Solo se encontraba en esa escuela, nadie lo comprendía, lo discriminaban por sus gustos… él no tenía la culpa de su sexualidad. Nadie en su familia lo aceptaba, ni siquiera sus padres, que fueron los que le dieron la vida, desde un principio lo odiaron cuando comenzaron a notar su actitud afeminada, también. Ya no le importaba nada… absolutamente nada, de nada. Si el moría ya sabía que nadie lloraría, por eso quería eso… la muerte… no sentiría nada, solo la oscuridad rodeándolo, solo libertad. Podría hacer lo que siempre quiso, SER LIBRE.

Conseguí lo que necesitaba no solo ser libre, sino que también librarme de la criatura que llevo en el vientre… esta personita, sé que no tiene la culpa de lo que me hizo ese hombre; pero si sigo con vida cada día de mi vida me lo recordara, la violación y a ese maldito desgraciado. Es tan doloroso sentir eso. Sin embargo, ahora ya no siento nada, solo mi cuerpo que cada segundo pierde su vitalidad. Ya no recuerdo como decidí este camino.

Veo a un joven caer del puente, noto que cierra sus ojos como si esperara ese momento…como si fuera su salvación de este mundo; pero quiero salvarlo. No me importa que no lo conozco, aunque sienta que si lo hago, solo quiero salvarlo… no me importa que, quiero verlo. Como si mi vida fuera la que dependiera de él para vivir, me arroje al agua a salvarlo. El agua en esa época del año era una muerte segura, estábamos en invierno, seguramente si no lo sacaba rápido moriría de hipotermia.

El chico salto al agua, que se hallaba helada. Su cuerpo toco el fondo, ahí era donde se encontraba el joven suicida. Salió del estanque y ni bien lo hizo tomo una gran bocanada de aire para poder recuperar el aire que haba perdido. Le importaba un comino si a él le pasaba algo solo estaba preocupado por el joven que, en ese instante, estaba en sus brazos y sin moverse, lo cual lo tenía muy inquieto, no podía ocurrírsele otra cosa que llevarlo a su coche y cubrirlo con el abrigo que poseía en el asiento del conductor… llegaron a su casa. Prendió la chimenea y deposito el cuerpo inerte del muchacho en el suelo. Comenzó a revisar sus pulso cardíaco el cual noto normal, seguía con vida. Fue a la habitación y busco ropa seca para ambos, más mantas y sabanas. Llego a la sala, él ya se había cambiado, le saco las ropas al joven de piel porcelana y las cambio por unas secas. Acto seguido él se cubrió con ellas y con el calor de su cuerpo sería suficiente para que el frío del cuerpo muchacho disminuyera. Estaba vivo y lo había salvado eso era lo único que ahora le importaba. Se dio cuenta que el joven estaba recuperando la conciencia y al abrir sus ojos noto que lo habían socorrido; pero quien lo querría con vida… era su pregunta.

– Veo que ya despertaste. – dijo una voz a sus espaldas. Que se hallaba rodeándolo con su brazo y sonriéndole de manera cálida. – ¿Cómo te llamas?

No sabía dónde me encontraba… por instinto, me resultaba familiar, me levante y trate de correr, pero caí al suelo. Me agarre el vientre y pensé que me había deshecho de la criatura, pero creo que no… el chico de cabello enrulados se acerco a mí y me alzo para depositarme en el sofá y cubrirme con las mantas… lo más raro fue que me sentía cómodo en ese ambiente y con esta persona desconocida. Abrí mi boca de manera de inconsciente y le dije mi nombre:
– Me llamo Kurt. Kurt Hummel. – lo dije casi en un susurro, mis parpados me pesaban y el sueño me vencía. Y fue entonces que note que él me decía su nombre y solo escuche su hermosa voz, "Blaine" fue lo que salió de ella.

Kurt que nombre tan precioso para esta criatura que se quería quitar la vida… note que se estaba quedando dormido… solo dije:
– Yo me llamo Blaine, Kurt. – dije y cuando me di cuenta el chico se hallaba dormido. – Mañana ya te preguntare lo que te sucedió para que trates de hacer esa locura. Ahora descansa.
Deposite un beso en su frente. Que ya estaba caliente. Lo habré hecho porque el desprendía tanta ternura que no me pude resistir.

Blaine se fue a su habitación, a dormir. Pensando que pasaría mañana, ya había reaccionado más, Kurt tendría bastantes cosas que contarle. Se durmió con esos pensamientos.
Por otra parte Kurt estaba teniendo pesadillas, mientras se movía descontroladamente y repetía el "aléjate de mí" "¿Por qué me haces esto?"…