Unas notas antes de empezar: Me tardé en publicar este fic , más que nada al pensar en la reacción de algunos fans ante el descaro y poca conciencia que implanto a los personajes, pero ante la increíble cantidad de "Adaptaciones" que no son más que simples copiar/pegar un libro me decidí finalmente a poner esta idea para tratar de demostrar cual es la idea de una adaptación.
Este fic esta basado en la película de "Bad Teacher" o en español: "las malas enseñanzas" búsquenla en internet y como ejercicio les invito a que descubran las similitudes y diferencias entre ambas ideas. Pues bien sin más aquí les dejo el primer capítulo.
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Capítulo 1: Una de esas mañanas.
"No he abierto los ojos y ya sé que va a ser una de esas mañanas…"
Un poco antes de que sonara el despertador, Anko Mitarashi se levantó de su cama y salió corriendo al baño, tropezando con una carpeta de latas de cervezas justo bajo su cama, después de unos instantes se escucharon los sonidos de alguien vomitando y el vaciar del agua del excusado. La mujer salió tambaleándose, completamente desnuda, al pasar cerca del espejo de cuerpo entero que colgaba en su pared se dio el tiempo de checar lo que reflejaba. Una mujer de veinticinco años, no muy alta, delgada, buenas piernas, vientre plano, un trasero no muy pronunciado pero firme, sus pechos no muy grandes tal vez, pero sabía que las "pequeñas lolas" robaban las miradas masculinas, especialmente cuando usaba aquella camiseta de malla casi transparente; miro su mano derecha y vio el lujoso y caro anillo de compromiso. Pronto se convertiría en la señora de Umino y podría dejar aquel trabajo de mierda que tanto odiaba, finalmente se dedicaría a lo que más le gustaba en la vida.
El sonido de la alarma la hizo dar un salto, era casi la hora. Tomó la primera ropa que encontró en el suelo y salió a la cochera, a medio camino recordó que no tenía ropa interior, lo considero un momento pero le restó importancia, después de todo, era el último día y nadie en el odioso trabajo lo iba anotar.
Subió al auto mientras terminaba de ponerse la minifalda y buscaba las llaves en su bolsa.
—Condones, mentas, cigarros… —Enlisto mientras sacaba todo y lo lanzaba a la parte trasera del auto— Dos pastillas de… —Las miró detenidamente— No recuerdo haber tomado esto. —Se alzó de hombros y las lanzó también, ya averiguaría que hacían, finalmente sonrió victoriosa y puso las llaves en el arranque, el embrague gimió cuando ella lo metió incorrectamente y dio marcha atrás un poco aprisa. Pero se detuvo cuando escuchó algo crujir bajo las llantas.
No deseaba hacerlo pero se bajó del auto y con cierto asco notó la sangre y las viseras, había atropellado al gato de la vecina. Sacó unos papeles de la parte trasera de su auto y conteniendo su repugnancia envolvió con cuidado los restos del animal y los arrojó al bote de basura, aventó un poco de tierra sobre el manchón de sangre en el suelo y esperó a que la vecina no lo notara hasta que ella regresara del trabajo, después todo sería irrelevante.
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El colegio particular Hikawa terminaba sus clases ese día, los alumnos recibían sus diplomas y los maestros despedían un año más de cursos.
—Atención por favor. —El director llamó la atención de todos en la sala de maestros— Hoy aparte del final de cursos tengo el agridulce deber de informar una baja en nuestro profesorado.
Hubo un confuso intercambio de miradas ¿De qué se trataba?
—Aunque no convivió mucho con nosotros, por sus trabajos comunitarios. —El director sonreía con beatitud— Yo creo que todos extrañaremos a la querida Mitarashi Anko-san quien se casará esta primavera.
Algunos aplausos aislados y un poco mas de sonrisas incomodas, Anko ignoro todo eso y se adelanto mientras exhibía el anillo de compromiso.
—Gracias, gracias. —Dijo ella haciendo una exagerada reverencia— Pues así es. Finalmente esta gratificante carrera de MMC (Mientras me caso) llegó a su fin y aunque no conocí a muchos de ustedes (Ni me importa un pepino) Les diré que los extrañare a todos (¡NO!)
Volvió a hacer una reverencia y después tomó su bolsa del escritorio saliendo del salón sin mirar ni una vez atrás, finalmente estaba libre y no tenía ninguna necesidad de dar explicaciones ni de comentar nada con aquellos que al final solo fueron sombras en su vida.
Se metió a su auto y respiró hondo, disfrutando del momento, ya era solo cuestión de ultimar algunos detalles y pronto la esperada vida de lujo la recibiría con los brazos abiertos.
