Beyond his cold look
Capitulo 1 – Happy Valentine
Un poco más de azucar-se dijo la pequeña shinigami tras probar su propio pastel. Llevaba horas en la cocina haciendo pasteles de chocolate, empezó a hacerlos en cuanto terminó de hablar con Orihime.
FLASHBACK
¿Sabes que Kuchiki-san? ¡Hoy es el día de San Valentín! - dijo animada Inoue a través de la pantalla que comunicaba su casa con la Soul Society.
¿San Valen qué?-preguntó Rukia intrigada.
¡No me digas que no sabes lo que es!-chilló Orihime como si fuera un delito.
Pues...no-contestó Rukia dudosa.
El día de San Valentín es el día más importante para los enamorados. Hoy es el día en el que las chicas hacen dulces para alguien muy especial-dijo Orihime muy ilusionada, pensando en el pastel que había preparado para Ichigo.
¿Y por qué?-preguntó Rukia cada vez más confundida.
¡Pues para demostrar que le quieres!-Inoue empezó a sonrojarse.
¿Y eso es obligatorio?-preguntó Kuchiki preocupada.
Pues...no-dijo Inoue llevándose un dedo a la barbilla-pero la persona a quien se lo regales se sentirá muy feliz.
Ahhhm...-dijo Rukia pensando en alguien especial para ella.
FIN DEL FLASHBACK
¡Ya está!-dijo orgullosa Rukia al cerrar la tapa del horno.
Estoy segura de que le va a encantar-dijo una de las señoras que servían en la casa Kuchiki. Se había ofrecido mil y una veces para ayudar a Rukia a hacer el pastel, pero ella se había negado. Vaya a limpiarse la cara, yo me ocuparé de este desastre-dijo mirando los pegotes de chocolate que había por toda la cocina. Aunque la cara de Rukia estaba aún peor, y su delantal de Chappy era irreconocible.
Lo siento mucho ama-así era como la llamaba Rukia. Se llamaba Kaede, pero después de tantos años había empezado a llamarla así.-soy un desastre.
No te preocupes y vuelve a tu división. El señor Kuchiki llegará enseguida y no creo que le haga mucha gracia que hayas faltado hoy a los entrenamientos-dijo la anciana.
Rukia asintió y subió corriendo a la ducha.
FLASHBACK
¿A quién debería hacerle un pastel?-pensaba Rukia de camino a su división-Tengo varias personas importantes en mi vida a las que me gustaría demostrarles mi aprecio...
Primero está Ichigo. Ha hecho muchísimo por mí, sobretodo cuando me condenaron a muerte.Sin duda es muy importante para mí.
También está Renji, que ayudó a Ichigo a salvarme. También arriesgó su vida por mi.
Y...Nii-sama. Siempre había pensado que no le importaba y sin embargo, recibió un ataque mortal por mí y me ha salvado otras veces después de ese incidente. Además desde que pasó está mucho mas atento conmigo.
Rukia se detuvo un segundo y suspiró. Le era muy dificil elegir a uno. No puedo elegir solo a uno-se dijo así misma-todos son muy importantes para mi. Dudó unos segundos y levantó la vista decidida. Eso es-dijo convencida-le haré uno a cada uno. Orihime no me dijo que sólo se pudiera regalar a uno.
Siguió caminando hacia su división cuando, al cruzar la esquina, se topó de frente con una cara conocida.
¡Renji!-gritó al verle frente a ella-¿que haces aquí?
Pues...-el chico se puso colorado y escondió algo tras su espalda-sólo paseaba-terminó diciendo forzando una sonrisa.
¿Te crees que soy idiota?-dijo ella cruzándose de brazos-¿Qué llevas ahí?
La mirada fulminante de Rukia hizo tragar con dificultad a Renji.
Renji...-amenazó Rukia. Por pequeña que fuera daba un miedo terrible cuando se enfadaba.
Esta bien-accedió Renji descubriendo lo que llevaba detrás.
Rukia alzó una ceja. ¿Qué es eso?
