Disclaimer: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima. "Este conjunto de drabbles participa en el reto Mes de Apreciación: Julio 2016 - "Natsu Dragneel" Del Foro GJM." La canción "Dust in the wind" pertenece a Kansas.

Personajes: Natsu Dragneel, Igneel, Lisanna Strauss, Lucy Heartfilia. Natsu/Lucy.

Extensión: 342 palabras.

Notas: No me convence. Consideré darme por vencida y no entregar pero ya qué, aquí estoy peleando con FF para poder publicar. Ciertamente creo que me pudo haber quedado mejor, no se asemeja a mí idea inicial y Natsu ni siquiera me gusta, pero como dije aquí estoy; tuve un buen sorteo que me permitió angst y con eso soy feliz. Además he estado algo corta de inspiración así que más me vale ir empujando las ideas fuera.

En cuanto vi que mi hecho era "Cenizas" me vino la inspiración basada en una de las más grandes y hermosas canciones jamás escritas, y es por eso que tanto el título de la colección como los títulos de cada drabbles hacen referencia a "Dust in the wind" de Kansas.

Drabble 1. Hecho: Cenizas.

.


Polvo en el viento.


I.

And the moment's gone.


La primera vez que pierde algo es apenas un niño, ni comprende ni tolera el sentimiento, solo concibe llenarse de impotencia y deja pasar los días y las noches, testarudo. Volverá, parece decirse.

Natsu no alberga demasiados recuerdos, no los suficientes para asegurar a ciencia cierta cómo fue su principio, pero sí sabe que hubo un cambio. Igneel es un antes y un después, comprende eso, que todo es —fue, se recuerda— diferente con él, que en un momento de su vida lo significó todo.

Hay una línea, entre la soledad y la alegría, entre el miedo y el cobijo, entre la desesperanza y el amor. Esa línea era él, que lo resguardaba bajo sus enormes alas como un padre a su hijo.

Ahora se ha ido, como fuego que se apaga.

Deja que las lágrimas le inunden las mejillas cuando grita al viento porque no es justo. De pronto se siente como un niño desamparado y juraría que había olvidado esa sensación a su lado —pero ya no está más—. ¿Por qué?, se lamenta; ¿a dónde?, se cuestiona. Le molesta ser tan insuficiente, sentirse de la nada incapaz de responder, incapaz de continuar andando sin él. ¿Cómo? De qué manera podría avanzar hacia el mañana sin tener un pasado.

¿Qué debería hacer?

El peso de ser un niño insignificante le aplasta los hombros al comprender lo inútil que resulta, al preguntarse si siempre ha sido así. Mantiene, sin embargo, su figura en pie sobre las cenizas de lo que ha sido un lazo. Porque él no es solo un niño, es un niño tonto y los niños tontos nunca comprenden la gravedad de la situación. Sí, así es, eso es todo: no es tan grave.

Sonríe vagamente y se limpia las lágrimas al pensar eso, que solo tiene que encontrarlo. Solo debe hacer eso, seguir sus pasos, los escombros que ha dejado tras su partida, y llegar nuevamente hasta aquel que ha llamado padre.

¿Verdad?

La brisa le agita el cabello y parece susurrarle un «no.»

Su corazón le susurra «sí.»


Sería, veré qué tan bien me va subiendo lo demás.