Hello, purrfect people~

Gracias por entrar aquí, y darle una oportunidad a este proyecto; espero sea de su agrado, y puedan comentarme su opinión porque ni sé yo qué hago xD

Si por azares del destino, alguna linda persona que me sigue cae aquí, les ruego perdonarme por ser -todavía- incapaz de retomar/finalizar mis otros proyectos; también espero que este les guste y lo sigan, por favor.

Disclaimer: How to train your dragon series no me pertenece. Este producto es sin fines de lucro. No recibo remuneración económica a cambio. De mi puño y letra son los personajes ajenos a HTTYD.

Sin más, por favor, enjoy.


Seis lunas nacieron y murieron desde entonces.

Berk se convirtió -a palabras de los viajeros atraídos por las historias que el viento susurró a sus oídos- en la Capital del Archipiélago. Bautizada también como "la perfecta dosis de paz entre humanos y bestias que el mundo vikingo necesitaba". Teniendo a Hiccup Horrendus Haddock III como Jefe de los Hairy Hooligans y a Toothless, el Night Fury, como Alpha de cientos de dragones, el pueblo de Berk podía estar tranquilo.

El refugio para dragones que la isla poseía fue trasladado a otra región, precisamente por el número de éstos y, también, debido a la expansión de la villa, punto de reunión de los hombres que navegan por la vida buscando saciar su curiosidad.

La Guardia de Berk, por su parte, fue correctamente apoyada por más jinetes de dragones y nuevas "tácticas de guerra", nombre patrocinado por Fishlegs, el Sanguinario.

No obstante, distante a la paz y armonía reinantes en el Archipiélago, Hiccup veía imposible el estarse quieto más de veinte segundos mientras estuviera despierto. La batalla con Drago, el reencuentro con su madre y la muerte de su padre eran heridas con vida propia. Él lo sabía, Toothless lo sabía; todo Berk también.

Por eso, agradeció a todos los Dioses por cederle esa noche para estar solo, sumergido en sí mismo, volando por los cielos y tocando las nubes con pie, manos y garras; porque adonde iba Hiccup, Toothless tenía que ir. Adonde quiera que Hiccup estuviera, Toothless sin duda estaría también.

Corrieron a través del viento en contra, alborotando cabellos pelirrojos y provocando escalofríos en la sangre. Al grito de victoria del Jefe de Berk le siguió un certero disparo de plasma frente a ambos. Haddock gruñó, el Alpha gorgoreó en diversión. El hombre se recostó boca arriba sobre el dragón, cerrando los ojos en el acto.

Las estrellas fueron las únicas testigos del momento, las que guardarían el secreto de la ruptura de la belleza del mismo.

Toothless fue el primero en notarlo, interrumpiendo el vuelo y quedándose suspendido en el aire con aleteos erráticos. Hiccup tardó unos segundos, al sentirse perturbado con el sonido del aire cortándose con violencia.

Cuando los ojos esmeraldas del muchacho se abrieron (como queriendo imitar alguno de los platos de madera que Johan solía traer de lejanas tierras), ya no quedaba rastro de los verde tóxico de su dragón, siendo éstos reemplazados por la pupila dilatada producto de la excitación.

En las mismas condiciones que el Alpha de Berk, aleteando con esfuerzo y visiblemente perturbado, estaba presente frente a ellos un Night Fury.