The kiss of eternal life
HOLA!! este es el primer fic que escribo de esta pareja , empeze a leer historias aqui sobre ellos dos (porque es una de las parejas que más me gusta ) y realmente me entraron ganas de hacer una :P. Bueno, no les doy la lata y disfruten de la historia !!
The kiss of eternal life
Capitulo 1: El comienzo de la leyenda
Se escucha como tocan a la puerta y de ella aparece una mujer anciana de cabellos largos café tomado en una coleta con una diadema en la frente. Llevaba en las manos un bulto bastante grande y largo.
-Sakuno!-gritó la anciana-pero que estás haciendo ahí sentada, se te va a ser tarde y todavía no te han arreglado el cabello.
Una niña se encontraba sentada en un baúl junto a la ventana de su habitación. Detrás de ella estaba la cama con cuatro palos a los lados donde los rodeaba un cortinaje rojo. La anciana dejó en bulto junto a esta. La niña solamente la miraba haciendo eso, pero no se movía del lugar, estaba algo triste.
-Sakuno, que es lo que te pasa-comenzó a hablarle la anciana-, deberías estar feliz por ser tu décimo séptimo cumpleaños.-le pone una mano en el hombro.
-Sumire obachan, no estoy de mucho humor para celebrar mi cumpleaños-quita la mano de su abuela del hombro-sobretodo si estoy en un lugar totalmente distinto a mi hogar.
-Vamos Sakuno-se sienta junto a ella-sabes bien que tus padres no están aquí por un bien a nuestro pueblo y a nuestra familia.
Sakuno le da la espalda a su abuela y coloca una mano en el vidrio de la ventana y comienza a mirar el rojo que teñía a los árboles y al cielo producto del atardecer.
-Demo…porqué nos dejaron a las dos en este castillo y tan lejos de casa-le pregunta a su abuela.
-Ya te lo he dicho que es para protegerte, no quieren que te pase nada y sobretodo después de lo que pasó cuando entraron esos ninjas a secuestrarte cuando todos estábamos durmiendo.-le explica Sumire y comenzó a acariciar el largo cabello cobrizo de la chica.
Sakuno comienza a recordar esa noche, fue hace un año, estaban en la mansión de Japón. Era bastante tarde, todos estaban durmiendo, incluida ella, se encontraba en su habitación en un sueño profundo, cuando de repente sintió como le ponían un pañuelo en la boca y nariz y le sujetaban los pies y las manos, eran 5 hombres vestidos de negro y cubrían su rostro. En esa época y sobretodo a las personas como la familia de Sakuno, bastante importantes y con mucho dinero, ya que eran los reyes de Caledonia, así es como se llamaban sus tierras, era bastante normal que los enemigos mandaran a secuestrar a personal de su familia para chantajearlos.
Esa vez lograron sacarla del palacio media adormecida producto de la droga que tenia el pañuelo que le colocaron para acallarla. Se encontraba a varios metros de su hogar cuando comienza a escuchar entre sueños como cada ninja caía muerto junto a ella, y por ultimo el que la tenia sujeta. Cae al piso y siente como una persona la levanta. No logró ver su rostro, ya que era de noche y además porque se quedó dormida en ese instante. A la mañana siguiente ya se encontraba acostada en su cama, junto a un medico y a muchos guardias. Después de eso, la mandaron junto a su abuela al castillo de unos amigos de sus padres fuera del país. Aún no conocía a esos amigos.
Despertó de sus pensamientos cuando dos sirvientas entran a la habitación donde se encontraban ella y su abuela.
-Muy bien Sakuno, ahora arréglate el cabello y sácate el pijama para ponerte este vestido que te traje.-
Le muestra el traje que había dejado sobre la cama, era un vestido estilo elfa, platinado y con la pechera de un color rojo vino, con bordados alrededor de sus puños y cuello del mismo color de esta. Debía admitir que era un vestido bastante hermoso, aunque ella prefería ocupar sus kimonos, pero como se encontraban el otro país debía ocupar el atuendo adecuado a este.
-Es un vestido muy hermoso abuela-le dice Sakuno tomando el vestido que le entregaba Sumire.
