La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen.

ADVERTENCIAS:

- Contenido para adultos que puede herir susceptibilidades si piensa que no será de su agrado, por favor no lea.

- Este es un Omegaverse y todo lo que conlleva, si no le gusta este tipo de dinámicas entonces este fic no es para usted.

Como ya se menciona en el summary, la dinámica es Alfa David y Omega Regina, algo propuesto por mi querida Autunmevil5

Espero puedan disculpar cualquier error.

Agradecimientos para Autumnevil5, P.D. Una vez más, aquí esta tu fic ;)


Harta. Así estaba Regina, harta de tener que estar conviviendo con los héroes y el pirata idiota que la entregó en sacrificio a Greg y Tamara. Obviamente si eso no se tratara de Henry no estaría ahí, en esa isla con todos ellos.

Se detuvo momentáneamente sin que se dieran cuenta los demás. Se sentía un poco débil, en los últimos días había absorbido una maldición de la muerte, había lidiado con la tortura psicológica que había sido su madre, con su muerte, había sido torturada cruelmente, había detenido el diamante detonador que se suponía acabaría con Storybrooke y ahora corría con los héroes por la jungla de Neverland en busca de su hijo.

No sabía cómo es que estaba viva, lo único que sabía es que tenía que encontrar a Henry a como diera lugar antes de que Pan lo lastimara y en cuanto lo pusiera a salvo podría entonces detenerse a pensar en ella y su salud, de momento no podía hacerlo.

Siguió avanzando lo más rápido que pudo para alcanzarlos, se percató que David le miraba sospecho, seguramente se dio cuenta que se había quedado atrás y pensaba que estaba tramando algo. Le miró desafiante y el príncipe apartó su mirada.

Regina luchó por contener las lágrimas, se sentía tan desesperada porque su pequeño príncipe estaba en peligro y Pan le había dejado un mapa inservible a Emma con un juego absurdo que la "salvadora" no pudo descifrar y ella había tenido que usar un hechizo para llegar hasta él y por consiguiente a Henry, algo que se suponía no debían haber hecho pero era una madre angustiada por su hijo y no le importaba, ella iba a salvar a Henry

- Nadie está aquí - dijo Snow con la voz cansina tras la reina - Quizá tu hechizo estaba mal, Regina - renegó

- Sí - volteó a ver a la princesa - Cúlpame… otra vez - por supuesto que iba a culparla de todo lo que pasara como siempre. Ya quería volver a casa para alejarse de los héroes.

Siguieron avanzando tras el mapa hasta un lugar que estaba hacia abajo por lo que tuvieron que ir en esa dirección. Estaban terminado de bajar cuando la rubia se adelantó

- Esperen - dijo pasando por un lado de David - Es… ese es… ¡Henry! - gritó acercándose a la figura de espaldas que veía traía el abrigo de su hijo

- Emma, no… - intentó la reina frenarla y acercarse también - Ese no es Henry - pero el príncipe se interpuso en su camino dándole la espalda y no estaba segura si no se dio cuenta que le bloqueo la pasada o si lo hizo para impedirle pasar. Lo rodeo y siguió tras la rubia seguida de todos los demás.

La figura parada de espaldas dio la vuelta revelando el rostro de Pan - Hola, Emma - dijo con serenidad pero burlándose claramente y deteniendo el andar de todos al mismo tiempo - Hicieron trampa - comenzó a andar rodeándolos - Esperaba más de ustedes -

- Danos a Henry - dijo el príncipe molesto

- Oh, no… príncipe - dijo el supuesto niño perdido - No es momento de los héroes, solo quiero jugar, déjale esto a la inexperta -

Mientras hablaba y andaba miraba de reojo a Regina. Desde que supo que había puesto un pie en la isla sabía que la reina era la única oportunidad que tenían de vencerlo, no por nada había sido quien sin saber salvó a Henry de que lo tuviera en su poder cuando nació. Para distraer la atención se había centrado en la supuesta salvadora para que Regina se mantuviera al margen pensando que su intervención era innecesaria, pero tal parecía que la ex Reina Malvada no se quedaba tras la línea tan fácilmente.

Era una pequeña rebelde acostumbrada a imponer, a marcar sus propias reglas y a que generalmente se doblegaran ante ella y que inclusive sus enemigos le siguieran si eso era lo que deseaba. La miró fijamente por unos segundos y entonces se dio cuenta… La iba a apartar del camino y de paso se iba a divertir como nunca viéndolos luchar entre sí, unos contra otros.

