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Proud Love


Chapter 1


Sus zafiros se posaron sobre la multitud que eufórica gritaba su nombre artístico en forma de un coro que hacía que los vellos de su nuca se erizaran levemente. A pesar de los años, décadas, todavía le seguía apasionando su trabajo. Una guitarra acústica fue puesta en su regazo mientras él se sentaba sobre aquella silla solemne que lo esperaba desde hace unos momentos.

Esa era su última canción en la noche, y la más difícil de todas.

Las cuerdas comenzaron a ser tensadas, mientras él con una voz ronca cantaba palabras pesadas que hacían que sus parpados se entrecerraran revelando unas pupilas cubiertas de recuerdos. Nostalgia, en conjunto con una dulce sonrisa melancólica se poso sobre sus labios mientras su mirada se posaba sobre la multitud, o mejor dicho, sobre el pasado.

Su aspecto seguía siendo el mismo desde hace un siglo, con la clara diferencia de que su físico había crecido un poco, pero fuera de ello, seguía usando su típico vestuario que lo mantenía en la sima de los más populares de esa generación. Las generaciones humanas parecían hacerse más estúpidas con el paso de los tiempos, el solo hecho de que nadie recordara a aquella estrella adolecente de hace siglos, fue un verdadera suerte para sí mismo y su estadía en ese mundo. Pero él sabía, que algo había cambiado, ya no era el mismo inmaduro que antes.

Unos ojos exóticos se posaron sobre el oscuro de sus parpados que cubrió mientras la última estrofa de la canción era cantada. Ángeles que destrozaban demonios con su inocencia, mientras demonios destrozaban Ángeles con su avaricia. Esa canción, era la que más le costaba cantar y tocar, no debido a esas notas tan difíciles que a lo largo de los años nadie ha excepción de él mismo había logrado tocarla en su plenitud, sino por los recuerdos pesados que cargaban consigo esas estrofas vomitadas en piropos abstractos.

Una vez en su enorme camerino se saco aquel saco largo que cargaba consigo para, por encima de la tela de aquella camisa azul oscuro, tantear las leves cicatrice cerca de sus costillas que todavía no lograban desvanecerse. Splendon´t le había dado una de las peores palizas de su vida, y debía agradecer a Foxy de que llegara a tiempo para que no lo matara definitivamente. Ese maldito, juro por su propia vida que se las pagaría todas, pero sin embargo no lograba dar con su paradero nunca, hace tres décadas cuando él fue a darles una visita al Señor del Norte y el Señor del Oeste, se encontró con él cerca de un pueblo cercano, sin embargo el peli rojo se había negado a luchar con él nuevamente bajo la escusa que: "Era una pérdida de tiempo, luchar contra alguien tan inferior como él".

Un día de estos se las pagaría, y le importaba poco que él no quisiera, le partiría la cara a golpes. Su mirada por leves momentos dejo de mostrar odio, para cubrirse de la más dulce simpatía al ver cerca de su espejo un dibujo hecho desprolijamente sobre un papel amarillento. Era un obsequio de Flaker, por lo que no había lugar en donde ese dibujo desfachatado no lo acompañara.

El niño era muy travieso, reencarnando fácilmente a Flippy a su edad, pero había algo diferente en ese niño. Él no lo podía decir a ciencia cierta, pero debía comenzar a asimilarlo con el tiempo, Flaker no era un demonio normal, era un hibrido. Eso lo notó tanto él como Flippy cuando en una de sus rabietas cuando era más pequeño, una lámpara de pesado hierro comenzó a levitar para ser lanzada hacia una pared cercana, seguida de los miles de juguetes que rodeaban esa habitación. No quería ser pesimista, pero si su amigo no comenzaba a enseñarle a controlar sus poderes al niño, fácilmente este podría ser más peligroso que él mismo.

Flaky, sabría qué hacer en esos casos. Una sonrisa triste se poso sobre sus labios al recordar a la peli roja de sonrisa dulce y actitud algo tímida, casi de inmediato, la imagen de Lammy vino a su mente.

