Hola!

Este es el primer fic que subo a Fanfiction (en toda la red en realidad). Este es solo el prólogo, un poquito largo pero bueh...

Les agradecería mucho sus opiniones, buenas, malas, gas pimienta, etc. , habrán parejas pero se armarán a lo largo de la historia, también acepto sugerencias ;). Ok, ya no los aburro más, solo espero que disfruten la historia y... pues que no se arrepentirán :D. A continuación, el fic.


...Como las hojas...

...By: Hanna.sama

Summary: AU. El viento nos trajo aquí, como hojas. Volteó nuestros destinos uniendo nuestras vidas, salvándonos. Pero recuerda lo que no hay que tocar: quienes fuimos antes de llegar y lo que somos fuera de este lugar.

Aclaraciones:

-Hola (diálogo)

Hola (narración)

Hola (pensamientos)

Hola (algo que desee destacar)

oooOOooo (Flash foward: cambio de tiempo hacia el futuro. Lo contrario del Flash back xD.)

...+...+... (cambio de escena)

El Flash back lo anunciaré previamente en negritas.

Los personaje (al menos los principales) tienen 16 años.

Disclaimer: ningún personaje de Naruto me pertenece, solo la historia ;)

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...Prólogo...

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Estaba inquieta. El viento que corría aquella noche no era de los más fuertes, pero si el más bullicioso. Si cerraba los ojos podría pensar que se trataba de una tormenta, o el presagio de una, pero no era eso lo que la mantenía despierta esa noche.

Decidió salir y sentarse en su pórtico con una taza de café, como lo hacía las últimas noches. El viento volvió el barrió aún más tétrico, ya que el grito del viento se había devorado todo ruido que representara algo vivo, era como estar sentada en medio de la misma nada.

Se levantó pesadamente de su asiento de piedra y se estiró en señal de pereza. Contempló el cielo en busca de algo, de aquello que sobrara, que no estuviera, o que simplemente nunca estuvo ahí, aquello que la inquietaba tanto.

Su mirada dio a parar en lo alto de su gran y polvoriento hogar, dónde pudo divisar un conjunto de letras pintadas en cobre que con el tiempo se habían desgastado. Sonrió melancólica y entró de nuevo a su casa olvidando su taza de café. Luego de unos minutos volvió a salir con una pequeña caja de herramientas y una escalera, dispuesta a borrar por completo aquel escrito. Este decía solemne "Clínica pública de Konoha".

Le había tomado un par de horas pero logró borrar cualquier indicio del letrero. Se quitó algunos mechones rubios y algo de sudor que cubrían su frente y dio por terminada su labor esperando haber tranquilizado su espíritu. Parecía estar mejor y cuando decidió retomar aquel café notó que ya no estaba en el escalón superior donde lo había dejado, de hecho, no estaba por ningún lado. De pronto unos sonoros sorbitos no muy lejos de allí interrumpieron sus pensamientos. Había encontrado al ladrón.

Caminó unos cuantos pasos hasta doblar en la primera esquina, lugar dónde reposaba un pequeño bulto y al parecer el dueño de aquellos ruidos.

-No deberías tomar café a tu edad- se acercó con cuidado tratando de no asustar a la criatura.

-Yo...yo no...¡Es mío¡Yo lo encontré, ttebayo!- aquel personaje se volteó desafiante, dejando al descubierto un par de brillantes y expresivos ojos azules. Estos parecían relucir a kilómetros, a pesar de la oscuridad.

-Uff...vamos, devuelve mi café, te hará daño

-¡Ni lo pienses, es mío ahora!- sin dudar de sus palabras se bebió el resto del café de un solo sorbo. El sabor amargo hizo que escupiera cada gota que había tragado, además de que se había quemado la lengua. -¡Puaaaaaj! q-que mierda de bebida...- apenas si se sostenía con sus ya delgadas piernas y el frío de la noche no ayudaba.

-¿Qué tus padres no te lavan la boca de vez en cuando niño?

-Que va...

-Esa no es una respuesta

-Busca una vida, anciana

-¿C-Cómo me llamaste...?

-Anciana

En ese momento el estado de aquel crío era lo que menos le importaba, ya que sin chistar le propino un buen golpe, no muy fuerte pero si lo suficiente para inmovilizarlo por un rato.

.¡Auch¡¿Sabías que puedo denunciarte por eso bruja?!- el niño se sostuvo la cabeza a la vez que trataba de arroparse del frío.

-Se que me arrepentiré de esto- dicho esto agarró al pequeño de la camisa y lo condujo hacia su casa.

-¡Suéltame,ttebayo!- el chico pataleaba todo lo que podía con tal de soltarse del agarre, pero fue inútil.

La mujer colocó al niño en un acolchado sillón frente a la chimenea, arropándolo con una colcha de lana y quitándole la taza de las manos.

-Iré por algo de leche, quédate allí- sonrió por lo bajo al ver como el pequeño bulto de tiritones y cabellos rubios se hundía en la colcha, impresionado por el descomunal tamaño de la sala.

Luego de un rato volvió con la misma taza, solo que repleta de leche caliente, y con un pequeño botiquín.

-¿Cuanta gente vive aquí?

-Solo yo ¿por qué?

-Tu casa es muy grande ¿no te sientes sola?

-Que extraño eres, primero me insultas y luego te interesas por mi

-Soy un niño, es natural ser curioso- volteó la cabeza y dio un gran sorbo a la taza.

Se acercó y vio que el chico tenía algunos cortes en su rostro y manos. Untó alcohol médico en un algodón y procedió a curar sus heridas.

-Eres muy valiente, la mayoría de los críos no soportan que le limpien las heridas

-A diferencia de ellos yo no soy un marica ¡ay!- retrocedió un poco al sentir aquel líquido recorrer una de las heridas de su muñeca.

-Soy Tsunade ¿cómo te llamas?

-Uzumaki Naruto, ttebayo- la observó algo desconfiado y con la cara cubierta de leche.

-Bien Naruto, deja que te desinfecte esos rasguños que tienes y...- el niño se tapo la cara agresivamente.

-¡Son de nacimiento, tarada!

-Será mejor que cuides tus palabras pendejo o no sólo te saco de mi casa, sino que te tiro a un puente ¿entendiste?- tenía un notable tick en el ojo lo que demostraba su escasa paciencia.

-Haz lo que quieras, con tal que no te pedí ayuda, vieja

-Ya verás...PENDEJO MALCRIADO!!- no aguantó más y zarandeó al niño como nadie lo había hecho.

En las calles se escuchaban gritos y risas por parte de aquella gran casa. Sería una larga noche.

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oooOOooo

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-¡Tsunade obaa-chan!- trataba de llamar la atención de la rubia por cuarta vez en el día.

-¡Ya te dije que no me llamaras así! Soy casi tu madre y merezco respeto -dijo amenazando al chico con un cucharón.

-Bueno, si eres mi madre ¿por qué no me traes algún hermanito?- aquello lo dijo con suma inocencia, pensando en lo aburrido que era estar solo ellos dos en una casa tan grande.

-Baka...- sonrió por lo bajo.

Quizás no sería una mala idea.

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...To be continued...

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Espero que el prólogo no los haya aburrido y, por el contrario, los haya animado a seguir leyendo el fic.

Si aún no se entiende bien de que se trata no os preocupéis, que ya tengo el primer capítulo listo y ansioso por ser subido xD. Bueno, todo depende si desean o no saber más a travez del botoncito Go, sino seguiré en la clandestinidad :P.

Ja nee!

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...Hanna.sama