Atrapó el mapa que flotaba frente a él con su mano mientras les observaba, el príncipe, el pirata, la salvadora, la princesa y la reina, sonrió de lado

- Solo dame a mi hijo y nos iremos - habló Regina, se escucha muy molesta pero David pudo percibir la desesperación en su tono de voz

- ¿Cuál sería la diversión en eso, majestad? - dijo Pan viéndola con aires sarcásticos - No debiste usar magia - chasqueó su lengua varias veces como reprobando claramente el comportamiento de la reina - Estaba en contra de las reglas pero sé que estás muy acostumbrada a hacer lo que tú quieres porque piensas que verdaderamente tienes el poder de hacerlo - sonrió con malicia.

Regina no entendía las palabras del niño perdido, estaban fuera de contexto ¿Qué tenía que ver esto con ella? Se había llevado a Henry y quería que Emma salvara el día, tenía en claro que ella no jugaba un papel importante en ese juego pero eso no quería decir que se quedaría atrás esperando a que rescataran a su niño por ella. Daría la vida por Henry si fuese necesario

- Si tengo o no poder, no es algo que importe en estos momentos. Quiero a Henry. Ahora - le miraba desafiante y su porte era altivo, no se iba a dejar intimidar por él.

Pan desapareció dejándoles a todos confundidos por unos momentos para después aparecer frente a la reina quien dio un pequeño paso hacia atrás porque eso la espantó un poco y los demás sacaron sus armas para atacar si era necesario

- A los tramposos se les saca del juego, majestad. Lo sabes perfectamente - podía ver que la estaba descolocando porque no tenía ni idea de a qué se refería con todo eso - Haremos algo - habló separándose de ella y rompiendo la tensión del momento - Espero que extrañen el Bosque Encantado y sus… divertidas reglas naturales - sonrió de lado nuevamente al tiempo que se paseaba cerca de todos ellos y los pudo ver abrir los ojos un poco grandes a todos seguramente por la sorpresa

- ¿Qué? - preguntó Emma frunciendo el ceño, solo había estado una vez en el bosque y no estaba segura de a qué se refería pero sí era esa estupidez biológica jerárquica se iba a aventar al agua de nuevo, había sido la cosa más horrible que vivió allá

- Eso no nos afecta - dijo Snow muy segura apuntando con su arco y flecha hacia la figura delgada del niño perdido

- Ya saben que la naturaleza llama - dijo Pan con fingida inocencia

- ¿Cómo se supone que eso nos afectará? - preguntó el príncipe - Somos tres alfas y dos betas capaces de comportarse perfectamente - volteó a ver a Hook quien asintió lentamente, entonces supo que el pirata no podía controlarse y se sintió inseguro ahora de lo que había dicho porque Emma era una inexperta en eso también, tal cual lo había dicho Pan ya

- Dejaré que ustedes solos se den cuenta, príncipe - su sombra llegó acechándolos a todos. Se acercó nuevamente a Regina quien le miraba con extrema desconfianza - Tu madre era muy lista, lo único que le importó siempre fue el poder y era capaz de hacer cualquier trato con quien fuera con tal de tenerlo - le dijo, la mirada de la reina se tornó confusa - Acostumbrada a ser la reina… espero puedas con tu realidad - bajó la voz para que solo ella pudiera escucharle mientras la sombra comenzaba a volar en círculos sobre ellos distrayendo a los demás - Y si sobrevives a tres alfas - dijo con énfasis y la vio abrir su boca como sorprendida, tal parecía que al fin estaba comprendiendo lo que pasaba y lo que pasaría - Veré gustoso como pierdes todo tu poder y te someten a una vida de opresión - se alejó de ella.

Una nube similar a la de la maldición se acercaba a ellos, todos se movieron a donde una perpleja Regina se había quedado parada esperando sentir los efectos de su naturaleza biológica en ellos

- Salvadora - llamó Pan a Emma y le aventó el mapa - Sigue el juego y espero esta vez hagas lo que pedí - y se fue corriendo

- Muy bien - habló Snow - Mantengamos la calma. Nada pasara. Podemos sobrellevar esto. Solo somos nosotros. Los niños perdidos y Henry no se verán afectados porque son muy jóvenes. Emma, cariño - llamó a su hija - No te preocupes, tu padre y yo te ayudaremos a que te controles como lo hice en el bosque - le sonrió. Afortunadamente ninguno de ellos era un omega porque eso causaría serios problemas, la situación se saldría de control y sería casi imposible controlar a tres alfas.