-Debes estar hermosa para tu cumpleaños-le dice con una sonrisa en el rostro.-Bueno, yo me voy a arreglar los detalles que faltan, en una hora mas o menos llegaran todos los invitados, así que debes estar lista para esa hora- Camina hacia la puerta y la abre, pero antes de irse se da media vuelta recordando algo que le tenía que decir.-Ah!, se me olvidaba. Invite a un amigo mío a la fiesta, vendrá con su hijo, tiene tu misma edad, espero que se hagan buenos amigos, ya que no tienes muchos. Buenos apúrate que ya es tarde.-Cierra la puerta tras ella.
Sakuno queda mirando la puerta con el vestido en las manos, después mira a su izquierda donde se encontraban las dos sirvientas junto al tocador, esperándola a ella para poder peinarla. Sakuno da un suspiro y se dirige hacia ellas resignada.
Mientras la peinaban, comienza a pensar quien podría ser el amigo de la abuela, no sabía que tenía conocidos por estos lugares, después pensó en el chico de su misma edad, eso la puso nerviosa, era bastante tímida y sin pensarlo se alejaba de los hombres, por esa razón nunca había tenido alguna relación antes. Su familia sabía que era tímida pero no al extremo de temerle a los hombres. Tenía el presentimiento que ese cumpleaños no iba a ser muy bueno que digamos.
El salón ya se encontraba repleto de gente, todas con copas en sus manos, trajes muy elegantes y joyas de toda clase. La música sonaba mientras que Sakuno bajaba la gran escalera que la llevaba al salón, donde se encontraban cuatro tronos, los dos de al medio serian los de sus padres, pero como no se encontraban, los ocupaban su abuela y ella. Sumire ya se encontraba sentada observando a todos los invitados. Debía admitir que había hecho un gran trabajo. De la gran lámpara que se encontraba al centro del salón salían grandes gasas rojas que llegaban a las cuatro esquinas de esta. Por toda la orilla había grandes mesas con manteles del mismo color de las gasas, donde se encontraba todo tipo de tragos y frutas. También había grandes adornos de flores por todos lados.
Sakuno se sentó en el trono junto a su abuela.
-¿Que te parece?-Le pregunta Sumire-Me esmeré mucho para que todo saliera perfecto este día.-
-Está todo muy hermosa abuela.- Le responde a su abuela con una gran sonrisa en el rostro.
-Bueno, yo me iré a dar una vuelta por ahí, ahora va a comenzar el baile, así que aprovecha de bailar con algún chico guapo-Le guiña un ojo y se va de su lado.
Sakuno se sonroja con la idea, pero ella sabía perfectamente que eso no iba a pasar.
Todo el mundo bailaba felizmente, pero Sakuno se encontraba sola sentada en su trono con una mano apoyada en su mejilla, estaba bastante aburrida y comenzaba a quedarse dormida, así que decidió salir a la terraza para tomar algo de aire fresco de la noche.
Cuando salió dio un gran suspiro de alivio, pero se tensó al instante cuando escucho unos ruidos que provenían a escasos metros de ella. Ve a su derecha rápidamente y ve a un joven con algo en las manos, el cual hacia chocar una pequeña piedra en un árbol frente a él. Sakuno se acerca un poco para observarlo mejor, estaba bastante intrigada con lo que hacía. En eso pisa una rama, la cual la delata. El chico gira para ver quien estaba detrás de él. Sakuno se sorprende al ver la mirada del chico, era como mirar a un gato y de color ámbar. Estaba vestido con unos pantalones negros que estaban dentro de unas botas de cuero también negras hasta más debajo de la rodilla, arriba tenia una camisa de color platino, con bordados de hojas en las mangas anchas y en el cuello del mismo color. Ella baja la cabeza rápidamente, ya que la mirada del chico era bastante penetrante. Comienza a jugar con sus dedos.
-Go…gomen…Salí un rato y te vi jugando…me intrigo lo que estabas haciendo…no era mi intención desconcentrarte.-Le dice Sakuno bastante nerviosa.
