¡Hola!, que tengan un buen día, tarde o noche, es mi primera vez en este foro de Ed Edd y Eddy. Debo decir que esta serie marcó mi infancia, y volviéndola a ver me di cuenta de que nunca pasará de moda, puesto que su humor sátirico es lo que más agrada. Pero bueno, hace meses que quería publicar este capítulo, pero nunca logré completarlo hasta el día de hoy, espero que sea de su agrado esta historia. Siempre me quise imaginar que sería de los personajes en una edad más "madura", puesto que la vida en la preparatoria es algo díficil, pero más sin embargo marca un antes y un después de nuestra vida.
No tengo nada más que agregar, sin más preámbulos comencemos...
Capítulo 1: Primer día de clases
Estaba en su casillero guardando unos cuadernos para aligerar la carga de su mochila, vestía su playera de doble manga de color rojo con dos rayas verticales blancas a la izquierda y sus mangas de color negro, sus shorts bermudas de mezclilla, sus tenis deportivos negros y traía puesto en su cabeza una boina inglesa negra hacia atrás. Era su primer día de preparatoria, había regresado a su ciudad natal después de estar todo el verano fuera, cerró su casillero y de manera espontánea giro su cabeza a la derecha y lo vio; playera blanca con rayas verdes, sus pantalones de mezclilla, sus tachones negros; su robusta figura, su cuerpo estaba en mejor condición física de cómo lo recordaba antes que se fuera de vacaciones, los músculos de sus brazos estaban marcados y se dibujaban sus pectorales.
Un año más, el destino los volvía a reunir, después de no verse durante todo el verano, no podían controlar tanta emoción, eran casi hermanos.
—¡Cabeza de calcetín! —exclamó emocionado el alto abrazándolo hasta casi romperle la espalda.
—Yo también te extrañé Ed —dijo a duras penas, tenía la cara morada por no poder respirar, Ed lo soltó, volvía a respirar, se acomodó bien su gorra pues se le había desacomodado durante el fuerte abrazo.
—¡Chicos! —una voz a sus espaldas hizo que se voltearan con rapidez, no pudieron aguantar la alegría al ver al más bajo de los tres.
—¡Eddy! —se abalanzaron sobre él tacleándolo, reían por la nostalgia.
—Bueno, antes de seguir con esta celebración —habló con un poco de dificultad —, ¿podrían quitarse de encima zoquetes? —gritó un poco molesto, pues lo estaban haciendo puré.
Se levantaron, se vieron entre ellos y después se abrazaron de forma grupal.
—Hace mucho que no te veía Doble D —dijo Eddy feliz —, ¿qué hiciste estos dos meses? —preguntó curioso.
—Pues no mucho, sólo fui a un retiro de meditación y relajación —mencionó sin darle mucha importancia —, ¿tú que hiciste Ed?
—Comencé a practicar fútbol, me convertí en portero y quiero entrar al equipo de la escuela —dijo emocionado.
Ahora le tocaba responder al más bajo de ellos y al menor del grupo:
—¿Y tú que hiciste Eddy? —preguntaron ambos al unísono.
—Pues verán…
—¡Eddy! —un grito que ellos conocían bien lo interrumpió, un escalofrío recorrió sus espaldas, estaba justo frente a ellos; pantalones cortos de mezclilla, blusa de tirantes blanca con lunares rojos, cabello pelirrojo y rizado, tenía la misma altura que Doble D.
—¡Oh no!, ¡Es Lee Cruel! —dijo alarmado Doble D escondiéndose detrás de Ed y este detrás de Eddy, se estaba acercando peligrosamente a ellos.
—Espera amor, no les hagas nada —ambos se vieron directamente al oír lo que Eddy había pronunciado, Ed se limpió la oreja porque creyó haber oído mal.
—No iba a hacerles nada, sólo quería decirte que comiéramos juntos en la cafetería a la hora del receso.