David podía sentir el pequeño cuerpo de la reina temblar, la espalda de ella estaba apoyada en su brazo izquierdo y no entendía por qué Regina debía estar asustada, era una beta y aunque ellos fueran alfas no corría ningún riesgo.

No sabía qué pensar o qué sentir, su madre la había engañado durante toda su vida haciéndola pasar por una beta cuando en realidad era una omega porque de haber dejado al descubierto su naturaleza jamás habría podido acceder a ninguna clase de poder, una omega no era, bajo ninguna circunstancia, una reina aceptable y ahora lo estaba entendiendo todo. Un trato… de seguro el Oscuro colaboró gustoso con ella. Los odio a ambos, no lo pudo evitar.

Se pegó más a la figura tras ella mientras sentía el pecho oprimido, no tenía educación como omega, no sabía cómo ser una omega, no sabía nada ellos. Solo sabía que si entraba en celo quedaría a merced de tres alfas que la odiaban y que podrían hacer con ella lo que quisieran.

Tenía que alejarse. Comenzó a avanzar hacia los árboles - Regina - escuchó al príncipe llamarle pero no volteó

- Regina - se escuchó la voz de la princesa.

Se sentía asustada por ella y por su pequeño príncipe, no podía creer lo que iba a suceder y su niño… ¿Cómo iba a poder ayudar a su hijo así? ¿Qué iba a pasar con ella? Se detuvo en seco cuando Pan le apareció enfrente de nuevo, arrojó un polvo extraño sobre ella y Regina pudo sentir claramente como un hechizo era arrancado de su cuerpo

- ¡Regina! - gritó David pero en ese momento la nube les alcanzó.

Por un momento no vieron nada, hubo un poco de confusión mientras todos iban sintiendo como ese ser dentro de ellos surgía y los olores de todos comenzaban a hacerse evidentes.

El dolor se apoderó de todo su cuerpo y estaba segura que de su alma también, se dobló y gimió audiblemente sin poderlo evitar al tiempo que la nube se disipaba por fin. Se dejó caer de rodillas, se abrazó a sí misma y apretó sus ojos mientras sentía el cambio en ella. Por Dios, era una omega… sus ojos se llenaron de lágrimas

- No… no - susurró levemente sintiendo las lágrimas correr por su rostro. Se arrastró lo mejor que pudo hasta el tronco de un árbol y jadeó entrecortadamente cuando algo comenzó a quemarse dentro de ella y se hizo un ovillo en el suelo apretando sus brazos fuertemente alrededor de su cuerpo.

Los demás se miraban unos a otros respirando un poco agitados como reconociéndose y de pronto se vieron afectados por el fuerte olor de un omega sin reclamar y entrando en celo. Las miradas de todos se tornaron confusas y de pronto David volteó a ver a la reina pegada a un árbol, hecha un ovillo y temblando.

Una omega, Regina era una omega, era la omega en celo y estaba en un grave peligro porque ellos eran tres alfas… sin un vínculo. Por más que el alfa quisiera a su beta entre ellos no podía existir la fuerte conexión entre un alfa y un omega, y el alfa interior de David se crispaba al ver, oler y escuchar a la omega en celo sufrir.

Las feromonas de la reina comenzaron a sentirse más fuertes, les estaba llamando, David intentaba con todas sus fuerzas frenarse, estaba listo para defenderla de ser necesario pero no quería acercarse mucho porque estaba seguro que su alfa no se iba a poder contener, se podía salir de control y no podía dejar que eso pasara. Si todos se mantenían alejados nada pasaría, no había nadie más en la isla que ellos.

De pronto vio que el pirata comenzaba a caminar en dirección de la reina y David se le fue encima sin pensar. Su reacción fue inmediata, era obvio que Hook no se acercaba a ella para asegurarse que estuviera bien y la había dejado hacía... ¿un día, dos? a merced de dos tipos que querían torturarla hasta matarla. Muy seguramente sería muy cruel con ella si lograba tomarla

- ¡Emma, no! - gritó Snow deteniendo a su hija, la tumbó al suelo y se subió sobre ella - Cariño… Calma - sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Cómo es que Regina era una omega? Estaban en peligro y en un grande aprieto con una omega en celo. No podía permitir que Emma llegara hasta Regina, no sabía cómo controlarse, podía lastimarla y crear el vínculo sin querer. Además era la ex Reina Malvada, no podía dejar que su hija se uniera a ella de esa forma. Tenía que protegerla.