El chico solamente la queda mirando y no le dice nada. Producto al silencio, Sakuno se pone más nerviosa y comienza a transpirar helado, en eso, él rompe el silencio.
-Se llama Tenis.- Le contesta el ojos de gato.
-¿Are?-En eso comprende que le estaba hablando del juego.-Oh, comprendo, nunca había escuchado de el.
-Es normal, solo lo juega mi familia y un par más.-Contesta secamente.
Para sorpresa de Sakuno, le entrega la cosa que tenía en sus manos a ella. Era un palo con algo redondo y en eso había una malla. Ella lo coge algo temerosa y se coloca junto a él.
El chico le entrega una piedra y le señala en árbol.
-Golpea la piedra con la raqueta tratando de apuntarle al centro del árbol-Le explica el ojos de gato.
Sakuno mira el árbol y nota que al centro de este habían varias marcas producto de la piedra, lo que más le sorprendió es que era siempre en el mismo lugar. Parece que era bastante bueno aquel chico para este juego.
Se prepara para golpear, lleva la raqueta hacia atrás para dar el impulso, golpea la piedra con fuerza, pero…
Los dos chicos siguieron con la mirada la piedra que callo en unos matorrales que se encontraban a unos cuantos metros a la derecha del árbol. Se armó un silencio y la cara de Sakuno se fue tronando totalmente roja hasta quedar como la pechera de su vestido. En eso se ven unos movimientos de entre los matorrales y e ahí sale corriendo para saltar a los brazos del chico un hermoso gato color crema, bastante peludo. Sakuno se aterroriza al ver de donde había salido el gatito, justamente del lugar donde había caído la piedra que lanzó. Iba a pedir disculpas cuando el chico mientras le hacía cariño al gato gira lentamente la cabeza hacia ella.
-Baka…-
Otra vez se arma un silencio y una pequeña brisa hace ondular sus cabellos, realmente ella no tenia suerte cuando estaba junto a un hombre y sobretodo de su misma edad.
-Oh!, así que aquí estaban!-Se escucha decir desde la terraza.
Un hombre había salido y se dirigía hacia ellos, era alto, pelo café muy oscuro y tes morena, tenia una barba semi crecida y estaba vestido totalmente de negro, con una capa del mismo color que ondeaba producto del viento. La mirada se le hizo familiar y al ver de reojo al chico que tenia a su lado lo comprendió, tenían la misma mirada. Se sorprendió que el chico pusiera cara de fastidio al verlo. El hombre se acerco hasta quedar frente a nosotros dos.
-Oye Ryoma, por lo menos podrías haber ido a saludar a la vieja Sumire- Le dijo el hombre mientras se rascaba detrás de la cabeza con los ojos cerrados. Los abre para fijarlos en el chico fijamente.-Me ha estado preguntando por ti shounen.
En eso fija la mirada donde se encontraba Sakuno y una gran sonrisa se refleja en su rostro.
-Valla, parece que no pierdes el tiempo, ¿he Ryoma?- Le dice al chico con una mirada picara.-Jugando en la oscuridad….
-No digas estupideces viejo.-Le contesta Ryoma bastante enfadado.
-Oi Oi, ten un poco más de respeto hacia tu padre.-Mira otra vez hacia Sakuno.- ¿No te hizo nada obsceno verdad, pequeña Sakuno?.-
-N…No se preocupe, solamente me estaba enseñando a jugar tenis.- Le dice nerviosa y agitando ambas manos en forma de negación. En eso se da cuenta que él había mencionado a su abuela y sabia quien era ella.- ¿Dis…disculpe…pero…quien es usted?-
-Oh!, es verdad no me he presentado-Dijo el hombre, pasando un brazo por el hombre de Ryoma.-Soy Nanjiro Echizen y el es mi hijo Ryoma Echizen.
-Nanjiro Echizen…-Queda pensando Sakuno.-¡Ah!, usted es…
-Así es.-Se adelanta el mayor.-Soy amigo de tu padre y dueño de este castillo. Pero bueno, mejor vamos a conversar adentro, aquí está helando. Ryoma, deja a Karupin aquí afuera.