—Pero antes que nada. —Dijo mientras revisaba la guantera— Un porrito para despejar la mente. —Sacó un pequeño cigarro artesanal y lo vio con satisfacción— La mejor yerba del país de la hierba…
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Detuvo su automóvil cuando casi estaba a punto de abrirle otra puerta a la cochera, bajo a trompicones y se detuvo un momento a esperar que el resto de su persona se compusiera, sacudió un poco la cabeza y se sintió mejor, en ese momento podía comerse el mundo a manos llenas. La vecina estaba en la casa de al lado, llamaba a su gato a comer… Bueno, ya se resignaría.
Entró a su casa y aventó las llaves sobre la mesita de la entrada, mientras canturreaba una canción que había oído a la última fiesta a la que asistió. Se quedó quieta en la entrada de la sala, ahí estaba sentado su prometido Iruka.
—Umi-chan. —Dijo ella sonriendo— No esperaba que vinieras hoy.
—Yo tampoco lo esperaba. —Dijo él muy serio— Pero tenía que tratar este asunto en persona… A pesar de que me pidieron que no lo hiciera.
En ese momento de la cocina apareció la madre de Iruka. Anko hizo una mueca de dolor.
—Que sorpresa verla aquí "mami-suegra"
—No tienes ningún derecho a llamarme así, tú zorra desvergonzada.
Anko se quedo helada, el primer impulso fue contestarle pero no podía. Frente a Iruka siempre se había portado como una "niña buena"
—Encontré un video en youtube. —Dijo Iruka.
Mierda.
—Chica salvaje sin pantaletas…
Doble mierda.
—Tiene más de doscientas mil vistas y me supongo que sabes quién es la protagonista de esa cosa.
— ¡Me drogaron! —Dijo de inmediato— Me jugaron una broma de fraternidad, me secuestraron, me…
— ¡Por el amor de dios, deja de mentir! —Iruka se levantó de golpe— Tu organizaste esa, esa… ¡Orgía!
—¡Fue mi hermana gemela maligna! —Casi chilló Anko.
— ¡Usted es hija única! —Le gritó la madre de su prometido— Y averiguamos que ha estado por lo menos tres veces arrestada por conducta indecente.
—Lo malinterpretaron. —Anko empezó a sentir pánico— Era una artista callejera y…
— ¡Te orinaste en una piscina! —Le reclamó Iruka
—Todo mundo lo hace.
— ¡No desde el segundo piso de un hotel! —El hombre se llevó las manos a la cabeza en un intento de serenarse— El colmo es que ya me llegó el balance de mi tarjeta de crédito… Estoy endeudado hasta el cuello gracias a tus despilfarros.
—Umi-chan…
—Me has estado tomando el pelo… Y mi dinero. No sé porque pero estoy seguro que si escarbo más en tu pasado voy a encontrar cosas que no quiero saber. Yo creo que no debemos seguir con esto…
Se hizo un silencio tenso y helado. La señora Umino estaba sentada, con la mirada fija en un pliegue de su vestido y Anko viendo el piso con un tic nervioso en su ojo.
—No puedes dejarme. —Dijo entonces levantando la vista— ¡Porque estoy embarazada!
La madre de Iruka miró a su hijo, con una expresión de sorpresa. El hombre estaba impávido. Simplemente se acercó a Anko y puso una mano en su cuello, ella logró poner una cara compungida mientras el pasaba su mano por el cuello al hombro. Y después hizo un movimiento brusco. Anko grito cuando Iruka le arrancó el parche-anticonceptivo que se ponía en ese lugar.
—Se acabó. —Dijo Iruka con el parche sujetado entre sus dedos— Ya cancelé tu tarjeta y bloqueé mi cuenta. Regrésame el anillo.
Anko se sacó la sortija y la arrojó al suelo. Iruka la recogió sin decir ni una palabra más y salió de la casa seguido por su madre.
Anko se llevó las manos a la cara tratando de contener el llanto que amenazaba con salir. Suspiró y fue a la cocina, abrió el refrigerador y destapó una cerveza, ahora no era el momento del llanto, había que pensar en cómo salir de esa situación.
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Seis meses después…
"Aun no he abierto los ojos y sé que va a ser una de esas mañanas…"
Anko se despertó totalmente y vio los números luminosos de su reloj despertador. Faltaban unos minutos para que fuera la hora pero decidió no esperar más, el catre donde dormía no era lo más cómodo del mundo y sin duda sus compañeros de departamento no tardarían en despertar también.