Los dos alfas se peleaban a unos pasos de ellas, Hook logró herir a David en un brazo con su garfio y el príncipe entonces se levantó y sacó su espada, el otro alfa hizo lo mismo. Se iban a matar…

Podía sentir como el estrés de Regina aumentaba y eso removía algo dentro de David, lo único que tenía en su mente era mantenerla a salvo y cada vez soportaba menos el escucharla y olerla, estaba seguro que peleaba no solo por no permitir que le hicieran daño sino para ayudarla con su celo, su alfa interior se lo pedía a gritos.

Emma salió de debajo de Snow y se abalanzó sobre los otros dos alfas pero cuando llegaba a ellos Hook cayó sobre ella porque David le golpeó varias veces y ambos cayeron al suelo. El príncipe se paró frente a ellos imponente, bajando su espada porque no la alzaría contra su hija y no quería enfrentarse a ella por la omega pero lo haría si era necesario

- ¡David! - le llamó la beta - Llévate a Regina - le pidió mientras se acercaba a los alfas en el suelo, el pirata intentaba recuperarse

- Snow… - intentó rechazar la petición un poco inseguro porque lo que pedía no era cualquier cosa

- Lo sé. Pero tenemos que proteger a Emma - le dijo mirándole un poco suplicante - Y Regina necesita ayuda - debía estar loca para estarle pidiendo eso a su marido pero sabía que había formas en las que un alfa podía ayudar a un omega sin que llevaran las cosas muy lejos y David era un alfa que podía controlarse. Además jamás se perdonaría si su hija o Hook lograban ponerle las manos encima a la reina.

El príncipe agradeció las palabras de Snow y pudo sentir claramente que su alfa interior también porque sus manos comenzaban a temblar y su autocontrol a esfumarse.

Regina temblaba ahora con más intensidad, había escuchado ruido, gritos, estaba segura que habían peleado y el calor que sentía era insoportable, su ropa comenzaba a incomodarle porque cada parte de cuerpo estaba extremadamente sensible. Aferró sus manos temblorosas a su ropa apretando fuertemente, se la quería arrancar. De reojo pudo ver que tanto Emma como Hook estaban en el suelo y David de pie. Se mordió la lengua para evitar llamarle, la omega en ella lo quería, lo podía sentir. Apretó los ojos de nuevo porque le costaba trabajo mantenerlos abiertos.

Escuchó el leve gemido tras él y se acercó rápidamente a la reina, enfundó su espada y se agachó. En cuanto la tocó se asustó, estaba ardiendo, buscó su rostro con sus manos y lo alzó, quería saber en qué estado se encontraba. Ella apenas pudo abrir sus ojos y gimió suavemente, se veía aturdida seguramente por el celo que la había golpeado de pronto, además si no sabía que era una omega lo más seguro es que fuera su primer celo desde… siempre.

Cuando logró encontrarse con sus bellos ojos los vio nublados de excitación y algo dentro de él se encendió inmediatamente y la sensación fue a parar directo a su intimidad

- D-David - gimió en una súplica débil que escapó de sus labios, el tacto de David hacia contraste con su ardiente piel, se sentía bien y necesitaba más - Por favor - susurró muy bajito y después su cuerpo sufrió un pequeño espasmo

La súplica de la omega no lo dejó pensar más, pasó sus manos estratégicamente bajó ella y la alzó en brazos.

Soltó un lloriqueo cuando se vio levantada en brazos, cualquier movimiento hacía que sus ropas rozaran su piel y estaba demasiado sensible, sentía que sus pantalones y su blusa interior estaban muy ajustados y por Dios, necesitaba más de la piel de él, sentía una necesidad ardiente en su cuerpo, era la sensación más horrible que jamás había experimentado y el único alivio que había obtenido el príncipe lo había proveído

- Por fa-vor… por favor - jadeó suplicante y comenzó a frotar sus muslos porque lo que sentía se estaba volviendo demasiado, necesitaba que esa sensación se fuera y su cuerpo le pedía alivio de ese tipo así como también la cercanía y el toque del príncipe.

Volteó rápidamente con la omega en brazos hacia los demás, Hook seguía en el suelo, aparentemente la golpiza que le había dado fue suficiente para sacarlo del juego, Snow tomaba fuertemente del brazo a Emma mientras le decía algo y la rubia lo miraba fijamente a él al tiempo que asentía. Su hija estaba aceptando no pelear con él por la reina.