Los tres entran al castillo donde todos estaban bailando alegremente. Nanjiro le entrega una capa a Ryoma y este se la coloca de mala gana. Se acercan donde estaba Sumire sentada en uno de los tronos del centro, a su izquierda se sienta Nanjiro y a su derecha Sakuno, mientras que Ryoma se sienta a la derecha de Sakuno.
-Veo que ya conociste a mi amigo Nanjiro y a su hijo Ryoma-Comienza a hablarle Sumire.-Ustedes dos tienen la misma edad, así que llevense bien.
-Tienes una nieta muy hermosa Sumire- Le dice Nanjiro colocándose más en la punta de la silla para poder ser visto por Sakuno.
Ella se sonroja un poco y baja la cabeza levemente. Ryoma la observa de reojo. Se encontraba apoyado en el respaldo del trono con los brazos cruzados, realmente odiaba estos eventos.
-Nanjiro, no comiences a cortejar a jovencitas de tan corta edad.-Le dice Sumire entre risas.
En eso las luces bajan su nivel y comienza a sonar un vals. Nanjiro se para y se dirige hacia Ryoma y comienza a susurrarle al oído.
-Más te vale que saques a Sakuno a bailar.-Ryoma lo mira desafiante.-Ohh, acaso Ryoma Echizen tiene miedo de sacar a bailar a una chica?
Dicho aquello, Ryoma se para bruscamente y se posa frente a Sakuno, le estira la mano en ofrecimiento para sacarla a bailar. Sakuno al ver la reacción se pone roja completamente, pero al sentir la mirada de su abuela y de Nanjiro acepta el ofrecimiento. Ryoma le toma la mano y se la lleva a la pista de baile. Nanjiro lleva a Sumire también a bailar. Debido a que eran los anfitriones y dueños del castillo eran los que comenzaban al centro de la pista el vals, mientras los invitados observaban algunos minutos para integrarse de a poco.
Ya al centro, Ryoma alza la mano izquierda de Sakuno, mientras que su mano derecha la posa en su cintura y la de ella en el hombro del chico. La ojicafes le costaba respirar debido a los nervios de la situación, no podía mantenerle la mirada, observando para todos lados excepto hacia donde se encontraba el chico. En eso siente que una mano toma su mentón y la corre lentamente hasta posarla frente a él.
-No desvíes la mirada, recuerda que eres el centro de atención en este minuto, da el ejemplo.-Le dice Ryoma secamente.
-Ha..Hai.-Contesta tímidamente Sakuno.
La música comienza a sonar y las dos parejas comienzan a moverse al son de ella. Sakuno estaba algo aliviada de que sus padres le hayan obligado a practicar el vals cuando era pequeña, pero aún así los nervios la traicionaban y en un paso, piso un pie de Ryoma, este solamente hizo una mueca de dolor pero aun así siguieron bailando después de una leve disculpa por parte de ella. La música aceleró un poco el paso, dando un poco más de giros y en una parte Ryoma toma la cintura de Sakuno levantándola unos centímetros. Después de eso los invitados comenzaron a integrarse de a poco.
-Eres muy liviana.-Le dice Ryoma y Sakuno mira hacia al suelo sonrojada.-Pero aún así pisas como si fuera un pie de gigante.- Sacándole la lengua terminando la frase.
Sakuno lo mira molesta e infla los mofletes.
-Mooou…eso paso porque estaba muy nerviosa.-Contesta con un hilo de voz.
Ryoma solamente queda mirando sus reacciones, sin decir palabras, cambiando su expresión por una un poco más nostálgica mientras la música disminuía otra vez su velocidad. Por que al mirarla se le hacía endemoniadamente tan familiar. El tenía una misión y consistía en protegerla, pero eso se lo habían dicho cuando su abuela y ella habían llegado al castillo. Antes de eso no tenía noción de su existencia. Sin pensarlo, su cuerpo comenzó a moverse por si solo, llevando sus dos manos a la cintura de la chica, presionándola a su cuerpo, haciendo que la ojicafe posara sus dos manos contra su pecho producto de la sorpresa.