Se trataba de una caja rosa con adornos en rojo. Renji levantó la tapa y se puso más colorado.
¡Es un pastel!-dijo Rukia sorprendida-¿quién te lo ha dado?
Una chica de tu división- dijo rascando su cabeza con timidez.
¡¿En serio?!-dijo Rukia ilusionada-¿por fin se atrevió Himawari?
¿Cómo sabías que era ella?-preguntó él.
Porque desde que te vio no ha dejado de preguntarme por tí. Estaba segura de que le gustabas-dijo Rukia orgullosa de su deducción.
Tras su encuentro con Renji, Rukia siguió caminando hacia su división. Ahora que Renji tenía pastel, sólo se lo regalaría a Ichigo y a Byakuya.
Espera un montento-se dijo a si misma al mismo tiempo que se detenia-Orihime también iba a hacer un pastel. Y el destinatario de ese paltel, era, sin ninguna duda, Ichigo. ¿Cómo se me había podido olvidar algo así?-se dijo mientras se insultaba mentalmente-Hacía tiempo que sabía que Orihime estaba coladita por Kurosaki. Regalarle un pastel a Ichigo no estaría bien, Inoue podría molestarse.
Bueno-pensó encogiéndose de hombros-así solo tendré que hacer uno para Nii-sama.
Cuando por fin llegó a su división vio que todos estaban ya entrenando. Había llegado media hora tarde por haberse entretenido a hablar con Renji.
Mierda...-pensó-si me presento ahora el capitán me hará correr hasta que me muera...
Ukitake era muy buena persona, pero como capitán exigía a sus discípulos seriedad absoluta en los entrenamientos, y sobretodo puntualidad.
Bueno...si estoy enferma no puede decirme nada-dijo sonriendo malevolamente-Además, si voy lo más seguro es que no me de tiempo a hacer el pastel para Nii-sama. Decidido. Volvería a casa para preparar el pastel a su hermano. Ya que era el único que haría quería hacerlo perfecto y en plan sorpresa.
FIN DEL FLASHBACK
Ahora Rukia se encontraba en la bañera, sumergida completamente en agua y espuma. Tan sólo se podía ver la mitad de su cabeza, lo justo para poder respirar. De vez en cuando asomaba una mano con un muñeco de Chappy en la mano, con el que chapurreaba como una cría. Un fuerte reiatsu y después el sonido de la puerta le hicieron ponerse alerta. Byakuya había llegado ya.
Rogó por que a Kaede le hubiera dado tiempo a recoger todo antes de que su hermano entrara en la cocina. Salió de la bañera y con tan solo una toalla salió del baño y corrió hasta su habitación a vestirse. Estaba ansiosa por ver la cara de su hermano al ver el pastel.
Terminando de atarse el yukata salió de su habitación y caminó hasta la sala principal de la casa para saludar a Byakuya.
Buenas tardes, Nii...-Rukia se quedó paralizada al ver una montaña de pasteles y cajas de dulces sobre la mesa del comedor-...sama.
Buenas tardes Rukia-contestó Byakuya sin mirarla.
¿Que desea para cenar, Señor Kuchiki?-dijo Kaede entrando por la puerta.
No tengo hambre-contestó Byakuya caminado hacia su habitación.
Cuando escuchó la puerta de Byakuya cerrarse Rukia se dejó caer de rodillas al suelo.
Vaya, parece que lo de los pasteles se ha hecho famoso este año-dijo Kaede acercándose a Rukia-He oido que una tal Rangiku fue difundiéndolo entre todas las chicas. Por lo visto es una moda del mundo real. El Señor es muy popular entre las chicas, pero como ninguna se atreve a decírselo por miedo, aprovechan esta oportunidad para hacerle un regalo.
Rukia volvió a levantar la vista hacia la montaña de pasteles.
Debe de haber más de cien pasteles ahí-dijo Rukia desanimada.
Los acaba de recoger Chiharu. El Señor ha entrado hecho una furia al encontrar la entrada bloqueada por cajas rosas y notas de admiradoras. Ha estado a punto de eliminarlas todas, pero nos ha dicho que los metamos a casa para tí, sabe que adoras los dulces.