Giró de nuevo y emprendió el rumbo en búsqueda de un lugar apropiado para ayudar a la omega. No podía simplemente parar en medio de la jungla con ella, debía buscar un lugar cerrado, con agua y comida. Siguió andando mientras escuchaba los pequeños lloriqueos, sollozos y gemidos de Regina, estaba seguro que estaba ya muy lejos de su mente y solo estaba guiándose por lo que su cuerpo le exigía. Estaba ardiendo y podía oler su excitación y eso lo alentaba a estar más alerta por si alguien aparecía, no estaba seguro ya de que fueran los únicos en la isla y no iba a permitir que nadie le pusiera un dedo encima a la reina.

Su respiración se comenzó a acelerar conforme avanzaba, estaba muy preocupado por Regina, sabía que estaba sufriendo física y emocionalmente, escuchaba sus súplicas y como le costaba respirar. El estrés comenzó a invadirlo porque no encontraba sitio mientras apretaba más a la omega contra su cuerpo pero no se detuvo, siguió por unos minutos, avanzaba rápidamente gracias a su naturaleza de alfa, hasta que visualizó la costa y el barco.

Subió al mismo y buscó con rapidez y desespero la habitación principal del Capitán, la necesidad de Regina era urgente y honestamente él ya no podía contener el deseo. Tenía una urgencia por tomarla.

Entró a la habitación, y cerró con su pie la puerta tras ellos. Era un lugar no muy elegante pero había una cama limpia, una mesa y algo de espacio.

Caminó con su preciada carga en brazos hasta la cama y mientras dejaba a Regina sobre la misma no pudo evitar pegar su nariz a su cuello y aspirar su delicioso aroma al tiempo que apretaba más el agarre en su pequeño cuerpo, como si no quisiera soltarla por nada del mundo

En contra de su voluntad tuvo que hacerlo pero ella no aflojó el agarre que tenía con sus dedos en sus ropas

- Por favor - lloró de nuevo y el alfa tuvo que frenarse a sí mismo de tomar a la omega en ese mismo momento.

Respiró pesado varias veces como intentando contenerse, el enojo se apoderó de él porque no soportaba verla sufrir, no entendía qué pasaba, no era la primera vez que había estado en la presencia de una omega en celo y jamás se había sentido de esa forma. Era como si ella estuviera llamando no solo al alfa en él sino a su alma también.

Llevó su mano hasta su muñeca y ella gimió cuando sus pieles hicieron contacto, logró separar los finos dedos de sus ropas y la omega sollozó lastimosamente cuando dejó de tocarla y después la vio estirar su mano temblorosa hacia él, sus ojos seguían desenfocados y el aroma de su excitación incrementaba penetrando toda la habitación.

Apretó los dientes y fue hacia la puerta, no quería hacerla esperar porque estaba sufriendo pero no podía dejar sin cerrar, prácticamente sellar la puerta. Puso el cerrojo y la atrancó con un mueble no muy difícil de mover y mientras estaba en su pequeña pero importante labor los pequeños lloriqueos de la reina se volvieron un llanto audible

- ¡Duele! - gritó desesperada - Por favor…- necesitaba quitar la ropa de su cuerpo pero no podía hacerlo, sus movimientos eran descoordinados, estaba asustada y muy angustiada porque no entendía qué pasaba con ella - David… por favor - su llanto era desconsolado.

Empujó el mueble en su sitio asegurándose de que quedara todo bien sellado con algo de ira. Los ciclos de celo de los omega duraban tres días, era el tiempo que estaría ahí dentro con ella y esperaba que a nadie se le ocurriera buscarles e intentar entrar porque no se iba a poder contener, mucho menos a responder por sus actos.

Llegó a la cama, tomó una pierna de Regina quien se había hecho un ovillo sobre el colchón y sacó una de sus botas, siguió con la otra. Era obvio que la reina no sabía cómo ser una omega y de ninguna forma estaba preparada para esa situación y él no podía detenerse a explicarle, además que no le entendería en esos momentos porque no era ella misma

- Te voy a ayudar - le dijo - No dejaré que nadie te lastime y tampoco dejare que sufras - tragó pesado, se inclinó sobre ella para abrir su blusa color vino, con sus manos rompió su blusa interior negra dejando su brasier a la vista, la omega solo gemía e intentaba hacer contacto con su piel.

Acaricio lo que estaba al descubierto de su bello cuerpo y Regina se retorció bajo sus dedos, como si hubiese sido un pequeño toque mágico que había dado sobre su hermosa y suave piel.

Inhalo profundo dejándose embriagar por completo por el delicioso e incitante aroma de la reina. Bajó hasta su intimidad cubierta por los pantalones ajustados y ella jadeó entrecortadamente cuando pegó su nariz ahí aspirando y estaba empapadísima, su excitación era tal que los pantalones literalmente estaban mojados de su esencia y muy seguramente su ropa interior era ya un desastre.

