TEAM FORTRESS 2 ES UN VIDEOJUEGO DE VALVE
Aquel había sido el mejor sexo que había tenido nunca, sin bromear. Era una lástima que no se lo pudiera decir a nadie; primero, porque no quería romperle el corazón a Scout y, segundo, porque estaba seguro de que había una cláusula sobre relaciones en alguna parte de su contrato, y si no había, la vieja haría todo lo posible porque perdiera la cabeza de todas formas. Una pena. Pero al menos había sido divertido.
Demoman, después de pasar un momento tumbado con el ojo cerrado, se volvió con una sonrisita pero Miss Pauling no ya estaba a su lado. Alzó la cabeza y vio que había dejado la cama y estaba recogiendo su ropa del suelo. Sonrió y se tumbó de nuevo, soltando un suspiro:
- Vuelva aquí, señorita. Se está calentito.
No llegó a ver la expresión de fastidio en la cara de Miss Pauling y si la hubiera visto, hubiera dicho que se debía a que se había encontrado su sujetador hecho trizas.
- Vale, lo pillo-la sonrisa del escocés se ensanchó un poco-. Es hora de hacer como que nada de esto ha ocurrido, ¿verdad?
- Sí. Espero que lo entiendas...
Demoman abrió la boca pero la cerró inmediatamente. Sería mejor que se guardara sus pensamientos para sí mismo.
- Sin problemas. He pasado por eso antes.
- Bien.
Tenía un cuerpo bonito, pensó Demo, y una cara muy hermosa. Él siempre había dicho que las mujeres así eran las más peligrosas...y ese era precisamente su tipo favorito de mujer, con la que le gustaba pasar el tiempo durante su tiempo libre. Sin embargo, nunca habría pensado que llegaría a acostarse con Miss Pauling. Siempre había pensado que la chiquilla era mona y su madre a veces decía que debería casarse con ella antes de que fuera demasiado tarde, ya que era la única mujer que conocía de verdad. Pero algo le había pensar que Miss Pauling no estaba hecha para estar en una relación, y menos con un cíclope negro y escocés como él. Lo que había pasado aquella tarde había sido una sorpresa para él; él tenía la excusa de haber bebido un montón pero, ¿y ella?
La chica, medio vestida, fue al espejo a peinarse.
- Vamos, Demo, levántate. Tenemos que volver pronto a la base.
- Cálmese, señorita Pauling, diremos que había tráfico, ninjas, minas en el camino de vuelta...No sé, algo. Les importará un bledo, de cualquier manera.
- A la Administradora no.
- ¿Por qué? ¿Cree que sabe...?
- No. Vamos, creo que no. Pero tengo que volver a su lado lo antes posible, así que, por favor, mueve el culo.
La cama estaba tan calentita y cómoda y se sentía tan perezoso que le resultó difícil levantarse. Mierda, sólo quería dormir.
- Ha estado bien, ¿verdad?-sonrió.
Miss Pauling no respondió. Demoman se volvió hacia ella pero no pudo ver su cara porque fue casi corriendo al baño.
- Creo que tus pantalones están en el ventilador-la oyó decir al poco tiempo.
Claro, aquello no había pasado nunca.
Ella tenía razón, sus pantalones colgaban encima de su cabeza, pero Demoman no fue a cogerlos pronto, sino que primero vagó por la habitación desesperadamente lento, buscando el resto de su ropa. Su mente empezaba a funcionar de nuevo gradualmente, y la primera cosa que se preguntó fue si había usado condón. Miró a su alrededor pero no vio ninguno. Entonces, la cara horrible de la Administradora reemplazó aquel pensamiento y le animó a moverse con más rapidez. Pobre Pauling, ¿cómo podía trabajar para una mujer como esa? Tal vez esa era la razón por la que habían terminado en la cama, porque necesitaba olvidarse de ella y divertirse por una vez. Quizás. No tenía ni idea. Estaba empezando a echar tanto de menos el alcohol...
FIN
