Esto es un Ikki x seiya la verdad es la primera vez que escribo algo de saint seiya y elegi esta pareja porque es la que mas me gusto cuando comence a leer fics de este manga/anime ojale les guste y espero subir mas pronto, tengasn paciencia soy nueva en esto de escribir asi que sean leves esper rewies :)

(La creatividad no es mia es del grande Masami kurumada)

El retorno

¡No podía ser tan jodidamente puto! La verdad ya no cabía de su asombro, aunque hacia ya varios años que su culo venia llenándosele de preguntas, y pese que había intentado mantener relaciones heterosexuales había llegado a un punto en el que no podía hacerse el boludo. No ya no podía, porque cada vez que hacia zapping en la tele una tarde aburrido o caminaba por la calle no podía evitar que sus ojos se parasen en algún bulto o físico masculino bien trabajado y no tanto, es que su libido llegaba a veces a niveles insospechados y ahora para colmo de todos sus males una vez más la mansión Kido volvía a ser el techo común de él y sus antiguos compañeros de armas para su pesar uno más bueno que el otro. Para su pesar porque con todos esos cuerpos sueltos por ahí y en pleno verano debía estar atento a no dejarse en evidencia frente a sus medios hermanos y que lo encontrasen infraganti mirándolos indecorosamente.

Uno por uno fueron llegando a donde el tenia fijada su actual residencia junto a Saori y si bien el los esperaba con mucho entusiasmo porque hacia fácilmente tres años que no se reunían todos, se llevo una gran sorpresa cuando Shiryu cruzo la puerta de entrada que daba directamente a la sala guiado por Tatsumi.

- ¡Hola Sei! – le saludo el dragón muy efusivamente con un abrazo - ¿Cómo has estado?-

- … - Silencio y estupefacción fue lo único que atino el pegaso a hacer (osea nada) al verlo tan, ¿Cómo decirlo? Crecidito.

- Oye Sei ¿Qué te sucede? ¿Te comieron la lengua los ratones? No recuerdo que fueras tan callado o ¿es que no te alegra verme? - Comento en son de broma el dragón sin dejar de abrazarlo al pobre pegaso que por unos segundo más permaneció en ese estado con los brazos al costado del cuerpo.

- ja ja ja… - rio nerviosamente y acoto en seguida – No ¿cómo crees? Si estoy muy feliz de que estés aquí Shiryu – por fin despegando sus brazos del cuerpo para estrechar el de su amigo en un abrazo fraternal.

Al deshacer el abrazo Seiya observo detenidamente a su amigo de la infancia, si bien había cambiado en apariencia bastante, ya que estaba mucho más alto y desarrollado de lo que recordaba seguía siendo en esencia el mismo Shiryu de siempre, alegre y sereno.

Mantuvieron una charla muy amena en la sala, contándose un poco que había sido de sus vidas esos años de distancia aunque no hubiese mucho que contar ya que entre los cinco siempre mantuvieron una relación estrecha por medio de cartas cada tres o cuatro meses contando alguna que otra novedad. Entre los cinco, Shiryu, Shun, Hyoga, Saori y el, porque del único que no tenían ni noticias era de Ikki, lo poco que Seiya supo fue que quizás (porque con el Phoenix todo podía suceder) llegase también a la residencia en algún momento, obvio que todo esto fue transmitido por medio de Shun porque su nii-san solo se comunicaba con él. Mientras hablaban de trivialidades, Saori salió de su estudio luego de terminar con el papeleo pertinente de la fundación ese día, y camino hacia la sala para reunirse con el recién llegado saludándolo con una hermosa sonrisa como solo ella podía brindar.

- ¡Hola Shiryu! ¿Hace cuanto que llegaste? – Pregunto asombrada por no haber escuchado ni el timbre ni la puerta.

- Saori – la miro devolviéndole la sonrisa – Hace muy poco – se paro del sillón de tres cuerpos que compartía con Seiya y con una solemne inclinación saludo a su diosa, ella solo se limito a devolver el gesto y acoplarse a ellos en la charla.