Se irguió de nuevo, tomó sus ajustados pantalones de las orillas y los bajó hasta lograr sacarlos por completo. Podía ver lo desesperada que estaba, su frente estaba sudorosa, estaba totalmente sonrojada a causa del calor y la excitación, su pequeño y escultural cuerpo sufría temblores que ya no eran para nada ligeros. Subió sus manos de nuevo por sus piernas hasta toma su empapada ropa interior y sacarla al igual que los pantalones.

Jadeó suavemente cuando lo sintió acariciar su cuerpo, bajar sus pantalones y gimió quedito cuando la despojó de su ropa interior.

La tomó por los tobillos y la jaló hacia él, al borde de la cama donde estaba parado, podía verla retorcerse y lloriquear llamándole muy bajito, invitándole a tomarla. Se despojó rápidamente de su chaqueta y su camisa gris quedando desnudo de la cintura para arriba.

Cerró sus ojos un momento, sabía que Regina jamás le elegiría a él para lo que iba a suceder pero era el único que podía ayudarla, ella no sabía cómo controlarse y el sufrimiento de no tener un alfa la podía llevar a un estado total de desespero, algo que podía matarla con seguridad porque en esos últimos días le habían pasado mil cosas y ni siquiera se explicaba cómo es que seguía viva

- H-haz algo - jadeó entrecortadamente con lágrimas en sus pestañas - Haz que pare, por favor. Ya no soporto ¡Duele! - comenzó a llorar abiertamente - No puedo más. David… por favor - le suplicó en medio del llanto y fue suficiente para el alfa. Era todo lo que necesitaba.

Quitó su espada de su cinto y la arrojó al sueldo, abrió sus pantalones y los bajó junto con su ropa interior hasta que quedaron enredados en sus pies dejando al descubierto su hinchado y duro miembro que daba tirones por la anticipación de estar dentro de la omega.

La vio por una última vez para revisar su estado antes de entrar en ella, estaba muy agitada y observaba su erección con sus preciosos ojos nublados y para su sorpresa se mordió el labio inferior.

Sintió que se humedecía más si era posible al ver su miembro erguido ante la anticipación de tenerlo dentro. Lo necesitaba, por Dios que lo necesitaba dentro, era algo que no podía ni quería controlar, su cuerpo se lo estaba pidiendo a gritos y esa sensación ardiente que sentía por dentro la urgía a incitar al alfa a tomarla.

Ella jadeó su nombre nuevamente en un lloriqueo necesitado y entonces David colocó dos dedos en su intimidad y los metió de un solo empujón, fue como si le hubiese dado un latigazo al hermoso cuerpo de la reina que se agitó completamente y gimió de necesidad, estaba lo suficientemente dilatada para poder tomarla y anudarla sin lastimarla.

Sacó sus dedos, colocó la punta de miembro en su excesivamente húmeda intimidad, la sujetó fuertemente de la cintura para mantenerla en su sitio y se introdujo de una sola y firme estocada hasta el final. Oh Dios, su interior era tan apretado que no pudo evitar gruñir por la presión y porque su estrecho canal estaba ardiendo como ella.

Regina gritó y se arqueó violentamente en la cama al momento en que fue prácticamente atravesada por el miembro del alfa. Fue invasivo, le obligaba a ensancharse para él de manera repentina y eso la hizo retorcerse un poco incómoda, no era doloroso pero fue muy repentino y estaba tan llena de pronto que no pudo evitar sollozar quedito al tiempo que su sexo se apretaba de forma involuntaria alrededor de él.

Casi de inmediato comenzó a moverse aferrándola de la cintura sin darle tiempo de nada. La penetraba con ímpetu mientras la escuchaba lloriquear ahogadamente y sonrió porque sabía que era lo que ella necesitaba y él también - Sí… sí - gimió la omega encendiendo más al alfa.

Soltó su cintura para tomar con sus manos su brasier y lo rompió del centro dejando al descubierto sus increíbles y redondos senos que se movían al compás del ritmo que él imponía, ella enredó sus piernas alrededor de su cintura enganchándolas por detrás y comenzó a gemir sin descanso.

Regresó sus manos a su divina cintura y David se esmeraba en introducirse en ella hasta el final para de esa forma crear fricción en su hinchado y necesitado clítoris. La sensación de estar tomando a la omega era maravillosa, podía sentir su ardiente interior aferrarse a su palpitante miembro intentando atraparle dentro. Sentía el calor de su hermoso cuerpo en sus manos.

