PRÓLOGO

*PRIMER DÍA DE UNIVERSIDAD*

(Año 2004)

Misato Katsuragi era aparentemente una chica común como muchas a sus 18 años, pero en realidad, nadie conocía la historia de esta chica.

El primer día de clases en esa prestigiada Universidad de Tokio la llenaba de ilusión y esperanza para poder cumplir la promesa que se había hecho hacía un año atrás, vengaría a su padre destruyendo a los seres que habían provocado su muerte 3 años atrás, en el segundo impacto. Su padre era el famoso investigador Katsuragi, y en una expedición donde ella lo acompañaba, un ser luminoso de gran tamaño destruyó toda la Antártida, no hubo sobrevivientes, salgo ella, su padre moribundo la cargó en brazos, ella estaba inconsciente tras la explosión e iba malherida, la metió en una cápsula, le entregó su collar de cruz y cerrando la cápsula y cayendo sobre ella, murió al mismo tiempo que otra gran explosión terminaba de destruir todo. Unos minutos después, Misato abría la cápsula y se asomaba para ver lo que parecían ser unas alas gigantes que llegaban hasta el cielo y encontrar en su mano, la cruz que su padre le había dado, lo último que recordaba era abrir los ojos y ver a su padre antes de cerrar la cápsula que le salvaría la vida. Después de ese acontecimiento, Misato quedó sin habla durante 2 años, pero después se había prometido vengar a su padre a como diera lugar.

Decidida a lograrlo, había elegido la carrera de Transmisiones y Gestión Operativa, para lograr ser contratada en Gehirn con un buen cargo, afortunada o desafortunadamente para ella, también su apellido le ayudaría de mucho en el futuro, pero por ahora debía poner todo su empeño y esfuerzo por terminar con honores la carrera, no sería fácil al principio, pues había perdido un par de años pero sabía que podía lograrlo.

Llegó al aula de clases que indicaba la lista pegada en la entrada del colegio, puso una gran sonrisa y comenzó a saludar a todos sus nuevos compañeros de clase presentándose y comenzando a crear amistades. La verdad era que odiaba poner esa cara divertida y fingir que todo estaba bien, pero odiaba más tener que hablar con tanta gente y fingir ser una chica totalmente extrovertida, en parte, tenía miedo de convivir y socializar, después de no haberle dirigido la palabra a nadie durante tanto tiempo, se sentía rara y un poco falsa por ahora hablar con todos.

Las clases comenzaron y Misato decidió sentarse por una de las filas de en medio, ni muy atrás pero tampoco hasta adelante y durante clase prestó la mayor atención y procuró ser la más participativa de todos.

Al terminar las clases, Misato se despidió muy sonriente de sus compañeros y se dirigió a su hogar, un pequeño departamento que había comprado con la indemnización que Gehirn le había dejado por el accidente con su padre, gracias a ello, Misato había estado en tratamiento médico todos esos años atrás.

Abrió la puerta, se quitó los zapatos y entró. Dejó su bolso con su cuaderno tirado en el piso y se recostó en su futón, observó el techo recordando todo lo que había visto y vivido ese día, las cosas ahora serían muy diferentes para ella.