Rukia agachó la cabeza desilusionada.
No te preocupes querida-dijo Kaede intentando darle ánimos-aún puedes darle tu pastel.
Rukia negó con la cabeza. No creo que lo quiera, y menos después de habese enfadado por ver tantos pasteles bloqueando la entrada-dijo con tristeza-Me voy a ir a dormir ama, buenas noches. Se puso en pie y caminó arrastrando los pies hasta su habitación.
Buenas noches, Rukia-sama-dijo Kaede. La vio irse deprimida y volvió a la cocina a terminar de limpiar la vajilla.
Media hora después, Byakuya hizo acto de presencia en la cocina. Kaede aún estaba allí fregando la encimera.
¿Quiere que le prepare algo, Señor?-preguntó la anciana.
Un té-respondió él-Llévemelo a mi habitación. Iba a girarse cuando Kaede le hizo detenerse.
Disculpe que sea tan atrevida...-dijo con algo de miedo a la fría mirada de Byakuya-pero Rukia no se encuentra muy bien.
Byakuya frunció el ceño preocupado. -¿Qué le ocurre?
Kaede abrió el horno y sacó el pastel. -Rukia-sama lo hizo para usted. Estaba muy ilusionada con darle una sorpresa pero, al ver tantos pasteles y su enfado...
Entiendo...-dijo Byakuya mirando el pastel detenidamente. No era un pastel perfecto, pero tenía una pinta deliciosa y en él había una inscripción: "Arigato (Gracias), Nii-sama", acompañado del dibujo de un conejo un tanto deforme.
Sin decir nada más, Byakuya desapareció de la cocina.
Rukia intentaba no pensar en lo que había pasado. ¿Cómo era posible que su hermano tuviera tantas admiradoras? Bueno...- pensó- la verdad es que es muy atractivo...la primera vez que le ví por los pasillos pensé que era el chico más guapo que había visto...
Rukia abrazó con fuerza la almohada.
Ojalá pudiera entenderle, calmar un poco el dolor de la pérdida de Hisana...-pensó con tristeza.
"Toc Toc"
Rukia miró la puerta nerviosa. Nii-sama...-pensó. Estaba segura de que era él, su reiatsu era inconfundible.
¿Rukia?-preguntó él a través de la puerta. ¿Puedo pasar?
Si, claro-dijo Rukia sentándose en el futón y secando las pequeñas lágrimas que habían escapado de sus ojos.
Lo primero en que se fijó Byakuya al entrar en la habitación, fueron los ojos de Rukia. Estaban hinchados y de color rojizo, sin duda había estado llorando.
Lo siento-dijo Byakuya sorprendiendo a la chica-no tenía ni idea de que habías preparado un pastel.
No es nada-disimuló Rukia-ha sido culpa mia por hacer algo tan estúpido. Mañana se lo daré a Renji, le encanta el chocolate.
Byakuya se sorprendió a sí mismo al darse cuenta de que le disguntaba la idea de que se lo diera a otro.
Eres increible Nii-sama, tienes un montón de admiradoras...-dijo Rukia intentando hacerle ver que no estaba afectaba por eso.
No...no se lo des a Renji...el pastel-dijo Byakuya con algo de dificultad. Aunque no estaba colorado, interiormente se estaba mueriendo de la verguenza-Quiero comérmelo yo.
A Rukia parecía que se le iban a salir los ojos de sus órbitas de la sorpresa.¿En serio?-preguntó.
Byakuya asintió.
-¿Y que harás con el resto?
-Los mandaré tirar, no los quiero para nada.
Rukia sonrió ampliamente a su hermano y sus mejillas empezaron a sonrojarse.
Byakuya tambien sonrió, aunque mucho menos abiertamente que Rukia. Pero se sentía bien al ver la cara de Rukia tan iluminada y sonriente.
-Buenas noches Rukia-dijo antes de marcharse.
-Buenas noches...Nii-sama.