—Me parece bien —dijo sonriendo, Lee lo besó en los labios y se fue perdiéndose entre la multitud de alumnos que había en el pasillo.
Ed y Doble D se pusieron enfrente de Eddy sorprendidos de lo que había ocurrido hace unos momentos.
—¿Desde cuando eres novio oficial de Lee Cruel? —preguntó Doble D impactado.
—Bueno, para resumirlo, fue durante el verano en el que ustedes me abandonaron —contó —, ella estuvo para mí durante ese tiempo y sucedió.
Ambos estaban impresionados, nunca se hubiesen imaginado que alguno de los tres terminaría siendo pareja de alguna de ellas.
—Hola Ed —saludó una despampanante chica rubia cuyo pelo caía hasta llegar a su cintura, vestía una blusa rosa corta que hacía que se le viera el abdomen y tenía el cuello abierto en "v", un pantalón de mezclilla corto que le llegaba a las rodillas, sostenía sus libros pegados a sus pechos que se dibujaban en perfecta simetría al igual que sus caderas, sonreía soñadoramente, haciendo que Ed y Doble D no dejaran de quitarle los ojos de encima.
—Ho… Hola —correspondió el saludo nervioso.
—¿Sabes quién soy verdad? —preguntó un poco curiosa.
—No, la verdad no —Doble D y Eddy se golpearon en la frente al oír esa respuesta de él.
—¿Cómo que no sabes quién es idiota?, es May Cruel —dijo Eddy un poco frustrado por la estupidez de su amigo, Ed abrió la mandíbula estupefacto.
Un libro de May cayó al suelo, ella lo recogió y se levantó para decirle algo:
—Quería saber si quisieras… —pero Ed había huido —, ¿salir ir conmigo al parque después de la escuela? —su cara decayó triste por la reacción de Ed, Doble D intento animarla.
—Sabes que Ed es muy inexperto en estos temas, no es que no quisiera terminar de oír lo que le ibas a proponer —ella sonrío en un burdo intento de no hacer notar la pena que sentía.
—Gracias por el apoyo Doble D, hablaré con él más tarde.
—No hay de qué —ella se retiró contoneando las caderas de una forma que a muchos les parecería un poco provocadora, pero que sin embargo para ella era su forma de caminar normal.
El timbre que indicaba el inicio de clases sonó, Eddy terminó por guardar sus libros en el casillero.
—¿Dónde te toca la clase Doble D? —preguntó curioso.
—En el A12 —Eddy sonrió —, ¿por qué sonríes?
—Nos tocó en el mismo grupo hermano —Doble D sonrío sorprendido—, vamos.
—Ahorita te alcanzo, debo guardar algunas cosas.
—Cómo quieras, nos vemos ahí.
—Sí —Eddy se fue al salón mientras Doble D guardaba una bolsa que contenía su almuerzo.
Cerró la puerta de su casillero nuevamente y giró a la izquierda para irse a su salón, pero chocó con alguien tumbándole los libros, él de forma veloz y un poco nervioso recogió sus libros.
—Lo siento, estoy apurado —levantó la vista sólo para ponerse más nervioso y un sonrojado: pelo morado largo y lacio, caía sobre sus hombros graciosamente, traía puesta una boina vasca negra caída a la derecha, sus parpados pintados de negro, su tez blanquecina que hacía resaltar más sus labios pintados de negro, vestía una blusa de color morado con líneas horizontales negras, unos pantalones de color verde militar, traía encima una mochila rosa. Sus uñas pintadas del mismo tono oscuro mostraban un poco su personalidad, ¿quién era?, era muy linda para esos colores oscuros. Su figura estaba muy bien delineada, tanto sus caderas cómo su busto, no se asemejaban a las de May, pero se defendía —, perdón, soy un estúpido.
—Doble D no debes disculparte, yo no miraba por donde caminaba —dijo un poco divertida por su actitud, Doble D arqueó una ceja algo impactado por lo que pronunció la chica.