Así como Shiryu, ese día, Hyoga hizo su aparición y un poco más tarde, cuando al sol le quedaban ya pocos rayos de luz en el cielo Shun cruzo el mismo umbral que los dos primeros para terminar de (casi) completar la postal familiar. Seiya sonrió ante aquella imagen de ellos cinco sentados compartiendo una mesa nuevamente juntos cada uno metido en una conversación distinta y a veces acotando pequeños bocadillos en las conversaciones de los otros, otra vez la vida había vuelto a la mansión Kido, otra vez el silencio había sido interrumpido y eso lo alegraba tanto como haber comprobado que no solo Shiryu había crecido, también los demás hermanos, de una forma muy interesante.

- ¿Qué mierda estas pensando Seiya? – Susurro mientras se daba un golpe mental. No, si este verano prometía ser algo distinto a los otros.

Mejor se iba a dar una ducha de agua fría para calmar sus ánimos un poco. Así sin más después de la cena volvió a su habitación para tranquilizarse y poner las cosas en orden, pensando que no se podían poner peor, sin saber que la vida a veces te da sorpresas aun más grandes.

Ducha, pijama, un poco de música. Tres horas que venía dando vueltas en la cama tratando de una buena vez por todas de dormirse pero nada sucedía, se levanto a apagar su equipo de música que hacía ya un largo rato que había dejado de sonar y noto el extremo silencio que se levantaba en la mansión.

- Quizás un vaso de leche tibia me ayude – pensó mientras salía de su habitación del primer piso hacia la cocina. Al llegar no se molesto en prender la luz, era tarde y aparte conocía la casa y sus cosas de memoria, abrió la heladera de donde tomo el cartón de leche descremada (saori siempre cuidando su figura) lo dejo sobre la mesada para tomar un vaso del lavaplatos y así llenarlo, a continuación se encamino unos pasos al microondas pero cuando estaba a punto de abrir la puerta de dicho aparato un ruido a sus espaldas lo distrajo, su cuerpo se tenso y se puso en estado de alerta.

- un gato – pensó para tranquilizarse, pero ellos no tenían ningún gato - el viento – y casi por reflejo movió levemente la cabeza hacia un costado para ver por la ventana las ramas de los arboles del jardín mecerse en la noche, solo que ni se movían, segunda teoría tirada a la basura. Pero un momento, ¿Desde cuándo Tatsumi olvidaba cerrar las ventanas? No pudo terminar sus pensamientos cuando una mano se poso sobre su hombro.

- AAAAAHHHmmmgrgrgrmmmm – otra mano sobre su boca, y una voz que no supo si le alivio escucharla o le dio más miedo.

- ¡Para de gritar pony de mierda que vas a despertarlos a todos! – y en ese momento se callo mientras el otro lo soltaba y se encaminaba hacia la llave de la luz.

- Ikki … - fue lo primero que dijo seiya cuando la luz ilumino la cocina, hasta que reacciono – ¿qué mierda te pasa? ¿Me querías matar del susto?

Ikki rio con ganas, la cara de Seiya en ese momento era impagable cosa que al pony no le causo ninguna gracia.

- Tranquilo pony- le dijo cuando se calmo – no fue a propósito – mentira mas grande como la mansión ya que desde el momento en que seiya entro por la puerta de la cocina el Phoenix se mantuvo atento a todos los movimientos pensando la mejor forma de joderlo, aprovechando que estaba distraído y no había notado su presencia.

Se produjo un incomodo silencio, seiya lo miro y no podía creer que ese frente a él sea Ikki, los años lo había favorecido por en demasía hasta parecía más imponente que antes, todo orgullo parado de brazos cruzados con la vista puesta directamente sobre el Pegaso, Seiya se dio cuenta como el Phoenix lo miraba y se sonrojo, parecía que le sacaba una radiografía con los ojos y no era para menos si el menor de los Kido con 18 años recién cumplidos no tenía nada de menor.