Después de la ruptura con Iruka había tenido que venderlo todo. Incluso su adorada casa que apenas sirvió para cubrir los pagos más fuertes de su deuda. Finalmente ya sin opciones empacó lo poco que tenía y regreso al viejo pueblo que la viera nacer…
Konoha.
— ¿Vas a usar el baño? —Un par de cabezas se asomaron en ese momento de una habitación.
Izumo y Kotetsu, sus "adorables" compañeros de cuarto se acababan de levantar y parecían un par de lechuzas bebes asomándose en el nido. Y la comparación no podía ser más atinada, aquellos dos parecían un par de enormes bebés sólo interesados en.
—Vamos a estar una semana fuera. —Dijo Kotetsu— La convención anual de Dungeon Siege online será mañana y estaremos en primera fila.
—Tenemos listos los disfraces de gladiadores. —Anotó Izumo con una enorme sonrisa.
—Disfrútenlo par de "lerdos" —Dijo Anko sin volverlos a mirar—Yo tengo que presentarme en esa estúpida secundaria en una hora…
—No es estúpida. —Izumo puso una cara ofendida— Fue nuestra alma mater y sin duda uno de los colegios más importantes en todo Konoha.
—De todo el reino de Fuego. —Acotó Kotetsu.
La única respuesta que recibieron fue la mano de Anko levantando someramente el dedo de en medio.
Ellos simplemente se alzaron de hombros y regresaron a terminar sus maletas.
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Anko tuvo que admitir que por lo menos el edificio escolar era algo muy diferente a las otras aburridas escuelas que había visto antes. Pero todo eso carecía de importancia ante la enorme cantidad de esas molestas cosas que le arruinaban el trabajo: Los niños… Peor aún, pre-adolecentes.
Una parvada de esas criaturas llenas de acné y hormonas pasaron al lado de ella literalmente desvistiéndola con la mirada. No les dijo nada, pero memorizó sus caras, ya tendría tiempo de mostrarles lo que la palabra infierno significaba en realidad. Y entonces llego la segunda cosa más molesta de su trabajo.
— ¡Sin duda una verdadera expositora del ardiente amor a la enseñanza!
Profesores.
El ejemplar en cuestión era sin duda uno de los más extravagantes que hubiera visto: Enorme, musculoso, vestido en un horroroso deportivo verde de pantalón y sudadera, silbato al cuello, unas cejas enormes y un peinado de coco que le recordaba a un comediante americano muy viejo, pero lo más escalofriante erra aquella enorme y brillante sonrisa que le estaba dirigiendo a ella.
—Profesor de educación física, Maito Gai a su servicio. —Dijo haciendo una pésima reverencia— ¿Me atrevo aventurar que usted es nuestra nueva profesora de apreciación artística?
—Anko… Mitarashi —Dijo ella sintiendo un escalofrío mientras él le tomaba de la mano.
—No hagas eso, Gai, La estás asustando.
Anko escucho una voz profunda y masculina con un ligero tono de desgano y al levantar la vista sintió que su entrepierna lanzaba una exclamación de alegría; virtualmente pasó por encima del extraño maestro de deportes y haciendo abanicar las pestañas se acercó cual tímida violeta al recién llegado.
—Anko Mitarashi, maestra temporal a su servicio… Señor…
—Kakashi Hatake. —Dijo el hombre con un leve movimiento de cabeza— Y disculpe si no me quito la bufanda pero pesque una gripa y no quisiera contagiar a la gente.
—Oh no, no, —Dijo ella poniendo una mano en el pecho del hombre— Es tan gentil de su parte. —De repente recordó algo— Tengo que presentarme con la directora.
—Entonces la veremos en la sala de maestros después de la primera clase. —Dijo Kakashi, bajo el rostro embozado casi se podía ver una sonrisa.
Anko solo le dio su sonrisa más coqueta y después se alejó, moviéndose de manera que varios estudiantes tuvieron que ponerse las mochilas por delante para evitar dar ciertas explicaciones.
—Ni se te ocurra esta vez. —Maito Gai se acercó amenazante a Kakashi— Yo la vi primero y me parece que teníamos un acuerdo…
Kakashi le dedico una larga, larga mirada antes de responderle mientras ladeaba la cabeza.
—Perdón… ¿Tú quién eres?
Maito casi rugió antes de apuntarle con un dedo amenazante.
— ¡No, no, no, no! ¡No vas a empezar con tu amnesia selectiva en este momento, maldito remedo de espantapájaros!
—No te tienes que enojar así, hombre. —Kakashi se acomodó la bufanda— Además no es cosa mía, depende de lo que ella decida en todo caso.