Era extraña la manera en la que con las décadas iban pasando, se daba cuenta de que en verdad, una vez, la amo. Quizás, solo quizás, el amor que sentía se llegaba a acercar una milésima al que los gemelos tienen y siempre tendrán por ella, pero era sin duda, amplio lo que sentía cuando recordaba su rostro inexpresivo, cuando sus ojos se posaban en él fácilmente podía adivinar lo que escondía.

Las peleas, los insultos, en conjunto con esos leves momentos en paz que pasaron juntos, podrían decirse que los guardaba como lo más preciado de sus recuerdos. La atracción física, que sintió por ella, simplemente evoluciono al tal grado que ni él lo notó.

Esa valentía, esa autoridad y rebeldía ante todo, en conjunto con aquella altanería digna de una demonio. Lo habían cautivado.

Una sonrisa levemente irónica y entristecida se posó sobre sus labios mientras observaba su reflejo de manera asqueada— Que idiota soy…

—¿Y recién te das cuenta de ello?— Aquella voz, en conjunto con aquella imagen que le regalaba el espejo. Debía ser una jodida broma de su mente.

Se giró lentamente, para observar a aquellas sombras que dejaban ver nada más que un par de ojos brillosos que lo observaban. Aspiro con lentitud, sintiendo en el acto aquel aroma a lavanda calar por su sistema.

—¿Por qué tienes esa expresión tan depresiva, en tu rostro?¿Acaso no quedaste en el "Top Ten" en alguna boba revista adolescente?— Ella dio un paso al frente, revelándose en cuerpo completo.

Lejos habían quedado aquel vestido blanco con él cual había caído del cielo, en su lugar, un pantalón de vestir negro adherido a sus piernas en conjunto con un blusa blanca que revelaba levemente un escote reservado, mientras que una campera delgada de cuero cubría sus brazos a la par que unas botas de cuero altas de tacón, cubrían sus piernas hasta sobrepasar un poco sus rodillas.

Lammy notó esa mirada en su vestimenta. Apenas se había separado de las demás, se encargó de buscar ropa humana, para pasar lo más desapercibida posible. Para encontrar a los gemelos, debía dejarse ver así como también debía mantener un perfil bajo.

Fue verdaderamente una suerte para ella que unos sujetos que acompañados por sus vulgares novias comenzaran a gritarle cosas cuando ella paso por enfrente de un bar con ese vestido cubierto de sangre en su espalda. Quitarle una motocicleta y la ropa a una de esas mujeres, fue como quitarle un caramelo a un niño, he inclusive quitarle un caramelo a Nutty sería más difícil que la pelea patética que dieron esa docena de hombres y sus novias.

En su camino hacia Texas debía pasar por una ciudad antes, y al ver como un inmenso cartel de ese famoso y reconocido "cantante" se presentaba en esa ciudad no pudo evitar dar una parada antes.

Poso una sonrisa leve en sus labios ante la expresión de aturdimiento y completa sorpresa que tenía el demonio frente a ella.

—¡Hola, idiota!— saludo soltando una melódica risita de paso. Sin embargo, lo que vino después definitivamente no lo espero.

Unas extrañas gotas cristalinas caían de los ojos del demonio, mientras que unos brazos fuertes la encerraban en un abrazo asfixiante que a pesar de molestarla, simplemente la hicieron sonreír al sentir como el cuerpo de Splendid se estremecía bajo sus manos al ella posarlas sobre su espalda.

Su leve sonrisa se borró, al escuchar los sollozos que eran ahogados por su hombro. Eso no estaba bien, no viniendo de ese demonio. Se lo esperaba de sus gemelos, pero no de él.

—¿Qué sucede?— pregunto en forma de un susurro reconfortante que le helo la piel a él.

—No…no sabes cuánto te he extrañado…— dijo contra su rostro posando sus ojos azules sobre aquel morado que parecía más oscuro de lo usual. Olio nuevamente el aroma suyo, sin dejar de atraparla entre sus brazos. Algo estaba fuera de lugar— Lammy…¿Qué…

Ella simplemente apretó sus labios con fuerza, antes de cerrar sus ojos por un momento y asentir en silencio— Me he convertido en demonio…Al igual que las demás—susurro simplemente ante el asombro del de ojos azules.