-Ry…Ryoma-kun.-Le dice totalmente sonrojada.-Que sucede.-
Pero Ryoma no reaccionaba, solamente hundía mucho más su cabeza a su cuello sintiendo el aroma que desprendía de ella. Sakuno comienza a cerrar sus ojos y a acurrucarse más al chico, se sentía bastante agradable, hasta tal punto de no sentirle miedo ni vergüenza, ya que estaba tan en penumbra que nadie los podía identificar.
Pero la calma se vio interrumpida. Las ventanas del gran salón comienzan a romperse y de ellas aparecen muchos hombres vestidos de negro, tapados completamente. La gente comienza a gritar cuando estos empiezan a bajar del techo.
Ryoma no deja a Sakuno, mientras que ella, aterrorizada se apega más a él viendo todo lo sucedido.
-¡Que está pasando!-Grita la chica.
-¡Ryoma!-Nanjiro iba corriendo junto a Sumire donde se encontraban los dos chicos.-Llevate de inmediato a Sakuno, yo me encargo de cubrirte la espalda junto a Sumire.-
Y sin más remilgos, el chico obedece, tomándola en brazos y saltando a una viga del techo. Producto del impulso, Sakuno se agarra firmemente del cuello del chico, solamente había visto esos saltos en los ninjas de su país, nunca se había imaginado que el chico también sabía esas técnicas.
Ryoma otra vez da un gran salto, saliendo por una de las ventanas encontrada a gran altura del piso. Antes de que los dos cayeran al suelo, Ryoma grita fuertemente.
-Karupin!!-
Un felino los recibe en el aire, era bastante grande, ya que cabían los dos sin ningún problema en su lomo. Sakuno lo ve y se fija que era el mismo gato que casi le da con la piedra, pero sus facciones eran distintas, mucho más agresivas y salvajes, sin mencionar el tamaño que el triple y además que podía volar.
Mientras observaba, Sakuno mira atrás de Ryoma, colocándose pálida para la sorpresa de él que la miró al instante.
-Que sucede.-Pregunta él y viendo que la chica señalaba algo detrás de su espalda, fija su mirada en aquello.- ¡Mierda! ¡Más rápido Karupin!-
El felino apresuro el paso. Un gran dragón negro los estaba siguiendo, guiado por uno de los hombres de negro que habían entrado al castillo. Sakuno se pega más al cuerpo de Ryoma producto de la velocidad que había tomado el felino. Aún así el dragón ya los estaba alcanzando. Una flecha roza a los dos chicos, seguida de otra la cual logra hacerle daño en el rostro a Ryoma.
-Ryoma-kun, tu rostro.-Lo mira aterrada, viendo que sangraba bastante.
-¡No te preocupes por eso!-Contesta el chico.-Ahora, sujétate del cuello de Karupin lo más fuerte posible.-
-Que es lo que vas a hacer.-
-¡Solo hazlo!-
Dicho eso, la chica obedece y Ryoma con gran agilidad se para en el lomo de Karupin mirando hacia el enemigo, el cual no dejaba de lanzar flechas mientras que Karupin lograba esquivarlas, pero con dificultad para que su dueño no se cayera al vacío.
Ryoma lleva su mano debajo de su capa y por arte de magia aparece un arco y la capa se transforma en el sujetador donde llevaba una gran cantidad de flechas.
El chico toma una de las flechas y lo apunta hacia el enemigo, al soltarla esta se multiplica, encendiéndose en llamas y justo al llegar al enemigo forman una gran bola de fuego derribando al enemigo, pero justo antes de que cayeran al vacío, el dragón logra pegarles un coletazo, haciéndole daño a Karupin y cayendo los tres al suelo.
Mientras caían Sakuno gritaba teniendo a Karupin en sus brazos, ya que por el golpe el felino volvió a su tamaño normal quedando inconsciente.
-Que haremos, vamos a morir aquí.-Dice en su mente la chica con los ojos cerrados mientras caían.- No puedo, no puedo…mis padres…-
Lagrimas comienzan a correr por sus rostro mientras pensaba en su familia, pero una mano logra tomarla por la cintura, pero aún seguían cayendo. Abre los ojos llenos de lágrimas. Era Ryoma quien los había logrado alcanzar. Toma su cabeza y la pega contra él tratando de protegerla a ella junto a Karupin.