—¿Cómo sabes mi nombre? —estaba sorprendido, ella rio por la confusión de Doble D.
—Soy Marie Cruel —Doble D abrió los ojos cuales platos soperos, estaba muy sorprendido, no se esperaba ese cambio en ella, no había vuelto desde la primaria, cuando ella se mudó a otra ciudad, se veía muy linda, se abofeteó mentalmente a este último pensamiento.
—Oh… ¿y en qué clase te toca? —ella le mostró un papel dónde estaba apuntado el salón: A12, serían compañeros una vez más —, a mí también me toca clase en ese salón—mencionó un poco tembloroso, Marie lo tomó de la mano y lo arrastró consigo hacia el salón.
Entraron al salón justo por detrás del profesor, miraron a todas partes buscando un lugar donde sentarse; la mayoría estaban ocupados por caras muy conocidas, eran casi todos los del vecindario que coincidieron en la misma sección, después de unos segundos lograron captar dos asientos al final de la tercera hilera, que estaba justo al lado izquierdo junto a la ventana.
Ambos fueron a sentarse para poder comenzar la clase.
—Buenos días alumnos —se presentó el profesor, uno setenta de estatura, vestía un pantalón café, una camisa blanca y una corbata azul rey —, mi nombre es Vicente Canizales, y yo les impartiré la clase de filosofía —por su nombre se deducía con facilidad que era mexicano —, ahora quiero que cada uno se presente y comiencen diciendo que esperan de este año escolar.
Cada uno se presentó, en total eran veinticinco alumnos en ese salón, la clase fue muy amena y la forma con la que impartía su clase era motivadora e interesante.
—Nos vemos mañana alumnos —se despidió de todos al salir para ir a almorzar.
—Hasta mañana profesor —dijeron todos al unísono, todos se levantaron de sus asientos y se fueron a almorzar.
1
La fila parecía interminable, cada segundo que pasaba era cómo una hora para él, su estómago rugía exigiendo alimento, miraba a su alrededor, ni rastro de sus amigos, se sentía incompleto, pero había quedado con Lee y no podía romper su promesa, era su novia y debía sacrificarse debes en cuando. Las mesas eran larguísimas, casi podían llenar toda la cafetería, sillas tenían grandes cojines, perfectas para no lastimarse tanto el trasero.
Las cocineras servían los diferentes platillos: ensaladas, tacos, frijoles, gorditas, lasaña, fideos, macarrones con queso, varios postres, etc. Algunos de los estudiantes que estaban detrás de él gritaban tratando de acelerar el paso en la fila, el bufaba en sus adentros molesto por esas cosas.
Pidió tres platillos distintos y dos gaseosas, pagó y salió de la fila. Sostenía ambas bandejas, eran pesadas, pero podía soportarlo, Lee seguía sentada esperándolo, sonreía con mofa.
—¿Por qué tardaste? —Eddy frunció un poco el ceño —, creo que una tortuga hubiese llegado más rápido.
—Sólo come —dijo un poco serio, dejó las bandejas y se sentó al lado de ella.
—Oye no te enojes, sólo era una broma, si no está de humor no haré ninguna en todo el día.
—Gracias amor, pero no es por eso.
—¿Es por los chicos? —él volteó a verla sorprendido —, eres predecible Eddy, y no te culpo, no los viste en todo el verano, eso es normal.
—Me da gusto que lo comprendas —le sonrió con dulzura.
—Mira, ahorita que acabemos vamos a buscarlos, y de pasó encontramos a mis hermanas —una gran sonrisa se dibujó en Eddy.
—Claro gracias —le dio un beso en la mejilla y se apresuró a comer mientras Lee negaba con la cabeza sonriente.