—¿Las demás?

—En este momento Petunia debe estar siendo nombrada como la Señora del Oeste— Comento burlesca mientras una ladeada sonrisa aparecía sobre sus labios color cereza— Al igual que Flaky debe estar siendo adorada tanto por su hijo como por Flippy, ni que se diga de Giggles que iba con claros planes de corromperse a sí misma con su guardián. –Rió entre dientes al decir aquello. Splendid la observo con sus ojos abiertos con rudeza.

—Han vuelto…han vuelto todas…—susurro antes de posar su mirada sobre ese rostro sonriente que mostraba algo más que paz, sino felicidad. Lammy nunca había mostrado aquello cuando vivía. –Tú has vuelto…—susurro contra su rostro, antes de bajar sus labios hacia los suyos con clara intensiones de besarla.

Por fortuna para él no recibió un golpe que lo dejaría dos días en cómo, ni siquiera un miserable insulto de su parte, sino que simplemente una boca dulce lo recibió, mientras unas manos frías subían hasta su cuello y jugaban un poco con ellos. Succiono esos labios, a la vez que ella mordisqueaba un poco los suyos, sin embargo, ella se detuvo en seco no sin antes mantener atrapado entre sus dientes su labio inferior. Lo empujo con fuerza alejándolo de ella, antes de girarse volviendo nuevamente a aquella expresión inexpresiva de la vieja Lammy.

—Si llegas a contarle de esto a los gemelos, te castrare. Idiota— dijo sin más dándole la espalda para caminar hacia un casco de motocicleta negro. – Vendré a visitarte, luego de que encuentre a los gemelos. El mundo humano ha cambiado mucho desde la última vez que lo visite. Por lo que te necesitare de guía si quiero conocerlo…— Una suave sonrisa fue dirigida hacia él—Nos vemos después, inútil…—insulto, pero no pareció un insulto para él.

—¡Hey!¡¿Piensas dejarme así nada más?!— Grito caminando a su par gruñendo molesto—¡¿No me piensas dar un rapidito antes de irte?!— Lammy rodó los ojos, algunas cosas no cambiaba nunca—¡Quiero sexo, Lammy!¡Te pagare si quieres, pero dámelo!— le grito, dándose cuenta tarde de lo que había dicho, eso lo demostró el ceño fruncido y la mirada asesina que le regalo Lammy antes de girarse por completo hacia él y atraparlo del cuello con facilidad. Si los golpes de ella, siendo humana, dolían, ahora con esa fuerza demoniaca que había obtenido definitivamente no sabía cómo lo había dejado vivo, con esa paliza gloriosa que le dio. Se removió adolorido sobre aquella camilla de aquel caro hospital que su secretaria lo había mandado luego de haberlo encontrado con todos sus huesos rotos colgando de una viga del techo inconsciente.

Una sonrisa risueña se posó sobre su rostro al caer ante el hecho de que su dolor físico era verdadero. Ella estaba viva, y ahora, si tendría que lidiar con los gemelos por estar a su lado, lo haría. Con mucho gusto lo haría.


Muchos me lo pidieron, la verdad, me llamo la atención hacerlo. Quiero aclarar que esto va a ser una secuela de la anterior. Se dará justo después del final del fic "Demonic Love". Por lo que he intentado apegarme lo más posible a los personajes y a la historia. Sin despegarme tampoco de sus características originales.

Si el tiempo me lo permite, terminare primero Maldito Destino. (Que por cierto, estoy pensado darle un final pronto) Para luego comenzar a centrarme en este.

Sin embargo, quisiera saber si les atrae la idea de hacer esta secuela o no. Personalmente, me gustan que las cosas queden fijas en un final, pero debido a que Flaky y Flippy, no van a ser la pareja que manejare en este caso. Me anime a hacerlo. :)

Por lo que puedes dejar en los comentarios, ya tengas cuenta o no (Vamos a no ser tímidos! :D) para que continué de este primer capitulo.

Muchas gracias por leer! :)