar curiosa.

- Amiga no sé como vallas a tomar esto pero Kenji y yo somos novios- informó eufórica, tomando la mano de Kenji y sonriendo victoriosa.

- Me alegro por ustedes, pero que escondido se lo tenían- expresó risueña y bromista intentando ocultar el dolor que sentía en esos momentos, abrazo a sus amigos para demostrarles lo feliz que estaba por ellos.

- Que bueno que lo tomes así, pensé que no te iba a agradar la noticia- menciono aparentando tristeza.

- Como puedes creer eso si somos amigos, si ustedes son felices yo también lo soy- dijo con una amplia sonrisa.

- Es cierto Sel como pude desconfiar de ti- respondió con falsa preocupación -hay que comer que ya van a comenzar las clases- concluyó.

- Yo también tengo algo que decirles- menciono suspirando audiblemente.

- Pasa algo malo Selene- preguntó Kenji quién se había mantenido callado.

- No es malo, es solo que me voy a mudar- les informó viendo el suelo evitando llorar.

- ¿Qué, donde y cuando?- gritó Ikuko sorprendida, las cosas pintaban mejor de lo que esperaba.

- Me voy a Nueva York el próximo lunes- comentó levantando la mirada.

- ¿Por qué te vas?- Kenji no podía creer lo que escuchaba se iba ir Selene, prefería verla con otro a ya no verla nunca más.

- A mi papá lo ascendieron y tenemos que mudarnos – finalizó.

- Ay amiga te voy a extrañar mucho- expresó la peliazul con un tono de tristeza poco creíble.

- Yo también los voy a extrañar pero ni modo por algo pasan las cosas- el tiempo del receso se agotó y los tres se encaminaron al salón de clases, esto dio tiempo para liberar sus reacciones ante las noticias recibidas por medio de sus pensamientos.

- Esto es lo mejor debo irme, necesito un cambio, no creo soportar verlos juntos- pensaba Selene.

- Mi plan salió mucho mejor de lo que espere, Kenji es mi novio, Selene se va ir ahora todos nada más se fijaran en mi- la mezquindad de Ikuko se hacía presente.

- No puede ser se va a ir, estuvo mal aceptar a Ikuko, debo confesarle lo que siento por ella-.

El día terminó a la salida la pareja iba tomada de la mano, decidieron ir a tomar un helado, invitaron a Selene, pero ella declino la invitación diciendo que tenía asuntos pendientes en casa como empacar sus cosas y que apenas tenía el tiempo justo para terminar.

Los días transcurrieron más rápido de lo normal, o así lo apreciaba la chica de dos coletas, la semana finalizó sin contratiempos, por ser una chica muy querida por todos sus compañeros, decidieron organizarle una pequeña despedida un día antes de que se fuera, le dieron varios regalos como escritos y cartas de anécdotas vividas juntos para que no se olvidarla de ellos, se despidió de cada uno con un abrazo y lo último que les pidió fue que no fueran a despedirla porque su adiós no lo era, simplemente un hasta luego, ya que confiaba en que algún día volvería a verlos. Para su sorpresa Ikuko y Kenji no asistieron a la fiesta, no sabía que pensar, se sentía aliviada por no verlos, ya que ocultar lo mucho que le dolía el que estuvieran juntos le era cada vez más difícil, pero por otro lado, tenía la fantasía de que él, el primer amor de su vida le dijera adiós confesándole que la amaba, porque ella ya no podía negarlo más, ella sí lo amaba, amaba a Kenji Tsukino, aunque eso ya no importaba.

Más sin embargo, en un lugar cercano a la fiesta

- No puedes hacerme eso Kenji, yo te amo- gritó histérica una peliazul.

- Desde el principio fue un error y lo sabes-.

- Es por ella ¿Cierto?- cuestionó furiosa.

- No…Es por mí, no quiero dañarte Ikuko, eres, especial para mí- comentó confuso por la reacción de la chica.

- Especial, pero no me quieres- le increpó ella.

- Ikuko, aún podemos ser amigos-.

- No quiero ser tu amiga- gritó – yo te amo Kenji, dame una oportunidad de demostrártelo- suplicó.

- No tiene caso, es mejor terminar, para que lastimarnos más- explicó el castaño.

- Muy bien, terminemos entonces, da igual, de todos modos, ella se va a ir y ya no volverás a verla- le espetó -espero que tengas donde guardar el amor que sientes por Selene, porque ese se va quedar ahí- señalando el corazón del chico –guardado y sin ser correspondido- y sin dar tiempo a réplica dio la media vuelta furiosa sabiendo que tal vez había perdido una batalla pero no la guerra y con Selene fuera de su camino, Kenji estaría a su merced totalmente, le daría tiempo de extrañarla y luego volvería al ataque, de algo estaba segura, ella sería la señora Tsukino en unos años más.