2
Era una gran cancha, mucho más de la que estaba en el vecindario de su abuela cuando fue en vacaciones, las porterías eran largas, ideales para poder volar y atajar con más facilidad los tiros. Traía los guantes en su mochila. La adrenalina corría por sus venas, deseaba demostrarse a los demás de lo que era capaz de hacer. En medio de la cancha estaban reuniéndose varias personas para jugar, él se acercó con cautela, estaba nervioso.
En medio estaba alguien que él conocía muy bien: Kevin, estaba eligiendo a personas en su equipo, mientras que otro sujeto moreno también escogía. Poco a poco los dos equipos fueron formándose hasta quedar diez de cada equipo. Sólo quedaban por ser elegidos Ed y un caucásico que media uno noventa, diez centímetros más que él.
—Yo escojo a Ed —dijo finalmente Kevin, Ed sonrió, sacó los guantes de su mochila y se los colocó; estaban muy desgastados, incluso algunos dedos sobresalían por las roturas, se los abrochó y fue a la portería del lado sur.
—Bueno las reglas quedarán así —dijo otro estudiante que estaba de árbitro —, van a ser en total veinte minutos por cada tiempo, después cambiaran de porterías —todos asintieron, él sacó su silbato y silbó dando inicio al juego.
Caminando cerca de ahí lo vio, sonrió y decidió quedarse a contemplarlo.
Kevin avanzaba hacia el norte, era muy veloz y ágil, un jugador con gran potencial, los medios trataban de quitarle el balón, pero era inútil, estando cerca de la línea de defensa tiró direccionándolo hacia el ángulo este, el portero del equipo contrario corrió lo más rápido que pudo y saltó, pero no logró atajarlo.
El marcador iba 1-0, las chicas de las gradas gritaban porras a Kevin, él cuál les sonreía con algo de altanería. El equipo contrario sacó, el capitán rival se adelantó de manera sublime, Kevin no logró siquiera quitarle el balón, los medios hicieron su intento al igual que los defensas pero fue inútil, hacía burladas muy extravagantes pero imposibles de anticipar. La adrenalina estaba al cien, uno a uno contra Ed, Ed salió del área para tratar de detenerlo, pero él lo burló y tiró, el balón iba por el suelo arrastrándose, en cualquier momento entraría dentro de la portería, Ed corrió lo más rápido que pudo, el balón estaba a punto de tocar la línea de la portería, pero Ed la sacó del área con una patada salvando al equipo, todos estaban impresionados por la velocidad y decisión con la que Ed había atajado ese tiro.
—¡Bien hecho Ed! —gritó Kevin desde la mitad del campo, Ed sonrió por su hazaña.
Ella estaba muy contenta por él, incluso impresionada, pues no conocía esa fase de él, una idea nació dentro de su cabeza, sonrió feliz por ello.
3
Se encontraba frente al jardín de la escuela, muy pocos iban para allá, pues se encontraba detrás de los salón más alejados, había flores de todo tipo; rosas, claveles, orquídeas, dientes de león, etc. Inhalaba y exhalaba con paciencia y felicidad, era libre por unos momentos, sacó su cuaderno y un lápiz y empezó a dibujar una rosa… analizaba cada detalle, la luz, sombra, la dimensión, el plano, etc. Llevaba una semana sin dibujar, y eso se le hacía un martirio.
Con cada trazo la figura poco a poco cobraba vida dentro de la hoja, la gracia con la que Edd analizaba el objeto era digna de admirar, alguien colocó su mano en el hombro derecho de él, volteó por instinto y se topó con Marie sonriéndole, él se sonrojó un poco.
—Hola Edd, veo que eres un buen dibujante, me impresionas —Edd tragó grueso.
—Gracias Marie, creí que estarías con May —dijo para concentrarse de nuevo en la flor.
—La estúpida anda por ahí perdida, así que decidí explorar un poco esta parte y sorpresa, me encuentro contigo.
