CAPÍTULO 1: ¿Feliz Cumpleaños?

6:00 am, esa era la hora que marcaba el reloj-despertador de Harry Potter, un mago de 16 años de pelo alborotado, conocido por muchos como "el niño que sobrevivió", a pesar de que durante el último año lo había esta considerando como "el niño desequilibrado y violento".

Otra vez había estado soñando, y como consiguiente había pasado una noche muy mala, pues siempre le venía el mismo sueño: Sirius Black, su padrino, el único que podía considerar como su familia, cayendo a través de un velo negro colgado en un arco muy viejo, mientras la risa de Bellatrix sonaba de fondo. Siempre el mismo sueño...

- ¡Que calor hace! Como puede hacer tanto calor a las 6:00 de la mañana – pensó Harry.

Harry Potter se hubiese quedado toda la mañana, y tal vez, todo el día ahí acostado, sino hubiera por Hedwig, su lechuza mensajera, que había llegado con un mensaje, y harta de que su dueño no le hiciese caso, voló hasta el cabezal de la cama y empezó a picotearle el pelo, ya de por si, revuelto.

-AY! Hedwig! ¿Qué quieres?

Entonces se dio cuenta de que traía una nota atada en la pata.

-Gracias Hedwig – dijo el chico, mientras le daba un para de chucherías lechuciles (N/A: No estoy muy segura de que se llamen así, pero no lo recordaba muy bien).

Hoy a las 10:00 pm iremos a recogerte Tonks, Jenny, Moody y yo, para traerte al cuartel, ten tus cosas preparadas y díselo a tus tíos.

Remus J. Lupin

- Genial, lo que me faltaba... ir a un lugar donde todo me recuerde a Sirius... – pensó Harry.

Ahora le tocaba levantarse y empezar a recoger sus cosas, pero nada más mirar el panorama, le daban ganas de volverse a meter en la cama, pues la habitación del joven mago parecía haber sido el epicentro de un terremoto, en pocas palabras el chico no había guardado nada de lo que sacaba desde que vino de Hogwarts, sino que lo iba dejando de un lado a otro. Aún así el chico se vistió y empezó a recoger sus cosas sin mucho entusiasmo.

Después de unas cuantas horas (N/A: Así tendría el cuarto), ya estaba todo recogido y guardado en su baúl. Ahora a divertirse un poco, pues la cara que pusieron sus tíos y su primo cuando les dijo que esa noche a las diez vendrían a buscarlo cuatro magos adultos, entre los cuales estaba el del ojo azul eléctrico, era sin duda alguna un motivo de diversión, ya que no se sabía en realidad que emoción expresaba, si alegría porque se llevaran a Harry, si enfado porque vinieran a buscarlo unos magos o si terror por el hecho de que esos magos eran adultos, cuatro y encima lo habían amenazado.

Conforme se acercaba la hora, el nerviosismo se apoderaba del número 4 de Privet Drive. Hasta que a las 10:00pm exactamente...

DING, DONG...

- Chico! Baja aquí, que ya han venido! – gritó Vernon Dursley de muy mal humor.

El señor Vernon Dursley fue tembloroso, pero con cara de enfado a abrir la puerta, seguido de su esposa, a su hijo no se le veía desde hacía media hora, pues sus tres encuentros anteriores con el mundo de la magia (Hagrid, los caramelos de los gemelos Weasley y los dementores), ya fueron suficientes, por eso, y a pesar de que sonara irónico, se encerró asimismo en la alacena bajo las escaleras.

- Buenas noches, señor y señora Dursley. Venimos, como supongo que sabrá, a buscar a Harry – dijo, el siempre amable, Remus Lupin.

- Si... esto si... ya lo sé... Ahora baja... – dijo Vernon, sin quitarse de la puerta, como tratando impedir que pasasen.

Entonces oyeron los inconfundibles golpes del baúl del chico en las escaleras.

- Harry..., ¿necesitas ayuda? – preguntó una mujer que no conocía, y que Harry supuso que sería esa tal Jenny.

- No..., puedo sólo..., gracias – contesto Harry, pasando por alto la presencia de los demás miembros de la orden, pues aunque ya no estaba enfadado con ellos, mirarlos le recordaba, aquel día fatídico de Junio, cuando en la Sala de la Muerte, su padrino murió..., y ya tenía suficiente con los sueños.

Una vez hubo salido Harry con su baúl, su tío musito un "Adiós" antes de cerrar la puerta de un portazo (N/A: Que conste que Vernon nunca se despedía de Harry, pero prefirió despedirse él a que le obligaran a hacerlo, como hizo Arthur Weasley hacía dos veranos) y cerró con llave desde dentro, como si eso le sirviera de algo, si de verdad esos magos hubiesen querido entrar, ningún cerrojo se lo habría impedido.