- Bueno… - canturreo seiya rompiendo el silencio y posando una mano en su cabeza denotando su nerviosismo - ¿Pero qué haces aquí a oscuras? -

Ikki se mantuvo unos segundos más callado hasta que se digno (según Seiya) a contestar - comía algo – fue su única y escueta respuesta.

Claro, pensó el pegaso, por eso entraste por la ventana a oscuras como si fueras un ladrón. A lo que el Phoenix le dijo como leyéndole la mente.

- No quería despertar a nadie por eso entre por la ventana –

Y seiya casi se cae de espaldas, ese no era Ikki, se lo cambiaron, estuvo a punto de correr hacia el teléfono y llamar a la policía diciéndoles que alguien había hecho un clon de su amigo con fines seguramente malvados, pero se contuvo y solo rio de lado por su idea.

- ¿De qué carajo te ríes? – solto ikki con toda su cara de malos amigos.

Y había vuelto señoras y señores ese era el verdadero ikki y pegaso solo suspiro entre aliviado y cansado, es que mantener una conversación con el Phoenix cansa a cualquiera.

- De nada – rodo los ojos y se dio la media vuelta para seguir en lo que estaba antes del susto de su vida.

Ikki solo se limito a sentarse en la mesa y seguir con lo suyo mirando cada movimiento del pegaso con atención. Seiya por su parte termino de calentar su vaso de leche y tomar algunas galletas, sintiendo las miradas del otro en su nuca (si claro, como si lo que le interesara a ikki fuera la nuca) y uno que otro escalofrió recorrerle el cuerpo, así sin más se marcho de la cocina.

- Buenas noches – fue lo único que le dijo al ave que estaba todavía sentado, Ikki no contesto.

Se despertó con la mitad del cuerpo colgando del colchón y en un revoltijo de sabanas, mientras de acostumbraba a la luz que entraba por la ventana miro el reloj despertador que se encontraba sobre su mesita de luz junto a un vaso vacio y un plato en el mismo estado. Las diez de la mañana. Se dio la vuelta para quedar completamente sobre la cama boca arriba y se desperezo con una sonrisa recordando que era verano y estaba de vacaciones, nada de libros, nada de levantarse a las siete de la mañana, podía hacer lo que quisiera y con sus hermanos en la casa no se aburriría como un hongo como en otros tiempos. Contento se levanto y se dirigió al baño a asearse para bajar a desayunar, seguro de que los demás ya estaban allí.

Mientras tanto en la cocina de la mansión tres de sus habitantes desayunaban, bueno Saori desayunaba, puesto que a Ikki se le hacía casi imposible con su Otouto colgado de su brazo y Shun ocupaba los suyos para tal hecho, es que lo había extrañado tanto que no cabía de la alegría y el Phoenix no rehuía de esa muestra de afecto todo lo contrario parecía que le alegraba aunque su semblante fuese siempre el mismo, de seriedad, el también lo había extrañado mucho, Saori sonrió ante esa imagen, el gran ave inmortal recibiendo cariño de su hermanito. La voz de Ikki la saco de sus pensamientos.

- Shun, tengo hambre ¿podría recuperar mi brazo para ponerle mermelada a mi tostada? – le dijo con toda la calma y los buenos modales que pudo para dirigirse a su hermano menor.

- si niisan perdón… - se sonrojo el ya no tan niño y lo soltó.

- Así que ¿viajaste mucho este tiempo? – pregunto Saori al Phoenix, sentía curiosidad por saber que hacía de su vida ya que medianamente sabia que tanto Shiryu como Hyoga había estado en el pico de los cinco ancianos y en Siberia respectivamente y Shun mayormente estuvo allí en Japón salvo el último tiempo que residió en la isla de Andrómeda, pero el paradero del Phoenix siempre fue un misterio.