Aumentó la velocidad de sus embestidas haciéndola gemir dolorosamente, se sentía como poseído, quería reclamarla… Iba a reclamarla, la omega tenía que ser de él

- ¡Oh, Diooooos! - gritaba Regina. Estaba dándole lo que necesitaba y a pesar de estarla tomando fuerte y duro procuraba darle estimulación a su necesitado clítoris y su cuerpo era atacado por puro y delicioso placer y no quería que terminara nunca, quería seguirlo sintiendo, era la mejor sensación que jamás había experimentado en su vida y era lo que su cuerpo le había estado pidiendo a gritos desde que Pan la dejara a merced de su cruel realidad - David - gemía su nombre de vez en cuando en medio del placer con total abandono.

Cada que decía su nombre sentía que perdería la cordura, estaba fascinado al escucharla, le gustaba que se volviera más audible a causa del placer que él le estaba dando, eso le hacía sentía una pasión y un deseo incontrolable por ella.

La vio alzar su cuello como invitándolo a reclamarla mientras le llamaba con esa hermosa voz característica de los omega, se escuchaba tan necesitada, tan desesperada y lo único que él quería era calmarla, satisfacerla y protegerla pero para eso debía ser suya.

Quería que gritara más fuerte para que quien estuviera cerca escuchara a quien pertenecía. Regina era de él, iba a ser su omega, era a él a quien llamaba y a quien le había pedido que la tomara y no la iba defraudar, iba a darle todo lo que necesitaba. La base de su miembro comenzaba a crecer estirando más el ardiente canal de la reina que se apretaba más sobre él

- Grita más - le pidió con su voz de alfa que era una orden para la hermosa omega, por más que quisiera evitarlo no podía, era su naturaleza y los gritos no se hicieron esperar, complaciendo su petición - Grita mi nombre - gruñó mientras alcazaba uno de sus senos y lo apretó entre su palma para después acariciar su endurecido pezón

- ¡David! - gritó Regina casi de inmediato al escucharlo y sentirlo jugar con su pezón - Más - gimió - necesito… necesito - ni siquiera sabía qué era lo que necesitaba pero sabía que David se lo daría

- Shhh - le dijo al escucharla, era tan gratificante y sus palabras tenían un efecto poderoso en él - Siempre voy a cuidar de ti - le juró - No dejaré que nadie te lastime y siempre te voy a satisfacer - podía sentir su pecho hincharse orgulloso ante sus propias palabras.

Ella cerró sus ojos y asintió aceptando sus palabras, pudo ver que su expresión se tornó un poco más relajada al escucharle

- Eso es - le dijo sonriendo levemente, satisfecho de ver su reacción - Estás a salvo conmigo - sentía una urgencia por tranquilizarla. Soltó su pezón y llevó su mano hasta su pequeño e hinchado botón de placer que estaba seguro palpitaba de necesidad y comenzó a estimularlo

- Siiii - gimió ella gustosa y se arqueó contra él casi arrancando las sábanas de la cama, después las soltó y llevó sus manos a sus brazos y se aferró a él de ahí.

Sus miradas se toparon y ella le miraba con intensidad, con entrega y desespero.

El alfa estaba fascinado con la sensación de estar poseyendo a la omega y ser él quien la satisfacía, ser él quien estaba con ella, sabía que ni Emma ni Hook habrían podido darle lo que necesitaba. Emma no sabía cómo ser un alfa y por consiguiente como satisfacer a una omega y Hook… el maldito pirata la habría tomado sin pensar ni un solo segundo en ella, la habría lastimado y de seguro habría sido muy cruel con Regina.

Además jamás hubiera dejado que ninguno de ellos dos le pusieran una mano encima a la omega, no después de haber sentido su llamado penetrando su alma. Él era la mejor opción para Regina y se sentía responsable de ella.

Podía sentir que el orgasmo de la omega estaba cerca y el nudo en la base de su miembro se hinchaba más, no falta mucho para que llegaran y estaba ansioso y emocionado por verla llegar y reclamarla.

Regina soltó el agarre que tenía en su cuerpo y alzó sus brazos hacia él como invitándolo a que la abrazara y David inmediatamente se abalanzó sobre ella, la omega enredó sus brazos alrededor de su cuello aferrándolo a su precioso cuerpo. Aspiró su delicioso perfume con intensidad, dejando que se apoderara por completo de él, lamió el punto exacto que debía morder, que ansiaba marcar. Ejerció más presión sobre su clítoris y ella se retorció de placer bajó él.