Ninguna de las cinco personas que esperaba en la acera habló durante unos momentos, a Harry no le apetecía hablar mucho, pero finalmente no pudiendo soportarlo más preguntó:

- ¿A que estamos esperando?

- Esperábamos a que hablases, y así nosotros constatar que somos visibles, pues como no nos has dirigido la palabra. – dijo Moody

- Bueno, pues es que... no me apetece hablar mucho, nos vamos ya a casa de Si... – Harry no pudo acabar la frase, y ahora sabía lo que se le avecinaba, todos a compadecerse de él, pero no le apetecía hablar de eso ahora.

- Harry... – empezó Remus, pero Harry lo cortó.

- Estoy bien, ahora no me apetece hablar de eso, de modo que vamonos ya, de acuerdo?

- De acuerdo... – dijo Remus.

Bueno, Tonks ve tu delante de Harry, Jenny a la izquierda de Harry, Remus a la derecha, y yo cubriré la retaguardia... vamonos. – dijo Moody.

- Ojoloco te pasas un poco, solo vamos unas cuantas calles, hacía allí – dijo Tonks señalando hacía la izquierda. – La señora Figg, nos debe estar esperando desde hace un buen rato.

- ¿La señora Figg? – preguntó algo desconcertado Harry.

- Si – contesto Jenny – vamos a usar su chimenea.

Llegaron a casa de la señora Figg en cinco minutos, y sin romper la formación, pues Moody se habría enfadado.

- Me alegró mucho de verte Harry. – dijo la señora Figg.

- Yo también – contesto Harry.

- Bueno, Remus irás tu delante, después Jenny y luego Tonks, después de ella irás tu Harry, yo me quedaré aquí cinco minutos, para asegurarme de que no nos han seguido – dijo Moody.

- De acuerdo – dijeron todos a la vez.

Y tal y como dijo Moody, cruzaron. A Harry no le gustaba mucho este medio de transporte, pero en escoba Moody los habría intentado hacer pasar por Groenlandia y el autobús noctámbulo, daba muchos giros inesperados, de modo que eso no estaba tan mal. Llegó el turno de Harry, cogió un puñado de polvos flu, entró en la chimenea y gritó:

- Al número 12 de Grimmauld Place!

Casi al instante se vio girando en un remolino de colores donde podía ver diferentes chimeneas, hasta detenerse, pero algo había salido mal, pues había dado a una habitación oscura, donde al parecer no había nadie, instintivamente sacó la varita, teniéndola preparada por si acaso hubiese salido en otra chimenea, cuando de repente se encendieron las luces y...

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HARRY!

Como había podido olvidarlo, hoy era el día de su cumpleaños, 31 de julio, y se fijó que allí estaban Hermione, los Weasley (N/A: exceptuando a Percy, Bill y Charlie), Kinsgley, Tonks, Remus y Jenny..., pero él no miraba a penas quien había, sino quien faltaba, Sirius..., Harry se dio cuenta que aún sostenía la varita en alto, se apresuro a guardarla y musitó:

- Gra-gracias a todos, por esta sorpresa, se me había olvidado...

- Típico de ti, Harry – dijo Hermione al tiempo que iba a abrazarlo.

- Tio, sin ninguna duda eres la única persona que conozco que se olvida todos los años de su cumpleaños – dijo un muy sonriente Ron, el cual parecía que en las últimas semanas había crecido varios centímetros.

A pesar de que se encontraba aún un poco alicaído, le alegró ver que sus amigos se habían tomado la molestia de organizar esto para él... A continuación, todos se pusieron a felicitarlo, y a abrazarlo, hasta que la señora Weasley dijo:

- Bueno..., espero que no hayas cenado Harry, porque he preparado algo muy especial.

Y así era, la madre de Ron, había preparado varios de sus platos favoritos: pastel de carne, tarta de melaza, macarrones al horno..., después de comer, la señora Weasley hizo un movimiento de varita y los platos se retiraron de la mesa, para dar paso a una tarta de cumpleaños, en la que se había escrito: Feliz Cumpleaños, Harry, con letras de chocolate. Después de la tarta, sus amigos le trajeron los regalos, Hermione y Ron le habían comprado conjuntamente un pensadero, la señora Weasley le había comprado un par de camisetas, una era negra y había una snitch que se movía, y la otra era de color rojo oscuro con un león estampado de forma muy realista, Tonks y Moody, que ya había llegado, le regalaron un libro titulado "Manual del Auror, hoy" de Tom Buroughs y se fueron argumentando que Tonks tenía que trabajar, pues tenía el turno de noche en el ministerio y Moody se fue, sin dar ningún motivo, muy típico de él, e incluso Jenny le hizo un regalo que fue, muy a su pesar, un libro de pociones titulado "Venenos y sus antídotos" de Larry Struncler, y le dijo en voz baja:

- Es que soy sanadora (N/A: Medimaga) y cuando me enteré que Snape era tu profesor de pociones, pensé que esto te vendría bien, por si intentara envenenarte.