- Si, se podría decir que anduve mucho por el mundo – ella sabía que esa respuesta de más de un monosílabo, era mucho y más que suficiente viniendo del Phoenix, conocía muy bien a cada uno de sus guerreros y sabía perfectamente que Ikki era un hombre de pocas palabras pero de un excelente corazón y así lo quería, así lo querían todos, le dedico una sonrisa y termino su desayuno no obstante cuando estaba a punto de marcharse para comenzar con sus obligaciones no dudo en decirle que aquella era su casa como lo era de todos los demás puesto que el también era un Kido y que siempre iba a tener las puertas abiertas el tiempo que quisiese y cuando quisiese como todos sus hermanos.

Ikki solo le contesto con un asentimiento de cabeza y con este gesto Saori desapareció por la puerta dejando a los hermanos solos para que charlasen tranquilos.

Mientras caminaba hacia su oficina vio bajar al menor de la casa corriendo por las escaleras Hacia mucho que no veía tan contento a Seiya que la alegro.

- ¡Buenos días Saori! – le dijo a la muchacha mientras corria.

- Buenos días Sei, el desayuno está en la mesa –

- ¡Gracias! – alcanzo a escuchar mientras lo veía alejarse.

En la cocina Shun no paraba de hablar y hacerle preguntas a su hermano sobre sus viajes y el Phoenix le contestaba también bastante entusiasmado aunque a simple vista no pareciese, es que su otouto lo conocía como nadie y no era necesario con el fingir nada, él era el único con el que podía mantener una relación transparente y sin malinterpretaciones porque los demás muchas veces no interpretaban del todo bien sus silencios o sus palabras que podían sonar frías u hoscas y a veces hasta hirientes, ya que no era una persona sociable, pero tampoco frio, solo era él.

En ese momento Seiya hizo su aparición saludando con toda la alegría del mundo para ser tan temprano.

- ¡Buenos días! ¿Cómo están? – dijo mientras se sentaba y atacaba las tostadas.

Ikki se limito a hacer un gesto con la mano y mirarlo mientras reía de lado recordando su cara de anoche.

- ¡Buenos días sei! Bien, ¿y tú?- Shun siempre tan amable.

- Bien, oye shun ¿quieres jugar a la play cuando terminemos de desayunar? – le pregunto el pegaso mientras devoraba las tostadas y tomaba jugo de naranja.

- Pony ¿podrías dejar de ser tan desagradable y tragar la comida antes de hablar? No tengo porque verla mientras desayuno – le dijo un Phoenix molesto.

- Perdón – le sonrió el castaño mostrando en este acto lo que le quedaba en la boca.

Ikki resoplo con fastidio mientras se levantaba de la mesa, había cosas que nunca cambiarían y el pegaso era una de ellas.

Mientras lo miraban irse Seiya prosiguió.

- ¿y shun? ¿quieres?

- lo siento, pero quede con mi hermano para ir al centro a comer y pasear un rato – El pegaso puso por un momento cara de tristeza hasta que shun acoto – Pero puedes acompañarnos si quieres –

- como crees shun, tu hermano seguro quiere estar contigo a solas después de todo hace mucho que no se ven.

Ese era un buen punto pensó Andrómeda igual refuto.

- Hace mucho que no nos vemos ninguno de nosotros y no creo que él tenga ningún problema.

Después de pensarlo un poco Seiya acepto, no le alegraba del todo pasar una tarde con el tan poco sociable Phoenix Pero era mejor a quedarse en la casa aburrido con Hyoga y Shiryu. Hablando de todo un poco.

- ¿y los demás?

- ¿Te refieres a Hyoga y a Shiryu? – El pegaso asintió mientras terminaba su desayuno – Hyoga salió hoy temprano, dijo algo de una carta que quería mandar a Siberia y Shiryu desayuno y se fue, seguro debe estar en la biblioteca – afirmo Andrómeda puesto que era bien sabido por todos la afición que el dragón tenia por los libros.

Si, lo mejor sería ir con Shun e Ikki, ya que un amable conejo y un irascible pollo era preferibles a un ausente pato y un aburrido dragón. No supo hasta que fue demasiado tarde cuan equivocado estaba.