—Qué bien, ¿no? —dijo aún nervioso de su presencia,
—Veo que no has cambiado nada desde que éramos niños doble D, sigues siendo demasiado sonso.
—Oye, no puedes asegurarlo sólo porque estoy un poco nervioso.
—¿Y se puede saber por qué estás nervioso? —preguntó ella, él detuvo un poco el dibujo y la miró a los ojos listo para responder.
4
La plática era tan interesante que lo que en un principio le apuraba hacer, pronto se le olvidó y continuó sumergido en las anécdotas que ella contaba, nunca se hubiese imagina que una charla profunda fuese tan emocionante, descubría otro lado de su novia.
—¿Enserio hiciste que ese boxeador besara la suela de tu zapato? —ella asintió con orgullo —, me impresionas Lee, jamás hubiese imaginado la fuerza que tienes.
—Por eso debes de comportarte, para que no te pase lo que al boxeador —un escalofrío recorrió la espina dorsal de Eddy, por instinto retrocedió un poco —. ¡Es una broma menso!, veo que hoy no sabes distinguir entre una broma y una amenaza real —Eddy rio nervioso.
—Sí, estoy distraído.
—Oye, no íbamos a buscar a los otros chicos —la mente de Eddy lo recordó.
—Es cierto, vamos —la tomó de la mano y fueron en su búsqueda.
La escuela era inmensa, más de cien pasillos recorrían, alumnos iban y venían, no había duda de lo grande que era. Pasaron por los jardines, los cuales tenían árboles de todo tipo, y el césped estaba perfectamente cortado. Brotaba a borbotones el agua que salía de la fuente, la cual estaba ubicada exactamente en el centro de la escuela, que según decían la mayoría de los estudiantes de grados superiores, concedía deseos con sólo arrojar una moneda.
Eddy sacó la última moneda que le quedaba, la miró durante cinco segundos, cerró los ojos y la arrojó sin perder más tiempo.
—¿Qué fue lo que deseaste? —preguntó Lee algo curiosa.
—Que en esta semana me llegué más plata sin tener que esforzarme.
—Hay Eddy tú nunca cambiaras —dijo Lee riéndose.
—Ya lo sabes.
5
El marcador iba muy disparejo: 5-0, el arco de Ed era casi impenetrable, no habían podido siquiera tocar el travesaño, tenía una agilidad y elasticidad impresionantes, sus reflejos estaban bien desarrollados a la hora de atajar o desviar un tiro.
El silbato sonó y otra vez la ofensiva se adelantaba, los medios trataban desesperadamente por quitarles el balón, pero los jugadores del equipo contrario se lo pasaban entre sí dejando atrás a los delanteros y medios. Los defensas estaban alertas, en cualquier momento atravesarían su área y debían evitar que sobrepasara de ella. El medio se la pasó al capitán el cual pudo burlar a los defensas y ahora planeaba anotar un gol de una vez por todas, estando a unos centímetros de entrar al área de la portería pateó la pelota hacia el ángulo izquierdo, Ed se encontraba exactamente a la mitad de la portería. Los estudiantes miraban el resultado infalible, un gol sería anotado. Ella miraba a Ed, el cuál no reaccionaba, sólo miraba al balón, parecía que se había rendido y el resultado sería inminente.
Pero de la nada corrió hacia su izquierda y con un impresionante resorte saltó hacia el ángulo izquierdo, parecía que volaba, y con su brazo derecho adelantado atajó el balón una vez más dejando boquiabiertos a todos los presentes, su equipo no decía nada y el contrario sólo podía agacharse ante ello. Una gran ovación estalló al presenciar esa gran maniobra. Parecía un pájaro, cómo si sus manos fueran telarañas, a pesar de lo deteriorado de los guantes, daban una guerra impresionante.
Ed lanzó el balón a mitad del campo, Kevin lo atrapó y continuó su carrera a anotar otro gol. Ed pasaba el uno buen día, la gente lo aclamaba, estaba siendo un gran arquero y se ganaba el respeto de cada uno de los jugadores.