Estaban a punto de chocar contra el suelo cuando una mano logra alcanzarlos, tomándolo de la capa de Ryoma la cual había vuelto. Los dos chicos abren los ojos lentamente y miran al sujeto que los había salvado. Sakuno lo desconocía, pero al parecer Ryoma si sabía quien era, ya que emitió una pequeña sonrisa. Después de eso Sakuno no recordó nada más, debido a que perdió el conocimiento en los brazos de Ryoma.
Un rayo de luz logra escabullirse por un orificio que había dejado la cortina de la pequeña cabaña que se encontraba en la mitad de un lindo prado. Logra llegarle al rostro de la chica que dormía placidamente en la cama que se encontraba dentro de la casita de madera. Abre los ojos lentamente. No ve a nadie, solamente una chimenea al frente de ella, una pequeña mesita junto a la cama con un baso de agua y junto a ella una puerta. Se incorpora lentamente, ya que aún estaba mareada. Abre la puerta de la habitación, entando a la salita de la casa. En la cocina que estaba incorporada a la sala había una olla hirviendo y echando agua, corre para apagar el fuego, en eso se da media vuelta y comienza a observar la cabaña.
-Donde estoy…-Se dice así misma, tratando de recordar lo que había pasado.- Recuerdo que estaba cayendo junto a Ryoma, y después…-
Un fuerte golpe se escucha asustando a Sakuno, era la puerta de entrada, donde había una chica con mucha leña en los brazos. La ojicafe corre para tomarle algunos trozos de madera.
-Muchas gracias, ya me estaba matando el peso.-Le dice dejando la leña junto a la chimenea.-Ya se está acercando el invierno y por aquí es bastante helado.
Sakuno la queda mirando, era una chica de cabello debajo de las orejas tomado con dos pequeñas orquillas a los lados, ojos bastante llamativos y de color de un tono gris oscuro casi petróleo, era bastante atractiva, llevaba un vestido muy simple de un solo color, verde oscuro. Como no respondía nada, la chica se le acerca tomándole de las dos manos.
-Que mal educada soy, me llamo Ann Tachibana y soy la dueña de esta pequeña casa.-Se presenta la chica cortésmente.-
-Soy Sakuno Ryuzaki…-Le responde Sakuno con una leve reverencia.-Dis…disculpa pero…que fue lo que pasó…porque estoy aquí.-
-OH, es cierto, Ryoma me pidió que te dijera que fueras afuera.-Le dijo Ann.-Se encuentra junto al río, saliendo de la cabaña.-
-Ah…hai…arigato.-Le agradece Sakuno haciéndole otra vez una reverencia.-
Saliendo de la cabaña se fija en el rio junto a esta, nota que Ryoma se encontraba sentada en una roca a la orilla de esta, en los brazos tenia a Karupin. Sakuno se acerca hasta quedar junto a él. Nota que en su mejilla había un parche, era la herida que le habían provocado con la flecha.
-Ryoma-kun…¿como te encuentras?
-Estoy bien.- Contesta secamente.
Se forma un silencio algo incomodo entre ellos.
-Karupin…esta…
-Recuperando.-
Sakuno mira para abajo. Cada vez que estaba con él sentía una sensación algo extraña pero no sabía el motivo, a lo mejor porque era hombre, pero con los demás era distinto a con él. Cual seria el verdadero motivo.
-Gomen…Ryoma-kun…demo… ¿donde estamos?-Pregunta Sakuno tímidamente debido a la mirada seria que tenia el chico.
-En la casa de la persona que nos salvó la vida.-Le contesta Ryoma parándose de la roca y volteándose para quedar frente a ella.- Yo…quería decirte algo…
-¿Mm?-Ladea un poco la cabeza como en signo que no entendía la situación.
-Quería decir que much…-
-¡¡Oooi Echizen, mira tenemos almuerzo!!-
Antes de decir algo, Ryoma fue interrumpido por un chico que se acercaba con una malla colgando de su espalda con muchos peces. Al llegar junto a ellos esboza una sonrisa triunfal debido a la pesca. Estaba con una camisa blanca y unos pantalones beige que se veían bastante usados.