Kenji por su parte se sentía mal por haber lastimado a la joven, después de todo ella lo quería en verdad, y el solo la había usado para mantener a raya sus sentimientos por Selene y aunque no sabía si volvería a verla, decidió hacer lo que debió haber hecho tiempo atrás, confesar sus sentimientos.

El viaje

Un sentimiento de nostalgia invadía el corazón de una rubia mientras observaba el caos del aeropuerto de Londres, estaba a minutos de abordar el avión con destino a su nueva vida.

- Todo bien hija- cuestionó Ángela

- Si mamá- respondió al instante ocultando su melancolía por la partida.

- Hay que aproximarnos al pasillo 4B, ya están abordando- informó Ricardo al llegar con ambas mujeres.

- Si- respondieron al unísono.

El matrimonio tomo las pequeñas pertenencias que tenían en los asientos en donde habían estado esperando a abordar y se encaminaron al lugar, Selene por su parte sentía su corazón latiendo con fuerza, -debe ser la emoción por el viaje- se dijo a sí misma, observo por ultima vez el lugar, sus padres ya habían cruzado el umbral del pasillo así que se dispuso a seguirlos, no sin antes murmurar – adiós Londres, adiós amigos, adiós Ikuko, adiós Kenji mi amor y con una lágrima resbalando su mejilla, tomo el camino hacia un nuevo destino.

Nueva York

El departamento que había destinado la empresa para que fuera su nuevo hogar era hermoso, estaba en un cuarto piso, tenía tres recámaras, una amplia terraza, sala, comedor y como Ángela había dicho una muy decente cocina. Selene estaba maravillada, además su escuela quedaba a unas cuantas cuadras y era muy exclusiva, la felicidad de sus padres era evidente y el verlos así la contagiaba a ella de esa misma alegría.

El incorporarse al colegio no fue tan difícil como ella suponía, estaba al nivel de lo que los profesores enseñaban, lo que ponía triste a la chica es que no había podido hacer amigos en el mes que llevaba asistiendo a clases.

Uno de esos días.

- ¿Puedo comer contigo?- .

Selene se sobresaltó debido a que estaba muy entretenida escribiendo - ¿Perdón?- cuestionó confundida.

- ¿Qué si puedo sentarme?-.

- Ah, claro, disculpa- se sonrojo un poco y cerró su libreta.

- Me llamo Luna Yang- se presentó la chica frente a ella, la cual era muy linda, alta, de un largísimo cabello negro, de tez blanca y ojos obscuros y profundos.

- Selene Winston- extendió su mano a modo de saludo.

- Eres nueva ¿verdad?- preguntó la chica correspondiendo al saludo.

- Pues no tanto, tengo un mes asistiendo a clases- sonrió ante su propio comentario.

- Y graciosa también- comentó Luna, ambas chicas sonrieron.

El paso de los días afianzo la amistad que surgió entre las chicas, Selene descubrió que Luna no solo era una buena estudiante, si no que era una reconocida modelo de pasarela, lo cual le ayudo a comprender porque no se habían visto antes en la escuela, era una chica muy asediada por sus compañeros y envidada por las chicas, así que eso la convertía en el ojo de la crítica del cuerpo estudiantil, a pesar de eso Luna era muy sencilla y simpática y con el trato se gano la confianza de Selene desarrollando un cariño fraternal entre ellas.

Si bien Selene se sentía feliz por su nueva vida, casa, escuela, amigos, pero sobre todo con Luna, había ocasiones en que la nostalgia de su pasado la abrumaba, preguntándose ¿Cómo estarían las cosas en Londres? Pero sobre todo ¿Cómo estaría Kenji?, ¿Seguiría con Ikuko? Y si no era así, deseaba con todo su corazón que al menos fuera feliz, como ella lo estaba intentando.

Continuará…


¡Hola

chicas!

Wii, Sailor Lady y Princess Moon Light estamos muy contentas y emocionadas con el inició de este proyecto.

Yo, Sailor Lady, le agradezco a Princess el equipo que formamos, para la realización de este fic que hacemos con mucho cariño para nosotras y todas ustedes.

Y yo, PrInCeSs MoOn-Light feliz y agradecida con Sailor Lady por hacer este proyecto y les guste tanto como a nosotras.

Se que se estarán preguntando ¿y Sere? ¿Darién?, bueno chicas no desesperen, ellos están en proceso, para entender el fic es necesaria esta parte.

De antemano gracias a aquellas que se tomaran la molestia de leernos y dejarnos saber su opinión, ya saben se aceptan, comentarios, críticas constructivas y sugerencias.

Esperamos actualizar, pronto…

bye