6
El tiempo se había detenido, no sólo para él, sino también para ella, puesto que dentro de ella la curiosidad despertó al oír las últimas palabras que salieron de la boca de Doble D. Solo estaban viéndose fijamente a los ojos, ninguno decía nada, el único sonido que podía oírse eran sus respiraciones.
—La razón es que… —él trataba de acomodar bien sus palabras, y en ella crecía más la ansiedad de saber la respuesta —, tu belleza me deslumbró —confesó al fin, parecía un tomate, ella desvió la mirada, ¿apenada?, ¡no!, ella jamás sentía vergüenza, y menos por cursilerías cómo esa.
—Doble D, no seas marica —él arqueó una ceja confundido por esa actitud.
—Pero es cierto, eres más bonita de la última vez que te vi, hace dos años, antes de que te fueras de la ciudad —ella cruzó los brazos y arrugó el entrecejo. Un leve rubor hizo acto de presencia en sus mejillas, Doble D alcanzó a notar eso.
—¿Estás sonrojándote? —rio ante ello, ella tensó la mandíbula y le propinó un golpe en la cara que lo desmayó. Ella no era débil, era fuerte y asertiva, no tenía tiempo para cosas tan idiotas cómo el amor o sentimientos extraños.
Doble D tenía la lengua afuera y los ojos cerrados, tal vez había sido demasiado dura con él, era tierno, debía admitirlo, algo inocente y despistado, pero era un buen tipo, estaba reconsiderando su acción.
Lo tomó del brazo, recogió su cuaderno, lo metió en la mochila de él, se la colgó en la espalda y caminó con él hasta la enfermería para reanimarlo después de tremendo puñetazo.
7
No podía creerlo, era inconcebible, parecía un sueño, nunca se hubiese imaginado el potencial deportista que era su amigo. Lee comía unas frituras mientras May sólo miraba de forma soñadora a Ed.
—¿Enserio él es Ed? —preguntó al aire sin esperar a que respondieran.
—Sí —dijo May suspirando —, ese gran arquero impenetrable y musculoso.
—¿Cuánto va el marcador?
—8-0 —respondió Lee con simpleza.
Eddy miraba a los alrededores, casi toda la escuela estaba en las gradas viendo el partido, incluso algunos maestros, tres de educación física, estaban muy impactados por la gran batalla que estaban presenciando.
El segundo delantero del equipo contrario había logrado evadir a los defensas, Ed corrió hacia él quitándole el balón pero tumbándolo, había cometido una falta en el área de penales. El tiempo se detuvo para todos.
8
Estaba completamente recto, inhalaba y exhalaba, las gotas de sudor no dejaban de fluir, era un momento crítico, todo dependía de él, en esos momentos no podía dudar, tenía que estar seguro exactamente a dónde se lanzaría para atajar el balón. Sólo miraba el balón, nada en el mundo existía en ese instante, sólo estaban él y el contrincante. Ningún ruido parecía percibirse en el campo, ni siquiera las moscas que pasaban volando emitían sonido alguno.
La tensión era enorme, pero era aún más para los espectadores, las preguntas se formulaban: "¿creen que lo detenga?", "¿podrá adivinar el tiro?", pero las afirmaciones no tardaron en escucharse: "no lo logrará", "meterá el gol", "nadie puede tener tantos reflejos".
Pero incluso así el resultado impacientaba a muchos, tanto que rayaba en la desesperación, deseaban gritar que ya tirara.
El jugador miraba a Ed con cierta altanería, tenía las manos en la cintura y parecía morderse los labios, arqueaba una ceja con prepotencia, él ya aseguraba el resultado.
El ritmo cardiaco de todos estaba al mil por hora, Lee tenía una fritura en la boca, May estaba con la boca abierta y Eddy arrugó el entrecejo molesto por tanta espera.