-Echizen vamos a asarlos para el almuerzo.-Le dice el ojivioleta.-
Pero Ryoma se encontraba con los ojos cerrados y un leve tic en la ceja izquierda además de los puños apretados. Da media vuelta y comienza a caminar hacia un establo que había junto a la cabaña.
-¡Echizen!-Le grita el ojivioleta.
-¡Hazlo tu solo!-Grita enfadado Ryoma, perdiéndose de vista en el establo.
Sakuno no entendía nada, solo miraba confundida a establo por donde había entrado Ryoma. Después ve al ojivioleta, que era bastante alto, rascándose la cabeza.
-Ese Echizen, siempre hace lo mismo- Dice resignado el chico.
-A…anoou…-
El chico mira a Sakuno y ahí se da cuenta que no se habían presentado.
-Ah!, perdón, soy Momoshiro Takeshi-Se presenta con una gran sonrisa en el rostro.-Soy el que les salvó el pellejo hace un rato. Menos mal que llegue a tiempo o sino no estarían aquí para contarlo.-
-Arigato!!-Le hace una reverencia a Momoshiro.-Realmente te lo agradezco mucho, por ayudar a Ryoma-kun…-
-OH, no, no, no me o tienes que agradecer.-Le dice moviendo ambas manos.-Es mi deber como guardián.-
-¿He?-
-Momo!! Que estas haciendo ahí!!-Grita Ann mientras se acercaba a ellos.
-Ah!, solamente estaba hablando con Sakuno-chan, no seas enojona.-Le reprocha Momo.
-Como que enojona, tenemos que preparar el almuerzo y tu parado aquí no ayudas en mucho que digamos-contesta la chica.-, mueve tus pies y trabaja!.
-Anoou.-
Los dos chicos que peleaban se voltean y ven a Sakuno algo incomoda.
-Ah!, perdón Sakuno-chan.-dice Ann algo avergonzada por la escena que acababa de presenciar.-Acompáñanos a preparar el almuerzo.-
-Si no fuera mucho la molestia, me gustaría saber…que quieres decir con tu deber de guardián, Momo-chan.- Pregunta Sakuno algo tímida.
-¿Que?, ¿Echizen no te ha dicho nada?-Pregunta incrédulo.
-Es normal en él, nunca dice nada, es muy reservado.-Le dice Ann resignada.-Pero, es mejor que te lo diga él todo lo que ha estado ocurriendo. Anda por mientras que nosotros preparamos el almuerzo, los llamaremos cuando esté listo.-
Toma a Momo de una oreja ya que este comenzó a alegar. Sakuno los mira divertida y comienza a caminar hacia el establo. Al entrar, nota que Ryoma se encontraba acostado en un montón de paja que hacía de colchón. Sakuno se acerca sigilosa para ver si dormía o no.
-Que es lo que quieres.-Habla Ryoma sorprendiendo a Sakuno.
-AM, perdón si te desperté.-No responde. Sakuno se sienta en un banquito de madera junto a Ryoma.- Etto… ¿que es un guardián?
Ryoma la mira y se incorpora rendido. Se sienta junto a ella en el banco y comienza a mirar a Karupin que se encontraba jugando con la cola del caballo que se encontraba ahí.
-Momo no se puede quedar callado ¿verdad?-Se rasca detrás de la cabeza.-Ya no vale la pena ocultártelo de todas formas. Imagino que haz escuchado de la leyenda de los Elementos.
Sakuno asiente. Era una leyenda muy conocida por todo su país y sus padres desde chica que se la contaban y últimamente su abuela también. Era bastante interesante la historia, pero el final bastante triste.
-Muy bien-La mira y se pone más serio de lo normal.-Tu eres parte esencial de aquella leyenda y de la guerra que se está formando en el mundo.
Continuara
Bueno, aqui termina mi primer capitulo , espero que le haya gustado y cualquier critica comentario o algo dejenme un review
Los veo en el segundo capitulo
bye bye