Dicho esto se alejó de ahí con tranquilidad sin sentir como el maestro de educación física parecía quererlo apuñalar con la mirada.
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Anko miraba con nervios a la directora, era una mujer ya mayor pero muy bien conservada que emanaba autoridad por cada poro de su cuerpo, sabía que se llamaba Tsunade Senju… Pero todo mundo le decía simplemente la Directora.
—Parece que sus papeles están en orden. —Tsunade cerró la carpeta que tenía ante ella— Una clase como la suya aunque no de vital importancia siempre es delicada, la juventud de hoy en día siempre suelen confundir "apreciación artística" con "Ver caricaturas"
La mujer entrelazo sus manos con perfecta manicura y las colocó bajo su barbilla; sus ojos cafés se centraron en el rostro de Anko.
—Le dejaré una cosa en claro señorita Mitarashi, no tolero errores, ni desplantes, ni indisciplina, si veo algo que no me parezca durante su estadía en esta institución, me encargaré personalmente de que no vuelva a ejercer su profesión ni aquí ni en ninguna escuela del reino de fuego ¿Me explique claramente?
Anko tragó saliva, pero logro que sui voz se escuchara firme y despreocupada.
—Claro como el cristal señorita directora.
—Bien, haré que la profesora Shizune le muestre las instalaciones y donde dará clases. —Tocó un timbre de su intercomunicador mientras Anko se levantaba— Ah olvidaba un pequeño detalle. —La mujer sacó una carta del expediente de Anko y la rompió con delicadeza— Conozco muy bien a su mentor, Orochimaru, le agradeceré que no vuelva a mencionarlo mientras este frente a mi ¿Le parece?
La maestra asintió rápidamente con la cabeza antes de salir de la oficina y se maldijo por pedirle una carta de recomendación a la vieja serpiente, bueno, ya hablaría con él cuando tuviera una oportunidad de ir a Otogakure.
Una mujer se acercó a ella, posiblemente de su misma edad, pelo negro en un corte al tazón y vestida como si fuera la maestra de su abuela.
—Hola compañerita. —Dijo ella con una cálida sonrisa— Soy Shizune, maestra de educación moral y tu vecina de pasillo.
Aquel saludo le sentó a Anko igual que beberse un vaso de leche tibia después de una borrachera monumental.
— ¿Podíamos ver mi salón de clases? —Preguntó evitando una arcada.
—Seguro. —Dijo Shizune sin notar el gesto de asco— Te aseguro que nuestros Querubincitos estarán súper contentos de tener una nueva luz de estudios.
Anko agradeció de corazón no haber comido nada antes de llegar a la escuela las cosas se hubiesen puesto un poco asquerosas en aquel pasillo.
—Conocí a dos maestros más en la entrada. —Dijo para tratar de olvidar un poco sus nauseas— El tal Maito… y un verdadero monumento de…
—Kakashi-chan esta apartado. —Dijo Shizune interrumpiéndola en un gesto travieso— Pensamos comprometernos a finales de este año escolar.
―Oh bueno. —Anko hizo una mueca, el tipo era guapo pero no valía la pena empezar una guerra para quitárselo a aquella tipa que empezaba a caerle mal.
—Kakashi es heredero de una cuantiosa fortuna, pero le gusta dar clases… ¿No es una dulzura?
Oh, el dulce sonido de los tambores de guerra.
—Este es tu salón. —Shizune se dirigió al suyo— Ten un día genial con tus alumnos.
Anko espero a que ella cerrara la puerta y después le mostró el dedo de en medio. Iba a ser un verdadero placer quitarle el novio.
Abrió la puerta y treinta pares de ojos se posaron sobre ella escrutándola como perros hambrientos a un pedazo de carne.
Una chica de cabello rosa, sentada en la fila de enfrente tosió para llamar su atención.
—Disculpe profesora pero me parece que lo correcto es que ustedes lleguen antes que nosotros.
Algunos murmullos de aprobación entre los alumnos y Anko confirmó que esa era una mañana en la que se debió quedar en casa.
CONTINUARA…
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Y unas Notas para terminar: La idea básica de escoger a Anko como protagonista y no a alguno de los protagonistas estándar es porque este es un fic sobre maestros (buenos o malos) y la manera en que dejan su huella en los alumnos. Aquí es ver el punto de vista de esos personajes que casi nunca son apeciados pero fueron importantes para la trama de una manera u otra.
¿La dama serpiente se esta portando como una perra? (Valga la extraña comparación) pues en realidad no es nada comparado a lo que se viene pero no estoy haciendo ashing en contra de ella todo, todo tiene una razón de ser, espero sigan este fic con atención.