- Gracias, sin duda, este libro me vendrá bien – dijo Harry, pensando que lo que había dicho Jenny era muy cierto, pues no sería la primera vez que lo intentara, aunque la ultima vez, en cuarto, se libró porque tenía la comprobación de varitas mágicas para el Torneo de los Tres magos.

Los gemelos Weasley y Ginny le regalaron una cajita de bolsillo de Magifuegos Salvajes Weasley Deflagración Deluxe, es decir, una de las que gastaron con la profesora Umbrigde el curso anterior, al recordarlo, Harry no pudo evitar sonreír, y dijo:

- La guardaré siempre en el bolsillo, por si me encontrara con alguien tan desagradable como Umbridge.

- Eso esta bien, recuerda que la tienes que prender con un toque de varita. – le dijo Fred.

Y Remus le regaló una baraja de naipes explosivos nueva.

- Siento que mi regalo no pueda ser mejor, pero últimamente nadie quiere darme trabajo y... – empezó a decir Remus, pero Harry le volvió a cortar.

- Esto está bien, me hubiese conformado con una tarjeta, no estoy acostumbrado a que se celebre mi cumpleaños

- Además Remus, esta fiesta fue idea tuya, así que en parte, este también es tu regalo a Harry – dijo Molly Weasley.

- Ya..., pero me hubiese podido regalarle algo mejor – dijo Remus un tanto avergonzado. – De modo que si te puedo ayudar en algo, sólo tienes que decírmelo...

- No es necesario, pero quería saber una cosa... – dijo Harry, pero esta vez fue Arthur Weasley, quien lo cortó.

- Harry, si es algo referente a la orden, sabes que seguramente habrá cosas que no podamos decirte.

- No, no tiene que ver con la orden – contesto Harry. – Es que Remus recuerdas, cuando os hablé a ti y a Si-Sirius sobre lo que vi en el pensadero de Snape, sobre mi padre y eso?

- Aja – contestó Remus

- Pues lo que quería saber era como mi madre pudo acabar con mi padre, si tanto lo odiaba, creo que ya te lo pregunté, pero entonces no tenía mucho tiempo, ahora que tengo un poco más me gustaría saber como fue posible..., pero sino quieres, lo entenderé – dijo Harry.

- Como no voy a querer, eso te lo habría contado de todas formas... – empezó Remus, pero fue interrumpido por Jenny

- Pero es una historia demasiado larga, ¿que te parece si te la contamos mañana?

- ¿Contamos? ¿Tu también conocías a mis padres en esa época? – preguntó Harry

- Por supuesto – dijo Remus – Jenny era una de las mejores amigas de Lily, entre los dos podremos contártelo más completo, pero tiene razón es una historia demasiado larga.

A la mañana siguiente, se levantaron muy tarde desayunaron, limpiaron un poco la habitación de Buckbeak, ahora vacía, pues Hagird se lo habia llevado hacia una semana a una nueva manada de hipogrifos y después bajaron a comer, cuando acabaron, el señor Weasley y Fred y George se fueron a sus respectivos trabajos, y entonces Harry, le recordó a Remus y Jenny que tenían que contarle lo de sus padres.

- Aaa, si, es verdad, ya se me había olvidado – dijo Jenny, y fueron todos (N/A: Harry, Ron, Hermione, Ginny, la señora Weasley y por supuesto, Jenny y Remus) al salón para que les contaran la historia.

- Bueno, pues todo empezó en el día 1 de septiembre de nuestro último año en Hogwarts...


Bueno, esta historia la subí hace un montón, y hace poco (en realidad esta mañana) se me ocurrió, editarla y si encuentro más tiempo continuarla, pero ya hace tanto tiempo, que espero poder seguir el hilo bien, y que les guste a aquellas personas que dediquen algo de su tiempo a leerla.

Tampoco se ilusionen mucho, yo voy a ir poco a poco, segun el tiempo libre que tenga, y si aquellos que la lean quieren darme sus opiniones, criticas e incluso ideas para el fic, se lo agradeceré encantada.

Mandenme una lechuza pulsando abajo, donde pone Review.

Bss y hasta pronto!