—¡Atájalo Ed! —gritó apoyando a su amigo.
El jugador tiró hacia la derecha, Ed se apresuró a taparla con su mano derecha, pero el balón se desvió a la izquierda, el jugador ya celebraba, pero de la nada Ed giró a su izquierda y saltó logrando atajar con su abdomen el disparo. Todo el público desencajó sus mandíbulas por tal maniobra, el estallido de gritos de la gente no se hizo esperar, el timbre que daba por terminado el receso sonó. Kevin y todos los chicos felicitaron a Ed por su gran papel, los del equipo contrario lo felicitaron mostrando su respeto, él sonreía contento. Los profesores lo felicitaban de igual manera, algunos gritaban "Ed" a ritmo de porra y ánimo, su nerviosismo empezaba a notarse.
—Mañana ten asegurado que tu almuerzo será gratis grandulón —dijo Kevin para irse hacia dentro de la escuela.
Ed fue hasta las gradas dónde estaba su mochila, pero al ver a May acercarse hacia él para entregársela se congeló, retrocedió un poco, pero alguien detuvo su paso, giró levemente la cabeza y dio con el o más bien dicho los responsables: Eddy y Lee.
—No le harás eso a mi hermana otra vez Ed —él tragó grueso.
—Oye hermano no sabía que era un gran jugador —dijo Eddy emocionado —, todos creían que iba a anotar, pero tú de alguna manera reaccionaste cómo si fueras una serpiente y lo atajaste, ¿no te dolió haberlo hecho con el abdomen? —Ed negó con la cabeza.
—Aparte de endurecerlo, también aprendí a cómo sumirlo para evitar ese tipo de cosas.
—Ten Ed —dijo May extendiéndole la mochila, él la tomó con mucha vergüenza —, ¿te gustaría almorzar conmigo mañana? —Ed no sabía cómo reaccionar.
—Vamos Ed, sólo di que sí, ella no te va a comer —dijo Lee tratando de quitarle la pena.
—Es… está bien —tartamudeó, May sonrió y se fue gritando de alegría, Ed arqueó una ceja confundido por esa actitud de ella.
—Bueno Ed, vamos al salón, falta poco para que salgamos —dijo Eddy y los tres se dirigieron a ello.
9
Empezaba a abrir los ojos, todo se veía borroso, no distinguía nada, pero poco a poco su visión volvió a aclararse, estaba en… ¿la enfermería?, trató de levantarse pero un zumbido en su cabeza lo detuvo, y entonces recordó ser golpeado por Marie.
—Ya despertó —dijo la enfermera, él volteó a verla un poco débil —, jovencito tienes suerte de que esta muchachita te trajera después de golpearte con la barda.
—¿Con la barda? —preguntó confundido.
—Sí Doble D, con la barda —dijo haciendo énfasis en la última palabra.
—Pero bueno, no pasó a mayores, cuídate más y mira por dónde caminas, ya pueden irse, la escuela terminó hace diez minutos —él abrió los ojos cuáles platos.
—¿Cuánto estuve inconsciente?
—Tres horas —respondió Marie —, pero no te preocupes, llegó un justificante y Lee me pasará los apuntes —Doble D con mucho esfuerzo logró ponerse de pie y juntos salieron del la enfermería.
Espero que les haya gustado, las personalidades y conceptos que les implanté a los personajes, aún faltan más por agregar pero eso se irá designando con el tiempo, y espero que no les moleste que haya unido de forma romántica a los protagonistas con las crueles, puesto que si mi imaginaba una relación seria que con el paso de los años se formaría, pero bueno, los invito a que dejen sus review de esta historia que va para largo, espero que le den buena acogida, también los invito a que se den una vuelta por mis otras historias, estoy seguro de que les gustarán. Nos vemos hasta la próxima.
Se despide su amigo y escritor:
CARPINTERO IMPERIAL