No entendía porque alzaba su cuello ofreciéndoselo al alfa que estaba tomándola pero el sentir el tibio aliento y la lengua de David ahí hizo que su intimidad se sintiera más húmeda y el deseo creciera en ella. Podía sentir que el miembro del alfa crecía, más específicamente en la base mientras la penetraba y la obligaba a ensancharse más y la sensación era deliciosa y reconfortante. Y ella lo quería muy dentro, era lo único que sabía

- Eres mi omega - dijo apretando los dientes al tiempo que se enterró en lo más profundo de ella, abrió su boca y atrapó su delicada piel entre sus dientes en ese punto exacto en su cuello, mordió marcándola y reclamándola y en ese momento la base de su miembro terminó de hincharse formando en su totalidad el nudo que lo dejó atado a ella.

El estrecho canal que penetraba se cerró fuertemente sobre él y Regina gritó su nombre muy fuerte cuando alcanzó su tan anhelado orgasmo y él gruñó satisfecho al escucharla y sentirla llegar. No dejó de estimular su clítoris mientras comenzaba a derramar su semilla dentro de ella, llenándola, dejando en ella hasta la última gota de su semen

- Regina… - gimió mientras la llenaba de él y la reina enterraba sus uñas en su espalda provocando que siseara por la sensación.

El pequeño cuerpo de Regina temblaba bajo el suyo totalmente aferrada a él, desecha por su primer orgasmo inducido por su primer celo como omega, algo que seguramente jamás había experimentado. Por su lado David nunca había reclamado a una omega y su alfa estaba emocionado por ese momento, chupó gentilmente y lamió la herida que había causado en su cuello al reclamarla, Regina gimió bajito al tiempo que su intimidad convulsionaba sobre su miembro causando que eyaculara más de su esencia dentro de ella.

Se irguió, la tomó para sentarse en la cama con ella sobre su regazo. Con mucho cuidado comenzó a despojarla de su blazer azul, de su blusa guinda y la interior negra que estaba desgarrada junto con su brasier. Sacó sus propios zapatos y al fin se despojó de sus pantalones alrededor de sus pies.

Regina estaba totalmente desfallecida contra su cuerpo y dócilmente dejó que sacara su ropa dejándola completamente desnuda. Estaba muy cansada pero al menos la horrible sensación de sentir que se quemaba por dentro y que sus entrañas reclamaban por un alfa, por ese alfa en específico aparentemente había cesado.

La aferró más contra su cuerpo estrechándola entre sus brazos. Era consciente de lo que había sucedido, había reclamado a Regina y creado el vínculo con ella cuando era lo que no debió haber hecho, pero no había podido luchar contra su alfa y tampoco pudo dejarla sufrir, habría sido cruel hacer eso. Cerró los ojos aspirando el dulce aroma de la omega entre sus brazos intentando apartar esos pensamientos de su mente.

Estaba en un problema, ahora estaba atado a Regina de una forma en la que no podía estar atado a la beta que era su pareja, lo sabía, sabía lo que eso significaba pero de momento lo más importante era Regina y eso apenas había comenzado, tenía que ayudarla en todo su ciclo de celo y después podría preocuparse por las consecuencias porque aunque ella no lo supiera no iba a pasar mucho para que comenzara a sentir la necesidad en su cuerpo de nuevo y ahora nada ni nadie podría satisfacerla y calmarla más que él.

Se levantó con ella en brazos y se sentó por el otro lado de la cama para quedar recostado con Regina encima de él, la acomodó cuidando de no hacer ningún movimiento brusco, su nudo aun dentro y atrapado en ella desaparecería en algunos minutos, mientras tanto literalmente estaban atados y no quería lastimarla bajo ninguna circunstancia.

Llevó su mano hasta su espalda y comenzó a acariciarla, aún estaba ardiendo y sabía que no tardaría en comenzar a sentir todo de nuevo. Pan había sido muy cruel al dejarla expuesta de esa forma, al haberla inducido al celo y dejarla a merced de tres alfas que seguramente pensaba la iban a destrozar sin pensarlo.

Lo que no sabía es que David jamás hubiera permitido que Emma ni mucho menos Hook llegaran a Regina antes que él, que estaba dispuesto a protegerla y a ayudarla con su celo y por supuesto que le ayudaría a sobrellevar su nueva realidad a la cual podía anticiparse no iba a aceptar tan fácilmente, mucho menos acostumbrarse.

Iba a ser el comienzo de una vida difícil para Regina y él, a pesar de solo haberla querido ayudar, estaba ahora contribuyendo a complicar más la situación al haberla reclamado siendo un alfa con pareja.